Pocos conocen el medio como Jorge Santos . Estuvo en Radio Mitre desde 1986 hasta el 2000 y se fue dejando primeras a la AM y a FM 100. "Me fui -revela- porque se cansaron de mi. Hay ciclos. Me dijeron: Te queremos mucho, pero no tenés lo que buscamos. No sé qué sería". Luego se fue a Mar del Plata y volvió para crear y dirigir la emisora que más creció en Buenos Aires durante el último año: la 101 (FM 101.1). "Es una radio que mezcla a Diego Torres con Julio Iglesias -explica- y lo matizamos con una fuerte presencia de noticias. Ese es un segmento que está explotado parcialmente por las radios y tiene un formato novedoso, que no escuché ni acá ni España".
-Ya están instalados y firmes.
-Sí, gracias a Dios. Arrancamos con una señal de prueba desde marzo a junio de 2002. Y nos sorprendió que cuando empezamos a emitir ya teníamos oyentes fieles que se habían enganchado con la música, que tiene la enorme ventaja de que se puede cantar. Ahora vamos a mudarnos a nuestros nuevos estudios de Suipacha y Corrientes. Allí podremos recibir artistas y hacer producciones que hoy tenemos vedadas. Otro paso adelante será mover a la Capital la planta transmisora (hoy está en San Justo).
-¿Cuál es la relación con las discográficas?
-No hacemos marketing con la radio, es una decisión artística. No habrá contratos de regalías en los que la 101 gana si un artista vende más. Después, si el sello quiere publicitar tendrá el mismo tratamiento que un laboratorio medicinal. Nos pasó con el tema "Resistiré", que programamos. Es de los españoles del Dúo Dinámico y no estaba editado en Argentina. La gente se enganchó tanto que ellos se enteraron en España y Sony tuvo que editarlo. A partir de ahí, Telefe lo eligió para titular su novela. Por supuesto nos piden a Diego Torres, pero también impusimos varios artistas que no editan acá, como Django y sus dos últimos discos, su hijo Marcos o Jeremías. La gente va a la disquería y no los encuentra. Me encanta apostar a lo que no tiene difusión. Mi hobbie es encontrar y poner estas perlitas al aire.
-Heredaron una sintonía que estaba ocupada por la Energy, que programaba música dance.
-Sí, en ese sentido tuvimos que arrancar de cero. Nos sorprendió a todos porque resultó y sin publicidad ni márketing medimos muy bien desde el principio y seguimos creciendo.
-¿Cuál es el target?
-Mayores de veinticinco años. Ellas se prendieron enseguida y vamos primeros en ese segmento (mujeres mayores de 25). De a poco se van sumando los varones (van cuartos).
-¿Cómo están en el ranking general?
-Quintos. Algunos se enganchan por la música, otros por las noticias (cada media hora) y el resto por el clima de buena onda que se transmite.
-Juan Mateyko me dijo una vez que hace veinte años esta música era considerada "grasa" y después se modificó esa imagen. ¿Cuál es la visión ahora y cómo repercute en los anunciantes? ¿Podés publicitar a Mercedez Benz, por ejemplo?
-Nadie tiene a Mercedes Benz, pero tenemos algun banco y una automotriz, que son de clase media-alta. Por suerte esas barreras se fueron derrumbando. No te olvides que hace unos años Sandro era grasa. La gente que lo escuchaba en el auto guardaba la cajita en la guantera.
-¿Cómo se dio esta "caida de barreras" que mencionás, en la radio?
-Cuando empezaron las FM, la de Splendid se llamaba "Radio Latina", y llegó a cosechar el 45 por ciento del encendido. Después, como decís, le costó conseguir anunciantes y cayó. Hasta hace 12 años la líder era Horizonte, con música en inglés, y de cada diez discos que se vendían, uno era en castellano. Hoy la proporción se invirtió y se venden nueve en español y uno en otro idioma.
-¿Cuánto tuvo que ver en ese cambio la FM 100 que vos manejabas?
-Mucho. La 100 fue el apóstol de la música latina.
-¿Por qué ya no va primera?
-Porque le salió competencia y les ganaron de mano con algunos cambios. Está claro que hubo una transformación del público que no fue seguida.
-¿Cómo están las radios hoy?
-Como el país: estancadas. Esperando que alguien innove para seguirlo. El último gran cambio fue La Mega y ahora llegó la 101, que provocó que algunos digan: "... en tu mismo idioma", como si los demás hablaran en japonés.
-¿Hay alguna que te guste?
-No se puede discutir el éxito de la Mega. Por algo es la que va primera.
-¿Y en AM?
-Sólo hay dos, La Diez y Mitre. El resto está lejos. Me da mucha pena, como boquense, que haya desaparecido el Show de Boca, que era una tradición de Mitre. Hoy lo hacen, pero sólo de nombre, porque transmiten a River y a los demás equipos. ¡Escuché reportajes a jugadores de River durante el partido de Boca! Es raro porque hasta Victor Hugo Morales se hizo estrella en Mitre, cuando relató casi toda la campaña del Boca de Maradona, en 1981. Respeto la decisión, pero me duele.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Febrero de 2003
jueves, 20 de febrero de 2003
Jorge Santos: "No hacemos marketing con la radio"
Héctor Larrea: "No puedo crear un "muñeco" porque no soy actor".
Por su trayectoria y aportes a una estética, en el libro de la historia de la radio, más que una página Héctor Larrea merece un capítulo. Siempre al frente de "Rapidísimo" y por Rivadavia, AM 630, ahora va de lunes a viernes de 10 a 13. De vuelta de sus vacaciones ("Estuve en la Costa y en Cosquín, tratando de entender cómo la gente del interior se entretiene con otras cosas y que Argentina no sólo es Buenos Aires") dice ya estar listo para enfrentar la temporada después de un 2002 cargado de problemas familiares y de salud. "Fue un año durísimo -reconoce- y lo terminé muy golpeado".
-¿Volvés renovado?
-Sí. Logré lo que quería del descanso. Serenarme y bajar los decibeles porque sabía que me esperaba una radio más intensa, que demanda cada vez más esfuerzo. Además las vacaciones me sirvieron para poder hablar con mis hijas. Mucho. Y sobre temas que nunca habíamos tocado.
-Con respecto al ánimo frente al micrófono. Muchos de tus colegas dicen que ponés "un muñeco" al aire y te expresás a través de él. ¿Es así? ¿Actuás un personaje en el estudio?
-En mi opinión es una visión equivocada. No puedo crear un "muñeco" porque no soy actor. Si estoy mal, estoy mal. Pero tengo una filosofía de vida que se engancha con mi génesis en esta profesión: siempre soñé con hablar de música por la radio y de chico envidiaba mal a los que podían hacerlo. La vida me dio mucho más. Qué me iba a imaginar que a los 64 iba a mantenerme en esta profesión durante más de cuatro décadas. Por lo tanto, no sé por qué misterio, pero cuando me escuchás por radio es cuando más yo soy.
-Ampliá ese concepto.
-A partir de hablar de lo que siento, de mis frustraciones, surge la comunicación. Todos sufrimos y queremos divertirnos, porque es la mejor manera de tomar fuerzas para encarar ese sufrimiento. Yo vivo pensando en función de contárselo a la gente. A veces estoy en un espectáculo y no veo la hora de estar en el estudio para compartirlo con la audiencia. Disfruto así, como un amateur. Ese es mi compromiso. Fatalmente siempre soy yo pero tengo la obligación de ser honesto ante el público. No sabría ser de otra manera, por eso no opino de política, por ejemplo.
-¿Cómo se revalora a diario esa alegría de cumplir el sueño?
-Porque es un regalo. Me pasan cosas lindas y feas. Las feas me las banco y trato de no enemorarme de ellas. Y busco qué hay allí para volver a esperanzarse y renovar los sueños.
-Tu matrimonio con Rivadavia va para largo.
-Sí, estoy casado con Rivadavia y enamorado de sus virtudes y defectos. Trato de aprovechar las primeras y disimular la últimas. Cuando me fui (estuvo dos años en El Mundo y dos en Continental) no tenía otra opción. Mi estilo tiene que ver con Rivadavia y acá exploté.
-¿Cómo viene aspectado este año?
-Estamos luchando contra la economía porque no se puede poner lo que uno quiere. Traemos gente del interior para hacer humor y trabajamos de un modo amateur ahora también en lo económico, en muchos casos. No sé si se puede vivir plenamente de esto, de la radio. Hay que resignar, los medios están mal. Perdí colaboradores y actores porque no les puedo pagar, la actividad no da. Pero acá me siento bien. ¿Hay diez de queso? Trabajemos con eso porque somos profesionales.
-¿Escuchás radio?
-Infaltables: Llamas de Madariaga a la tarde, por Del Plata Bobby Flores y Alejandro Pont Lezica, y por Continental, Alejandro Dolina y Alejandro Apo, cuando estoy en casa. A veces Mario Pergolini y Ari Paluch. De los nuevos viene muy bien Andy Kusnetzoff. Son gente muy creativa.
-¿Qué podés decir de tu gremio, el de los locutores?
-Si alguien viene y me pregunta si le recomiendo estudiar locución se me hace muy difícil decirle que sí. porque no sé si encontrará su lugar. A Ariel Tarico, el humorista que te contaba, lo trajo Jorge Vaccaro de Santa Fe y tiene 18 años. Estudia locución pero es algo circunstancial porque tiene creatividad y hambre de hacer cosas. Los nuevos locutores deben ser como él: realizadores y tipos inteligentes que aporten ideas y cosas nuevas. Sólo así conseguirán auspicios porque la radio es búsqueda.
-¿Cómo definís los temas a tratar?
-Soy un repentista, no puedo planificar y producir porque soy vago. Mis programas son: Me siento y veamos. Como tal, estoy inhibido para bocetar. Una nota es importante cuando es interesante para mi. Por eso me llevo mal con el márketing. Una vez lo saqué al aire a Yupanki porque tenía ganas y después lo levantó todo el mundo porque parece que no le daba notas a nadie. Eso yo no lo sabía. Lo llamé porque era importante para mí.
-Por último: ¿Te ofrecieron TV?
-Siempre hay algo, aunque muchas ganas no tengo porque es desgastante. El año pasado hice un ciclo chiquito, "Tres por tres", y tal vez me veas en un ciclo de música por cable, algo que hace mucho que tengo ganas de hacer. Pero la verdad es que estoy muy fiaca.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Febrero de 2003
miércoles, 5 de febrero de 2003
Héctor Larrea: "Fue un año durísimo y lo terminé muy golpeado"
Por su trayectoria y aportes a una estética, en el libro de la historia de la radio, más que una página Héctor Larrea merece un capítulo. Siempre al frente de "Rapidísimo" y por Rivadavia, AM 630, ahora va de lunes a viernes de 10 a 13. De vuelta de sus vacaciones ("Estuve en la Costa y en Cosquín, tratando de entender cómo la gente del interior se entretiene con otras cosas y que Argentina no sólo es Buenos Aires") dice ya estar listo para enfrentar la temporada después de un 2002 cargado de problemas familiares y de salud. "Fue un año durísimo -reconoce- y lo terminé muy golpeado".
-¿Volvés renovado?
-Sí. Logré lo que quería del descanso. Serenarme y bajar los decibeles porque sabía que me esperaba una radio más intensa, que demanda cada vez más esfuerzo. Además las vacaciones me sirvieron para poder hablar con mis hijas. Mucho. Y sobre temas que nunca habíamos tocado.
-Con respecto al ánimo frente al micrófono. Muchos de tus colegas dicen que ponés "un muñeco" al aire y te expresás a través de él. ¿Es así? ¿Actuás un personaje en el estudio?
-En mi opinión es una visión equivocada. No puedo crear un "muñeco" porque no soy actor. Si estoy mal, estoy mal. Pero tengo una filosofía de vida que se engancha con mi génesis en esta profesión: siempre soñé con hablar de música por la radio y de chico envidiaba mal a los que podían hacerlo. La vida me dio mucho más. Qué me iba a imaginar que a los 64 iba a mantenerme en esta profesión durante más de cuatro décadas. Por lo tanto, no sé por qué misterio, pero cuando me escuchás por radio es cuando más yo soy.
-Ampliá ese concepto.
-A partir de hablar de lo que siento, de mis frustraciones, surge la comunicación. Todos sufrimos y queremos divertirnos, porque es la mejor manera de tomar fuerzas para encarar ese sufrimiento. Yo vivo pensando en función de contárselo a la gente. A veces estoy en un espectáculo y no veo la hora de estar en el estudio para compartirlo con la audiencia. Disfruto así, como un amateur. Ese es mi compromiso. Fatalmente siempre soy yo pero tengo la obligación de ser honesto ante el público. No sabría ser de otra manera, por eso no opino de política, por ejemplo.
-¿Cómo se revalora a diario esa alegría de cumplir el sueño?
-Porque es un regalo. Me pasan cosas lindas y feas. Las feas me las banco y trato de no enemorarme de ellas. Y busco qué hay allí para volver a esperanzarse y renovar los sueños.
-Tu matrimonio con Rivadavia va para largo.
-Sí, estoy casado con Rivadavia y enamorado de sus virtudes y defectos. Trato de aprovechar las primeras y disimular la últimas. Cuando me fui (estuvo dos años en El Mundo y dos en Continental) no tenía otra opción. Mi estilo tiene que ver con Rivadavia y acá exploté.
-¿Cómo viene aspectado este año?
-Estamos luchando contra la economía porque no se puede poner lo que uno quiere. Traemos gente del interior para hacer humor y trabajamos de un modo amateur ahora también en lo económico, en muchos casos. No sé si se puede vivir plenamente de esto, de la radio. Hay que resignar, los medios están mal. Perdí colaboradores y actores porque no les puedo pagar, la actividad no da. Pero acá me siento bien. ¿Hay diez de queso? Trabajemos con eso porque somos profesionales.
-¿Escuchás radio?
-Infaltables: Llamas de Madariaga a la tarde, por Del Plata Bobby Flores y Alejandro Pont Lezica, y por Continental, Alejandro Dolina y Alejandro Apo, cuando estoy en casa. A veces Mario Pergolini y Ari Paluch. De los nuevos viene muy bien Andy Kusnetzoff. Son gente muy creativa.
-¿Qué podés decir de tu gremio, el de los locutores?
-Si alguien viene y me pregunta si le recomiendo estudiar locución se me hace muy difícil decirle que sí. porque no sé si encontrará su lugar. A Ariel Tarico, el humorista que te contaba, lo trajo Jorge Vaccaro de Santa Fe y tiene 18 años. Estudia locución pero es algo circunstancial porque tiene creatividad y hambre de hacer cosas. Los nuevos locutores deben ser como él: realizadores y tipos inteligentes que aporten ideas y cosas nuevas. Sólo así conseguirán auspicios porque la radio es búsqueda.
-¿Cómo definís los temas a tratar?
-Soy un repentista, no puedo planificar y producir porque soy vago. Mis programas son: Me siento y veamos. Como tal, estoy inhibido para bocetar. Una nota es importante cuando es interesante para mi. Por eso me llevo mal con el márketing. Una vez lo saqué al aire a Yupanki porque tenía ganas y después lo levantó todo el mundo porque parece que no le daba notas a nadie. Eso yo no lo sabía. Lo llamé porque era importante para mí.
-Por último: ¿Te ofrecieron TV?
-Siempre hay algo, aunque muchas ganas no tengo porque es desgastante. El año pasado hice un ciclo chiquito, "Tres por tres", y tal vez me veas en un ciclo de música por cable, algo que hace mucho que tengo ganas de hacer. Pero la verdad es que estoy muy fiaca.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica - Buenos Aires
Febrero de 2003
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