sábado, 16 de diciembre de 2006
Enrique Sacco: “Aunque suene feo, el fútbol es un negocio”
Dirige y conduce “La Oral Deportiva por ESPN Radio en Rivadavia”, AM 630, lunes a viernes de 19 a 21. Además, se lo puede ver en varios programas y transmisiones de la señal de cable. El periodista está sentado en la silla que ocuparon José María Muñoz y Ernesto Cherquis Bialo y cada día demuestra que no le queda grande. “Víctor Hugo es el relator número uno de estos años. Mariano (Closs) tiene una gran frescura y sabe muchísimo de fútbol. Gonzalo (Bonadeo) tiene una gran capacidad periodística y conoce de todos los deportes. Y Niembro es un showman que entiende cómo convertir esto en un espectáculo muy entretenido”.
Es una institución dentro de otra. Porque a pesar de tener apenas 42 años, 18 de ellos lo tuvieron como miembro de “La Oral Deportiva”, un pilar de la radiofonía nacional. “Me sorprende el dato, no había sacado la cuenta”, se asombra Enrique José Sacco Sende. Y completa: “Arranqué en la época de oro, cuando estaban José María Muñoz, Enrique Macaya Márquez, Horacio García Blanco, Juan José Moro, Ayala, Rinaldi, Ramazzotti, De Bonis, Beto González y tantos otros. Los mismos que escuchaba en mi Bolivar natal, cuando salía del colegio mientras tomaba la leche en casa. Un sueño para mi generación”.
-¿Cómo hiciste para ganarte un lugar?
-Repasé los nombres y me di cuenta de que venía último. Entonces empecé a hacer lo que nadie: cubrir los entrenamientos. Hoy van todos. Vivía en Belgrano y me iba a Platense y a River, a veces a Boca. Me traía notas de los partidos que transmitiríamos el fin de semana y fui generando noticias. Muñoz a veces hasta me daba el pase al abrir la transmisión. Una vez me quedé hasta las cinco de la mañana en la puerta de un restaurante y pegué al presidente de River contando la renuncia de Menotti. Primicia total.
-¿Te retó Muñoz al aire como cuenta Tinelli que le pasó a él?
-Algún “hay que estar atento” me debo haber comido, pero en general me trataba muy bien, con mucho cariño. Era un privilegiado. Una vez me fui a mi pueblo por una cuestión personal y Muñoz les gritó al aire a los otros “cómo se nota que no está Sacco”. Aprendí mucho de él.
-¿Qué pasó después?
-Después de su muerte se dieron los procesos naturales. Vino un declive por falta de identidad y llegó la “resurrección y renovación” con Cherquis Bialo. El fue mucho más importante para nosotros que lo que él mismo cree. No sé si quiso enseñarnos pero aprendimos y nos abrió la cabeza. Y nosotros ya innovábamos, preguntábamos, no le pasábamos el protagonista al conductor y metíamos producciones con música.
-¿Quedó algo de esa época?
-Que la estrella es la noticia y que no todo es fútbol sino todas las disciplinas deportivas. Manda la información. Yo traté de hacerlo dinámico y adaptado a los tiempos. Y que el periodista sepa que lo que importa es el personaje o el hecho. Rechacé aquello de hablar como la calle, la línea es respetar la sintaxis pero con contenido.
-¿Qué más agregaste?
-La visión empresaria, aunque suene feo. Si esto no le cierra a las empresas, no le sirve a nadie. Crecimos en audiencia en mujeres y en jóvenes.
-Tenés una competencia muy fuerte.
-Es bueno porque te hace crecer. Un oyente nos dijo que habíamos ganado tres Martín Fierro porque hablamos de Boca y River, pero también de los demás equipos y no tienen compromisos. Somos los más amplios. Acá hablan A y B con opiniones distintas no sólo el que piensa como yo. Tampoco criticamos a alguien que no está al micrófono.
-Decime una palabra de tus competidores.
-Lógicamente no los escucho tanto. Es difícil tener el prestigio de Víctor Hugo (Morales), además es el relator número uno de estos años. Mariano (Closs) tiene una gran frescura y sabe muchísimo de fútbol, es quien será el relator más grande cuando no esté Víctor Hugo. Me encantaría hacer dupla con él. Tiene una voz tremenda pero me gustaría que se equilibre.
-¿Cómo es eso?
-Que se apasione con el relato pero que deje los conceptos para el comentarista. Gonzalo (Bonadeo) tiene una gran capacidad periodística y sabe de todos los deportes. Y (Fernando) Niembro es un showman. No siempre coincido con sus opiniones pero él entiende cómo convertir esto en un espectáculo muy entretenido. A los chicos siempre les digo: “no se enganchen con lo que dijo Niembro, salgamos a buscar nuestro propio material”.
-Hubo rumores de que ESPN se abría.
-No, renovamos contrato. Cambiamos algunas cosas pero la alianza está garantizada porque nos sirvió a las dos partes.
-¿Consiguieron que más protagonistas contesten el teléfono?
-La marca ESPN pesa, pero tenemos equipos de gente produciendo notas que a veces tardan tres meses. Joseph Blatter no habla todos los días por radio, tampoco los presidentes de Real Madrid y Barcelona. Passarella y Verón rompieron el silencio con nosotros. Eso es porque se sienten cómodos. Los reportajes apuntan a lo profesional y a lo humano.
-¿Qué evaluación hacés de la crisis del fútbol argentino?
-El sistema está colapsado. No hay que hacer un debate entre Sociedades Civiles y Anónimas porque lo que vale es la buena gestión. Pero no hay control del estado. O el sistema no te permite hacer buenas gestiones o hay fraude. El fútbol nacional genera cien millones de dólares por año. Un dirigente no puede ser amateur en ese contexto. Tampoco quieren decir que es un negocio.
-Ahora todos parecen coincidir con el diagnóstico. ¿Se ira a fondo con el tratamiento?
-No. Me cuesta creer muchas cosas porque nadie está convencido de los cambios. Si yo soy un dirigente que firmo contratos, termina mi mandato y me voy, y nadie me dice nada... Si la plata es mía me fijo peso por peso dónde la pongo.
-Carlos Heller te contestaría que así no podría haber pobres al mando de los clubes.
-Hay que equilibrar. Los clubes cumplen una función social pero, repito, el fútbol es un negocio aunque suene feo. Se puede privatizar sólo el fútbol y el club no perder más y recibir dinero. El sistema de la Bundesliga alemana. Si tengo que cuidar mi dinero no hará falta que el estado me venga a decir que saque a los barrabravas. Jugarían otros valores.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina
Diciembre de 2006
Jorge Bocacci: “Me dicen que soy el ángel de las abuelas”.
Desde hace un año y medio va en dúplex por Cooperativa, AM 740, en Buenos Aires, y por Radio Argentina de Mar del Plata, FM 106.5, siempre con su clásico “Bocacci a tango limpio” (lunes a viernes de 6 a 9). Y aprovecha esa posibilidad al máximo porque alterna las dos ciudades de acuerdo con sus otras ocupaciones (vuelven los “Ttitanes...”, y puede aparecer desde un estudio u otro.
“Hoy a los que les gusta Arjona y Sabina por lo que dicen, se van a sorprender por lo que escribían nuestros poetas. Lo que pasa es que tienen que vencer el prejuicio de que el tango es llorón, el cuchillo y la cortada”.
En perspectiva, a nadie puede llamarle la atención que en 1978 el inolvidable Martín Karadajián (aconsejado por Rubén Peucelle y José Luis) eligiera a Jorge Bocacci como maestro de ceremonia de los míticos “Titanes en el Ring”. Es que este licenciado en ciencias de la información es un verdadero luchador que desde hace décadas pelea por el tango desde su lugar de comunicador, en Buenos Aires y Mar del Plata.
-¿Es tanguera Mar del Plata?
-Sí. Tiene milongas y mucha actividad cultural. El teatro Colón de allá está a full con espectáculos de tango y folclore.
-Hay gente que lo consume, entonces.
-Sí, más allá de la temporada de verano, cada año hay más jubilados que eligen Mar del Plata para radicarse. Si suponemos que es gente que vivió la época de oro del tango, es lógico que se convierta en una plaza tanguera por excelencia. Lo compruebo a diario con el programa. Empecé el dúplex como un hobbie, una travesura y ahora los tacheros y los comerciantes marplatenses me reconocen.
-¿Cómo se te ocurrió?
-Cuando estaba en Mitre hablábamos con Julio Lagos (él en la FM). Me decía que si hacía tango en Mar del Plata iba a meter un golazo. Tenía razón.
-¿Y en Cooperativa?
-Ibope no la mide, pero de acuerdo a mediciones privadas, estamos en los primeros lugares. Hago algo distinto. Mientras todos están con las noticias y las tragedias, nosotros pasamos tango, la hora, el clima y algunos titulares, porque no les escapo. Eso cambia el ánimo del laburante que encara el día.
-¿Cómo evaluás tu programa?
-Es el mejor producto de tango que hice en 34 años de radio. Le encontré la vuelta y está bien aceitado. Mejor que en Mitre, Colonia, Del Plata y la Diez. No le falta nada.
-¿Por qué no estás en la radio de la Ciudad de Buenos Aires?
-Me ignoraron siempre aunque hace años que vengo peleando por la música ciudadana con productos premiados y populares. No creo que sea una cuestión de estilo ni hay política de por medio. Tampoco me desvela porque estoy muy feliz acá. De hecho le acabo de decir que no a una propuesta para volver a Mitre.
-¿Te gusta la FM 2x4?
-Tomaron un perfil ultramoderno por momentos y la esencia del tango no está ahí. Después de todo, la FM la escuchan los jóvenes, en la AM están los mayores. Tengo oyentes de hasta cien años, eso me llena de orgullo. Una oyente muy viejita me dejó un mensaje y me dijo que “soy el ángel de las abuelas”. Con eso estoy hecho.
-Va a contramano de lo que se busca en el medio.
-Sí. En otras emisoras la gente de marketing me pedía todo el tiempo bajar el promedio de edad de mi audiencia: “Hay que apuntar a los jóvenes.”
-¿Qué les contestabas cuando venían con ese planteo?
-Que cuando me llama una mujer de cien años, este programa, además de difundir los mejores tangos, cumple una función social. Me siento tremendamente pago cuando me pasa algo así. Por eso si apuntan a los chicos por una cuestión de consumo no me tienen mucho en cuenta.
-¿Cuál sería esa “función social” a la que hacés referencia?
-Apunto a algo más genuino, que es brindarme a esa franja de edad que menos opciones tiene en todos los órdenes de la vida. Los pibes pueden elegir en el deporte, en el arte y en el trabajo. ¿Quién piensa en el jubilado que a veces sólo tiene como compañía su radio? ¿Qué va a escuchar, los mismos temas que los chicos? No. Va a elegir lo que lo acompañó desde su juventud y por el resto de su vida. Lo que amó y sigue amando.
-¿Y a los jóvenes que no escuchan tango qué les dirías?
-Que le presten atención a las letras porque van a encontrar un espejo para la vida. Hoy a los que les gusta Arjona y Sabina por lo que dicen, se van a sorprender por lo que escribían nuestros poetas. Lo que pasa es que tienen que vencer el prejuicio de que el tango es llorón, el cuchillo y la cortada. No. Cadícamo, Manzi, Cátulo Castillo o Discépolo tienen un altísimo vuelo literario. Y van a hallar vivencias. Además, se estarían acercando a la cultura nacional, si no es su música de cabecera, que por lo menos lo respeten y lo quieran.
-¿Escuchás otras audiciones de tango?
-No. Muy poco, cuando voy a Mar del Plata, un poco más. En Buenos Aires la actividad es más dinámica, tengo menos tiempo.
-¿Viste 100 % lucha?
-No, pero sé que hay compañeros de “Titanes en el Ring” que están trabajando ahí. Hace poco, para hablar del programa, un diario tituló “Titanes del Siglo XXI”. Es evidente que ese formato lo marcó Martín Karadajián. Es como los remedios genéricos.
-¿Vuelven los “Titanes en el Ring”?
-Sí, estuve en Mar del Plata presentando un espectáculo en el club Quilmes, ahora comandados por Paulina, la hija de Martín.
-¿Con qué personajes?
-Está Sulliban, la Momia, el Caballero Rojo y todos los clásicos. Nos fue muy bien porque se mezclaba la nostalgia de los papás que llevaban a los chicos, muy enganchados con los personajes de su infancia, que en los nuevos ciclos no están.
-Fanatismo.
-Imaginate. Al final de un show vino un hombre con un disco de vinilo de los Titanes, que lo cuidaba como una reliquia y me pidió que se lo autografiáramos. Otro me dijo: “Déjeme darle la mano, que con esta usted se la levantó tantas veces al campeón del mundo”. Una magia tremenda.
-¿Y a la tele?
-Paulina me anticipó que estuviera preparado porque en cualquier momento reaparecíamos. Hay conversaciones muy avanzadas con un canal de aire. Pablo Lorenzo es un joven abogado que se encargará de los relatos y yo seguiré con las presentaciones desde el ring.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina
Diciembre de 2006
“Hoy a los que les gusta Arjona y Sabina por lo que dicen, se van a sorprender por lo que escribían nuestros poetas. Lo que pasa es que tienen que vencer el prejuicio de que el tango es llorón, el cuchillo y la cortada”.
En perspectiva, a nadie puede llamarle la atención que en 1978 el inolvidable Martín Karadajián (aconsejado por Rubén Peucelle y José Luis) eligiera a Jorge Bocacci como maestro de ceremonia de los míticos “Titanes en el Ring”. Es que este licenciado en ciencias de la información es un verdadero luchador que desde hace décadas pelea por el tango desde su lugar de comunicador, en Buenos Aires y Mar del Plata.
-¿Es tanguera Mar del Plata?
-Sí. Tiene milongas y mucha actividad cultural. El teatro Colón de allá está a full con espectáculos de tango y folclore.
-Hay gente que lo consume, entonces.
-Sí, más allá de la temporada de verano, cada año hay más jubilados que eligen Mar del Plata para radicarse. Si suponemos que es gente que vivió la época de oro del tango, es lógico que se convierta en una plaza tanguera por excelencia. Lo compruebo a diario con el programa. Empecé el dúplex como un hobbie, una travesura y ahora los tacheros y los comerciantes marplatenses me reconocen.
-¿Cómo se te ocurrió?
-Cuando estaba en Mitre hablábamos con Julio Lagos (él en la FM). Me decía que si hacía tango en Mar del Plata iba a meter un golazo. Tenía razón.
-¿Y en Cooperativa?
-Ibope no la mide, pero de acuerdo a mediciones privadas, estamos en los primeros lugares. Hago algo distinto. Mientras todos están con las noticias y las tragedias, nosotros pasamos tango, la hora, el clima y algunos titulares, porque no les escapo. Eso cambia el ánimo del laburante que encara el día.
-¿Cómo evaluás tu programa?
-Es el mejor producto de tango que hice en 34 años de radio. Le encontré la vuelta y está bien aceitado. Mejor que en Mitre, Colonia, Del Plata y la Diez. No le falta nada.
-¿Por qué no estás en la radio de la Ciudad de Buenos Aires?
-Me ignoraron siempre aunque hace años que vengo peleando por la música ciudadana con productos premiados y populares. No creo que sea una cuestión de estilo ni hay política de por medio. Tampoco me desvela porque estoy muy feliz acá. De hecho le acabo de decir que no a una propuesta para volver a Mitre.
-¿Te gusta la FM 2x4?
-Tomaron un perfil ultramoderno por momentos y la esencia del tango no está ahí. Después de todo, la FM la escuchan los jóvenes, en la AM están los mayores. Tengo oyentes de hasta cien años, eso me llena de orgullo. Una oyente muy viejita me dejó un mensaje y me dijo que “soy el ángel de las abuelas”. Con eso estoy hecho.
-Va a contramano de lo que se busca en el medio.
-Sí. En otras emisoras la gente de marketing me pedía todo el tiempo bajar el promedio de edad de mi audiencia: “Hay que apuntar a los jóvenes.”
-¿Qué les contestabas cuando venían con ese planteo?
-Que cuando me llama una mujer de cien años, este programa, además de difundir los mejores tangos, cumple una función social. Me siento tremendamente pago cuando me pasa algo así. Por eso si apuntan a los chicos por una cuestión de consumo no me tienen mucho en cuenta.
-¿Cuál sería esa “función social” a la que hacés referencia?
-Apunto a algo más genuino, que es brindarme a esa franja de edad que menos opciones tiene en todos los órdenes de la vida. Los pibes pueden elegir en el deporte, en el arte y en el trabajo. ¿Quién piensa en el jubilado que a veces sólo tiene como compañía su radio? ¿Qué va a escuchar, los mismos temas que los chicos? No. Va a elegir lo que lo acompañó desde su juventud y por el resto de su vida. Lo que amó y sigue amando.
-¿Y a los jóvenes que no escuchan tango qué les dirías?
-Que le presten atención a las letras porque van a encontrar un espejo para la vida. Hoy a los que les gusta Arjona y Sabina por lo que dicen, se van a sorprender por lo que escribían nuestros poetas. Lo que pasa es que tienen que vencer el prejuicio de que el tango es llorón, el cuchillo y la cortada. No. Cadícamo, Manzi, Cátulo Castillo o Discépolo tienen un altísimo vuelo literario. Y van a hallar vivencias. Además, se estarían acercando a la cultura nacional, si no es su música de cabecera, que por lo menos lo respeten y lo quieran.
-¿Escuchás otras audiciones de tango?
-No. Muy poco, cuando voy a Mar del Plata, un poco más. En Buenos Aires la actividad es más dinámica, tengo menos tiempo.
-¿Viste 100 % lucha?
-No, pero sé que hay compañeros de “Titanes en el Ring” que están trabajando ahí. Hace poco, para hablar del programa, un diario tituló “Titanes del Siglo XXI”. Es evidente que ese formato lo marcó Martín Karadajián. Es como los remedios genéricos.
-¿Vuelven los “Titanes en el Ring”?
-Sí, estuve en Mar del Plata presentando un espectáculo en el club Quilmes, ahora comandados por Paulina, la hija de Martín.
-¿Con qué personajes?
-Está Sulliban, la Momia, el Caballero Rojo y todos los clásicos. Nos fue muy bien porque se mezclaba la nostalgia de los papás que llevaban a los chicos, muy enganchados con los personajes de su infancia, que en los nuevos ciclos no están.
-Fanatismo.
-Imaginate. Al final de un show vino un hombre con un disco de vinilo de los Titanes, que lo cuidaba como una reliquia y me pidió que se lo autografiáramos. Otro me dijo: “Déjeme darle la mano, que con esta usted se la levantó tantas veces al campeón del mundo”. Una magia tremenda.
-¿Y a la tele?
-Paulina me anticipó que estuviera preparado porque en cualquier momento reaparecíamos. Hay conversaciones muy avanzadas con un canal de aire. Pablo Lorenzo es un joven abogado que se encargará de los relatos y yo seguiré con las presentaciones desde el ring.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina
Diciembre de 2006
Roberto Di Sandro: “Perón me quería mucho”
Decano de los periodistas acreditados en Casa de Gobierno y fundador del Círculo que los nuclea, desde hace 14 años “el Tano” conduce “Hola Ciudad” por Splendid (AM 990, lunes a viernes de 15 a 16) y todo indica que cumplirá 15 (“...de palabra arreglamos para seguir durante 2007”) el año que viene, cuando simultáneamente llegue a 60 ininterrumpidos trabajando en “la Rosada”. “Si Kirchner no nos habla, buscamos alternativas, pero la información está. No voy a deschavar a mis fuentes, desde luego, pero hay que andar otros caminos. Deambular por los pasillos, hablar con las personas adecuadas y saber leer entre líneas...”
“Todo el mundo sabe que soy peronista de Perón, lo digo delante del presidente, de la gente de derecha, centro e izquierda. Me conocen bien. Sin embargo, en mi programa tienen lugar todos: radicales comunistas, de donde vengan, porque me gusta ser pluralista. Nunca nadie me dijo nada ni me advirtió sobre mis comentarios: escribo y hablo de lo que quiero. Lo mismo corre para los entrevistados y los oyentes. Además pasamos música, hacemos concursos y no decimos ni una sola palabrota”. La voz de Roberto Di Sandro hace eco en la semivacía sala de Prensa de la Casa Rosada. Esa misma que lo conoce tan bien porque lo ve correr detrás de las primicias desde que era un mocito de menos de 20 años, allá por 1947. Pasaron casi seis décadas y 24 presidentes y él sigue firme, informando a la vez que bate récords mundiales de permanencia, pasión y calidad. Además, “el Tano” es un arquetipo que representa a muchos argentinos: tanguero, hincha de Troilo y Gardel, de Boca y peronista. Pueblo puro.
-Que en Casa de Gobierno no tengan tanto en cuenta a los periodistas acreditados al menos le da tiempo para escribir las crónicas que salen con Crónica.
-Y... sí. Ahí en “A mí no me lo contaron” detallo cosas desconocidas que pasaron en este lugar y tuvieron como protagonistas a los presidentes. Además los pinto cómo eran humanamente. Al diario le gustó, a la gente también y tengo ganas de recopilarlos y editarlos en un libro. Pero preferiría que nos dieran un poco más de bolilla acá en Casa de Gobierno.
-No hay caso, ¿no?. ¿Todavía no hubo novedades?¿Néstor Kirchner sigue siendo el primer jefe de estado que no pudo entrevistar en casi sesenta años? -Con el presidente de la Nación no hay nada que hacer. Hace cuatro años que no lo vemos. Aunque no perdemos la esperanza.
-¿Lo preocupa?
-Noooo, me da lo mismo. Pero es inadmisible.
-¿Nunca un contacto?
-Durante su primer año de mandato nos recibió en el Salón Colón para saludarnos por el día del periodista. Jamás un contacto directo o una charla informal, como la tuvimos con todos los presidentes anteriores. Inclusive con los militares tenías un encuentro mensual. Lo malo es que perdemos caudal de trabajo. Para darte un ejemplo, hace poco vino Shakira, estuvo acá a dos pasos y tuvimos que ver por televisión cómo la entrevistaba otro periodista.
-Una pena.
-Sí, porque sería interesante hacerle preguntas al presidente. Es lamentable, porque con el contacto directo se evitan las distorsiones en la información. El país está mejor, sin dudas. Kirchner instrumenta cosas que hacía Perón, pero no lo dice. Yo se las marco. Otros también dicen que son peronistas pero hoy es diferente. Te venden buzones, se cambian de camisetas y pasan de un equipo a otro.
-¿Cómo consigue la información, entonces?
-Si Kirchner no nos habla, buscamos alternativas, pero la información está. No voy a deschavar a mis fuentes, desde luego, pero hay que buscar otros caminos. Deambular por los pasillos, hablar con las personas adecuadas y saber leer entre líneas... Lo malo es que por primera vez no nos dejan estar en el Salón de los Bustos. Ahí, aunque no te hablen, al menos ves quiénes entran y salen del despacho y con qué cara.
-¿Es una estrategia?
-Un estilo. El presidente dice que se comunica directamente con el pueblo. Perfecto. El tema es que a veces el pueblo quiere preguntar. Y que no se olviden que la prensa también es del pueblo.
-¿Y cómo te das cuenta si te están operando?
-Atenti, que lo hicieron todos. Los gobiernos están para defender sus posiciones. Te venden “pescado podrido” o te usan para tirar sus “globos de ensayo”, aunque no me gustan esas expresiones. Son esas informaciones que huelen mal, que tienen el objetivo de desviar la atención. Pero los mirás mientras te leen las cifras del Indec y te das cuenta. En la época de Menem nos decían que estábamos bien y la desocupación crecía. En la guerra de Malvinas también nos dábamos cuenta de que toda la verdad no estaba en esos partes.
-¿Se hizo amigo de algún presidente?
-Perón me quería mucho, uno de los cinco más grandes estadistas mundiales del siglo XX (de hecho, las corbatas que uso eran de él y me las regalaba). Con Lanusse estábamos enfrentados pero me respetaba, como todos. Con Menem me tuteaba, después me enfrenté con él. Era simpático, grato, le tengo afecto, pero se equivocó mucho. Néstor Kirchner me sorprendió. Porque cuando era gobernador teníamos un trato muy fluido. Tiene un estilo raro.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina
Diciembre de 2006
viernes, 15 de diciembre de 2006
Eduardo De la Puente: "Soy un rocker casado, con un hijo y alguna responsabilidad"
Ficha:
Nombre: Eduardo De la Puente
Fecha de Nacimiento: 7 de diciembre de 1963
Lugar: Ciudad de Buenos Aires, Argentina
Avatar Mainstreen: Conductor de radio y TV.
Avatar Underground: Self Made Man. Guitarrista de banda de barrio que pelea desde la independencia.
Hoy: Cuando vuelva de sus vacaciones retomará la coconducción (junto a Pergolini) de "¿Cuál es?" (FM Rock & Pop) y de "Caiga Quien Caiga (CQC)" por Telefe. Es escritor, guionista y guitarrista de la banda de rock independiente Tristemente Célebres.
"Aunque suene caradura, creo que mantenemos el espíritu under. Este programa factura un montón y tenemos campañas de nivel nacional y todo eso. Es totalmente burgués. Pero siendo como somos, no podríamos adaptarnos a eso y deformarnos. Por decirlo de una manera, ese espíritu o actitud under, rocker, adolescente o como mierda sea, es lo que nos mantiene enteros. De otro modo habríamos mutado en conductores formales".
Contradicciones. El lugar huele a sofisticación y limpieza. Los tragos cuestan caros en Puerto Madero, destino "top" de la Reina del Plata. En uno de sus bares temáticos, Radioset, hay montado un estudio radial permanente desde el que varios programas salieron y salen al aire. El contraste entre un espacio tan exclusivo y algunos de los seguidores de la Rock & Pop que, invitados por la producción, se acercaron para presenciar en vivo "¿Cuál es?", es notable. Allí están, apichonados por el ambiente y tratando de pasar inadvertidos ante algunos yuppies que parecen a sus anchas recostados en la silla con un mojito en la mano, tan frío que les empaña el vidrio de su TAG deportivo. Dos arquetípicos punks postadolescentes, vestidos con rotosas camperas de cuero y hasta peinados con roñosas crestas de colores, pasan caminando por la ¿calle?, frenan y se quedan mirando el espectáculo por la ventana con gesto de incredulidad. Entre la multitud reconocen a Eduardo De la Puente y le gritan: "¡Aguante Tristemente Célebres!".
Esos mismos claroscuros definen al personaje. Por un lado está bien instalado en dos programas (radio y TV) bien ABC1, que son los que más facturan cada uno en su medio. También supo ser la cara de National Geographics. Sin embargo, mantiene códigos de marginal a la hora de hablar (se le puede creer) y lleva a su banda de rock, "Tristemente Célebres" por el camino largo y pedregoso de la independencia. Es amable, inteligente y no defiende lo indefendible.
-Tu profesionalismo es otro, distinto al de los comienzos.
-Seguro, tenemos una gimnasia diferente.
-Tampoco las vidas son iguales, ya no se cometen los mismos excesos.
(Con tono irónico)-Estamos instalados socialmente...
-Indudablemente. ¿Sos menos rocker?
-No, soy un rocker casado, con un hijo y alguna responsabilidad más.
-Dormís más y mejor.
-Seguro. Pero en esencia somos iguales.
-¿Es decir que mantienen un espíritu under?
-Suena caradura, pero creo que sí. Este programa factura un montón y tenemos campañas de nivel nacional y todo eso. Es totalmente burgués. Pero siendo como somos, no podríamos adaptarnos a eso y deformarnos. Por decirlo de una manera, ese espíritu o actitud under, rocker, adolescente o como mierda sea, es lo que nos mantiene enteros. De otro modo habríamos mutado en conductores formales.
-¿Es decir?
-Mata que la radio se escuche, matan los sueldos que pagan y además que a veces apoyemos en demasía. Pero también mata que se sepa que no le vendemos el alma al diablo.
-¿Cuál sería ese límite?
-Creerme que todo lo que vendo me gusta. No es así, la gente lo sabe.
-¿Y cómo justificás vender algo en lo que no creés?
-Porque es necesario para mantener un programa al aire como el nuestro. Sobre todo por las fuentes de laburo. De "¿Cuál es?" viven 25 personas. Y bueno man... hacen falta anunciantes y hay que tratarlos bien.
-Para colmo, la TV los volvió mucho más mainstreen.
-Es cierto, la tele tiene que ver en eso. Pero dentro de ese ámbito "CQC" es una isla.
-¿En qué sentido?
-En que se nota que no somos gente de televisión, sino que trabajamos ahí.
-Es una diferencia muy sutil. ¿El público distingue esto?
-Me parece que sí. El tipo que se acerca a Mario, que es el más popular, lo hace de una manera muy diferente a la que lo haría con Susana Giménez. No es lo mismo.
-Es cierto. Recién pasaron unos punks, con cresta y todo, que gritaron "¡aguante Tristemente Célebres!".
-Uy, me encantó (se ríe).
-La banda sí se maneja como under e independiente.
-Definitivamente sí.
-¿Por qué? Podías hacerlo de otra manera, tenés los medios.
-Porque está encarado como todo lo demás que hice en mi vida. Tanto "¿Cuál es?" como "CQC" ahora están impuestos pero arrancaron bien de abajo, en horarios muy marginales. Pico y pala. Pico y pala. Pico y pala. Se mantuvieron por los años de laburo. La banda la manejamos así por una cuestión de honestidad.
-Explicame eso.
-Si mañana viene un tipo y me pone 700 mil dólares para grabar un disco del carajo y me ofrece llenar cinco estadios de River, sé que me queda grande. No sé si tengo resto para bancarlo. Hay que hacerse desde abajo, paso a paso y con una buena base. No quiero vender algo que no es. Grabamos un disco y estamos componiendo para el segundo. Sin compañías, ni apuro, ni presión, ni nada.
-¿Cómo se crece?
-Tocando, grabando, componiendo, divirtiéndonos y tratando de que a la gente le pase lo mismo. Punto.
-¿Debatieron dentro de la banda si usaban tu figura mediática?
-Seguro, cuando entraron Leo y Maxi, que fueron los últimos en sumarse les aclaramos de movida cómo eran las cosas.
-¿Y "cómo son las cosas"?
-Que esté yo en la banda no implicaba que atrás venían ni la Rock & Pop ni Cuatro Cabezas ni nada. No íbamos ni a abusar ni a usar eso. A los pibes les pareció súper bien porque no venían a salvarse ni económica ni artísticamente. Sólo querían tocar rocanrrol. Y descubrieron que había más rock del que esperaban. Sólo es la música y es la música la que nos llevará a algún lado. Yo no.
"Se crece tocando, grabando, componiendo, divirtiéndonos y tratando de que a la gente le pase lo mismo. Punto. Que esté yo en la banda no implicaba que atrás venían ni la Rock & Pop ni Cuatro Cabezas ni nada. No íbamos ni a abusar ni a usar eso".
-¿Te animás a definir qué es la cultura rock?
-Es muy amplio el asunto. Me parece que a esta altura pasa por hacer lo que tenés ganas y mejor te sale con honestidad hacia vos y al mundo. Descubrir qué te apasiona y darle. Que ni la vida ni las circunstancias te ganen. Desde luego, no es lo mismo que dedicarle la pasión a ser asesino a sueldo. Pero dentro de lo artístico, ser honrado es rockero.
-¿Se puede hacer arte en radio?
-Sí, y creo que "¿Cuál es?" está pletórico de arte. Tal vez no sea tradicional pero la forma en que se encaran separadores, segmentos de audio, secciones grabadas muy pulidas, la estética de los locutores, todo marca que hay un laburo increíble en ese sentido. Sobre todo porque no es necesario que esté.
-¿Es así?
-En apariencia no son necesarias estas cosas, pero en dos años lo serán para todos. Los ruiditos que se hacen con una maquinita llamada Instant Replay no eran indispensables cuando la incorporamos hace cinco años. Hoy todos meten los "chan" y las risas al instante. Eso tiene que ver con lo artístico. Hay creatividad.
-Van primeros en la radio.
-Hace no mucho que lo pasamos a (Oscar González) Oro por un poquito. Así que somos lo más escuchado de la radiofonía, AM y FM. Pero eso va y viene, durante el año vamos primero y segundo.
-¿Esto genera algún tipo de responsabilidad desde el mensaje?
-Debería, pero no. Tenemos que tener honestidad individual. El programa nos tiene que gustar. Si lo acepta el resto de la gente, bienvenido sea. Nos interesa tener a Felipe Pigna una vez por semana y enterarnos de cuestiones de la historia que nos vendieron cambiadas. Es para nosotros. De hecho, la referencia para los pasos de comedia somos nosotros mismos. No tenemos otro. No hay manera de saber si a la gente le causa gracia.
-¿Entonces?
-Si a vos te da risa y la pasás bien, es muy probable que al público le pase lo mismo. Yo no podría hacer "ShowMatch" porque no me gusta. Es bárbaro que lo nuestro sea aceptado. Nos podemos bajar los pantalones, cagarnos en todo y dedicarnos a algo sólo para vender. Pero nos sentiríamos muy mal.
-¿Escuchás radio?
-Muy poco. A la mañana, en el auto, hago zapping entre Magdalena, Nelson Castro y la Negra Vernaci. A la tarde salto de Juan Di Natale a Matías Martin con Gaby Schultz y después de "CQC" me voy con Dolina.
-¿El resto no te convence?
-Para escuchar música tengo mis discos a mano. Me atrae el discurso y el diálogo y hay muy poco de eso. A veces nosotros nos pasamos media hora hablando de cómo fuimos a la ferretería. Pero si lo repasás, hubo varios "highlights" y momentos graciosos en esa charla. Eso es química y no podría hacerlo solo. Porque escuchás a tipos intentando ser trascendentes o graciosos a partir de algo pueril, y el resultado es patético. Pocos lo pueden manejar.
-Tuviste programas propios.
-Sí, pero me volqué a la música. Con mis gustos. Picadito para que si a alguien no le gusta, sepa que dura poco y después vendrá algo diferente.
-El concepto de "Rapidísimo".
-Sí. Estoy convencido de que si Héctor Larrea tuviera 40 años estaría haciendo "¿Cuál es?". El formato es el mismo: opinión, deportes, comedia, espectáculos. A lo sumo seremos un upgrade de ese clásico magazine de la mañana.
-¿Hay chicos de menos de 25 tratando de actualizar lo de ustedes? No lo noto.
-Yo tampoco, pero tampoco los busco. Deben estar ahí al acecho. Ya van a venir los Pergolinitos, Delapuentitos y Gantmanitos que nos desbanquen para mandarnos a un arcón de ancianos respetables.
-Bobby Flores me decía que la diferencia es que ustedes querían echar a Carrizo, Larrea, Fontana y Martinheitz y ahora los chicos quieren ser ustedes.
-A la distancia, por ahí creíamos que les queríamos patear el culo. Pero en el fondo buscábamos hacer lo mismo de otra forma. Ojalá haya pibes que nos quieran desbancar y terminen haciendo otra cosa diferente y no aggiornando lo nuestro. Los espero. Yo tengo cada vez menos ganas de laburar.
Bazas:
Radio:
Comenzó como movilero de "El destape de Quilmes". Fue redactor de data musical para "El Puente". Luego guionista y productor de "Música de cañerías" y de "Los especiales de la Rock & Pop", director artístico de "FM Tropical" y conductor, productor y musicalizador de "Los especiales de Radio City", "La Rockola", "Con gusto a radio", "Boomerang" y "Parece mentira".
Televisión:
Su debut fue en "Videoscopio", en 1985, transmitido por Canal 11; colaboró con Mario Pergolini en "La TV Ataca" y "Turno Tarde". Sería más adelante conductor de "El acomodador", de "Audacia", y presentador de documentales de National Geographic.
Gráfica:
Editó las revistas "Twist y gritos" y "Tren de carga". Colaboró con las revistas nacionales "Satiricón", "Eroticón", "Rock & Pop revista", "Mix" y "Trespuntos", y en las españolas "Heavy Rock" y "Popular 1". Dirige la revista "Music Expert".
Libros:
Publicó "¿Cuál es?", "¿Cuál es? 2 (el regreso)", "Las aventuras del Osito Mimosito y otras guarradas", "¡Rock! (antología analizada de la poesía rock argentina desde 1965)", en colaboración con Darío Quintana; y "Por qué tardé tanto en casarme" y " El día más feliz de mi vida (y otros cuentos igual de estúpidos)".
Cine:
Devórame otra vez (corto - 1997)
Gustavo Masutti Llach
Mavirock Revista
Buenos Aires, Argentina
Diciembre de 2006
jueves, 14 de diciembre de 2006
Alejandro Dolina: "No sé si mi lógica es rentable"
De acuerdo, la austera presentación de la programación de Canal 7 no es el ámbito adecuado para invitar a nadie a reflexionar frente a un grabador. Hay multitudes de aburridos que deambulan, se chocan, saludan, tratan de que no se les vuelque la cerveza del vasito blanco de plástico y buscan desesperados una maceta anónima donde descartar el sanguchito que les tocó en desgracia. Sin embargo, Alejandro Dolina es uno de los pocos que pueden salir inmunes de ese trance. Se pasea junto a Antonio Carrizo por el lobby del canal y su altura los destaca por sobre el gentío (en todo sentido). Casi da pena interrumpir esa charla, que se adivina docente, pero "el Negro" accede con la cortesía de un dandy. Habla sin apuro, y cada vez que piensa una respuesta frunce el ceño y pone la vista en un horizonte prosódico.
-Sé que la pregunta te incomoda, pero no trae implícita una duda sobre la calidad de tu programa. ¿Por qué te sigue tanta gente joven cuando no es tu objetivo?
-Realmente no lo sé.
-Es que el arquetipo del adolescente y el joven...
-Sí, son muy diferentes y están alejados de lo que yo hago, afortunadamente. No obstante, no me parece que los arquetipos juveniles sean mejores que los adultos como algunos parecen creer. Es cierto que hay una mayoría de jóvenes en la audiencia, pero como vos bien decís, no hay una intención de mi parte por apuntar a ese segmento de público.
-¿Cómo sería apuntar a eso?
-Bueno, ceder a un cierto "muchachismo". Lo cierto es que hago un programa para que me guste a mí. Me tengo que divertir yo. Si la gente lo acepta me pondré muy contento, y si no, sufriré una especie de abandono. Pero si no me gusta a mí, ¿a quién?
-Sin embargo, hace poco Jorge Dorio (quien formó parte del programa) me dijo que te preocupaba mucho el qué dirán, en referencia al rebote de una opinión tuya en la audiencia. Y que por eso, por ejemplo, no hablabas de historia argentina.
-Es que si nombro a Rosas, a Lavalle o a Perón "La venganza será terrrible" pasaría a convertirse en otro programa, por la polémica con los oyentes. Y hay un enorme componente de odio en la sociedad argentina (y mundial) que es innegable porque se ve todos los días. No estoy interesado en eso.
-¿Evitás el conflicto?
-Sí, pero no sé si no es una respuesta válida. La cultura occidental postula al hombre beligerante, que toma partido. Los taoístas no piensan así. Ellos dicen que se puede suspender el juicio.
-¿Cuál es tu postura?
-Que es posible pensar sin necesidad de afiliarse. No implica no escuchar las dos campanas. Simplemente es no confrontar, tomar los hechos y los argumentos, y analizarlos sin darle un palo al que no saca las mismas conclusiones que nosotros.
-Es decir: no es frívolo no polemizar.
-Es que es así. No es necesaria la polémica como forma única de análisis de los asuntos. La ciencia no funciona de ese modo, por ejemplo. (Albert) Einstein no le hacia un escrache a (Arthur Stanley) Eddington si éste no demostraba que la Teoría de la Relatividad era válida.
-¿Entonces no postulás que no haga falta debate?
-Desde luego que no. Pero desde otro lugar. Es necesario porque todavía no definimos qué país seremos. Otras naciones, como Estados Unidos, ya conocen su rumbo y la nave va. Precisan funcionarios para su administración y votan por el que consideran más idóneo. Nosotros vivimos en una larga lucha por este tema. No se trata de seguir un rumbo prefijado por generaciones anteriores sino de saber a qué puerto va la nave. En este contexto prefiero a un mediocre que se come las eses pero que me lleva a donde quiero, antes que a un erudito que va para el otro lado. No necesitamos un funcionario sino una voluntad.
-No te gusta el rock. Alguna vez declaraste que no distinguías un disco de Sting de otro de Charly García.
-Y es verdad. No puedo ser hipócrita y negarlo. Estoy lejos de pensar que es algo malo, sólo pasa que mi alma no lo necesita. No escuchaba rock ni siquiera en mi adolescencia. Me gustaban los Beatles, pero no los quería como a Gardel. Siempre consumí tango y de pibe tenía que ocultarlo porque era considerado estúpido y mersa por mis pares. Por otra parte, propender a la cultura nacional es importante, no un capricho nacionalista. No pasa por el berretín patriotero de imponer la chacarera antes que el rock, sino de generar la conciencia de quiénes somos. No sólo desde un punto de vista cultural sino también social, político y hasta histórico.
-Cambiando de tema. ¿Vas a volver a la televisión?
-Por ahora no. Me pidieron un proyecto para Canal 7, veremos.
-¿Qué te provoca no estar en pantalla?
-Un poco de angustia, hay que reconocerlo.
-¿Cuál es la diferencia de ese medio con la radio?
-La televisión es más completa y penetrante. Además, permite la realización de unas disciplinas artísticas que la radio limita.
-¿Qué herramientas tenés en la radio?
-Funciona a partir de lo discursivo, de la palabra, de la narrativa. En la televisión hay lugar para lo teatral y lo visual. Implica, sin dudas, un desafío más ambicioso desde el punto de vista artístico. Desde luego, el inconveniente radica en que por ser mayores las exigencias de inversión que requiere la TV, hay un apuro mayor por recuperar el dinero.
-¿Esto afecta la calidad, no?
-En general redunda en productos artísticos bastante más sencillos, cuando no más banales.
-¿Estás de acuerdo con el estereotipo tan difundido que marca que la radio alcanza más profundidad en el mensaje?
-No. A no confundirse, uno no es superficial solamente porque hay una cámara encendida. Esto sucede por fenómenos contingentes. Como dije, las grandes inversiones de dinero hay que recuperarlas, entonces el producto final tiene que viajar a la velocidad del más lento.
-Está claro que no lo sería por definición, pero ¿qué pasa en los hechos?
-La realidad indica que la radio es más profunda. Por ser más barata admite mayores riesgos, más heterodoxia y una profundidad superior a la de la televisión.
-Conseguiste demostrar que se puede hacer un programa exitoso de radio con otra lógica. Se puede hablar de historia y de mitología, por ejemplo. ¿También demostraste que esa vía es rentable?
-No sé si es rentable. Se puede hacer algún tipo de negocio, pero que no tiene una devolución tan rápida y que tampoco es para tanta gente. Desde luego que no es tan redituable como la otra manera. Sin embargo, estoy convencido de que hasta la televisión tiene espacio para programas de cinco puntos de rating. Claro, todos quieren hacer uno de treinta. Y el show de alta audiencia necesita de una cierta sencillez, requiere una suerte de vulgaridad que conspira contra un arte complejo.
-¿Esto es siempre y en todos lados así?
-Sí, en todo el mundo, no es un mal argentino. Claro, canales como el 7 deberían ser subsidiarios y manejarse con otra lógica, es decir, hacer esos programas que el mercado descarta.
Ficha
Autodefinición: "Soy artista sin más clasificaciones. Cuando canto soy cantante; cuando escribo, escritor; si compongo soy compositor y si estoy en la radio, charlista".
Lugar de origen: "Mi bisabuelo fue fundador de Baigorrita. Querían que yo naciera allí, de modo que mi madre se trasladó a Baigorrita. Con tan mala suerte que la partera estaba en el pueblo vecino. De modo que la verdad histórica es que vine al mundo en Morse. Pero nunca viví allí ni en Baigorrita, siempre en Caseros".
Familia: Hijo de Delfa, madre docente y Alejandro, padre cantor de tangos. Tía Elma le enseñó a leer a Chesterton a los 3 años. Tiene dos hijos, Alejandro y Martín.
Padrino: A los 20 empieza a trabajar en Canal 13 como redactor publicitario gracias a Manuel Ebecuor, un abogado que defendía a personas que tenían problemas con la dictadura y sería desaparecido. Esta persona inspiró al Manuel Mandeb de sus libros.
Hoy: Acaba de mudar "La venganza será terrible" a Radio 10, AM 710. Desde el 4 de enero transmitirá de lunes a viernes a la medianoche (también se transmite en Radio El Espectador de Uruguay, AM 810).
Bazas
Radio:
"Mañanitas nocturnas" (con Mario Mactas y Carlos Ulanovsky, 1975)
"Claves para bajar de la cama" (con Adolfo Castelo, Fernando Salas y Federico Bedrune),
"Demasiado tarde para lágrimas", El Mundo, 1985. Rivadavia, 1989.
"El Ombligo del Mundo", FM Viva, 1992.
"La venganza será terrible", FM Tango, 1993. AM Continental, desde 1994 (en 2001 salió por AM Del Plata). Hoy en Radio 10.
TV:
Realizó los cortos de "Clemente", junto con Caloi (desde 1982 hasta 1989).
"La barra de Dolina", (Canal 11, 1988 y ATC, 1990).
"Bar del infierno", Canal 7, 2003.
Gráfica
Fue colaborador de la revista Humor (Registrado) desde 1978; Satiricón, 1977; y Mengano, 1974.
Libros
"Crónicas del Ángel Gris", 1987.
"El libro del fantasma", 1999.
"Bar del infierno", 2005.
Discos
En 1995 empezó a Grabar "Lo que me costó el amor de Laura", opereta criolla, la que publica en 1998. El mismo año la estrena en teatro.
"Radiocines", 2002.
"Tangos del Bar del Infierno", 2004.
Cine (aunque reniegue)
"Las Puertitas del señor López", 1988.
"El Día que Maradona conoció a Gardel", 1996.
"Libre" (cortometraje, voz en off), 2004.
Escribió "Balada del primer amor", 1997, dirigido por Daniel Pensa y Miguel Angel Rocca
"Me hago cargo de lo que digo yo".
Aunque ya había conflictos, su salida de radio Continental fue tan abrupta como inesperada. Sin perder tiempo y ya sin contrato con los españoles de Prisa, las ofertas empezaron a aparecer y la de Radio 10 fue la más seductora. "A mí me hubiera gustado quedarme en Continental, pero tuvimos diferendos laborales y otros requerimientos que no nos permitieron ponernos de acuerdo", confesó. Y agregó: "Nunca me han bajado línea ni me han obligado a hablar de determinadas cosas, porque creo que la única obligación de una radio es poner su energía empresaria y de producción para que se pueda hacer un buen programa. Ninguna de las radios en que he estado nunca tuvo mucho que ver con el programa ni conmigo mismo. En definitiva, yo me hago cargo de lo que digo yo".
Desde el 4 de enero próximo, "La venganza será terrible", saldrá por la AM 710, como siempre de 0 a 2, desde Mar del Plata hasta el viernes 12 y, a partir del lunes 15, regresará a Buenos Aires para emitir desde la sala Pablo Picasso del Paseo La Plaza. Lo acompañará Gabriel Rolón y al cierre de esta edición no se sabía el futuro de su ladero Guillermo Stronatti, quien fue tentado para quedarse en Continental y conducir su propio ciclo.
Gustavo Masutti Llach
Mavirock Revista
Buenos Aires, Argentina
diciembre de 2006
domingo, 10 de diciembre de 2006
Raúl Portal: "Me siento un leproso con SIDA"
Se podría decir que el inclasificable Raúl Portal está al frente de un “petit multimedio”: tiene su programa de televisión, su revista, sus exposiciones y su página web, todas con el mismo nombre, “El Portal de las Mascotas”. Y desde hace un mes, agregó una audición (Radio el Sol, AM 1450, lunes a viernes de 12 a 14): “El Portal del mediodía”, que co-conduce con la joven y bella María Taratuty. “Tenemos éxito sin famosos, ni exteriores, ni escenografía y poca producción. Es una hora y media de perros tristes. Mi hijo Gastón siempre me dice que es un milagro porque es antitelevisivo. (...) En la radio la gente muere por hablar de sus perros”. La nueva dama que lo acompaña es María Taratuty, de 23 años, a quien conoció hace 16 cuando lo visitó en Continental y él la agarró de las colitas en broma.
Advertencia: este reportaje no es una primicia. Pero no es que se trate de un refrito, sino consecuencia de las excentricidades del entrevistado. Raúl Portal quiso que la charla saliera al aire en su nuevo programa radial y así fue. Los estudios de Puerto Madero de la flamante Radio El Sol son coquetos y completos. A Raúl le quedan algunos vicios de la tele: gesticula y enfatiza las ideas moviendo las manos, pero sólo unos pocos pueden verlo. Sin embargo, exhibe sus bazas: “Tengo 36 años de radio, empecé en Mitre en 1970, y la amo profundamente”.
-¿Por qué en esta emisora?
-Pertenece al grupo El Sol de Quilmes, un diario de 79 años y que está creciendo como multimedio. Compró canales de cable, radios del sur y ahora buscan tener alcance nacional. Me crié leyendo libros épicos, por eso una radio que recién empieza, en un lugar nuevo del dial es fundacional, y todo un desafío. Eso me encanta y además, es muy cómoda porque todos tiran para adelante.
“En mi haber figuran Mariana Fabbiani, las dos Pais, Panam, Gisela Barreto, Marixa Balli y tantas otras”, se jacta. En la pantalla de la PC figura una receta de un guiso vegetariano, responsabilidad de María Taratuty, su nueva “adquisición”, a la que cuida como a una joya. “Esta es la segunda vez que entro a un estudio de radio –relata ella-. La primera vez fue a los 7 años, cuando con el colegio nos fuimos de excursión a Continental. Raúl nos saludó a todos, pero a mí me agarró de las colitas y dijo: ‘me gusta ésta porque tiene manijas’. Depués cuando apareció ‘El Portal...’ me volví fanática y no paré hasta que logré formar parte del programa”.
-Siempre con las mascotas.
-Así es. Romay me colgó el sayo de que “televisión Portal, barato y original”, por eso nadie me ofrece mucha plata para producir. Mi secreto es que pateo siempre al arco. En esta época del año voy por los canales ofreciendo mis nuevas ideas (siempre hago algo nuevo, que no quiere decir que sea bueno) y todos me escuchan pero me piden a “los perritos”. En fin, en definitiva hoy la TV es un gran “PNP”, aunque el juicio contra “TVR” siga adelante.
-¿Vendiste el formato del “Portal...” al exterior?
-Me ofrecieron hacerlo en Cuba, Chile, Uruguay y Brasil.
-Siempre con vos, no el formato.
-Sí. Porque no pueden creer que funcione. En España nos premió una asociación protectora de animales porque no existe nada parecido en el mundo. Sólo concursos o científicos. Con tristeza digo que, salvo canal 7 tenemos el único programa de servicios de la tele. Por eso no nos ternan para el Martín Fierro todos los años. Ganamos dos y perdimos uno muy justamente contra “Recursos Humanos”.
-¿Cómo se traslada la lógica del “Portal de las Mascotas” a la radio?
-Me gusta mucho más que la televisión, tenés otro tiempo. Hay una crisis afectiva. Por eso la gente muere por hablar de sus perros. No sé manejar y viajo en taxi; todos los choferes me cuentan anécdotas de sus mascotas. Nunca llegué al corazón de la audiencia de esta manera. Ni con “Semanario Insólito” ni con “Notidormi”. Cumplimos el reencuentro 10.000. Soy feliz porque encontré un lugar en el mundo.
-¿Es rentable o resignás por ese lado?
-Es muy barato. Tenemos un éxito (relativo, no competimos con “Montecristo”) sin famosos, ni exteriores, ni escenografía y con poca producción. Tres horas de perros tristes. Mi hijo Gastón siempre me dice que es un milagro porque es antitelevisivo. Claudio Villarruel me dio la oportunidad por tres meses en Telefé y no paramos nunca más en tres canales.
-¿Te imaginás el programa sin vos?
-Sí, seguro. Más de treinta años no lo voy a seguir. Violé la “Ley Sandrini”, que decía que “nunca hay que laburar con niños, muñecos o animales porque te roban la escena”. Hacemos lo contrario, nosotros vamos atrás de los perros. Eso es antizapping, nadie puede cambiar de canal si hay un cachorro en pantalla.
“Me siento un leproso con SIDA”, dice para graficar que se siente sólo cuando defiende a algunos de sus amigos. Y explica: “durante cuatro años me cerraron todas las puertas por lo del padre Grassi. Yo lo defiendo no por inocente (que lo es) sino por amigo. En su momento le dije que si llegaba a ser verdad, lo entregaba en persona a la policía pero sin dientes”.
-¿Cómo quedó la fundación?
-Perdió 1.500 chicos. Será difícil recuperarlos. Ahora me largo en campaña por el “juicio ya”. Los abogados dicen que no lo juzgan porque deberían absolverlo porque es escandalosamente inocente.
-Luis D’Elia te hizo una cámara oculta.
-Sí, me llamó a una reunión para destrabar un subsidio de los pibes. Pero no la pudo mostrar porque yo no hablo mal de un amigo ni bajo tortura. Entre ellos cuento al coronel Seineldín y a Enrique Gorriarán Merlo, que murió hace poco. También a Silvio Soldán, que hizo feliz a mucha gente mandándolos a Bariloche y que impulsó la carrera de tantos tangueros. Sin embargo sólo fuimos a verlo Cacho Rubio y yo.
-¿Hasta dónde les bancás errores a tus amigos?
-No deben haber sido torturadores, ni desaparecedores, ni aborteros, ni violadores, ni abusadores de menores. Grassi es inocente y pronto se va a redimir.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina
Diciembre de 2006
Advertencia: este reportaje no es una primicia. Pero no es que se trate de un refrito, sino consecuencia de las excentricidades del entrevistado. Raúl Portal quiso que la charla saliera al aire en su nuevo programa radial y así fue. Los estudios de Puerto Madero de la flamante Radio El Sol son coquetos y completos. A Raúl le quedan algunos vicios de la tele: gesticula y enfatiza las ideas moviendo las manos, pero sólo unos pocos pueden verlo. Sin embargo, exhibe sus bazas: “Tengo 36 años de radio, empecé en Mitre en 1970, y la amo profundamente”.
-¿Por qué en esta emisora?
-Pertenece al grupo El Sol de Quilmes, un diario de 79 años y que está creciendo como multimedio. Compró canales de cable, radios del sur y ahora buscan tener alcance nacional. Me crié leyendo libros épicos, por eso una radio que recién empieza, en un lugar nuevo del dial es fundacional, y todo un desafío. Eso me encanta y además, es muy cómoda porque todos tiran para adelante.
“En mi haber figuran Mariana Fabbiani, las dos Pais, Panam, Gisela Barreto, Marixa Balli y tantas otras”, se jacta. En la pantalla de la PC figura una receta de un guiso vegetariano, responsabilidad de María Taratuty, su nueva “adquisición”, a la que cuida como a una joya. “Esta es la segunda vez que entro a un estudio de radio –relata ella-. La primera vez fue a los 7 años, cuando con el colegio nos fuimos de excursión a Continental. Raúl nos saludó a todos, pero a mí me agarró de las colitas y dijo: ‘me gusta ésta porque tiene manijas’. Depués cuando apareció ‘El Portal...’ me volví fanática y no paré hasta que logré formar parte del programa”.
-Siempre con las mascotas.
-Así es. Romay me colgó el sayo de que “televisión Portal, barato y original”, por eso nadie me ofrece mucha plata para producir. Mi secreto es que pateo siempre al arco. En esta época del año voy por los canales ofreciendo mis nuevas ideas (siempre hago algo nuevo, que no quiere decir que sea bueno) y todos me escuchan pero me piden a “los perritos”. En fin, en definitiva hoy la TV es un gran “PNP”, aunque el juicio contra “TVR” siga adelante.
-¿Vendiste el formato del “Portal...” al exterior?
-Me ofrecieron hacerlo en Cuba, Chile, Uruguay y Brasil.
-Siempre con vos, no el formato.
-Sí. Porque no pueden creer que funcione. En España nos premió una asociación protectora de animales porque no existe nada parecido en el mundo. Sólo concursos o científicos. Con tristeza digo que, salvo canal 7 tenemos el único programa de servicios de la tele. Por eso no nos ternan para el Martín Fierro todos los años. Ganamos dos y perdimos uno muy justamente contra “Recursos Humanos”.
-¿Cómo se traslada la lógica del “Portal de las Mascotas” a la radio?
-Me gusta mucho más que la televisión, tenés otro tiempo. Hay una crisis afectiva. Por eso la gente muere por hablar de sus perros. No sé manejar y viajo en taxi; todos los choferes me cuentan anécdotas de sus mascotas. Nunca llegué al corazón de la audiencia de esta manera. Ni con “Semanario Insólito” ni con “Notidormi”. Cumplimos el reencuentro 10.000. Soy feliz porque encontré un lugar en el mundo.
-¿Es rentable o resignás por ese lado?
-Es muy barato. Tenemos un éxito (relativo, no competimos con “Montecristo”) sin famosos, ni exteriores, ni escenografía y con poca producción. Tres horas de perros tristes. Mi hijo Gastón siempre me dice que es un milagro porque es antitelevisivo. Claudio Villarruel me dio la oportunidad por tres meses en Telefé y no paramos nunca más en tres canales.
-¿Te imaginás el programa sin vos?
-Sí, seguro. Más de treinta años no lo voy a seguir. Violé la “Ley Sandrini”, que decía que “nunca hay que laburar con niños, muñecos o animales porque te roban la escena”. Hacemos lo contrario, nosotros vamos atrás de los perros. Eso es antizapping, nadie puede cambiar de canal si hay un cachorro en pantalla.
“Me siento un leproso con SIDA”, dice para graficar que se siente sólo cuando defiende a algunos de sus amigos. Y explica: “durante cuatro años me cerraron todas las puertas por lo del padre Grassi. Yo lo defiendo no por inocente (que lo es) sino por amigo. En su momento le dije que si llegaba a ser verdad, lo entregaba en persona a la policía pero sin dientes”.
-¿Cómo quedó la fundación?
-Perdió 1.500 chicos. Será difícil recuperarlos. Ahora me largo en campaña por el “juicio ya”. Los abogados dicen que no lo juzgan porque deberían absolverlo porque es escandalosamente inocente.
-Luis D’Elia te hizo una cámara oculta.
-Sí, me llamó a una reunión para destrabar un subsidio de los pibes. Pero no la pudo mostrar porque yo no hablo mal de un amigo ni bajo tortura. Entre ellos cuento al coronel Seineldín y a Enrique Gorriarán Merlo, que murió hace poco. También a Silvio Soldán, que hizo feliz a mucha gente mandándolos a Bariloche y que impulsó la carrera de tantos tangueros. Sin embargo sólo fuimos a verlo Cacho Rubio y yo.
-¿Hasta dónde les bancás errores a tus amigos?
-No deben haber sido torturadores, ni desaparecedores, ni aborteros, ni violadores, ni abusadores de menores. Grassi es inocente y pronto se va a redimir.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina
Diciembre de 2006
domingo, 3 de diciembre de 2006
Nora Briozzo: “Me daba miedo volver a la música”
Ella reina en los fines de semana de la FM Pop, 101.5. Los sábados conduce el Radio Ranking Pop Weekend, de 13 a 18, y los Domingos, de 9 a 13, hace lo propio con “Pop en tu idioma”, con canciones en castellano. Además, cada vez que Daisy May Queen viaja al exterior, la reemplaza en las mañanas de lunes a viernes.
“Todavía hay gente que me pregunta dónde estoy, como si me hubieran perdido de vista”, se queja sin perder la bella sonrisa. El destino suele ser pícaro. La soprano Nora Briozzo estudió canto lírico y periodismo, y como complemento, locución. Y sorpresivamente fue esta última profesión la que la instaló en los medios. Debutó como movilera en Radio América, hace casi veinte años. A los tres meses le tomaron una prueba en Mitre y quedó; se incorporó a los programas de Juan Carlos Mareco y luego de Mochín Marafiotti. Al año se fue a FM Horizonte y poco después volvió a FM 100, donde ganó premios y tuvo su pico de popularidad en radio. En los últimos años pasó por la FM 92.3 y la Diez (tiene el mérito de ser de las pocas que pudieron ganarle en audiencia a Alejandro Dolina) hasta que se estabilizó en la Pop, con un perfil un poco más bajo.
-En los últimos tiempos tuviste etapas bien diferenciadas en radio: La 100, la 92.3, la Diez y ahora Pop.
-Lo de la 100 fue muy bueno y se terminó en el 2000. A partir de entonces me volqué un poco más a lo periodístico, con programas en canal 9 y en el 26, y radio 10. Daniel (Hadad) me llamó para la Pop y no sabía qué contestar porque era como volver al primer amor.
-¿Te resultó fácil volver a la conducción de un envío musical?
-Fue raro. Tuve que reaprender todo de nuevo. No lo siento como un retroceso en mi carrera sino como una vuelta a un género al que pensé que nunca retornaría. Al principio me asustó un poco, pero me relajé porque la música siempre formó parte de mi vida. Ahora me encanta y lo disfruto.
-¿Sos de planificar tu carrera?
-No, pero se dio así.
-Sos compañera de Daisy May Queen, la reemplazás al aire cuando ella viaja al exterior y hasta le hiciste móviles para su programa.
-¿Viste? Eso está bueno porque siempre fuimos competencia, en la mañana de la Hit y de la 100. Hoy convergemos en una misma radio y tiramos para el mismo lado con nuestra experiencia. Además es muy buena mina y me llevo muy bien con ella. Competíamos pero nunca nos peleamos por más que la fantasía del público indicara otra cosa.
-¿Vos qué escuchás en tu casa?
-Soy bastante ecléctica. Me gusta lo latino y aprendí a apreciar lo electrónico. Y desde siempre el jazz porque me parece que es la base de toda la música. Tiene mucho de intuición, maestría, improvisación y se nota el talento.
-¿Consumís radio?
-Sí, zapping total. La radio en la que estoy la pongo siempre. Para informarme Ari Paluch, me atrae lo que hacen Pergolini y Andy Kusnetzoff. Pettinatto creo un estilo bien diferente para la primera mañana, más divertida que informativa. Hay que ser talentoso para lograr eso. En música, la Pop me gusta. En AM me fascina Chiche Gelblung porque es bárbaro. Sus encuestas, esos temas chiquitos que transforma en enormes, un genio. Y no decae nunca.
-¿Cómo te trata el rating?
-Tuvimos varias etapas. Entré en Pop el año pasado, estuvimos quintos, después bajamos un poco pero vamos creciendo. Pensá que enfrentamos en nuestro segmento a radios como Disney y la 100 que están impuestas desde hace mucho tiempo. Somos jóvenes, en este dial estuvo la Top, la 101.5, Gen, Pop con una propuesta más electrónica y ahora nos estamos acomodando. En radio los tiempos son más lentos.
-¿Cuál es el target de tus programas?
-Mujeres de veinte a treinta y cinco años, y programamos música latina y lo nuevo en inglés. La radio se llama Pop, ese es el estilo.
-Definí el estilo actual.
-“Pop” es “popular”. En el mundo significa eso, es la música que escucha la gente. Es para un público amplio, después si lo segmentás te da más mujeres. Chicas que ponen la radio en el negocio o en la oficina.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina
3 de Diciembre de 2006
“Todavía hay gente que me pregunta dónde estoy, como si me hubieran perdido de vista”, se queja sin perder la bella sonrisa. El destino suele ser pícaro. La soprano Nora Briozzo estudió canto lírico y periodismo, y como complemento, locución. Y sorpresivamente fue esta última profesión la que la instaló en los medios. Debutó como movilera en Radio América, hace casi veinte años. A los tres meses le tomaron una prueba en Mitre y quedó; se incorporó a los programas de Juan Carlos Mareco y luego de Mochín Marafiotti. Al año se fue a FM Horizonte y poco después volvió a FM 100, donde ganó premios y tuvo su pico de popularidad en radio. En los últimos años pasó por la FM 92.3 y la Diez (tiene el mérito de ser de las pocas que pudieron ganarle en audiencia a Alejandro Dolina) hasta que se estabilizó en la Pop, con un perfil un poco más bajo.
-En los últimos tiempos tuviste etapas bien diferenciadas en radio: La 100, la 92.3, la Diez y ahora Pop.
-Lo de la 100 fue muy bueno y se terminó en el 2000. A partir de entonces me volqué un poco más a lo periodístico, con programas en canal 9 y en el 26, y radio 10. Daniel (Hadad) me llamó para la Pop y no sabía qué contestar porque era como volver al primer amor.
-¿Te resultó fácil volver a la conducción de un envío musical?
-Fue raro. Tuve que reaprender todo de nuevo. No lo siento como un retroceso en mi carrera sino como una vuelta a un género al que pensé que nunca retornaría. Al principio me asustó un poco, pero me relajé porque la música siempre formó parte de mi vida. Ahora me encanta y lo disfruto.
-¿Sos de planificar tu carrera?
-No, pero se dio así.
-Sos compañera de Daisy May Queen, la reemplazás al aire cuando ella viaja al exterior y hasta le hiciste móviles para su programa.
-¿Viste? Eso está bueno porque siempre fuimos competencia, en la mañana de la Hit y de la 100. Hoy convergemos en una misma radio y tiramos para el mismo lado con nuestra experiencia. Además es muy buena mina y me llevo muy bien con ella. Competíamos pero nunca nos peleamos por más que la fantasía del público indicara otra cosa.
-¿Vos qué escuchás en tu casa?
-Soy bastante ecléctica. Me gusta lo latino y aprendí a apreciar lo electrónico. Y desde siempre el jazz porque me parece que es la base de toda la música. Tiene mucho de intuición, maestría, improvisación y se nota el talento.
-¿Consumís radio?
-Sí, zapping total. La radio en la que estoy la pongo siempre. Para informarme Ari Paluch, me atrae lo que hacen Pergolini y Andy Kusnetzoff. Pettinatto creo un estilo bien diferente para la primera mañana, más divertida que informativa. Hay que ser talentoso para lograr eso. En música, la Pop me gusta. En AM me fascina Chiche Gelblung porque es bárbaro. Sus encuestas, esos temas chiquitos que transforma en enormes, un genio. Y no decae nunca.
-¿Cómo te trata el rating?
-Tuvimos varias etapas. Entré en Pop el año pasado, estuvimos quintos, después bajamos un poco pero vamos creciendo. Pensá que enfrentamos en nuestro segmento a radios como Disney y la 100 que están impuestas desde hace mucho tiempo. Somos jóvenes, en este dial estuvo la Top, la 101.5, Gen, Pop con una propuesta más electrónica y ahora nos estamos acomodando. En radio los tiempos son más lentos.
-¿Cuál es el target de tus programas?
-Mujeres de veinte a treinta y cinco años, y programamos música latina y lo nuevo en inglés. La radio se llama Pop, ese es el estilo.
-Definí el estilo actual.
-“Pop” es “popular”. En el mundo significa eso, es la música que escucha la gente. Es para un público amplio, después si lo segmentás te da más mujeres. Chicas que ponen la radio en el negocio o en la oficina.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina
3 de Diciembre de 2006
jueves, 30 de noviembre de 2006
Gogo Safigueroa: “Sé más de tango que de cine”
Debutó en “Club de éxitos”, por Mitre, en junio de 1964 y no se fue nunca. En base a esfuerzo y perseverancia, y siempre con los comentarios de cine como referencia, el periodista y crítico consiguió armar una sólida carrera. Desde el pasado 3 de julio se lo puede escuchar en “Los Tres Berretines” (FM 2x4, 92.7, lunes a viernes de 16 a 18 hs.).
“Cuando entró a la 2x4 la “viuda de los Beatles”, sonamos. Nos prometió a Rómulo Berruti y a mí un cargo en la dirección de espectáculos, pero no pasó nada. No me fui de la emisora porque Dios es grande”.
Lo que sin dudas lo hizo más famoso fueron sus “perlitas”, esos errores de continuidad o acronías en las películas que el público de sus programas televisivos debía detectar para ganar premios. Sin embargo, José María Safigueroa es mucho más que eso y su relación con la radio viene casi desde la cuna. Es que su madre le puso su apodo, “Gogo”, porque así se llamaba un personaje de su radionovela preferida. Allí hizo sus primeras armas en los medios electrónicos, y es en la radio, - en la FM 2x4, la del Gobierno de la Ciudad -, donde hoy desarrolla su profesión.
-La gente te conoce como especialista en cine, pero estás en una emisora de tango. Contá cómo te acercaste a la música ciudadana.
-Siempre me gustó y considero que sé más de tango que de cine. El programa es la consecuencia de 42 años de radio. La gente me identifica más con el cine y menos con el tango. Tal vez porque cuando empecé estaba casi prohibido por los usos costumbres en los medios. Recién en 1980 me acerco tímidamente al género en la televisión, siempre con el cine como excusa. Con el éxito de Tango Argentino en el exterior, se tiene un rebote en el país y la mano cambia.
-¿Qué se escuchaba en los ’60?
-Empezaba el Club del Clan. El año clave para el tango fue 1957. Después empezó a declinar en su popularidad porque mantener una orquesta de doce músicos era muy difícil desde lo económico. Así, se redujeron las agrupaciones a tríos y cuartetos.
-¿Y los cantores?
-Julio Sosa, nada más. El único que acaparaba la atención de la juventud. Hasta su muerte en 1964. No sé por qué, porque para los tangueros clásicos no está ni entre los diez primeros. En esa década el tango se escuchaba más afuera que acá.
Semivacía, la sala de reuniones del octavo piso del Complejo Cultural San Martín luce enorme. Los ventanales dan una vista panorámica de Buenos Aires, y hasta entre dos edificios, se asoma tímidamente la punta del Obelisco. Gogo aprovecha este ámbito para fumar con fruición. Está con ganas de hablar y parece disfrutar de la charla.
-Retomemos el hilo.
-Bien. En el 2000 me había quedado sin laburo en la tele y vine a hablar con Rubén Machado. El se sorprendió de que no estuviera haciendo nada y me invitó a sumarme con dos programas: “La tangoteca” y “El tango y nuestra gente”, así me empecé a hacer conocido por mi relación con el tango. Le busqué la vuelta por el lado del tango temático o en el cine, para diferenciarme.
-Como un filatelista.
-Exacto. Eso me da un poco de bombo, pero después acá entró la “viuda de los Beatles” (N. De la R. Juan Alberto Badía) y sonamos. Nos prometió a Rómulo Berruti y a mí un cargo en la dirección de espectáculos, pero no pasó nada. No me fui de la emisora porque Dios es grande.
-¿Qué pasó cuando llegó la nueva administración?
-Me llamaron (creí que para echarme), me preguntaron cómo me sentía en la radio y contesté: “mal, creo que estoy desaprovechado”. “Nosotros también”, me contestaron. Me ofrecieron que hiciera lo que quisiera y así surgió “Los 3 berretines, tango, cine y fútbol”.
-¿Por qué elegiste ese título?
-Porque son los que marcan al argentino. Surge de una obra de teatro de Malfatti, en la los miembros una familia eran fanáticos de alguna de esas cuestiones. Así, el hijo era futbolero, un hermano tanguero y las mujeres de la familia, cinéfilas.
-¿Esos son los ejes del programa, no?
-Claro. Hablo de cine y tango, que son temas que domino, y el fútbol, sin ser un especialista, me gusta mucho. Igual, asocio el deporte con la música y las películas.
-Un clásico son las preguntas de los oyentes.
-Sí, eso sigue. ¡Me consultan cada cosa...! La mayoría de las veces son honestas, pero a veces me doy cuenta de que vienen con mala leche.
-¿De qué manera?
-Y... se nota que te quieren hacer mancar. Que te están preguntando algo con un libro en la mano y saben la respuesta. El tema es que esos libros yo también los tengo, y bien leídos. En fin, hay de todo.
-Vos trabajaste con Jorge Porcel en radio a mediados de los 80s.
-Sí, estuvimos en dos radios durante cinco años. Era un genio. Sabía de todo y lo que no, lo inventaba porque era medio mitómano. Una vez lo llevamos a un programa sobre el barrio de Belgrano, porque se nos había caído el entrevistado, y mentimos que había nacido allí (el Gordo era de Avellaneda). Fue impresionante, conocía cada esquina y se inventó cada anécdota que dejó a todos encantados. Así era Porcel.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina
Noviembre de 2006
domingo, 19 de noviembre de 2006
Felipe Pigna: “Apuesto a no caer en el ‘fast food’ histórico”
El historiador más mediático (él no lo considera un insulto) no para. Acaba de recibir un premio por su participación en la Rock & Pop, tiene al aire la segunda parte de “Algo habrán hecho (la historia continúa)” por Telefe y su libro “Los mitos de la historia argentina 3” encabeza la lista nacional de best sellers. “Mis charlas terminan siendo asambleas populares. Hace poco, en Tucumán recibí 140 preguntas escritas (...). Esto habla de la falta de foros donde la gente pueda debatir estos temas”
Nos recibe en su nuevo espacio, donde todavía se está instalando. Felipe Pigna consiguió una casa antigua, a media cuadra de su departamento del barrio de Caballito, y la está reacondicionando para convertirla en su estudio. Desde luego, lo primero que terminó fue la planta alta, donde acomodó su extensa biblioteca, que ya lo estaba asfixiando. Ahora trabajará más cómodo, pero cuesta imaginarlo más prolífico.
-Acabás de ganar el premio Eter 2006 votado por el público en el rubro Especialista temático por tu labor en “¿Cuál es?” (Rock & Pop, FM 95.9, lunes a viernes de 9 a 13).
-Estoy muy contento porque más que una columna es un miniprograma. Estamos hablando de 45 minutos sin pausas de publicidad ni musicales. Excede por mucho el espacio de una columna. Uno tiene miedo de la saturación, pero la gente pide más.
-¿Pautás el tema?
-Sí, pero ni Pergolini ni nadie lo sabe hasta que no estamos al aire.
-Estás en el programa más escuchado de la radiofonía. ¿Genera responsabilidad extra? De la Puente dice que no.
-La responsabilidad es la misma ante diez personas que ante millones. Da gratificación el rebote. Me encanta que sea así y no lo siento como algo especial. Mi trabajo con ellos funciona naturalmente, no tuvimos que adaptarnos.
-¿Tenés ganas de hacer otro programa solo?
-Sí, mucho. Me encantaría hacer uno de entrevistas, como el de Canal 7, que en cualquier momento vuelve.
-Debés exponer ante pares y alumnos en radio y televisión. ¿Cuidás los matices del lenguaje?
-Sí, pero no lo cambio mucho. Mis charlas académicas son muy similares a las de la radio. Lo importante no es el lenguaje sino el contenido. Estoy en contra del lenguaje acartonado y críptico de esos académicos que creen que la sapiencia pasa porque nadie los entienda. A mí me obsesiona que me comprendan todos; lo más complejo puede explicarse de una manera accesible.
-Te “acusaron” de divulgador.
-Sí, como si fuera algo malo, cuando es lo opuesto a la vulgarización. Esta última apunta a lo bajo, morboso y sensacionalista. La divulgación es hablar para muchos de temas que en apariencia son para pocos.
-Dolina me dijo que en TV para recuperar la inversión se suele ir al ritmo del más lento.
-En “Algo habrán hecho” no subestimamos al público. Y en esta temporada menos todavía. Hay más espacio para la reflexión, no se da todo masticado. Se apuesta a no caer en el “fast food” histórico.
-¿Qué período toma?
-Va desde 1852 hasta el suicidio de Alem (1896) y la llegada de los inmigrantes, que vienen a patearle el tablero a la oligarquía.
-Queda descartada entonces la trilogía.
-Sí, por lo menos habrá dos más. Estamos estudiando cómo relatar procesos tan complejos ya que, por ser de historia reciente, hay que dar los dos puntos de vista. Le vamos a encontrar la vuelta. La idea es llegar hasta 1983. A mí me gustaría terminar en el 2001, pero se verá cómo se desarrolla.
-¿Cómo fue producir esta nueva temporada?
-Tan duro como la anterior. El guión no es flexible como en una novela, hay que respetar los datos históricos y es agotador por la gran cantidad de escenas que hay que repetir desde distintas tomas. Igual lo hacemos con gran gusto. Con Mario (Pergolini) me llevo muy bien.
-Los personajes que armaron funcionan bien.
-Sí, ésos son guiños que hacen a la forma de contar. Mario sacrifica su cultura, que la tiene y mucha, para hacer la pregunta que se hace la gente.
-Y vos resignás histrionismo.
-Exacto. Los dos lo hacemos en función de equipo. Mario me dio un protagonismo muy importante.
-Les dieron el horario de los lunes a las 21.
-Excelente, lo festejamos mucho. Porque nuestra mayor preocupación es que lo vea la familia y que se vayan a dormir hablando de historia.
-¿Sabés contra quiénes competís?
-Sí, contra La Monita y “Telenoche”, pero mucho no se puede hacer porque ya está todo grabado. No hay lugar para ponerse melancólico.
-¿A partir de cuando un hecho es histórico?
-Hace poco estuve en un congreso de historia reciente en Italia y hay quienes consideran que, por la velocidad de las comunicaciones, lo que pasa ahora ya es historia y se deja pasar el tiempo para tener acceso a más documentación. El ejemplo es la guerra de Irak.
-¿No se mezcla con el periodismo?
-No, porque se encara desde el análisis de los hechos del presente a partir de su marco histórico. Para seguir con el ejemplo, quién fue Saddam, su relación con Estados Unidos e Irán y demás. La tendencia en los diarios importantes del mundo es tener un historiador que en una columna contextualiza cada noticia.
-¿En los medios argentinos pasa?
-No, tienen una visión antigua: llaman al historiador cuando lo necesitan por un tema de la materia, pero difícilmente lo convoquen para hablar del presente.
-¿Nuestras universidades preparan historiadores para ocupar estos lugares?
-No. Les enseñan una historia alejada de la realidad y de la actualidad. Casi sin conexión entre la universidad y la sociedad. Si los estudiantes se atuvieran en exclusiva al programa de la carrera serían una especie de “nerds” de la historia. Y a pesar de sus esfuerzos suelen estar en una burbuja a la hora de vincular historia y presente, que debe ser una de las virtudes básicas de un historiador.
-¿Vos cómo llegás a tu estilo?
-Me ayudaron los veinte años que llevo como docente. Mi preocupación por ser claro, que me entiendan y transmitir. La charla pública también ayuda a sistematizar las ideas.
-No hablás de clase ni de conferencia, sino de charla.
-Es que terminan siendo asambleas populares. Hace poco, en Tucumán recibí 140 preguntas escritas, algunas no relacionadas con temas históricos. Las contesto todas por respeto, pero aclaro que no soy “opinator”. Esto habla de la falta de foros donde la gente pueda debatir estos temas.
-¿Cómo va la venta de “Los mitos de la Argentina 3”, que acabás de editar?
-Espectacular. Agotó dos ediciones: sesenta mil ejemplares en cinco días, un récord. Un delirio, mucho más que los dos primeros. No es que uno venda libros sino que la gente los compra. Esto me enorgullece porque es un aval. El tomo llega a 1943, los albores del peronismo.
-También iba a ser una trilogía.
-Estaba planteado en cuatro, pero serán cinco porque éste me llevó más de lo que pensaba. Y como me siento libre de hacer lo que quiera con mi obra decidí cambiarlo. Aclaro que no es por motivos comerciales, aunque si alguien lo piensa me importa nada. Hace veinte años que estoy en esto de la investigación histórica, por lo tanto decirme que saco un libro por año no es serio.
Gustavo Masutti Llach
Mavirock Revista
Buenos Aires, Argentina
19 de Noviembre de 2006
Nos recibe en su nuevo espacio, donde todavía se está instalando. Felipe Pigna consiguió una casa antigua, a media cuadra de su departamento del barrio de Caballito, y la está reacondicionando para convertirla en su estudio. Desde luego, lo primero que terminó fue la planta alta, donde acomodó su extensa biblioteca, que ya lo estaba asfixiando. Ahora trabajará más cómodo, pero cuesta imaginarlo más prolífico.
-Acabás de ganar el premio Eter 2006 votado por el público en el rubro Especialista temático por tu labor en “¿Cuál es?” (Rock & Pop, FM 95.9, lunes a viernes de 9 a 13).
-Estoy muy contento porque más que una columna es un miniprograma. Estamos hablando de 45 minutos sin pausas de publicidad ni musicales. Excede por mucho el espacio de una columna. Uno tiene miedo de la saturación, pero la gente pide más.
-¿Pautás el tema?
-Sí, pero ni Pergolini ni nadie lo sabe hasta que no estamos al aire.
-Estás en el programa más escuchado de la radiofonía. ¿Genera responsabilidad extra? De la Puente dice que no.
-La responsabilidad es la misma ante diez personas que ante millones. Da gratificación el rebote. Me encanta que sea así y no lo siento como algo especial. Mi trabajo con ellos funciona naturalmente, no tuvimos que adaptarnos.
-¿Tenés ganas de hacer otro programa solo?
-Sí, mucho. Me encantaría hacer uno de entrevistas, como el de Canal 7, que en cualquier momento vuelve.
-Debés exponer ante pares y alumnos en radio y televisión. ¿Cuidás los matices del lenguaje?
-Sí, pero no lo cambio mucho. Mis charlas académicas son muy similares a las de la radio. Lo importante no es el lenguaje sino el contenido. Estoy en contra del lenguaje acartonado y críptico de esos académicos que creen que la sapiencia pasa porque nadie los entienda. A mí me obsesiona que me comprendan todos; lo más complejo puede explicarse de una manera accesible.
-Te “acusaron” de divulgador.
-Sí, como si fuera algo malo, cuando es lo opuesto a la vulgarización. Esta última apunta a lo bajo, morboso y sensacionalista. La divulgación es hablar para muchos de temas que en apariencia son para pocos.
-Dolina me dijo que en TV para recuperar la inversión se suele ir al ritmo del más lento.
-En “Algo habrán hecho” no subestimamos al público. Y en esta temporada menos todavía. Hay más espacio para la reflexión, no se da todo masticado. Se apuesta a no caer en el “fast food” histórico.
-¿Qué período toma?
-Va desde 1852 hasta el suicidio de Alem (1896) y la llegada de los inmigrantes, que vienen a patearle el tablero a la oligarquía.
-Queda descartada entonces la trilogía.
-Sí, por lo menos habrá dos más. Estamos estudiando cómo relatar procesos tan complejos ya que, por ser de historia reciente, hay que dar los dos puntos de vista. Le vamos a encontrar la vuelta. La idea es llegar hasta 1983. A mí me gustaría terminar en el 2001, pero se verá cómo se desarrolla.
-¿Cómo fue producir esta nueva temporada?
-Tan duro como la anterior. El guión no es flexible como en una novela, hay que respetar los datos históricos y es agotador por la gran cantidad de escenas que hay que repetir desde distintas tomas. Igual lo hacemos con gran gusto. Con Mario (Pergolini) me llevo muy bien.
-Los personajes que armaron funcionan bien.
-Sí, ésos son guiños que hacen a la forma de contar. Mario sacrifica su cultura, que la tiene y mucha, para hacer la pregunta que se hace la gente.
-Y vos resignás histrionismo.
-Exacto. Los dos lo hacemos en función de equipo. Mario me dio un protagonismo muy importante.
-Les dieron el horario de los lunes a las 21.
-Excelente, lo festejamos mucho. Porque nuestra mayor preocupación es que lo vea la familia y que se vayan a dormir hablando de historia.
-¿Sabés contra quiénes competís?
-Sí, contra La Monita y “Telenoche”, pero mucho no se puede hacer porque ya está todo grabado. No hay lugar para ponerse melancólico.
-¿A partir de cuando un hecho es histórico?
-Hace poco estuve en un congreso de historia reciente en Italia y hay quienes consideran que, por la velocidad de las comunicaciones, lo que pasa ahora ya es historia y se deja pasar el tiempo para tener acceso a más documentación. El ejemplo es la guerra de Irak.
-¿No se mezcla con el periodismo?
-No, porque se encara desde el análisis de los hechos del presente a partir de su marco histórico. Para seguir con el ejemplo, quién fue Saddam, su relación con Estados Unidos e Irán y demás. La tendencia en los diarios importantes del mundo es tener un historiador que en una columna contextualiza cada noticia.
-¿En los medios argentinos pasa?
-No, tienen una visión antigua: llaman al historiador cuando lo necesitan por un tema de la materia, pero difícilmente lo convoquen para hablar del presente.
-¿Nuestras universidades preparan historiadores para ocupar estos lugares?
-No. Les enseñan una historia alejada de la realidad y de la actualidad. Casi sin conexión entre la universidad y la sociedad. Si los estudiantes se atuvieran en exclusiva al programa de la carrera serían una especie de “nerds” de la historia. Y a pesar de sus esfuerzos suelen estar en una burbuja a la hora de vincular historia y presente, que debe ser una de las virtudes básicas de un historiador.
-¿Vos cómo llegás a tu estilo?
-Me ayudaron los veinte años que llevo como docente. Mi preocupación por ser claro, que me entiendan y transmitir. La charla pública también ayuda a sistematizar las ideas.
-No hablás de clase ni de conferencia, sino de charla.
-Es que terminan siendo asambleas populares. Hace poco, en Tucumán recibí 140 preguntas escritas, algunas no relacionadas con temas históricos. Las contesto todas por respeto, pero aclaro que no soy “opinator”. Esto habla de la falta de foros donde la gente pueda debatir estos temas.
-¿Cómo va la venta de “Los mitos de la Argentina 3”, que acabás de editar?
-Espectacular. Agotó dos ediciones: sesenta mil ejemplares en cinco días, un récord. Un delirio, mucho más que los dos primeros. No es que uno venda libros sino que la gente los compra. Esto me enorgullece porque es un aval. El tomo llega a 1943, los albores del peronismo.
-También iba a ser una trilogía.
-Estaba planteado en cuatro, pero serán cinco porque éste me llevó más de lo que pensaba. Y como me siento libre de hacer lo que quiera con mi obra decidí cambiarlo. Aclaro que no es por motivos comerciales, aunque si alguien lo piensa me importa nada. Hace veinte años que estoy en esto de la investigación histórica, por lo tanto decirme que saco un libro por año no es serio.
Gustavo Masutti Llach
Mavirock Revista
Buenos Aires, Argentina
19 de Noviembre de 2006
domingo, 5 de noviembre de 2006
Edith Hermida: “Somos la única opción musical de la mañana"
Empezó como locutora de una radio alternativa, pasó al cable en Canal 26 y Siempre Mujer, y tuvo una incursión en la pantalla de América. En la FM tiene el antecedente de haber manejado la tarde de la 100 y hoy a Edith Hermida se la puede escuchar en la primera mañana de Radio Disney. “El despertador” (FM 94.3, lunes a viernes de 6 a 9).
“La estética Disney es dar un mensaje positivo (...). Es un medio familiar. Por eso se cuida el lenguaje, no se dicen malas palabras, no se gasta al oyente ni se hacen chistes internos. Esa es una diferencia con otras emisoras en las que trabajé”.
“‘El despertador’ es un programa muy musical y con una intensa relación con la gente –describe-. Se llama así porque despertamos al público con canciones a pedido. Nos metemos en sus historias y a veces se dan situaciones muy íntimas, muy lindas. La relación con la audiencia de la Disney es intensa, directa y respetuosa. Eso no lo viví en la 100 ni en ningún otro lado. Los oyentes quieren a la radio y te quieren a vos de verdad. Eso se logró”. Cada vez que puede se describe a sí misma como tímida, sin embargo, posa para las fotos con soltura y se divierte, aunque se sonroja si arrecian los gritos de sus colegas, con sugestiones de poses “non sanctas”. Edith Hermida contagia entusiasmo si habla de su profesión de locutora y conductora de radio. Y cuesta poco creerle cuando dice que es feliz frente al micrófono.
-¿Cómo funcionan los pedidos?
-Alguien programa un tema para otra persona, llamamos a esta última, le avisamos que debe sintonizar la radio (algunos todavía no conocen la emisora, aunque no lo creas) y le explicamos que quieren decirle algo. Ahí sale el mensaje grabado y luego la canción.
-¿Quiénes llaman?
-Hay muchos aniversarios, reconciliaciones y cumpleaños.
-¿No te pasó nunca como en Cadena 100 de España, cuando un viajante de comercio llamó a su mujer y lo atendió otro tipo? Se enteró que era cornudo al mismo tiempo que la audiencia del programa más escuchado del país.
-No, no. Es que por estar en esta empresa nos cuidamos mucho de que nos pase eso. Por eso producimos un poco antes, ponemos filtros. Igual, hay muchos amantes, mucha trampa en esto. Hay quienes te dicen que no quieren saber nada del que programó el mensaje. Esos casos no salen al aire, esa es la “estética Disney”.
-Describila.
-Es más internacional. Tenemos que dar un mensaje positivo. Por ejemplo, si rechazan a alguien le aclaramos que tal vez sea un buen momento para abrirle el corazón a un nuevo amor. Las trampas tratamos que no se noten demasiado, y los cuidamos a todos con sutilezas.
-¿El target de la radio es mayor que el que podría suponerse, no?
-Sí, es un medio familiar. Aunque la escuchen muchos chicos está pensada también para grandes. Y a la mañana están todos reunidos desayunando. Los nenes todavía no fueron al colegio y los mayores se están por ir a trabajar. Por eso se cuida el lenguaje, no se dicen malas palabras, no se gasta al oyente ni se hacen chistes internos. Esa es una diferencia con otras radios en las que trabajé.
-¿No tenés la contra de la rigidez?
-Si bien es cierto que está muy marcado lo que no podés hacer (que tiene que ver con el respeto al oyente y lo que hablamos recién), encontré una linda manera de navegar por lo permitido. Me encanta, por ejemplo, compartir la historia de vida de la gente, a partir de un mensaje y de una canción que le cuadra. Lo que puede parecer rígido es muy rico, y no está mal hablar sin malas palabras ni hacerse el vivo.
-La estética de la radio no admite que estés deprimida.
-Exacto.
-¿Qué hacés cuando no tenés un buen día?
-La trato de pilotear.
-Profesionalismo.
-Sí, claro. Aprendí mucho con los años a administrar la energía. Me sale automáticamente y no se nota si estoy de bajón. Por otra parte, disfruto una enormidad de esas cuatro horas frente al micrófono. En la tele puedo estar contenta o no, pero en la radio soy feliz. Es adictivo. De la televisión puedo prescindir, de esto otro no.
-Ustedes no pasan noticias...
-Nada.
-... en un horario en el que son la norma.
-Somos la única opción musical de la mañana. Con todo, la última vez que me fijé íbamos quintos, y los de arriba son todos grandes.
-¿Escuchás radio?
-Disney, claro, porque es muy “up” y eso a veces es necesario. A la competencia: Hit, Pop y 100, para saber en qué andan. Además Fernando Peña, que es genial y no tiene contras, aunque se nota que debe ser un tipo oscuro y jodido para laburar. Me encanta lo que hace Andy (Kusnetzoff) en “Perros de la calle”, la “Negra” Vernaci en la Rock & Pop, y cuando quiero bajar un cambio, pongo Blue. De la AM me gusta González Oro, es súper divertido, y también a Chiche Gelblung.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
05 de noviembre de 2006
“La estética Disney es dar un mensaje positivo (...). Es un medio familiar. Por eso se cuida el lenguaje, no se dicen malas palabras, no se gasta al oyente ni se hacen chistes internos. Esa es una diferencia con otras emisoras en las que trabajé”.
“‘El despertador’ es un programa muy musical y con una intensa relación con la gente –describe-. Se llama así porque despertamos al público con canciones a pedido. Nos metemos en sus historias y a veces se dan situaciones muy íntimas, muy lindas. La relación con la audiencia de la Disney es intensa, directa y respetuosa. Eso no lo viví en la 100 ni en ningún otro lado. Los oyentes quieren a la radio y te quieren a vos de verdad. Eso se logró”. Cada vez que puede se describe a sí misma como tímida, sin embargo, posa para las fotos con soltura y se divierte, aunque se sonroja si arrecian los gritos de sus colegas, con sugestiones de poses “non sanctas”. Edith Hermida contagia entusiasmo si habla de su profesión de locutora y conductora de radio. Y cuesta poco creerle cuando dice que es feliz frente al micrófono.
-¿Cómo funcionan los pedidos?
-Alguien programa un tema para otra persona, llamamos a esta última, le avisamos que debe sintonizar la radio (algunos todavía no conocen la emisora, aunque no lo creas) y le explicamos que quieren decirle algo. Ahí sale el mensaje grabado y luego la canción.
-¿Quiénes llaman?
-Hay muchos aniversarios, reconciliaciones y cumpleaños.
-¿No te pasó nunca como en Cadena 100 de España, cuando un viajante de comercio llamó a su mujer y lo atendió otro tipo? Se enteró que era cornudo al mismo tiempo que la audiencia del programa más escuchado del país.
-No, no. Es que por estar en esta empresa nos cuidamos mucho de que nos pase eso. Por eso producimos un poco antes, ponemos filtros. Igual, hay muchos amantes, mucha trampa en esto. Hay quienes te dicen que no quieren saber nada del que programó el mensaje. Esos casos no salen al aire, esa es la “estética Disney”.
-Describila.
-Es más internacional. Tenemos que dar un mensaje positivo. Por ejemplo, si rechazan a alguien le aclaramos que tal vez sea un buen momento para abrirle el corazón a un nuevo amor. Las trampas tratamos que no se noten demasiado, y los cuidamos a todos con sutilezas.
-¿El target de la radio es mayor que el que podría suponerse, no?
-Sí, es un medio familiar. Aunque la escuchen muchos chicos está pensada también para grandes. Y a la mañana están todos reunidos desayunando. Los nenes todavía no fueron al colegio y los mayores se están por ir a trabajar. Por eso se cuida el lenguaje, no se dicen malas palabras, no se gasta al oyente ni se hacen chistes internos. Esa es una diferencia con otras radios en las que trabajé.
-¿No tenés la contra de la rigidez?
-Si bien es cierto que está muy marcado lo que no podés hacer (que tiene que ver con el respeto al oyente y lo que hablamos recién), encontré una linda manera de navegar por lo permitido. Me encanta, por ejemplo, compartir la historia de vida de la gente, a partir de un mensaje y de una canción que le cuadra. Lo que puede parecer rígido es muy rico, y no está mal hablar sin malas palabras ni hacerse el vivo.
-La estética de la radio no admite que estés deprimida.
-Exacto.
-¿Qué hacés cuando no tenés un buen día?
-La trato de pilotear.
-Profesionalismo.
-Sí, claro. Aprendí mucho con los años a administrar la energía. Me sale automáticamente y no se nota si estoy de bajón. Por otra parte, disfruto una enormidad de esas cuatro horas frente al micrófono. En la tele puedo estar contenta o no, pero en la radio soy feliz. Es adictivo. De la televisión puedo prescindir, de esto otro no.
-Ustedes no pasan noticias...
-Nada.
-... en un horario en el que son la norma.
-Somos la única opción musical de la mañana. Con todo, la última vez que me fijé íbamos quintos, y los de arriba son todos grandes.
-¿Escuchás radio?
-Disney, claro, porque es muy “up” y eso a veces es necesario. A la competencia: Hit, Pop y 100, para saber en qué andan. Además Fernando Peña, que es genial y no tiene contras, aunque se nota que debe ser un tipo oscuro y jodido para laburar. Me encanta lo que hace Andy (Kusnetzoff) en “Perros de la calle”, la “Negra” Vernaci en la Rock & Pop, y cuando quiero bajar un cambio, pongo Blue. De la AM me gusta González Oro, es súper divertido, y también a Chiche Gelblung.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
05 de noviembre de 2006
domingo, 29 de octubre de 2006
Guillermo López (pelado CQC): “Soy un actor que interpreta a un periodista "
En 2003 el “pelado de CQC” debutó en la radio con “Vacaciones pagas” en la radio de Badía de Pinamar, y no paró. Hoy conduce “X tarde” (De 13 a 17 por la X4, FM 104.3) con Belén Badía (la sobrina de Juan Alberto) y B. B. Sanzo.
“Estoy muy agradecido con Mario Pergolini por la oportunidad que me dio cuando me aparecí en la puerta de la Rock & Pop y no me conocía nadie. Mientras tenga lugar en 4 Cabezas, no me muevo. Ese es un código de Ramos Mejía”.
Sus primeras apariciones en los medios datan de 2003, cuando hacía bolos televisivos en “La banda del Golden Rocket”, “Montaña Rusa” o “Los Buscas”. Para vivir animaba eventos sociales, presentaba productos para empresas y hasta trabajó dos años como clown en el Circo de la Costa. Pero su vida dio un vuelco cuando se paró frente a Mario Pergolini y sin tapujos le pidió trabajo. Así se convirtió en notero de “CQC” (“Caiga Quien Caiga”) y a partir de esa exposición televisiva Guillermo López consiguió un lugar en las radios. “X tarde tiene una buena mezcla de condimentos –asegura-. Hay humor, noticias, reportajes y me acompaña B.B. Sanzo, por lo tanto la música siempre está bien vendida. A él no le gusta que le digan que es un prócer de la radio porque da viejo, pero tiene 19 años de carrera ininterrumpidos. Es muy laburador y respetuoso”.
-¿Por qué dejaste el horario de la mañana?
-Era agotador levantarse temprano cuando a veces me acostaba muy tarde por una nota de “CQC”. Ahora tengo horarios más razonables, empiezo a las 13 y después sigo adelante si tengo que hacer algo para la tele.
-Entonces es bueno tener en los dos lados el mismo jefe (Pergolini manda en 4 Cabezas, la productora dueña de la FM X4 y “CQC”).
-Fundamental. Sólo podría hacer radio en la productora 4 Cabezas porque por obligaciones con CQC a veces me tengo que ir antes o llegar más tarde. En otra empresa podría generar conflictos.
-¿Contra quiénes compiten?
-Con Matías Martin, mi compañero Juan Di Natale y no sé mucho más porque no le presto tanta atención al target. Acá llama gente de todas las edades. Mi personaje de CQC también es el más amplio.
-Y el menos odiado porque te volcaste al espectáculo o color.
-Puede ser. Cuando cubro política o fútbol suelo ser bien tratado y me aprovecho de eso. Desde un lugar simpático puedo decir barbaridades.
-¿Por ejemplo?
-Con Susana Giménez tengo buena onda y le hablé del Photoshop, le llevé una balanza y una caja de chocolates vacía. Creo que a ella la divierte más eso que si vas a preguntarle de una manera obsecuente qué comió con Rama. Ella está más allá del bien y del mal.
-Vos venís de otro palo. Estudiaste cuatro años con Agustín Alezzo.
-Sí, soy un actor que interpreta el papel de un periodista. Me parece que conseguí oficio porque hace cinco años que hago notas. Pero no me considero igual que alguien que estudió o tiene ganado su lugar. Sería irrespetuoso.
-¿Entonces?
-CQC es un lugar excelente para hacer humor.
-¿Para dónde va tu carrera?
-La conducción es muy interesante. La formación actoral te da un “bonus track” ahí.
-¿Como Julián Weich?
-Algo así. Dice lo mismo que yo y no debe ser casual que nacimos el mismo día.
-No del mismo año.
-Yo tengo 37 y él 40. El tiene más pelo y yo más altura, podemos competir.
-¿Es verdad que sos una especie de ídolo entre tus amigos de Ramos Mejía?
-Valoran mucho el que desde que estoy en la tele siempre menciono al barrio. Araceli y yo somos “los chicos de Ramos” pero hay otros: Gasalla, Pinky, Badía...
-¿Tenés un bar ahí?
-Es un buen momento para aclararlo: no. Son dos locales de un amigo mío. No tengo nada que ver, no veo ni un peso. A pesar de que a partir de una receta mía en la carta están las “Papas Pelado CQC”.
-¿Te cambió algo ser una celebridad?
-Un poco. Antes, discutir en el supermercado con tu chica del momento sobre qué lata ibas a llevar, era algo normal. Ahora me estoy fijando si me miran.
-¿Cómo el Gran Hermano?
-No, porque esos son un grupo de pibes que no hacen nada. Sus conflictos pasaban por quién había apretado la pasta de dientes o quién ordeñó mal a la vaca.
-Lo dije pensando en el libro de Orwell.
-Ah, claro. Desde que estoy en la tele me siento más expuesto. Y eso aumento desde que pasamos a Telefe. Tengo diez o doce charlas por día con gente que no conozco sobre temas cotidianos: en la estación de servicio, en el lavadero... Eso está bueno.
-¿No te la creíste?
-No creo. Porque esto me llegó a los 32, después de diez años de remarla. Por lo tanto, en algún punto todavía pienso que me voy a despertar. Tal vez a un chico de 20 se le vuelan un poco los pájaros si te paran por la calle para decirte que sos un fenómeno. Si te das cuenta de que eso es mentira, no cambiás.
-Sin embargo, sabés que ya no es lo mismo. Si termina CQC no tenés que remarla de la misma manera.
-No, y por eso estoy tan agradecido con Mario Pergolini por la oportunidad que me dio cuando me aparecí en la puerta de la Rock & Pop y no me conocía nadie. Pensá que si yo tengo 10 conversaciones por día, él tiene 200. No me olvido, y por más que me sigan haciendo propuestas seguiré respondiendo lo mismo: Mientras tenga lugar en 4 Cabezas, no me muevo. Ese es un código de Ramos (sonríe).
-¿Es un tiro por elevación para alguien que estuvo en tu lugar?
-No, no. Para nada.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Octubre de 2006
“Estoy muy agradecido con Mario Pergolini por la oportunidad que me dio cuando me aparecí en la puerta de la Rock & Pop y no me conocía nadie. Mientras tenga lugar en 4 Cabezas, no me muevo. Ese es un código de Ramos Mejía”.
Sus primeras apariciones en los medios datan de 2003, cuando hacía bolos televisivos en “La banda del Golden Rocket”, “Montaña Rusa” o “Los Buscas”. Para vivir animaba eventos sociales, presentaba productos para empresas y hasta trabajó dos años como clown en el Circo de la Costa. Pero su vida dio un vuelco cuando se paró frente a Mario Pergolini y sin tapujos le pidió trabajo. Así se convirtió en notero de “CQC” (“Caiga Quien Caiga”) y a partir de esa exposición televisiva Guillermo López consiguió un lugar en las radios. “X tarde tiene una buena mezcla de condimentos –asegura-. Hay humor, noticias, reportajes y me acompaña B.B. Sanzo, por lo tanto la música siempre está bien vendida. A él no le gusta que le digan que es un prócer de la radio porque da viejo, pero tiene 19 años de carrera ininterrumpidos. Es muy laburador y respetuoso”.
-¿Por qué dejaste el horario de la mañana?
-Era agotador levantarse temprano cuando a veces me acostaba muy tarde por una nota de “CQC”. Ahora tengo horarios más razonables, empiezo a las 13 y después sigo adelante si tengo que hacer algo para la tele.
-Entonces es bueno tener en los dos lados el mismo jefe (Pergolini manda en 4 Cabezas, la productora dueña de la FM X4 y “CQC”).
-Fundamental. Sólo podría hacer radio en la productora 4 Cabezas porque por obligaciones con CQC a veces me tengo que ir antes o llegar más tarde. En otra empresa podría generar conflictos.
-¿Contra quiénes compiten?
-Con Matías Martin, mi compañero Juan Di Natale y no sé mucho más porque no le presto tanta atención al target. Acá llama gente de todas las edades. Mi personaje de CQC también es el más amplio.
-Y el menos odiado porque te volcaste al espectáculo o color.
-Puede ser. Cuando cubro política o fútbol suelo ser bien tratado y me aprovecho de eso. Desde un lugar simpático puedo decir barbaridades.
-¿Por ejemplo?
-Con Susana Giménez tengo buena onda y le hablé del Photoshop, le llevé una balanza y una caja de chocolates vacía. Creo que a ella la divierte más eso que si vas a preguntarle de una manera obsecuente qué comió con Rama. Ella está más allá del bien y del mal.
-Vos venís de otro palo. Estudiaste cuatro años con Agustín Alezzo.
-Sí, soy un actor que interpreta el papel de un periodista. Me parece que conseguí oficio porque hace cinco años que hago notas. Pero no me considero igual que alguien que estudió o tiene ganado su lugar. Sería irrespetuoso.
-¿Entonces?
-CQC es un lugar excelente para hacer humor.
-¿Para dónde va tu carrera?
-La conducción es muy interesante. La formación actoral te da un “bonus track” ahí.
-¿Como Julián Weich?
-Algo así. Dice lo mismo que yo y no debe ser casual que nacimos el mismo día.
-No del mismo año.
-Yo tengo 37 y él 40. El tiene más pelo y yo más altura, podemos competir.
-¿Es verdad que sos una especie de ídolo entre tus amigos de Ramos Mejía?
-Valoran mucho el que desde que estoy en la tele siempre menciono al barrio. Araceli y yo somos “los chicos de Ramos” pero hay otros: Gasalla, Pinky, Badía...
-¿Tenés un bar ahí?
-Es un buen momento para aclararlo: no. Son dos locales de un amigo mío. No tengo nada que ver, no veo ni un peso. A pesar de que a partir de una receta mía en la carta están las “Papas Pelado CQC”.
-¿Te cambió algo ser una celebridad?
-Un poco. Antes, discutir en el supermercado con tu chica del momento sobre qué lata ibas a llevar, era algo normal. Ahora me estoy fijando si me miran.
-¿Cómo el Gran Hermano?
-No, porque esos son un grupo de pibes que no hacen nada. Sus conflictos pasaban por quién había apretado la pasta de dientes o quién ordeñó mal a la vaca.
-Lo dije pensando en el libro de Orwell.
-Ah, claro. Desde que estoy en la tele me siento más expuesto. Y eso aumento desde que pasamos a Telefe. Tengo diez o doce charlas por día con gente que no conozco sobre temas cotidianos: en la estación de servicio, en el lavadero... Eso está bueno.
-¿No te la creíste?
-No creo. Porque esto me llegó a los 32, después de diez años de remarla. Por lo tanto, en algún punto todavía pienso que me voy a despertar. Tal vez a un chico de 20 se le vuelan un poco los pájaros si te paran por la calle para decirte que sos un fenómeno. Si te das cuenta de que eso es mentira, no cambiás.
-Sin embargo, sabés que ya no es lo mismo. Si termina CQC no tenés que remarla de la misma manera.
-No, y por eso estoy tan agradecido con Mario Pergolini por la oportunidad que me dio cuando me aparecí en la puerta de la Rock & Pop y no me conocía nadie. Pensá que si yo tengo 10 conversaciones por día, él tiene 200. No me olvido, y por más que me sigan haciendo propuestas seguiré respondiendo lo mismo: Mientras tenga lugar en 4 Cabezas, no me muevo. Ese es un código de Ramos (sonríe).
-¿Es un tiro por elevación para alguien que estuvo en tu lugar?
-No, no. Para nada.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Octubre de 2006
Horacio Embón: “A la mañana todos te leen el diario"
Quien alguna vez fue conocido como “el periodista mimo” lleva adelante “El francotirador” (lunes a viernes de 7 a 9, 2X4, FM 92.7, la de la Ciudad de Buenos Aires), un segmento de noticias, opinión y reportajes en una emisora que se especializa en la música ciudadana.
Cada frase llega rematada por su correspondiente gesto. Enfatiza sus dichos con movimientos de manos y contorsiones de la cara. Ahora mueve los dedos como si tocara el piano, pronto agitará los brazos como un molino y más tarde se acariciará la pera hasta encontrar una respuesta esquiva. Junto con la opinión y la seriedad, esa costumbre es una de las marcas distintivas de Horacio Embón. La única que se pierde en la radio pero aflora en la charla franca.
-¿Te condiciona en algo estar en una emisora musical y del Estado?
-Nada. Nunca. Tampoco en lo político a pesar de que pertenece a un gobierno municipal. Siempre tuve libertad, con o sin Ibarra, antes y después de Cromañón, con o sin internas. Hago mis columnas sin censura. Nadie me llama para decirme lo que tengo que decir o callar.
-¿Y en lo artístico?
-Desde que estoy la radio pasó por varias etapas. Desde un gran torrente de vanguardia hasta una primacía de los años ’40, y en algún momento hubo una mixtura entre las dos. La música me gusta mucho, pero no puedo opinar porque en la 2X4 ya hay especialistas que se dedican a eso. Puedo sugerir algo y lo hago, aunque en definitiva el que le impone el sello final es el oyente.
-¿Cómo es esa audiencia?
-Cuando empezamos era grande, en edad. Hoy los números indican que se capturó a un segmento importante de nuevas generaciones, más allá de la gente que va a milonguear o escucha tango. A eso hay que sumarle una opinión actualizada y la participación activa de los oyentes. En mi programa se les abre el micrófono y salen sin red.
-¿Qué piden?
-Tango clásicos del ’30, ’40 y ’50. El tango fusión no me gusta, pero tiene muchos seguidores. Debo abrir el juego porque esta radio es muy democrática, incluso en eso.
-Quedan cada vez menos lugares para ser empleado en el periodismo, ¿no?
-Tal cual. Esta gestión de la radio decidió no tener más coproducciones. Cada uno gana sus honorarios. Por un lado está bien porque no tenés auspicios que te condicionen. Todos los días me siento frente al micrófono con la responsabilidad de estar a la altura de lo que demandan los oyentes. Si consideran que no lo logro tienen unas cuantas ofertas en el dial.
-Vos tuviste tu productora...
-Sí, un fracaso absoluto. En lo comercial, desde ya, y en lo artístico porque se me veía resentido a partir de que la mayor parte del día estaba buscando financiación. Claro, necesitaba que un fulano me auspiciara. Ese fulano era una empresa y después, por cada peso que me ponía, recibía veinte llamados para reportear a alguien de su compañía.
-¿Perdiste plata?
-Empaté. No le debo plata a nadie, pero todo lo que entró salió para pagar eso.
-Tenés una competencia feroz a esa hora.
-Cada uno hace su negocio y yo vengo a hacer mi laburo. A algunos les pagan más y a otros menos, y hay quienes son más escuchados que otros. A veces vengo a la radio en taxi y no todos sintonizan lo mismo. Tenés a los que siguen a Pettinato o a Paluch. Aunque parezca mentira algunos ponen a Longobardi. Otros a Majul o música clásica, pero también son muchos los que escuchan la 2X4.
-Te agrego a López, Magdalena, Nelson Castro, Vernaci y Laje. ¿A quiénes escucharías?
-Para que me lean el diario al aire, a ninguno. Todos lo hacen a la mañana y le ponen su personalidad. Te puede gustar o no, pero no rompen la agenda del día.
-¿Lo hacen por costos o desidia?
-Es viejísimo. Un vicio de las producciones radiales. Ni siquiera leen todo. Por ejemplo, Crónica la semana pasada tocó el tema de la huelga de hambre de los presos y nadie lo levantó. Claro, tampoco puedo ignorar que un avión se “comió” un edificio en Nueva York. Esto lo aprendí trabajando en agencias de noticias y en los diarios.
-¿No es más caro tener agenda propia?
-No siempre. Hay conductores que ganan fortunas y tienen tipos que les marcan los diarios. No te cuesta nada leer. Hacen falta productores y, con todo el respeto que me merecen, no pasantes.
-Cambiando de tema, sos padre reciente.
-Sí, ahora tengo a Carolina de 29, Romina de 28, Pablo de 5 y Joaquín de 9 meses.
-¿Dormís?
-Casi nada. Anoche nos acostamos tarde; Joaquín tomó la última mamadera a las diez y se la volví a dar a las tres menos cuarto. Está bien. Soy un señor grande, a punto de cumplir 54, soy lindo y tengo ganas (sonríe). Me encanta mirar la vida desde este punto de vista y reaprender todo el tiempo. Eso es bárbaro.
-¿Alguna de tus hijas sigue tus pasos?
-Romina estudió producción de cine y tele, y trabajó de eso. A Pablito lo traje a la radio la semana pasada porque, si bien conocía el estudio, nunca había venido a la mañana. ¿Sabés lo que hizo a las seis de la mañana? Se puso a marcarme los diarios...
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
29 de octubre de 2006
domingo, 22 de octubre de 2006
Mex Urtizberea: “Nuestro humor es como el jazz”
Con esta frase el actor, músico y periodista define su estilo a la hora de buscar las sonrisas del público en “Lo que el aire se llevó” (Mitre, AM 790, lunes a viernes desde la medianoche hasta las dos), donde tiene como columnista a su padre Raúl. “No hay muchos cómicos radiales en general. Ojalá aparezcan nuevos. Tampoco sketches, porque lleva mucho laburo armarlos. Nosotros producimos el programa dos horas antes de salir al aire, y no todos pueden hacerlo”.
Arrancó con la carga de un apellido de la nobleza de los medios y en pocos años enhebró una carrera propia llena de puntos altos: “Cha cha cha”, “Magazine For Fai”, “Medios locos” o “Kermex” en TV; y “Panic attack” o “Tarde piaste” en radio. Al punto que casi quince años después de su debut en pantalla, Ignacio Joaquín “Mex” Urtizberea pasó a ser el jefe de su padre Raúl, el recordado “Abogado del diablo”, en su envío de la medianoche de Mitre. “Hace más o menos un mes –repasa- dejé de aparecer en el programa de Lalo Mir (‘Animados’) porque voy a debutar con ‘Mañana vemos’, por canal 7 (un magazine de servicios y humor, en las mañanas del canal estatal). ‘Lo que aire se llevó’ empezó como una suerte de TVR radial, cortando audios de todas las emisoras y comentándolos. Iba sólo los viernes, pero no pudimos sostenerlo porque requería un equipo de producción muy grande y no daban los costos”.
-¿Cómo es hoy?
-Está más volcado hacia lo periodístico pero a la larga desemboca en situaciones humorísticas. Se toma una noticia y a partir de los personajes de Marcelo Chirinos (con los guiones de Carlitos Santos y Gerardo Delelisi) nos reímos un poco.
-¿Vos jugás personajes? -Casi no. Apenas uno, un profesor chanta de taller literario.
-Tu papá forma parte del elenco. ¿Es la primera vez que trabajan juntos? -Alguna vez lo hicimos en FM San Isidro. Es raro porque no lo propuse yo. Surgió de las autoridades de la radio y a mí me encantó, por supuesto. El tiene una columna en la que cuenta cómo eran ciertas cosas en el pasado y la gente se engancha mucho con eso.
-Además, sos su jefe. -Es curioso, al principio lo hablé con él porque le debía resultar extraño estar “sometido” por su hijo cuando siempre fue conductor de sus propios programas. Me dijo que estaba muy feliz. Además, me respeta mucho como profesional. Todo bien.
-¿Escuchás la competencia? -No. Sé que Pinky está en la Diez entrevistando médicos y cosas por el estilo. A Dolina lo sigo desde que estaba en El Mundo, me parece un genio y tiene su público.
-¿La audiencia la peleás con la FM?
-Por estilo, seguramente sí. Somos un producto nuevo, que vamos creciendo de a poco, gracias a la potencia boca en boca. Pero en radio todo es mucho más lento.
-¿Tenés la presión de ser chispeante todo el tiempo? -Antes me pasaba, pero ya no tanto. A veces siento que un día no estoy bien, pero a la gente igual todo le parece bárbaro. Con el fan no hay problemas. Tampoco confío ciegamente en la inspiración. Gran parte del programa está guionado, o al menos, pautado.
-Pero con un margen importante de improvisación.
-Sí. Algo parecido hacíamos en “Cha cha cha”. A nuestra manera de hacer humor la comparo con el jazz: Hay una melodía de base, sobre eso se puede volar creativamente, pero siempre volviendo al eje.
-Sin embargo, ustedes dependen de una explosión, de la carcajada. -Es verdad. No obstante, cuando tenés buenos instrumentistas, siempre alguno te salva.
-¿Quiénes te hacen reír en radio? -Los personajes de Fernando Peña son geniales. Me divierten Daniel .Dreizik, Gillespi y los tres grandes imitadores: Tarico, Bilyk y Rolo Villar. Lo de Bobby Flores es atractivo, aunque le sacamos a Gerardo Delelisi para la tele.
-¿Pergolini? -Es muy bueno periodísticamente, es irreverente e insolente, pero no me hace gracia como cómico. Sus radioteatros me parecen antiguos y adolescentes. Y ellos ya están grandes para eso. Igual es un capo, eh.
-¿Mactas y Hanglin? -Sí, “El gato y el zorro” es muy gracioso.
-Pettinatto. -Es un showman, me gusta lo que hace en la tele. Debe estar muy bien pero nunca lo escuché porque está muy temprano.
-¿Tortonese y la Negra Vernaci? -Ahhh, eso es maravilloso. Siempre que puedo los sintonizo. No hay muchos cómicos radiales en general. Ojalá aparezcan nuevos.
-Hay más conductores que se hacen los graciosos que humoristas. -Es que no hay sketches porque lleva mucho laburo armarlos. Nosotros producimos el programa dos horas antes de salir al aire, y no todos pueden hacerlo.
-El oyente de Mitre es muy fiel ¿no? -Sí, se pone la camiseta. Se fanatiza.
Gustavo Masutti Llach Revista Ahora - Diario Crónica- Buenos Aires Octubre de 2006
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