La cita con Eduardo Aliverti no es Rivadavia, AM 630, (donde todos los sábados conduce "Marca de Radio", de 10,00 a 13,00) sino en Eter la escuela de estudios terciarios radiofónicos que dirige. Sin embargo, allí también está cómodo porque hay ambiente de radio y algo más: se le nota el orgullo ante la mirada de admiración de los alumnos que cruza en los pasillos. Aunque asegura que le da pudor rotularlo así, se confiesa convencido de que "'Marca de radio' es el programa que mejor ensambla la estética con la opinión en la Argentina. Hoy parece que la AM es sólo para hablar y la FM sólo para pasar música. Nosotros demostramos que se puede divertir y tener estética con una opinión de fondo".
-¿Y los contenidos?
-Es un programa de opinión con investigación. Trabajamos con un mes de anticipación y esa es otra de las cosas que perdió la radio.
-¿Tan mal la ves?
-Si se la compara con la radio de los '30, '40 ó '50, la de hoy es inferior en preparación previa, guionado, libreteo, cuidado vocal y armado artístico. Hay que ir al rescate de aquello. De la radio con actores, del radioteatro.
-Tu estilo no es el clásico de Rivadavia.
-Por suerte se adaptaron. Fue una apuesta audaz por parte de ellos porque mi tendencia natural no es al grito. La audiencia lo recibió muy bien y esto sirvió. Incluso mi léxico subido de tono primero cayó mal y después se aceptó. En eso "los domé" (sonríe).
-¿A qué periodistas les creés?
-Nelson Castro me parece creíble. Y Magdalena también. De los que no les creo me reservo los nombres. No suelo opinar mal de colegas. No sé si está bien porque me pueden acusar de tener una actitud corporativa. Pero siento que hablar de periodistas es entrar en un "puterío" que "empioja" el análisis. Salvo si me caliento demasiado como con Mariano Grondona cuando prácticamente le cedió el final de su programa a Massera.
-Obviemos los nombres, entonces. ¿Cómo se portó el periodismo durante el menemismo?
-La prensa siempre expresa la media del humor social. Una corporación de prensa funciona como termómetro. No va ni adelante ni atrás de la opinión de la gente: acompaña. Entre el ´89 y el '91 la prensa mostró malhumor. Hasta el ´94 el tandem Menem-Cavallo tuvo su pico de popularidad y la prensa se mostró equidistante o directamente apoyó las reformas. En su segundo período se vuelve más crítica y al final, casi opositora. Pero aclaremos que se critica al gobierno y no al modelo económico. Salvo excepciones, la prensa eligió al modelo y vetó la manera de ejecutarlo.
-¿Ese no es el metamensaje de la Alianza: "haremos lo mismo, pero prolijo"?
-Sí, "Menemismo sin Menem". Y la prensa trabajó en ese sentido.
-Héctor Timerman me dijo que era fácil "pegarle" a Menem. ¿Qué pasará ahora que no gobierna?
-Creo que habrá un período en que a los que fuimos críticos de menemismo se nos viene el "esperen", "vamos a ver", "no peguen", "se necesita un rélax", etcétera. No sé cuánto va a durar ese lapso.
-¿Será más corto que el de Menem y mucho menor que el de Alfonsín, tal vez?
-Probablemente. Ya hay promesas incumplidas. No nos olvidemos que el ministro de economía pidió disculpas antes de asumir. Ese tipo de cosas achica los márgenes y acorta la "luna de miel" entre los votantes y la prensa con el nuevo gobierno.
-¿Qué pasará con los periodistas que brillaron durante estos diez años?
-Creo que en el estado se va a robar menos. Esto va a dar menos "divertimento" periodístico. Pero no cambió nada del modelo. Entonces si se trata de tomar una postura opositora contra De la Rua por su política económica (continuidad de la de Menem) no nos faltará tela para cortar. No creo que este gobierno deje sin letra al papel fiscalizador del periodismo. Eso sí, algunos colegas tendrán problemas en cómo acomodarse para mostrar que son opositores.
-¿Cómo es eso?
-La corrupción del menemismo sirvió para que algunos periodistas tomaran el papel de jueces y fiscales. Se mostraban como densos, comprometidos y opositores desde la denuncia pública. En esto coincido con Timerman: pegarle a María Julia o a Alderete está al alcance de cualquiera. Pero si el espacio de lo emblemático de la corrupción se termina, sólo queda atacar al modelo.
-¿Entonces?
-Eso es más difícil y peligroso. Vamos a ver qué hacen. Porque te estás metiendo con los que te anuncian y te bancan el espacio.
-...y con más del 90 por ciento del electorado.
-También. Pero los que votaron eso lo hicieron porque no les quedaba otra. Este nuevo gobierno no entusiasma. No tienen nada que nos convoque a una utopía. Aunque sea módica. No creo que los colegas que "jugaban a la oposición" reciban la presión de que su masa no le acepte posturas opositoras al gobierno. La presión, repito, la van a recibir si se meten con el modelo. Porque te enfrentás con las megacorporaciones de negocios que sostienen los medios.
-¿Aquellos que trabajaron con la dictadura, el alfonsinismo y el menemismo seguirán sin problemas?
-Supongo que sí. Tal vez alguno tenga un período de desaparición o perfil bajo temporal. En algunos casos muy patéticos pudo haber sanción social para periodistas acomodaticios, pero nunca empresarial. Si un tipo quedó "quemado" y el medio no lo puede bancar más, se va a un programa de cable y la calidad de anunciantes que consigue generan envidia. Porque son orgánicos del establishment.
-Vos sos crítico del sistema. ¿Cómo haces para financiar tus espacios?
-Que Rivadavia no sea multimediática me juega a favor. Tras 23 años de carrera se me respeta como profesional serio. Con eso logré auspicios de empresas que no son concomitantes con mi postura ideológica. Por otro lado sé que eso me cuesta callar denuncias, datos u opiniones que afectan a esas empresas. Y sé que es eso o desaparezco.
-¿Y te llevás bien con tu conciencia?
-Esto no es lo que más me cuesta desde lo ético-moral. Siempre sostuve que nunca voy a poder decir todo lo que quiero y nunca nadie me obligará a decir lo que no estoy convencido. Desde hace un tiempo cuando negocio me pregunto cuál es el costo que pago por tener un sponsor. Y decido si vale la pena pagarlo o no. En el '87 u ´88 estaba proscripto de los medios porteños...
-Gobierno radical con los medios en poder del estado.
-Exacto. Volví a una radio en Rosario y me dijeron: "no se puede hablar mal del diario 'La Capital' ni del obispado local". Si este es el costo para hablar de Astiz, los indultos y el modelo, lo pago. Tuve que hacerme empresario de mí mismo. Y te sabés vender o no existís. Porque desapareció el cachet, el salario. Si no tenés tu publicidad no entrás. Con el agravante de que no sé hacer otra cosa que periodismo.
-¿Es más importante tener anunciantes que público?
-No. Pero sin anunciantes no vas a tener público. A los estudiantes de Eter les enseño que nunca van a ser independientes pero ser libres. Esa es mi meta.
-¿Cuánto va a durar este sistema?
-No le veo retorno en el corto o mediano plazo. Y en el largo no importa porque estamos todos muertos.
Gustavo Masutti Lach
Revista Ahora- Diario Cronica
Buenos Aires - Argentina
Diciembre de 1999
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