viernes, 23 de marzo de 2001

Nora Briozzo - Jorge Lafauci - Ariel Donatucci




A pesar de que, si en vez de un programa de radio se tratara de una obra de teatro Nora Briozzo encabezaría el elenco, la locutora demuestra en la plática que la proclamada igualdad en la participación que les da a sus compañeros de "Todo Bien" (Radio 10, AM 710, sábados y domingos de 10.00 a 13.00) no es fingida. Tanto el reconocido especialista en espectáculos Jorge Lafauci como Ariel Donatucci (deportes) hablan a la par de Nora, quien naturalmente toma el rol de "bastonera" de la charla. Ese es uno de los secretos de su éxito (Ibope marca que tienen un share de 32 contra 16 de Mitre, que viene segunda). "El programa trabaja con disparadores de opinión de la gente -explica Briozzo-. Si estos tienden a la nostalgia, como aquellos de los programas de la noche, el ritmo será un poco más abajo". "En cambio, acá ya desde el título queda claro que la propuesta del programa tiende al optimismo", puntualiza Lafauci. "Yo también trabajo con Eduardo Feinmann y noto la diferencia entre una columna estructurada como la que hago allí y la conversación distendida de 'Todo bien'", revela Donatucci. "Aunque es cierto que a veces ese 'Todo bien' es una salida irónica", remata Briozzo.
-No quedaron muchas mujeres en la radio.
B-Es cierto. Aunque el fin de semana somos unas cuantas. Siempre rodeadas de hombres, para equilibrar (bromea).
-Durante la semana la radio tiene un perfil más "a cara de perro".
D-Sí, golpea fuerte. Y va donde está la gente.
B-Se basa más en la actualidad. Pero el fin de semana la mayoría quiere distenderse. Las noticias están presentes en el informativo cada media hora.
L-Y si nos sorprende un suceso fuerte nos hacemos eco. Pero por lo general tendemos al recuerdo, las curiosidades y la diversión. También tiene mucha presencia la música.
B-Porque no es común que pasen cosas los fines de semana. Nos tocó cubrir la actualidad del cambio de ministro de economía y el día que Martín Palermo le pegó a un fotógrafo.
-Jorge mencionó la música...
B-Sí, es muy importante. En general los programas de AM se basaban en la palabra. Y la Diez marcó una diferencia en ese sentido. Porque es necesaria y el éxito está en ese mix de todos los temas y la música. Antes la gente buscaba escucharla sólo en FM. Con esta radio eso cambió y el público que sólo quería escuchar canciones ahora opta por informarse también.
L-Por otra parte, Nora es una de las conductoras que más sabe del tema. Tiene un comentario para cada cantante, disco o grupo.
-¿Tienen un oyente imaginario al que le dedican el programa?
D-La radio apunta a todos los segmentos.
B-Y los fines de semana el espectro es más amplio todavía. Hay que apuntar a la familia, hay muchos chicos escuchando, por ejemplo.
L- Me imagino un público de clase media, familiar. Pero eso no nos limita. Yo puedo comentar espectáculos populares pero también hablo del teatro off. Tratando de sacarle al hermetismo.
D-En el deporte me pasa lo mismo. Intentando mezclar deportes populares como el fútbol con otros como el golf para encarar a otro público.
-La pregunta era más inocente. No apuntaba al target, que está claro, sino a si se imaginan una persona sola detrás del auricular como hacen los actores.
B-Siempre le hablo a una persona sola porque si pienso en la audiencia enorme me apabulla y me inhibo. Desde la conducción le hablo a uno. Me parece que la comunicación pasa por ahí. Para mí existe ese personaje. Lo conozco aunque no existe en la realidad. Tampoco sé si es hombre o mujer. Siento que si le hablás a muchos no le terminás hablando a nadie.
L-Yo vengo de 30 años de periodismo gráfico, 20 de ellos dirigiendo revistas. Y la televisión y la radio me cambiaron mucho. Ahora me paran por la calle y me comentan todo lo que digo. Si les parece bien o mal. Hasta te tutean. Pero como te metés en su casa tienen derecho a hacerlo.
B-Y la radio tiene el agregado de la intimidad. Vos te metés en esa casa y pasás a formar parte de la familia.
-Todos parecen imaginarse una casa. Ninguno habló de un auto o un walkman.
(Los tres)
-Es cierto.
L-Hasta me parece verlos tomando mate.
-¿Son consumidores de radio?
L-Poco. Como para saber qué votar para los Martín Fierro. Pero me vuelco más a la televisión. Grabo los programas nuevos y me quedo viéndolos a veces hasta las 3 de la madrugada.
D-Miro y escucho deportes. Casi sin placer, profesionalmente. Pero tengo que saber si la noticia que tengo para dar la dan todos el día anterior o chequear cuál es la opinión. Y de paso para que no se me escape nada. Para eso lo ideal son los programas de las siete de la tarde. Casi todas las radios tienen tiras deportivas a esa hora y voy saltando de una a otra.
B-Yo sí escucho mucha radio. Aunque es cierto que nunca te podés despegar de lo profesional y, aunque sea, te sale analizar si ese programa está bien o mal hecho. Pongo a todos pero la Diez me parece que me da la actualidad. Me queda la sensación de que cuando hago zapping (para saber en qué anda el resto) me estoy perdiendo algo importante en la Diez. Eso es lo mejor que se puede decir de un medio. Me gusta lo que está haciendo Longobardi. Y el "Negro" Oro, porque pudo unir la actualidad, el humor, la música y la distensión sin dejar de ser punzante.
-¿Y de las FM?
B-La Mega, como radio, idea y formato está muy bien hecha más allá de que está primera. Conductores es más difícil porque no hay tantos personajes en la frecuencia modulada. Me gusta lo que hacen Lalo (Mir) y (Mario) Pergolini.
-¿Cómo eligen los temas a tratar?
L-En las reuniones de producción de los jueves. Muchas veces surge de una noticia. Como la exposición de los inmigrantes disparó el tema de los recuerdos familiares.
B-En esas reuniones testeamos los temas. Si pega en nosotros, va a pegar en la audiencia.
D-Y siempre sacamos al aire a un especialista porque eso prestigia la audición. Imaginate que mi tema es deportes, así como el de Jorge es espectáculos y el de Nora, la música. Pero si nos largamos a opinar de psicología, por más que sea con fundamento, si no hay un profesional que avale, quedamos como chantas que opinan de todo. Y a la larga nos terminarían sacando.

Gustavo Masutti Llach
Diario Crónica Revista Ahora
Buenos Aires
Marzo de 2001

lunes, 12 de marzo de 2001

Ulises Barrera: "Creo en la necesidad del mensaje".


Maestro de periodistas, Ulises Barrera se inició como obrero gráfico en Editorial Haynes, comenzó a escribir en "Mundo Deportivo" y a partir de allí siguió adelante con una carrera que lo llevó a recorrer el mundo y a habitar gran cantidad de redacciones, estudios de radio y televisión. Ligado al boxeo, pero siempre tratando de no limitarse al deporte, hoy sus columnas en radio Continental, AM 590, engalanan "Todo con afecto" (sábados de 15,00 a 19,30, con Alejandro Apo) y "Sinceramente" (domingos, de 8,00 a 13,00 con Hernán Rapella). "Un periodista debe estar en permanente tarea de aprendizaje", asegura y predica con el ejemplo. Socio honorario de la Sociedad Argentina de Medicina Antropológica, suele disertar sobre bioética médica y entre sus orgullos figura "haber sido el brazo derecho de Enrique Pichon - Riviere en la coordinación de grupos. Todo esto me permitió incorporar a mi profesión conocimientos importantes".
-¿Cuál es la diferencia entre sus participaciones en los dos programas?
-En el de Alejandro Apo, que enfoca al deporte desde un punto de vista cultural, trato de contribuir en el mismo color. Tengo libertad temática por eso no hablo sólo de deportes, aunque suelo hablar de los sociológico o lo psicológico en el deporte. En cambio, con Hernán Rapella me centro en cuestiones de actualidad y editorializo porque el programa tiene otras características.
-¿Consume radio?
-Desde hace años soy un radiómano empedernido. Me acuesto escuchando radio y lo primero que hago por la mañana es prenderla para que me acompañe mientras me ducho y me afeito o en el auto. Creo en la necesidad del mensaje, de la actualización. Siento que es casi un tic profesional.
-¿Tiene el tic del zapping radial?
-El zapping se ha analizado hasta psiquiátricamente y es negativo. Hay que tratar de desarrollar un juicio de valor propio y un poder selectivo sereno. No puedo ponerme, como muchos, frente a una pantalla de TV a tratar de saber qué ocurre en un mismo momento en veinte emisoras diferentes. Es una buena manera de no saber lo que ocurre en ninguna. No creo que sea una práctica saludable.
-¿Cuáles son sus programas preferidos?
-Los analíticos o alguno de buen humor que me saquen de la tendencia actual de poner acento pertinaz en las noticias policiales (No puede ser que uno desayune un café con leche acompañado de violaciones o asesinatos porque se refleja en la cara de la gente).
-¿Algún nombre?
-Me gustaba Betty Elizalde, lamentablemente desaparecida del medio. Una pena que responde a la "virtud" de los medios, para los cuales somos números que se suman o restan. No personas. Menos profesionales y menos aún profesantes. Era oyente de Rapella (sereno, culto, con gran uso del idioma) y de Apo, nunca pensé que sería su columnista de ellos. Alguien que escucho desde hace años porque ha hecho escuela en la radiofonía argentina es Hugo Guerrero Martinheitz, admirable como profesional por donde se lo mire. Otro es Marcelo Simón.
-Ninguno es periodista deportivo.
-No soy oyente de esos programas. La radio debería ser humanística. Yo introduje en el medio un lenguaje tan extraño que es el de tomar a la persona como una unidad. Para mí, antes que un deportista es un individuo. Ese es mi enfoque.
-¿Qué le pasa cuando escucha una tira deportiva?
-No soporto esa especie de costumbre "papagayesca" que tienen. Sólo me interesa el análisis profundo que demuestra el análisis integral de un sujeto.
-¿No rescata a nadie?
-A todos, por respeto. Pero cada uno elige su camino y el mío es no ser oyente de audiciones deportivas. En televisión me pasa lo mismo. A veces hasta bajo el volumen porque el relato en la televisión es la imagen. Algo que muchos no entienden y hacen una transmisión radial por TV.
-¿Cambió el arquetipo del boxeador?
-Cambió como la vida. Hace unos años, los tiempos de preparación eran más lentos. Para que un aficionado llegase al profesionalismo (salvo las excepciones de siempre) había que progresar mucho. Nadie se animaba a subir al ring profesional a un chico con talento para que se "destetara". Por entonces se decía ingenuamente, pero con un fondo de verdad, que había que pasar la primaria, la secundaria y la universidad del boxeo. Pero ese joven que quería ser campeón tenía una vida morigerada. ¿Cómo viven hoy los adolescentes?
-¿...?
-Si no están desprovistos de una brújula, viven de lunes a viernes de un modo más o menos identificable. Pero el viernes a la noche comienza el desfasaje, con bailes que empiezan a las dos de la mañana, con un introito de alcohol. Los salones de baile son como ciudades ocultas en las que aparecen la droga y la promiscuidad sexual. De ahí no pueden surgir deportistas cabales. La posmodernidad es un engendro sin valores ni ética. No hay que mirar el ring sino lo que pasa alrededor.
-A eso hay que sumarle el desprestigio de las asociaciones del box.
-Las entidades que dicen regir el boxeo crecieron como hongos después de la lluvia. Fruto de una casualidad casi genética pero sin verosimilitud de procedimientos. Hoy hay 11 campeones mundiales en cada categoría. Honorables desconocidos imposibles de memorizar. Habría que hacer un vademécum como el de los médicos para recordarlos. Y está lleno de campeones de una noche.
-¿Miraba "Campeones"?
-Voy a cometer una infidencia. A pesar de que mi hijo Ulises es uno de los productores de Pol-ka (lo que hizo en televisión ya es más importante que toda mi carrera), no veo esos programas. Vi algo de "Carola Cassini", "Poliladron" y "Vulnerables".
-Lo pregunto porque generó alguna polémica entre los boxeadores sobre si los reflejaba bien o no.
-El problema es que a algunos no les gusta verse.
-¿El mejor boxeador de todos?
-Ray Sugar Robinson (no lo vi personalmente). El mejor pesado: Joe Louis y el mejor argentino, Pascual Pérez, sin dudas.
-¿Y de los actuales?
-El mejor es Alberto Sicurella. Y Rodrigo Barrios es el último vagón de un tren que encabeza Locomotora Castro. No sabe sembrar al futuro y no puede redimirse.


Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica - Buenos Aires
Marzo de 2001
foto: http://www.deportes.gov.ar

Jorge Waisburd, director de la 2x4: "El mundo ama al tango"

En el extenso currículum vitae de Jorge Waisburd (Argentino, casado, 51 años, tres hijos) figura, además de ser el actual director de la 2x4, FM 92.7 (ex FM de la Ciudad), haber producido el "boom" de FM Tango de 1990 a 1993 y varios premios como el Ondas '91, dos Martín Fierro ('90 y '92) y un Clio por una publicidad radial. Tiene una bella oficina alfombrada de rojo con dos banderas (una argentina y otra de la ciudad) detrás de su escritorio pero nos recibe en la oficina de producción, menos "fashion". "Es que me paso el día acá, colaborando con los muchachos. La otra ni la registro", se justifica. "Mi función en la radio es poner una idea en el aire", explica con su voz grave de locutor matriculado. "Juan Alberto Badía me convocó para eso".
-Hay una ordenanza que limita la música de a radio al tango. Ese es el único límite. La AM apunta al vecino. ¿Cuál es el target de la FM?
-Paradógicamente no hay radios de tango en Buenos Aires. La ciudad la necesita y aquí estamos, más allá de la ordenanza. En eso sirve al vecino pero tambien al mundo. Esta radio sale por internet y el mundo ama al tango. Intentamos crear una postal sonora.
-¿Escucha otras radios?
-No. Ni para ver en qué andan. Jamás lo hice.
-¿Cómo es la programación musical?
-Ponemos todo de todos. El único umbral es el de la calidad pero después conviven los estilos del ´40 con los del ´60 y los argentinos que tocan el bandoneón en Europa. Me interesa mucho poner tango en vivo aunque no la transmisión en directo porque esta es una radiecito muy prolija con un aire muy limpio y cuidado.
-¿Cuál sería el concepto de "radio arte"?
-La transmisión de esta radio apela más a los sentimientos que a la data. Esto es: los programas tradicionales de tango tienen conductores tangófilos que se regodean con los datos técnicos como qué día se grabó, quién estaba sentado en el piano y curiosidades. Yo prefiero programar un tango que te conmueva. Y entre tango y tango no quiero escribir algo poético porque al que se escuchó antes es a Discépolo y el que viene después es Manzi. La data satisface sólo a una porción del público y esta radio debe ser masiva. Hace 30 años que hago radio y cada vez estoy más convencido de que somos apenas un puente entre el artista y el oyente. Si califico los temas me convierto en un crítico.
-¿Cómo van las mediciones de audiencia?
-Yo no puedo entender cómo esta radio no figuraba cuando no hay nada más popular que el tango. Las mediciones me sorprendieron porque rompemos la estructura de los programas. No hay talk shows ni negocitos privados.
-¿"Negocitos"?
-Me refiero a que pasamos todo. Edmundo Rivero era medio hermano de mi padre. Su única queja era: "yo grabé más de 400 tangos y siempre me pasan los mismos cuatro". El difusor que tiene media hora (y acá te contesto la mala referencia que hice a los "negocitos") pone a Rivero con Troilo en "Sur" porque es un número puesto.
-Un hit.
-Exacto. Ni siquiera se animan a poner el lado "B". Al no tener compromisos podemos abrir el juego.
-¿Tienen una proporción de hits? Porque yo, si no soy "del palo" y pongo la radio es porque quiero escuchar a Gardel cantando "Mi Buenos Aires querido" o al Polaco Goyeneche con "Naranjo en flor".
-No hay una proporción estudiada como en un "play disc" o un "top forty" de una radio de pop. Gardel tiene un lugar respetuoso en la radio. Cada vez que empieza un turno o cambia el operador (cada seis horas) se pone un disco suyo. Todos los días empiezan con Gardel pero tampoco lo ponemos todo el día. Se ubica sensiblemente. Hay bloques de mujeres solas u orquestas, por ejemplo.
-¿Cuántos musicalizadores trabajan?
-Hay un productor musical y dos programadores más. Se programan las 24 horas, no se repiten bloques. Y entran 18 temas cómodos por hora.
-¿Y cómo vienen de anunciantes?
-Hay poquitos. En otros países el sector privado apoya más al tango. Si acá hay 160 páginas de tango en Internet (por poner un número), en Estados Unidos hay 1600. Ni hablar en Japón o Finlandia. No puedo criticarlos porque los que avisan son comerciantes y su objetivo es ganar dinero. No se puede pautar en una radio que no se escucha.
-Volvemos al tema de la audiencia.
-Empezamos a medir hace muy poco. La gestión Badía empezó el 18 de setiembre. Según Ibope, en la primera medición pasamos a 13º en algunos horarios en los que tradicionalmente estábamos 17º. En "amas de casa" vamos 7º y en hombres y mujeres de más de 55, todos los niveles sociales, la radio va primera. Hoy puedo pretender que la agencia paute publicidad acá.
-¿Cuál es el presupuesto anual?
-Es difícil decirlo porque viene junto con el de la AM. Pero somos mucho más baratos que ellos por nuestra característica.
-¿Qué porcentaje de ese presupuesto es la publicidad?
-Casi inexistente. Llegamos con los presupuestos de las empresas agotados. El verano no existe y apuntamos fuerte a marzo y abril. Igualmente estamos subvencionados y no necesitamos de la publicidad para subsistir. Eso nos permite ser un poquito mejores. Queremos que se paute en esta radio pero no estamos desesperados. En esta gestión no se van a vender espacios por más que paguen una fortuna. Por suerte tampoco tenemos compromisos políticos.
-Hace un par de semanas el interventor de Comfer me dijo que Badía tenía seis meses (se están por vencer) para deshacerse de sus acciones de la radio de Pinamar o dejar la de la Ciudad.
-Sabía que tenía una radio, no que tuviera limitaciones o que tomar una decisión. No tengo nada que opinar al respecto. Pero si por cualquier circunstancia él se va, yo me voy con él. No soy amigo personal suyo pero estoy acá porque Badia confió en mí. Tengo todas las lealtades del mundo pero ningún compromiso. Sobre todo porque esto tiene algo de vocacional. Badia gana en una presentación más que acá en todo el mes. Y este trabajo es desgastante. Además, tampoco encontramos un paraíso.
-Pero no pueden invocar la "pesada herencia".
-No lo dije por la gestión anterior. Sino por la discoteca y la parte técnica que no es culpa de ellos. Sí tal vez la estructura municipal en la que la radio es una rara avis. Entonces no tenemos un escalafón profesional, los empleados de la radio son municipales y es injusto. Porque a veces los ascensoristas ganaban el doble que un locutor. Y no va en desmedro de los ascensoristas sino que trato de poner en su medida al tipo que estudió y está matriculado. Por eso no puedo pagar lo mismo que ofrece el mercado a los profesionales.
-La última se la hago a todos los funcionarios...
-¡Uy, qué feo eso de funcionario...!
-Pero le toca. ¿Cuánto gana?
-Mi contrato es de 3.000 pesos por mes en bruto. Sobre eso se hacen todos los descuentos.

Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica - Buenos Aires
Marzo de 2001