sábado, 22 de diciembre de 2001
Santiago Pont Lezica: Antes muerto que entregar Milenium a los pastores"
La pequeña oficina del alma y el cerebro de Milenium (FM106.3) luce una pared cubierta de diplomas con los premios obtenidos y, sobre el escritorio, un portarretrato con fotos de su madre y su hijo Lucio. "Soy el director artístico y contenidos, creador del estilo y presidente de la sociedad", precisa con tono cordial y desenfadado Santiago Pont Lezica.
-Pero no sos el dueño.
-Soy el que menos acciones tiene.
-¿Quién es el principal accionista?
-El 80 % es de Juan Carlos y Hugo Belcastro (dueños de Izusu-Roberts).
-La frecuencia tampoco es de ustedes.
-No. Nos presentamos al concurso para conseguir una propia. Le pagamos un alquiler muy alto a la Iglesia Universal, casi trabajamos para ellos. La radio era de la familia Herrera y la vendió. El gobierno dijo que no podía venderla, pero igual la manejan los pastores. Desde hace un poco más de un mes la convivencia se puso dura.
-Es decir que cambiarán de dial.
-Sí. Aspiramos a ganar el concurso por la 106.7 (hoy está X4, de Cuatro Cabezas). Queremos dejar de ser productora para ser una radio.
-¿Por qué se endureció la relación con los pastores?
-A partir de la denuncia de Telenoche Investiga. Ellos fueron para adelante, hicieron una reunión en River y ahora quieren la frecuencia. Pidieron la noche para los pastores. Como no tiene que ver con mi ideología, ni con la de la radio, me negué. Antes muerto que ceder en eso.
-¿Cuál es la posición del COMFER?
-El gobierno dijo que no se podía transferir la frecuencia. Lamentablemente no se cumplió. Y desde hace un año la tienen ellos. Hoy el COMFER, que es el responsable, no hace nada y deja que a la radio la manejen unos pastores. Apenas si sacaron un decreto que está mal hecho.
-¿Los consultaron para redactar ese decreto?
-Nos enteramos por los diarios. Las autorizaciones de frecuencia deben salir por presidencia y no por el COMFER. Parece que van a derogar esta. Es importante porque las licencias no son ni de una familia ni de los pastores. Es del Estado Nacional. Alguien se ganó quince palos con la venta de la frecuencia y todos se hacen los boludos. Como hombre de radio tengo mucha bronca. Porque hasta podemos quedar sin aire y 36 personas sin trabajo. Para el gobierno, que habló tanto de los contenidos, nosotros somos ideales. Nos premiaron en Europa y Estados Unidos y somos apolíticos. Entonces, si no se preocupan porque estemos en el aire todo fue una gran mentira.
-Bernardo Neustadt ya no es accionista.
-Vendió todas sus aciones y sigue con su programa de la mañana (de 6,00 a 9,00).
-Su estilo es el de opinar. Nada que ver con el resto de la programación.
-Es uno de los fundadores. Su estilo no lo va a cambiar. Tiene sus oyentes y cuando termina su programa la audiencia crece un 50 por ciento. Según un estudio de Mora y Araujo, se van a la AM y a otros radio. Y los que vienen, escuchaban a Roman Lejtman, Longobardi, Nelson Castro y Julio Lagos.
-¿Por qué está, entonces?
-Hay una lealtad personal. Porque si no fuera por él, Milenium no existiría. Muchos nos dijeron que no funcionaría. Pero Bernardo nos apoyó. Por eso, aunque no sea accionista, lo vamos a mantener. Más allá de las diferencias políticas y culturales que tengo con él, es un grande. Y tiene una brillantez... Yo estoy a su izquierda pero afuera aprendí que hay que valorar la trayectoria. El tipo entrevistó a los 50 personajes más importantes del mundo y hace 36 años que está ahí. Por eso no es sólo agradecimiento.
-¿Y si se va?
-Hice un estudio pero no salió ningún nombre. Somos los mismos de hace diez años. Pergolini te puede vender que es un pendejo pero después se sube a un auto de 70.000 dólares, ya no es un ratón. Está todo bien. Tal vez Mitre es la que más apuesta a un cambio generacional arriesgado. Las audiencias crecieron pero no apareció nadie joven para la mañana.
-Les va bien con la audiencia.
-Sí. El 2 de enero cumpliremos cuatro años en el aire y nunca bajamos de las cinco primeras. A pesar de que apuntamos a un segmento medio-medio alto. Con una línea muy cuidada.
-En un dial que venía de la Rock & Pop y La Rocka.
-Cuando lo agarramos estaba destrozado después de los ocho meses de La Rocka. Cambiamos el rock por este estilo. Noche y día. Milenium es soft, armónica en las noticias y con un mensaje espiritual y positivo.
-¿Cuál es la línea del noticiero?
-No damos policiales y tratamos de no poner el "riesgo país". La idea es acompañar esta realidad caótica resaltando valores como la amistad, el amor y el respeto. Ser una isla de tranquilidad. Salvando el programa de Bernardo toda la programación tiene ese estilo y se respeta. Y la audiencia respondió.
-Ustedes fueron (junto a Rock & Pop) los primeros en segmentarse.
-Sí. Es lo que se usa en Estados Unidos y Europa. Acá todos hacían un poco de todo a ver qué pescaban de la audiencia. Y nos va bien con la segmentación. La audiencia responde y, después de Rock & Pop, somos los que más facturamos. Es la ventaja de apuntar a un público adulto.
-¿Cómo son tus oyentes?
-Tienen un promedio de 35 años. Cuando se aburren, se van un rato a Rock & Pop y a FM Hit y vuelven. Pero el 37 por ciento de la audiencia es cautiva, no cambia de emisora. Es un porcentaje altísimo de fidelidad.
-Seguramente escuchás a todos. ¿A quiénes disfrutás?
-Mario Pergolini, Roman Lejtman y Lalo Mir. Espío mucho a la 10 a ver qué hacen, a la Hit, y estoy atento al cambio de la mañana de Continental, cómo funciona. Tienen un esquema muy español.
-¿Inspirado en...?
-Una mezcla de Cadena Ser y Onda Cero.
-¿Y Milenium?
-Está entre Jesús Quintero (trabajó con él en España) y Mis Años con muchas cosas nuevas. Como los mensajes de los oyentes y otras de mi historia personal. Y la línea del noticiero también es nueva. Y en las crisis subimos la audiencia. Porque nunca te digo que se va a caer todo. Aunque vaya a pasar.
-¿Qué novedades habrá en la programación?
-Están muy adelantadas las gestiones con Lito Vitale para hacer algo parecido a "Ese amigo del alma" en la radio.
-Por último: ¿Qué opinión tenés de las denuncias de Daniel Grinbank acerca de que en CIE-Rock & Pop se lavaba dinero?
-Es un problema entre ex-socios. Conozco un poco el tema y sé que existen desde hace mucho tiempo diferencias entre ellos. Es extraño ser el presidente de una compañía, firmar los balances y tres años después darse cuenta de que entró una guita... Es un conflicto que viene de largo. No hay buenos ni malos y habrá que esperar la respuesta del CIE.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica - Buenos Aires
Diciembre de 2001
miércoles, 19 de diciembre de 2001
Radio Panda: "Queremos ser la primera radio de la vida, no la última".
Petit hotel añejo, con amplios pasillos y techos muy altos. Una habitación dominada por una enorme mesa de madera, con una biblioteca cargada de libros sin lógica de colección. Nada más lejano a lo que podría imaginarse del "cuartel general" de Radio Panda (FM107.9). Pero aquí se habla de mantener el emprendimiento a flote y los chicos disfrutan y ríen en los estudios. Javier Campos Malbrán es el creador del proyecto y nos recibe con su físico de rugbier y su sonrisa compradora.
"Empezamos -relata- en 1996 con un PPP (permiso provisorio precario), es decir, con un alcance limitado. Apenas con una cobertura en la zona Norte y en parte de la Capital. Así estuvimos hasta que en 1999 se llamó a concurso, y ganamos la licitación con una frecuencia muy ampliada. Ahora estamos en pruebas para salir con la potencia de las FM líderes".
-Están muy a la derecha del dial, ¿Eso les juega en contra?
-Es relativo. En una radio para chicos es un gran valor porque nos ubican rápido. Saben que no hay nada a la derecha (y no es una referencia política).
-¿Por cuánto tiempo tienen la licencia?
-Veinticinco años. Varias generaciones de chicos.
-Ustedes fueron de los primeros en sesgar el público.
-Sí. En realidad, nuestra historia empieza antes, con FM Laser, que fue del ´85 al ´91, cuando terminó primera en audiencia. Era adulto-contemporánea aunque no tan sesgada.
-¿Qué pasó?
-Se vendió la licencia a América y Eurnekián y ellos hicieron una copia no tan buena con Aspen. Pero, es cierto, fuimos de los primeros en segmentar tanto. De hecho, fuimos la primera radio para chicos del mundo. Después aparecieron otras en Estados Unidos.
-¿Cómo nace la idea?
-Era un momento en que surgían un montón de radios nuevas. Y todos mirábamos qué formato podíamos usar. Se nos ocurrió una radio para chicos, a pesar de que no teníamos hijos. La testeamos y dio bien. Además, quisimos terminar de patear el tablero, y en vez de una radio para chicos hecha por grandes, hicimos una de y por chicos. Ellos conducen los programas, tienen la comunicación, y los adultos están detrás de bambalinas. Distinto sería si ponemos adultos como Pipo Pescador o Xuxa, que hablan para los pibes pero son grandes.
-Trabajar con chicos tiene frescura pero también riesgo. Se pueden asustar o desaforar.
-De hecho pasa. Pero son muy piolas y los venimos llevando de a poco. Son correctos, incluso mejores que los adultos en la formalidad. Lo complicado es que actúen un papel. No les podés pedir que hagan un personaje, por ejemplo.
-¿Siguen sin cobrar sueldo?
-Una de las reglas es que no pueden tener más de seis horas semanales al aire (por supuesto tampoco las hacen de corrido en un día). Ojo, si los dejás, se traen la cama y no se despegan del micrófono, por eso hay que tener cuidado. Y lo que se hace es darles unos viáticos y les pagamos el traslado. Es más una experiencia que un trabajo. Y los que empezaron, y ya están crecidos, ahora son pasantes. Si les gusta pueden ser contratados cuando tengan 18.
-¿Qué pasa cuando los chicos crecen? ¿Corren el target? ¿Acompañan el crecimiento o se mantienen?
-Diste en el clavo de nuestro problema. No es lo mismo un chico de seis que uno de diez. Lo dejamos libre, con la única salvedad que a la mañana apuntamos de ocho para abajo. Ese es nuestro semillero de oyentes. A la tarde apuntamos al chico que se maneja sin necesidad de la madre. Ahí cambia la música y está Carna. No podemos tener tres o cuatro subsegmentos. Hasta el mediodía es un jardín de infantes con fantasía y cuentos. Después se vuelve un poco más pícaro.
-¿El punto de quiebre cuál será?
-Y... cuando lleguen a los dieciseis se irán a otro lado. Queremos ser la primera radio de la vida, no la última. Igualmente, ahora no está claro cuál es la música que les gusta a los chicos. "Manuelita" no tiene dudas. Pero Britney Spears o Bandana va desde los seis a los veinte. Es el fenómeno del pop-teen. Con todo, la música que ponemos también apunta a que los padres tengan un recreo. Si no, se hartan. A los chicos no les molesta escuchar "El oso". Y el target del padre es de entre treinta y cuarenta.
-¿Cuál es la "línea" temática?
-Lo que todo el mundo está de acuerdo: Preservación del medio ambiente, los valores éticos de la vida (respeto, solidaridad, el buen nombre, la democracia, derechos humanos, la libertad, la no violencia...) más allá de lo religioso. Los chicos todavía son salvables. De ahí viene el Panda. La idea que subyace es que todos estamos en peligro de extinción. Cada vez que incorporamos algo nuevo, primero lo consultamos con un grupo de psicopedagogos.
-¿Tienen restricciones con la publicidad? Es obvio que no habrá propagandas de alcohol o cigarrillos.
-Sólo una vez rechazamos un negocio, en la época en que estaba la fiebre de los llamados al 0-600. Nos podía entrar una fortuna pero era conflictivo porque los chicos no entienden que cada llamado cuesta cincuenta centavos o más.
-¿Cómo les va con las mediciones de audiencia?
-Pésimo. Porque no nos miden por dos motivos: Primero, por el alcance, una piedra que nos vamos a sacar del zapato ahora. Ibope sólo abarca toda la cobertura de Capital y Gran Buenos aires, once millones de personas. No prorratean. Segundo, porque no miden a los menores de doce años. Lo saben y nos prometieron que lo van a incorporar como un estudio, dos veces al año. Lo curioso es que nos saltaban muchos adultos, por los padres. En la última medición marcó que nos escuchaban 50.000 mayores. Lo cual, más o menos te permite calcular que tendremos 200.000 oyentes con la cobertura completa. Con eso estamos encantados.
-¿La publicidad...?
-...murió de muerte natural. Está difícil subsistir. Nuestra ventaja es que somos una pyme, bastante amateur. Tenemos apenas diez empleados. Si tuviera en plantilla varias figuras con cachets altos ya hubiera "volcado". Eso es lo que les pasa a las radios grandes. Por eso cada vez hay menos estrellas en esas emisoras.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica - Buenos Aires
Diciembre de 2001
lunes, 17 de diciembre de 2001
Alberto Veiga: "El grupo CIE da total libertad y no baja línea".
"Me divierte hacer radio como concepto. Y programar con libertad". Esta es la carta de presentación de Alberto Veiga director de Radio Del Plata, América y sus FM, (todas del grupo mexicano CIE), quien nos recibe en su austera y prolija oficina, más parecida a la de un pequeño fabricante que a la de un director de medios.
-Del Plata hizo una apuesta fuerte. Incorporaron a Lalo Mir, Alejandro Dolina, Adolfo Castello, Adrián Paenza y Roman Lejtman.
-Intentamos rejuvenecer a la audiencia respetando el contenido, y la ideología e incorporamos gente que entendemos que debía estar. Lo de Lalo fue una travesura que viene de largo. Ya lo habíamos hablado el año pasado. El es fantástico como persona, tiene gran sentido común e ideológicamente es sano.
-Dolina sale grabado por Continental, con el mismo nombre y a la misma hora, y compite contra sí mismo en vivo por Del Plata.
-El nos dijo que no tenía contrato y le creemos. Es un problema entre él y Continental. El perjuicio de los dos primeros meses se va terminando y la gente lo prefiere en vivo. Supongo que el sentido común de Continental hará que lo saquen del aire pronto. Creo que es la primera vez que pasa esto en radio, aunque en TV es común.
-Pero un contrato no es opinable.
-No. Se tienen o no derechos y se hacen cumplir. Pero esta es una cuestión de abogados. Nosotros lo contratamos de buena fe y no tenemos que "devolverlo". Es una persona, no una cosa.
-Se dice que los oyentes clásicos de Del Plata tienen más de cuarenta años. Las incorporaciones traen un lenguaje joven, de FM.
-Pero todos los conductores nuevos tienen más de cuarenta, y son gente que sabe y vivió mucho. Los códigos se modifican todo el tiempo. Las malas palabras antes asustaban y hoy forman parte de la charla diaria. El público tradicional de Del Plata no se siente traicionado porque no cambió el contenido. Y tengo la tranquilidad de que enfrente no hay nadie con el discurso de esta radio. En un panorama en el que no hay discurso. Del Plata y América lo tienen. Son dos productos redondos.
-Cuando era dueño, Eurnekian dijo que Del Plata era de izquierda y América de derecha.
-Sería encasillar y con el lío ideológico argentino no se puede. América se dirige a esa parte de la sociedad que se interesa por la economía, las finanzas, la banca y la política. Del Plata históricamente es libertaria y progresista.
-¿Cómo les va con la audiencia a la "nueva" Del Plata?
-Vamos primeros o segundos en BC1 y C2 (los de más alto poder adquisitivo) entre 20 y 54 años. En el general va sexta y avanzará hasta las cuatro primeras antes de fin de año. Hemos incorporado muchos hombres.
-¿También crecieron los anunciantes?
-Hay más interés. Pero con la crisis hablar de anunciantes es una utopía. La torta publicitaria bajó en general un 20 por ciento con respecto al año pasado. Hoy está todo paralizado.
-¿Cierran los números?
-Sí. Como siempre. Igual estamos apostando fuerte.
-Antes trabajó para Continental (pre-Telefe), en Del Plata a las órdenes de La Nación y para Eurnekián en las dos. ¿Diferencias?
-Lo único que no negocio es la libertad. Eso lo supieron todos y nunca tuve problemas. Y nadie que trabajó acá te dirá que les bajamos línea. Se editorializa con las contrataciones.
-La ley permite a cada inversor tener una AM y una FM y el grupo CIE tiene nueve. ¿Cómo lo deja parado ser director de cuatro?
-Yo soy director de estas unidades de negocios y no creo que haya conflicto. Se deberá resolver lo legal. La nueva ley tiene buenas intenciones pero debe modificarse. Lo del CIE es un caso testigo. Yo me pregunto qué hubiera pasado con esas radios si nadie las compraba. No es una pregunta menor. No me parece que haya acumulación de medios o de poder económico. Porque estas radios hay que desarrollarlas.
-¿Cómo se soluciona? La nueva ley mantiene el límite.
-Venderán y las comprará otra empresa. El problema es si desaparecen las fuentes de trabajo si nadie las compra. Eran radios sin actividad que esperaban su cierre. Las compraron de buena fe y sin testaferros. Si el estado dice que es indebido, se venderán.
-¿Considera un dato menor que sean capitales extranjeros?
-No lo sé. Me gusta que los medios tengan caras visibles. Como "la radio de Romay". Pero ese país desapareció. No sé si es malo que sean de un grupo de afuera. Lo importante es que no las usan mal. Conozco argentinos que alquilaron sus emisoras a pastores electrónicos para subsistir. Y no es algo inocente. ¿Cuál es el camino? ¿Un desarrollo transparente o la entrega de los contenidos a cualquiera? Hay argentinos ex dueños de medios que hoy están vinculados al lavado de dinero. El grupo CIE da total libertad y no baja línea ni política ni religiosa. ¿Obligarle a Telefónica a vender Azul soluciona el problema de Canal 9? No es un dato menor quién, cómo y para qué lo va a comprar. Acá se da libertad y eso es lo importante. Lo otro es una curiosidad periodística.
-Hay una ley violada de por medio.
-Repito, a mí me gustan los medios con cara y responsabilidades. Si no es así lo que importa es su discurso y si dan trabajo. Deberíamos preocuparnos más por el producto que por los dueños. Me encantaría que la Argentina tenga una ley de radiodifusión que no sea de la época de los militares. Lo de mantener el límite es porque se mira desde un escritorio. Hay que salir al campo y ver lo que pasa. Se podría limitar la cantidad de audiencia, por ejemplo, y no las unidades de comunicación. El gobernante debe cuidar que no haya una unidad de opinión sino varias. Entre 1.500 radios ¿qué son siete o nueve? Cuando sean 100 hablamos de nuevo.
-¿Cada vez habrá más concentración de radios con el mismo dueño?
-No sé. Con los medios hubo locura en los últimos tiempos. No estoy feliz con lo que pasó, pero la atomización no le hace bien a la radio. Si entre capital y el GBA hay 7.000 emisoras no le sirve a nadie. La cantidad de medios no da libertad. Lo da el fortalecimiento económico del medio. Sin recursos no se puede ser independiente porque llegás a muy poca gente.
-¿Las radios son negocio?
-Se tiene la idea de las radios como grandes medios y en realidad son Pymes. Todas. No generan grandes negocios. Acá hay mucho de cariño, y "sangre, sudor y lágrimas", exagerando.
-¿Cuánto dinero mueven?
-El año pasado, entre todas, se repartieron ochenta o noventa millones de pesos. La confusión viene de la década del cuarenta cuando la radio era el medio madre. Después siempre manejaron poco dinero. Y encima son economías chiquitas que emplean mucha mano de obra. Esto es así en todo el mundo. Al tipo que quiera ponerse una radio para vivir se le hará difícil.
-Por último: ¿A quién le gustaría tener en sus filas que no tiene?
-Sin sacar a nadie, a Nelson Castro y a Victor Hugo Morales en Del Plata. Y a ellos les encantaría estar acá.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica - Buenos Aires
2001
-Del Plata hizo una apuesta fuerte. Incorporaron a Lalo Mir, Alejandro Dolina, Adolfo Castello, Adrián Paenza y Roman Lejtman.
-Intentamos rejuvenecer a la audiencia respetando el contenido, y la ideología e incorporamos gente que entendemos que debía estar. Lo de Lalo fue una travesura que viene de largo. Ya lo habíamos hablado el año pasado. El es fantástico como persona, tiene gran sentido común e ideológicamente es sano.
-Dolina sale grabado por Continental, con el mismo nombre y a la misma hora, y compite contra sí mismo en vivo por Del Plata.
-El nos dijo que no tenía contrato y le creemos. Es un problema entre él y Continental. El perjuicio de los dos primeros meses se va terminando y la gente lo prefiere en vivo. Supongo que el sentido común de Continental hará que lo saquen del aire pronto. Creo que es la primera vez que pasa esto en radio, aunque en TV es común.
-Pero un contrato no es opinable.
-No. Se tienen o no derechos y se hacen cumplir. Pero esta es una cuestión de abogados. Nosotros lo contratamos de buena fe y no tenemos que "devolverlo". Es una persona, no una cosa.
-Se dice que los oyentes clásicos de Del Plata tienen más de cuarenta años. Las incorporaciones traen un lenguaje joven, de FM.
-Pero todos los conductores nuevos tienen más de cuarenta, y son gente que sabe y vivió mucho. Los códigos se modifican todo el tiempo. Las malas palabras antes asustaban y hoy forman parte de la charla diaria. El público tradicional de Del Plata no se siente traicionado porque no cambió el contenido. Y tengo la tranquilidad de que enfrente no hay nadie con el discurso de esta radio. En un panorama en el que no hay discurso. Del Plata y América lo tienen. Son dos productos redondos.
-Cuando era dueño, Eurnekian dijo que Del Plata era de izquierda y América de derecha.
-Sería encasillar y con el lío ideológico argentino no se puede. América se dirige a esa parte de la sociedad que se interesa por la economía, las finanzas, la banca y la política. Del Plata históricamente es libertaria y progresista.
-¿Cómo les va con la audiencia a la "nueva" Del Plata?
-Vamos primeros o segundos en BC1 y C2 (los de más alto poder adquisitivo) entre 20 y 54 años. En el general va sexta y avanzará hasta las cuatro primeras antes de fin de año. Hemos incorporado muchos hombres.
-¿También crecieron los anunciantes?
-Hay más interés. Pero con la crisis hablar de anunciantes es una utopía. La torta publicitaria bajó en general un 20 por ciento con respecto al año pasado. Hoy está todo paralizado.
-¿Cierran los números?
-Sí. Como siempre. Igual estamos apostando fuerte.
-Antes trabajó para Continental (pre-Telefe), en Del Plata a las órdenes de La Nación y para Eurnekián en las dos. ¿Diferencias?
-Lo único que no negocio es la libertad. Eso lo supieron todos y nunca tuve problemas. Y nadie que trabajó acá te dirá que les bajamos línea. Se editorializa con las contrataciones.
-La ley permite a cada inversor tener una AM y una FM y el grupo CIE tiene nueve. ¿Cómo lo deja parado ser director de cuatro?
-Yo soy director de estas unidades de negocios y no creo que haya conflicto. Se deberá resolver lo legal. La nueva ley tiene buenas intenciones pero debe modificarse. Lo del CIE es un caso testigo. Yo me pregunto qué hubiera pasado con esas radios si nadie las compraba. No es una pregunta menor. No me parece que haya acumulación de medios o de poder económico. Porque estas radios hay que desarrollarlas.
-¿Cómo se soluciona? La nueva ley mantiene el límite.
-Venderán y las comprará otra empresa. El problema es si desaparecen las fuentes de trabajo si nadie las compra. Eran radios sin actividad que esperaban su cierre. Las compraron de buena fe y sin testaferros. Si el estado dice que es indebido, se venderán.
-¿Considera un dato menor que sean capitales extranjeros?
-No lo sé. Me gusta que los medios tengan caras visibles. Como "la radio de Romay". Pero ese país desapareció. No sé si es malo que sean de un grupo de afuera. Lo importante es que no las usan mal. Conozco argentinos que alquilaron sus emisoras a pastores electrónicos para subsistir. Y no es algo inocente. ¿Cuál es el camino? ¿Un desarrollo transparente o la entrega de los contenidos a cualquiera? Hay argentinos ex dueños de medios que hoy están vinculados al lavado de dinero. El grupo CIE da total libertad y no baja línea ni política ni religiosa. ¿Obligarle a Telefónica a vender Azul soluciona el problema de Canal 9? No es un dato menor quién, cómo y para qué lo va a comprar. Acá se da libertad y eso es lo importante. Lo otro es una curiosidad periodística.
-Hay una ley violada de por medio.
-Repito, a mí me gustan los medios con cara y responsabilidades. Si no es así lo que importa es su discurso y si dan trabajo. Deberíamos preocuparnos más por el producto que por los dueños. Me encantaría que la Argentina tenga una ley de radiodifusión que no sea de la época de los militares. Lo de mantener el límite es porque se mira desde un escritorio. Hay que salir al campo y ver lo que pasa. Se podría limitar la cantidad de audiencia, por ejemplo, y no las unidades de comunicación. El gobernante debe cuidar que no haya una unidad de opinión sino varias. Entre 1.500 radios ¿qué son siete o nueve? Cuando sean 100 hablamos de nuevo.
-¿Cada vez habrá más concentración de radios con el mismo dueño?
-No sé. Con los medios hubo locura en los últimos tiempos. No estoy feliz con lo que pasó, pero la atomización no le hace bien a la radio. Si entre capital y el GBA hay 7.000 emisoras no le sirve a nadie. La cantidad de medios no da libertad. Lo da el fortalecimiento económico del medio. Sin recursos no se puede ser independiente porque llegás a muy poca gente.
-¿Las radios son negocio?
-Se tiene la idea de las radios como grandes medios y en realidad son Pymes. Todas. No generan grandes negocios. Acá hay mucho de cariño, y "sangre, sudor y lágrimas", exagerando.
-¿Cuánto dinero mueven?
-El año pasado, entre todas, se repartieron ochenta o noventa millones de pesos. La confusión viene de la década del cuarenta cuando la radio era el medio madre. Después siempre manejaron poco dinero. Y encima son economías chiquitas que emplean mucha mano de obra. Esto es así en todo el mundo. Al tipo que quiera ponerse una radio para vivir se le hará difícil.
-Por último: ¿A quién le gustaría tener en sus filas que no tiene?
-Sin sacar a nadie, a Nelson Castro y a Victor Hugo Morales en Del Plata. Y a ellos les encantaría estar acá.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica - Buenos Aires
2001
domingo, 2 de diciembre de 2001
María Belén Aramburu: "Con catorce años de televisión puedo conducir en cualquier lado".
Da la sensación de que se mueve al ritmo de una película muda. María Belén Aramburu va y viene por los pasillos de la radio y la medallita dorada de la Virgen Niña baila en su pecho. Acaba de terminar "La ventana", que conduce de lunes a viernes de 14,00 a 17,00 por Continental (AM 590), se sienta y habla más rápido que cuando estaba al aire: "Arrancamos el 17 de setiembre con una propuesta diferente -asegura-. Es un programa de servicios segmentado por rubros en diferentes horarios. No había nada parecido en el aire. Por eso mismo fue puesto a prueba a la vez que se emitía. Y como me gusta la actualidad, la política y la economía, la meto a través de los móviles".
-Heredaste un horario "caliente". Rolando Hanglin estuvo años allí. Todo un desafío, ¿no?
-Sí. "Lani" es un maestro de la radio y lo escucho de toda la vida. El reto era doble, porque además del horario, pocos saben que es mi debut en este medio.
-¿Quién te propuso?
-Freddy Ojea, director de programación, pensó en mí porque necesitaba una conductora versátil, que pudiera tratar distintos temas.
-Se te escucha afianzada, sin embargo.
-Estuve cómoda desde el primer día. Me enamoré de la radio. Con catorce años de televisión sé conducir. Entonces puedo hacerlo en cualquier lado. No lo conocía como medio pero me pasó algo extraño. Cuando me llamaron y entré por primera vez me pareció como si ya hubiese estado.
-¿Deja-vú o sensación de pertenencia?
-Sensación de pertenencia, sin dudas. No puedo creer que hace apenas dos meses que estoy ante el micrófono. Como si fueran diez años. Me pasa con mi entorno laboral.
-¿A igualdad de condiciones con la televisión con qué te quedás?
-¡Qué difícil! No sé. Por suerte ahora tengo las dos. No sé qué pasaría si me faltase alguna. Estoy muy acostumbrada a la tele. Es como si fuera mi casa. No importa el canal ni el programa. Seguí todos los pasos: cronista, movilera, conductora, jefa de redacción, productora y editora de mis propias notas... conozco toda la cocina de la tele. La radio es lo mismo sin cámaras ni luces.
-De todas las secciones del programa, "Cadena de favores" es la estrella, ¿no?
-Lo que pasa con esa sección es impresionante. Va desde las 16,30 aunque a veces mandamos mensajes en el medio de la programación. Consiste en la oferta y demanda de bienes y servicios y estaba pautada para que fuese dos veces por semana. Tuvo tanto éxito que va todos los días. Así y todo no damos a basto.
-¿Tiene que ver con el desarrollo de una economía paralela?
-Sí, con la falta de laburo y las necesidades de la gente. A veces les doy ideas. Como a las amas de casa que dicen que no saben hacer nada y toda su vida cocinaron, por ejemplo. No sólo se enganchan vía nosotros sino entre ellos. Tal vez uno vende una computadora y otro la necesita y la compra. Es la sección que más disfruto. Hasta la dirección de programación está viendo cómo hacer para que siga creciendo.
-¿Te llegaron las primeras mediciones de audiencia?
-Hasta diciembre no. Pero sé que la radio está bien posicionada.
-Tienen otros métodos para testearlo.
-Sabemos que nos va bien. Había un público cautivo, que no sabíamos si iba a quedar, y nos aceptó. Y se acopló otro tipo de gente que le gustó la propuesta.
-Continental no tenía conductoras mujeres. Hay un cambio por ese lado y vos sos un ejemplo.
-No me había dado cuenta. Ni lo pensé. No le tengo miedo a los cambios de horario ni de formato. Continental siempre fue para mí una radio de tono y trato amable. La escuché durante mucho tiempo y me gustaba que me daba las noticias sin alarmar.
-¿Qué más escuchás?
-Consumo mucha radio, sobre todo a la mañana y AM. Me gusta su inmediatez. Magdalena Ruiz Guiñazú me parece bárbara como mujer de radio, es inteligente, culta y preparada. También Néstor Ibarra. Radio 10 tiene un muy buen programa en mi horario, "Buenos Muchachos", aunque sea otro formato. Es extraño que lo diga (se ríe).
-¿Tenés modelos además de Magdalena?
-No idealizo a nadie. En televisión tuve maestros como Luis Clur pero acá me hice a los "ponchazos". Lo bueno de la radio es que se respeta lo bueno del lenguaje sin distracciones. Estás mucho más desnudo espiritualmente.
-Tenés un perfil muy bajo con respecto a tu vida privada (está casada con Juan Segundo Stegman, a quien conoció en 3.60 por canal 13). Sin embargo hablás de tus hijos Bautista y Conrado al aire. ¿Es para voltear barreras con el público o sale naturalmente?
-La llegada de mis hijos marcaron un antes y un después en mi vida. En un tiempo empecé a rechazar trabajos porque necesitaba estar con ellos. Los amo y estoy enamorada de ellos. Hasta me desafié para ver qué lugar ocupaba el trabajo en mi vida. Ahora me volvió con intensidad y traté de que los chicos no sintieran mi ausencia. Por suerte van al colegio.
-¿Tenés culpa?
-No, porque es trabajo. Les expliqué que mamá había dejado de trabajar cuando eran chiquitos para estar con ellos pero que ahora tenía que volver. Les hablé de mi vocación y lo entendieron. Todo se basa en el diálogo. Les pedí que me acompañaran en esto porque era importante para mí. Se miraron con sus ojitos (emocionada, le tiembla un poco la voz) y me apoyaron. Por suerte los veo al mediodía.
-Vuelvo a la pregunta. ¿Por qué traés tu casa a la radio?
-Los menciono naturalmente y no todo el tiempo. No para compartir con la gente. Porque este es mi trabajo y no mezclo. No siento que compartir algo de mis hijos sea hablar de mi vida privada (como me dijo uno de ellos) sino que lo hago como mamá.
-No es lo mismo con tu pareja.
-No hago producciones fotográficas con mis chicos y los medios lo saben. También fui reservada de soltera. Respeto a la gente del ambiente que tiene la necesidad de compartir con el público sus alegrías y tristezas pero no siento lo mismo. A mi público no le debo más que profesionalismo. Ni explicar dónde bautizo a mis hijos ni dónde les festejo el cumpleaños. Eso es para mis íntimos. Mi familia no es mediática. Si alguna vez hablo de ellos es porque ellos soy yo y los tengo incorporados. Daría la vida por ellos.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina
Diciembre de 2001
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