Edith Hermida: Por el mismo precio debe conducir, locutar y operar.

Desde hace un año y cuatro meses, previa escala en el canal 26 y como productora de Juan Alberto Mateyko durante su paso por radio América, Edith Hermida está a cargo de la tarde de Cadena 100 (de 17,00 a 21,00). A la hora de hablar de su lugar de trabajo, lo hace con entusiasmo y casi sin respirar: "Puede sonar a una 'huevada', pero todavía no me acostumbro a trabajar acá -relata con cierto brillo en los ojos-. Me 'flashea' cada vez que entro. Encima, como tiene vidrios a la entrada, antes me pasaba aquello de 'te miraba de afuera con la ñata contra el vidrio. Siempre soñé con llegar a la radio. Es un medio que me encanta".
Acorde con la reestructuración de la emisora, Edith conduce, locuta y opera la consola. Ella abre y cierra el micrófono, manda la tanda, pone los temas los temas al aire y... habla. "Sos vos sola con tu computadora, hablándole a la gente".
-Como en las FM de Estados Unidos.
-Y ahora del resto del mundo. En España también, por ejemplo. Es un poco la tendencia que se va dando en todos lados. A mí me gusta. Cuando me incorporé a la radio ya estaba el "autocontrol" instalado. Tuve que aprender sobre la marcha porque eso en el Cossal no se enseña.
-¿Sabías operar?
-No, muy poquito, casi nada. Me iba todos los días llorando a mi casa: "¡no voy a aprender nunca!". Me mandé un montón de macanas al aire al principio.
-¿Por qué creés que la radio optó por este sistema?
-No sé... debe ser para amoldarse a los tiempos. Las radios más importantes del mundo funcionan así.
-¿No influye el que con el autocontrol bajan los costos?
-También puede ser.
-¿Te pagan lo que antes ganaba el conductor y el operador, por ejemplo?
-No creo, me parece que un poco menos (se ríe).
-¿Qué es lo que más disfrutás de todas tus tareas?
-A mí me gusta mucho más la conducción que la locución y el resto. Eso es lo que mejor me sale. En el programa acompaño a los que regresan a sus casas con gran cantidad de información, muy cortita y con buena música. Además de los del ránking, estamos metiendo algunos temas viejos. Como Sumo y esas cosas. Los viernes hacemos una agenda de fin de semana muy completa y empezamos a hacer hincapié en Internet.
-¿Cuál es el target de Cadena 100 hoy? Porque se fue modificando...
-Sigue siendo para toda la familia. Aunque está cambiando. Apuntamos a las personas que estudian y van a la facultad. Para los chiquilines está la Top 40 y nosotros apuntamos a los más grandes. Tal vez de 20 a 35 años más o menos, tampoco es tan rígido.
-¿A través de qué elementos se hace la segmentación del público?
-Más que nada por la música y la artística (separadores, cortinas, etcétera). No tanto por los conductores.
-¿Se refleja esto en los llamados de los oyentes?
-Sí. Pero con los tiempos de la radio, que son más lentos que los de la televisión.
-En una época se decía que las locutoras de FM eran todas iguales y después fueron tomando vuelo propio. ¿Es así?
-Es verdad. Todavía por momentos prendés la radio y parece que siempre está sonando la misma voz. Pero en el estilo somos libres. A mí me respetaron mi forma de conducir y no me dijeron nunca: "tenés que hacer de...". Es importante poder ser yo.
-¿No te pidieron que uses determinado tipo de lenguaje, acorde al target de la radio?
-No. Tengo libertad absoluta. Tal vez la producción te sugiere que comentes ciertas noticias, pero no hay presiones.
-Vos trabajaste en dos multimedios (América y ahora en el Grupo Clarín). Dentro del "pool", ¿la radio siempre es el "furgón de cola"?
-Sí. No conozco la explicación, pero se gana mucho más dinero en la televisión. Debe ser porque la tele es más masiva. En la radio tenés que hacer muchos años de carrera para que te conozcan. Pero el profesionalismo, el ritmo y el timing que te da la radio no lo conseguís en ningún otro medio. No es común tener cuatro horas diarias de programa en la TV.
-La semana pasada, Luisa Valmaggia comentaba que donde se más se siente la diferencia es en la cantidad de avisadores.
-Lo que pasa es que nadie está anunciando en ningún lado. Lamentablemente el país está muy parado y la radio no está ajena a esa realidad.
-¿En radio tienen la presión de que si no tienen una buena pauta publicitaria o buenos ratings las autoridades pueden levantar el programa?
-No. No al nivel de la televisión. Acá no se siente. Las mediciones son en promedio mensual y llegan un mes después. En TV están todo el tiempo con las planillas del día anterior en la mano, enloquecidos. Además, en Cadena 100 la estrella es la radio.
-¿Creés que los oyentes se ratonean con tu voz?
-Seguro.
-¿A las cinco de la tarde?
-Se ratonean con todas y en todos los horarios. También hay locos que te llaman. No te olvides que yo también recibo los llamados.
-¿Qué tipo de locos?
-Por ejemplo, hay un chico que sabe todo de nosotras las conductoras. Si estamos de vacaciones, si nos tomamos un día, cuáles son los horarios, que tengo una hija... y llama siempre.
-¿Te da miedo?
-Y... un poco de "cosita" te da. Vos nunca sabés quién está del otro lado de la línea ni cómo van a tomar lo que decís.
-¿Esto es un fenómeno de la radio?
-Sí. En la tele no pasa. No les das lugar para que se imaginen cosas porque te ven. Y sos intocable. Acá da mas para el "ratoneo" y se animan. La paranoia llega a que a veces me fijo cuando salgo. Pero como tengo mucho contacto con el público no me da miedo. Muchas veces me quedo charlando con las chicas que son fans de Enrique Iglesias o de alguno de sus ídolos que yo entrevisté. Ellas quieren saber cómo es estar al lado de ellos. Me costó adaptarme a esto porque siempre esperan más de vos.
-¿Te escriben los presos?
-Sí, pero el caso de ellos es distinto porque te tratan con mucha "onda". Pensá que soy uno de los contactos que tienen con lo que pasa afuera. Es emocionante. Es un servicio muy fuerte.

Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
2000