domingo, 20 de abril de 2003

Mario Kaminsky: Radio Colonia.

Aunque la mayoría de sus anunciantes y su audiencia es argentina, el director de la emisora uruguaya  no desmuetra un gran aprecio por el país hermano.  Dice que "Argentina está haciendo un curso de democracia en los últimos veinte años y Uruguay es netamente democrático" y que Radio 10 triunfa porque descubrió que en todo argentino sigue habiendo un "enano fascista".


"Un tuerto en el país de los ciegos"
. Así definió alguna vez el mítico Ariel Delgado a Radio Colonia (AM 550, "una frecuencia privilegiada"), la emisora uruguaya a la que los argentinos supieron hacerle un lugar. En 2003 cumplirá setenta años y su director, Mario Kaminsky, comenta que los festejarán con "una nueva imagen". "La leyenda de esta radio marca que acá podían hablar los que no podían hacerlo en las épocas negras de la Argentina -recuerda-. En el '65 tiene un gran cambio, de la mano de Héctor Ricardo García, que le dio un tremendo impulso periodístico y junto a Revista Así, el diario Crónica y desde el '71 Canal Once se convirtieron en el primer multimedio de estas tierras. Con él llega Ariel Delgado quien fue director y licenciatario (era uruguayo y argentino) y se convirtió en la gran estrella de esta radio, quien creó esa mística del "hay más noticias para este boletín".
-¿Cuándo llegan ustedes?
-En 1977 y tratamos de convertirla en una emisora más musical porque estábamos ligados a Microfon, que fue la gran compañía musical de esa época. En el '89 la compra un consorcio uruguayo-argentino liderado por Omar Macri (nada que ver con Mauricio o Franco) y me contrataron para que la dirija por dos años. Ya llevo catorce.
-¿Qué se puede esperar a partir de ahora?
-Queremos darle un nuevo color. Siempre hemos preservado el tesoro que es el la columna vertebral: Las noticias. Tenemos dos panoramas dirigidos por Freddys Cabrera (6 a 6,30 y 13 a 14.30) con corresponsalías fuertes en Buenos Aires y Montevideo. Incorporamos en los últimos tiempos a Cacho Fontana (sábados de 20 a 24) y de lunes a viernes a Humberto Toledo (de 6.30 a 9.30 y 17 a 19), Anselmo Marini (hasta las 13), Luis Cali (automovilismo, de 19 a 20), Mario Mactas con Anamá Ferreyra y China Zorrilla (de 20 a 24) y Carlos Beillard (de 0 a 3). También hay una corresponsalía desde Miami de Raul Urtizberea, que le agrega una mirada rioplatense a las noticias que llegan desde Estados Unidos. Además tenemos el humor de Julio Frade y Eduardo D'Angelo, aquellos de "Comicolor" o "Telecataplum".
-¿Cuál es su función de hoy?
-Para Argentina es reflejar su realidad sin condicionamientos. La libertad de prensa se deformó y se convirtió en libertad de empresas. Colonia es un espejo que tira lo que sucede. No cometemos barbaridades ni se van a escuchar agresiones ni malas palabras como en las radios argentinas. No tenemos sesgo. Con todo respeto, tiene las ventajas de nuestro país: Argentina está haciendo un curso de democracia en los últimos veinte años y Uruguay es netamente democrático.
-...con algún gobierno militar.
-Claro. Pero salvo algún lapso de gobiernos militares, tenemos cien años de democracia.
-¿Qué proporción de la audiencia es argentina?
-No tenemos ese dato pero sin dudas son muchos más. En Uruguay nos acusan de ser demasiado argentinos. Por audiencia somos una radio del segundo cordón del Gran Buenos Aires, Entre Ríos y la Provincia de Buenos Aires. Llegamos con frituras hasta Ushuaia.
-Es decir, un público popular.
-Sí. Estamos haciendo un denodado esfuerzo para levantar un poco el nivel económico de la audiencia porque a muchos anunciantes no les interesa lo popular. La crisis argentina baleó a las clases más bajas.
-¿Los anunciantes son argentinos o uruguayos?
-Sesenta por ciento argentinos.
-Le sacaron la marcha característica al informativo. ¿Por qué?
-Ya tenía sesenta años y nos representó en un momento. Pero entendíamos que para los setenta años teníamos que cambiarnos el traje. Más allá de la herencia, hay que agregarle cosas nuevas. Por eso, cambiamos la marcha de la bandera de los Estados Unidos por una versión de Astor Piazzola de la película "Evita".
-Mire que Rivadavia intentó modificar "El Rotativo del Aire" y su clarín y la gente lo pidió de vuelta.
-En cualquier disciplina del mundo del espectáculo todo depende de la voz del público. Y es prueba y resultado. Hoy no tengo la marcha, estoy con Piazzola y Madonna, pero no puedo garantizar que no vuelva la marcha si el público lo reclama. Hasta ahora no sabemos cómo le fue. No tenemos una historia feliz con las mediciones de audiencia argentinas. Siempre nos usaron para asustar a alguna radio líder pero siempre estamos en "la mitad de la tabla".
-¿También quieren modificar la edad del público?
-No. Tenemos un target de 35 a 60 años. Nuestro lema es: "Una radio para gente como uno. Adultos contemporáneos pero con historia". Es decir, los muchachos que hace dos décadas tenían quince años y con nosotros descubrieron el folclore romántico de los Del Suquía, Aldo Monjes o desde Camilo Sesto a Manolo Galván, pasando por la música disco de Barry White o Donna Summer. Esos chicos hoy tienen entre 35 y 38.
-Haga un análisis de la AM de Buenos Aires.
-En los últimos años hubo un fenómeno que se llama Radio 10, que está hecha con mucha inteligencia. Porque, frente a un periodismo inundado de muchachos "progres", descubrió que en todo argentino sigue habiendo un "enano fascista". Les dio el mensaje que necesitaban con un plantel de grandes profesionales y barrió a todos con una sola premisa -que la repetía el padre de todo esto, don Jaime Yankelevich-: "Lo más importante en radio es que el ruido llegue muy lejos". El resto es Clarín. ¿Qué puedo decir de su potencia y su conducta? (No me hagas hablar de eso). O los mexicanos del CEI, vinculados al espectáculo, que compraron inteligentemente un montón de radios (siete) pero su llegada a la Argentina estaba vinculada con un proyecto de país que no existe más. Después quedan los restos de la vieja Radio Rivadavia y no hay más nada. En FM hay chicos de mucho talento como Paluch y Lalo Mir (aunque es un veterano). La Rock & Pop es un fenómeno muy interesante pero Pergolini no me gusta. El resto navenga en algo que no se sabe qué es.

Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Abril de 2003

Mario Mactas: "Cuando la cultura existe, hay que tratar de hacerla invisible."



Sobre las tostadas de pan de salvado se acomodan, en dudoso equilibrio, fetas de salmón ahumado, rodajas de pepino, alcaparras, ciboulette, aceite de oliva y pimienta. Al lado una copa de cabernet. El almuerzo del "hombre de las 41 horas semanales de radio". Sí, eso es lo que suma Mario Mactas desde que sumó, hace un par de meses, su programa "Todos los gatos son pardos" (Colonia, AM 550, lunes a viernes de 20 a 24), a los de Continental (AM, 590): "El puente" (domingo de 6 a 7), "RH Positivo" (Conducido por Rolando Hanglin, lunes a viernes de 9 a 13) y el también flamante "El Toque" (lunes a viernes de 13 a 14). "Estoy tratando de llevar adelante la proeza de estar ocho horas en el aire por día", reconoce.
-¿Cómo se explica?
-Por una coincidencia que se dio entre el interes de Colonia de modificar su imagen y las mías de buscar otras zonas y recorrer otros caminos. Se dio en el momento justo en que estaba cerrando mi nuevo contrato con Continental. Firmé los dos aprovechando que, por ser Colonia una radio uruguaya con gran penetración en Buenos Aires, no había incopatibilidad.
-Te obliga a ser muy ecléctico ¿no?
-Y... necesito tener un alto grado de disociación para trabajar en compartimientos estancos. Esto es una enfermedad, una deformación profesional, pero imprescindible como para los futbolistas tener una pierna más grande que la otra.
-Estás en dos nuevos programas. Uno es "Todos los gatos son pardos".
-Si fuera una partitura diría que primero hay un movimiento rápido. Durante la primera hora es bien informativo: Guerra y actualidad nacional, más Anamá Ferreyra que hace columnas muy graciosas llamadas "Cabeza de mujer". Luego vienen dos movimientos lentos, entre las nueve y las once, con largas entrevistas, de veinte minutos para arriba, a personajes que van desde Graciela Borges a Vargas Llosa, pasando por Jaime Bayly. Según sus horarios, también se incorpora China Zorrilla. Somos un equipo del Mercosur. La última hora aparece la "periodista dinamita" Lorena Poso, que anticipa todo lo que va a pasar al otro día, y vuelve a acelerar la partitura.
-El otro es "El toque".
-Fue de rápido diseño porque me avisaron con poco tiempo y es una especie de puerta giratoria entre la mañana y la tarde. Su propósito es extender la mañana, para que no quedara liquidada a las doce y llegara hasta las dos. Esto es porque los matinales son los horarios de mayor encendido y pauta publicitaria. "El toque" tiene actualidad y un mensaje de seducción. Su clave es el tono.
-¿Esta multiplicidad se da porque ofrecés un piso de calidad?
-Modestamente creo que sí. Soy un "producto probado". Un activo -hablando en términos económicos- de la radio y un personaje versátil que puede cambiar de tonos y de horarios sin resentirse.
-Un "polifuncional", en términos futbolísticos.
-Claro, que puede jugar al arco o de nueve.
-¿Se gana más dinero por ser así?
-Y... es una cuestión standar.
-Vos, Victor Hugo Morales, Dolina, Hanglin, Fermosell... ¿Continental es la radio más culta del dial?
-Tengo la impresión de que sí. Pero no desde la erudición, la enciclopedia o la solemnidad. Cuando la cultura existe, hay que tratar de hacerla invisible. Si de todos modos se va a notar...
-Estos son tiempos de periodistas con ceño fruncido y vos mantenés el tono zumbón. ¿Aunque se derrumbase el mundo no perderías la sonrisa?
-Que el mundo se desmorone no significa que los periodistas también deban hacerlo. Nosotros somos vehículos para mostrar el mundo y eventualmente interpretarlo. Particularmente detesto, y hasta me provoca una reacción física desagradable, escuchar en mis colegas el constante tono editorial, de diatriba y de toma de posición sin haber profundizado ni estudiado los temas. A veces se nota que ni leyeron el diario. Buena parte del periodismo se convirtió en algo desolador, por el constante flujo y reflujo de opiniones sobre cuestiones que ni siquiera comprenden.
-¿Esto se profundizó con la guerra?
-Desde luego. Se escuchan muchos comentarios viscerales y primitivos.
-¿Tenés opinión al respecto?
-Toda guerra es espantosa y un horror. El nuevo diseño del mundo se basa en la fuerza. Pero tampoco puede ignorarse que en toda la historia las relaciones de poder y las estructuras se modifican con violencia. Si decís esto, y te escucha uno de estos periodistas primitivos, te pueden acusar de que estás a favor de Bush.
-¿Entonces?
-Se vive en un profundo malentendido tedioso. Se intuye que la gente está en contra de la guerra y los periodistas sobreactúan su rechazo para cortejarla.
-¿No será al revés? ¿Que la gente está en contra de la guerra de un modo visceral y no acepta otra opinión?
-El público está dispuesto a escuchar cualquier juicio preciso, dando por descontado que cualquier persona normal rechaza la muerte. Claro, decirle no a la guerra es estar a favor de la paz. No defender a Saddam Hussein o quemar los Mc Donald´s, que es una forma de violencia.


 Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Abril de 2003

Oscar Raúl Cardozo: "La gente se refugió en Irak para no pensar a quién votar".

La guerra de Irak ocupó la tapa de todos los diarios y la atención del público. Y, como era lógico, "Tema Uno", el programa conducido por Oscar Raúl Cardozo (Nacional, AM 870, lunes a viernes de 12,30 a 13,30, con Adrián Fernández y la producción de Néstor Borro, Inés Gordon y Daniela Ribolzi) cobró un interés especial. Es que él es uno de los periodistas especializados en política internacional y aporta una palabra autorizada sobre el tema del que todos opinan. "'Tema Uno' es un producto atípico -reconoce-, un programa que no sería ni de la mañana ni del regreso. Lo que hay en exceso en el dial, sobre todo desde la incorporación de la competencia de la FM, es envíos netamente informativos. Aquí la moneda corriente es el comentario editorial. Se busca la reflexión sin perder la línea informativa del día. Para no dispersarnos, se tocan dos y alguna vez, tres temas por día".
-¿No se sostiene un programa exclusivamente con el panorama internacional?
-No.
-¿Por qué?
-Por supuesto que a lo largo de estas semanas sí, por la guerra de Irak. Normalmente no, porque no pueden competir por la atención del oyente. Pocas veces se logra quebrar el permanente mirar el ombligo del argentino: Sólo cuando la información es abrumadora, o si alguna circunstancia de la política internacional es interpretada por la opinión pública como modificadora de sus intereses.
-¿La guerra de Irak es el caso?
-Sí. Por eso se cubrió tan bien. Hubo una rápida interpretación de la magnitud del fenómeno por parte de la gente, que notó que tarde o temprano nos tocaría. Igualmente, no hay margen para un programa de ese tipo. Pero no está sólo la cuestión del interés. Un envío de ese tipo necesitaría recursos económicos que hoy no estan disponibles.
-¿No hay manera de conseguirlos?
-Sólo si garantizás audiencia. Por eso el interés central de "Tema Uno" es la Argentina.
-Salvo estas semanas, en las que la guerra tapó hasta a las elecciones.
-Claro, la gente se refugió en Irak para no pensar a quién votar.
-¿Después de Irak, a quién le tocaría? ¿Colombia?
-La semana pasada, Juan Tokatlián, que es una persona muy mensurada y bien informada, habló de una invasión a Colombia en seis a nueve meses. Yo no me atrevo a ponerle un plazo, pero no es descartable.
-¿Y nuestro país?
-Estamos en la primera línea. Pero el reclutamiento de gobiernos empezará mucho antes. Imaginate esa situación combinada con unas elecciones que pueden proclamar a un presidente con el veintiséis por ciento del apoyo.
-Hay quienes especulan que vendrían por el agua. ¿Es loco pensar en un portaaviones estadounidense en Puerto Madero (más allá de que no entra)?
-No, está bien. El agua es un recurso crítico y estratégico. Pero no me iría tan lejos porque tendríamos que hablar de la Antártida y demás. Fijate, por ejemplo: Hace cuatro o cinco años atrás era impensable que si un país dejaba de pagar su deuda externa, en menos de tres meses, tendría bloqueados sus puertos por una o más de las potencias acreedoras, y hasta inclusive sería invadido por ellas. Hoy ese escenario, que ya se vivió a principios de siglo en Venezuela, es muy posible.
-¿Es decir que si Estados Unidos no respeta las resoluciones de Naciones Unidos, mucho menos lo hará con la Doctrina Drago, que se opone a eso?
-Desde luego. Además, la Doctrina Drago no tiene muchos adherentes entre las potencias.
-¿Todo es posible, entonces?
-Sí. Porque hemos retrocedido en términos de derecho internacional. Estados Unidos propuso un sinceramiento: "¿Quién necesita el derecho? Los fuertes no, ellos lo hacen y los débiles lo reclaman". A partir de ese momento hicieron astillas la carta orgánica de las Naciones Unidas. Es una vuelta a la antigüedad.
-¿La Argentina no puede oponerse militarmente, ergo, sería falaz proponer no pagar la deuda externa?
-No. Una sociedad puede tomar esa decisión, pero las consecuecias deben ser mensuradas de un modo diferente. Hay "colchones" que ya no exiten. Tal vez algunos no tengan más remedio que no pagar, pero gratis no va a ser.
-¿Cómo cambia el panorama tener a Lula en Brasil?
-Debería servir a la hora de tejer alianzas estratégicas. Ya no hay viabilidad para el estado nacional aislado e individual. La viabilidad pasa por la región. Esta es la importancia de tener un Brasil democrático, con un gobierno de Centro-Izquierda. Este gobierno argentino que se está muriendo no va a aliarse con la región. Habrá que ver si el que viene tiene mandato amplio como para intentarlo.
-"El 2115 encontrará la región unida o..."
-No la va a encontrar. Habrá otra cosa, no tal como la conocemos hoy.
-Estuviste en Amércia Central, Malvinas, la Guerra del Golfo y hace menos de dos años, en Afganistán. ¿Por qué no fuiste a Bagdad?
-Hay motivos triviales: Mi estructura laboral no me lo permite.
-¿Y los motivos de fondo?
-Un proceso de maduración. Ya tengo 54 años y no es la misma capacidad de respuesta de los 30. No tiene que ver sólo con la edad porque Gustavo Sierra, el chico que está allá, es apenas unos años menor. Hay una cuestión profesional: Si uno hace siempre lo mismo, termina produciendo siempre lo mismo. Inevitablemente reiterás las formas. Por eso es bueno cambiar, tomar distancia y volverse analista. Además, salvo cuando estuve en Ruanda, no recuerdo una guerra más peligrosa de cubrir que esta.


Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Abril de 2003