domingo, 12 de febrero de 2006

Ricardo Guazzardi: “Larrea me sintoniza para escuchar su ‘Rapidísimo’”

Se refiere a “La revista” (Rivadavia, AM 630, lunes a viernes de 12 a 14) porque, como aquel clásico de “Hetitor” el locutor ofrece alegría, música y actualidad, con la particularidad de “...recorrer la Argentina, a partir de conexiones, para saber cómo se vive el verano en todo el país”. Y reflexiona sobre la “radio del verano”.
“Con mi familia nos vamos de vacaciones allá por abril. Porque soy de los que piensa que en enero paran todos. Si recorrés el dial notarás que la mayoría de los conductores se toman su merecido descanso y ponen en su lugar a un suplente: un locutor o un columnista”.


Siempre soñó con el micrófono: en la primaria leía poesías y en la secundaria presentaba los actos escolares. Se recibió de maestro, locutor y periodista, y entonces pudo dedicarse de lleno a su vocación. En febrero, Ricardo Guazzardi cumplió veinte años en Rivadavia y renovó el contrato para el 2006 “con el dueño, Luis Cetrá, nos llevamos como un matrimonio –confiesa-. Sin diálogo no se puede durar tanto”. Su equipo está conformado por Alfredo Casado (Política nacional e internacional), Leonardo Uranga (deportes) y Valeria Delgado (locución y espectáculos), en tanto que la producción corre por cuenta de Patricia Mirasola, Lucas Ricoy, Alejandra Naboni, y Agustina Ionno.
-¿Cambia la salida al aire en verano?
- Del 26 de diciembre al 30 de enero estuve en Mar del Plata transmitiendo desde el balneario 12 de Punta Mogotes pero el programa era el mismo que el que sale desde Buenos Aires. Cambió la estética porque me habían hecho un estudio muy coqueto, con vista a la playa y la presencia de la gente. Desde ahí relato el verano. La impronta del programa cambia porque hablo con el público sobre sus vacaciones y de cómo está su provincia. Además, la página de espectáculos se estira porque allá te vienen al estudio Nito (Artaza), (Miguel Angel) Cheruti, Betiana Blum, o (Jorge) Corona y nos quedamos charlando.
-¿Qué tipo de público se acercaba?
-Es muy común que durante enero aparezca en Mar del Plata mucho veraneante del interior, sobre todo de Córdoba y Tucumán. Los de la Patagonia me parece que optan por Las Grutas, Necochea o Claromecó. Bien, toda esa gente nos conoce porque la potencia de la AM permite llegar a esos lugares, y así encuentran la posibilidad de verte y de tocarte.
-En tu programa hablás de “página” y no de “columna”.
-Sí, porque para asociar el nombre, como somos “La revista” usamos el léxico de la gráfica: “Ediciones” en lugar de “emisiones”, pies de página y suplementos a todo color.
-¿No te permitís ser más “fresco” en verano?
-Con mi familia nos vamos de vacaciones allá por abril. Porque soy de los que piensa que en enero paran todos. Si recorrés el dial notarás que la mayoría de los conductores se toman su merecido descanso y ponen en su lugar a un suplente: un locutor o un columnista. Yo estoy con la misma fuerza y seriedad, aunque se mezcle la impronta de la playa.
-Me refería más a la informalidad.
-“La revista” es muy rápida, tiene un ritmo vertiginoso. Me encantaría extenderme en los reportajes por ejemplo, pero no puedo por una razón comercial. La radio está vendida como en el resto del año. Tampoco por estilo: hay promociones, informativos y algo de música. A menos que venga Cristina de Kirchner, por ejemplo, no nos movemos demasiado. Trato de respetar exactamente el esquema.
-Se cree que transmitir desde la playa es más relajado.
-Y no es así. Al contrario, te agota. En el estudio está todo previsto, levantás la cabeza y con una seña el operador ya sabe lo que vas a hacer. En la playa no, te tirás sin red. Encima tenés la presión del “doble programa”, porque está el público que te mira y hay que actuar porque esperan un show.
-La transmisión desde la Antártida (19 de marzo de 2002) marcó un hito.
-Sí, y además ese programa en la Base Marambio fue muy emotivo. Fue difícil llegar, en un avión de carga Hércules, de la Fuerza Aérea y dependés del clima. Se daban cosas como que cruzamos a un cabo que hacía medio año que no veía a la esposa y en el interín ella había tenido familia.
-¿Sos consumidor de radio?
-Sí, además de Rivadavia, a la mañana escucho a López, en Continental, de 6 a 9. Después me pongo a preparar el programa y voy haciendo zapping. Lo pongo un poquito a Lalo Mir en Mitre y al resto de los que van a ser mi competencia. Porque eso te sirve para ver dónde estás parado.
-El que tiene el mismo horario es Fernando Niembro.
-Sí, lo pone algún productor y me cuenta. Pero con él no compito porque se dedica casi exclusivamente a los deportes.
-¿Quiénes fueron tus maestros?
-Sin dudas: Héctor Larrea. A quien reemplacé en “Rapidísimo” en mis comienzos.
-¿Era como ponerse la camiseta número diez, no?
-Exactamente. Era una camiseta pesada, pero él me daba mucha confianza. Y fijate que hoy me escucha. Su programa en Nacional termina a las doce y me dice que me sintoniza para escuchar su viejo “Rapidísimo” por Rivadavia.


Gustavo Masutti Llach
Fotos: Marisa Marquez.
Revista Ahora - Diario Crónica

Buenos Aires - Argentina

12 de Febrero de 2006

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