jueves, 16 de diciembre de 1999

Ariel DelgadoAriel Delgado: "el jefe del batallón me mostró un árbol y me dijo: '...ese es suyo. Ahí lo voy a colgar de las pelotas'"


Como ninguna, su voz se ha convertido en sinónimo de noticias. A partir de mañana Ariel Delgado vuelve a Radio Colonia, (AM 550, "El diario de la tarde", lunes a viernes de 17,00 a 18,00) y se podrá volver a escuchar su clásico "hay masss informacioness para este boletín" como en aquella época aciaga en la que la verdad sobre Argentina sólo podía ser escuchada saliendo de sus labios, con el Río de la Plata de por medio. Sobre su difícil carrera, el locutor de Crónica TV simplifica: "A lo largo de 44 años de periodismo he sufrido alguna que otra censura. Pero amo esta profesión y no me concibo haciendo otra cosa". Con una vitalidad, una memoria y una lucidez envidiables, evoca:"Entré por primera vez a un estudio en Radio del Estado (hoy Nacional) el primero de noviembre de 1955 . En junio del '58 me fui a Colonia y en esa radio estuve hasta octubre del '80. Allí fui primero "informativista', como dicen los uruguayos, luego jefe del informativo y terminé como director de la radio".
-Debutó en noviembre del ´55, con la flamante Revolución Libertadora. ¿Le tocó reemplazar a un peronista?
-Obviamente, a todos los peronistas (sonríe). Debe haber habido una "barrida" general. Mucho más en la radio oficial. Eramos todos nuevos. De los periodistas y locutores anteriores no quedó ni uno. Tal vez se salvó algún técnico, pero al resto los echaron a todos.
-¿Cómo hacían para hacer un informativo sin nombrar a Perón (estaba prohibido)?
-Cada informativo se hacía con cuatro copias. Una iba a la Side y los otros dos a los servicios de informaciones navales y del ejército y debían volver aprobados. Esa era la "libertad de prensa" que teníamos por entonces. Una vez Aramburu lo nombró en un discurso. Hice el resumen del discurso y puse: ..."el presidente provisional de la Nación dijo: 'Perón... etcétera'". Me suspendieron por nombrar a Perón. Me quejé: "¡suspéndalo a Aramburu, que lo nombré por culpa de él!". Pero como el hilo se corta por lo más delgado, castigaron a Delgado.
-En esos términos no se podía ser veraz ni veloz con la información.
-No había ninguna vocación periodística. Sólo interesaba tener buenos filtros. Pero no fueron los únicos. En el '77 yo era director de Radio Colonia y leía el informativo central. Antes de ponerlo al aire tenía que presentarlo en el Batallón IV de Colonia para que lo aprobara el jefe de guardia. Era un alférez uruguayo que entendía de noticias como yo de violines Stradivarius: nada.
-¿Cómo eran los intentos de frenar que usted informara sobre nuestro país desde Uruguay?
-Durante la dictadura, Radio Colonia era interferida permanentemente desde Argentina. Yo tenía órdenes del gobierno uruguayo de no mencionar nada. Como los dos gobiernos se entendían, ni nos dejaban quejarnos. También el gobierno de Isabel Perón-López Rega nos dedicó un decreto por el cual se prohibía a empresarios argentinos publicitar en Radio Colonia. De un día para otro nos quedamos sin anunciantes. Fui un especialista en recibir bofetadas.
-¿El momento más duro?
-Durante el Proceso, el dueño de Radio Colonia tenía sus oficinas en Lavalle al 1400. Un día irrumpieron un coronel y un teniente coronel y le dijeron: "Si el hijo de p... de Delgado lee una sola noticia más, usted se muere". Y había que creerles. Previamente, en una de las tantas veces que fui al Batallón IV de Colonia, el jefe del batallón me mostró un árbol y me dijo: "...ese es suyo. Ahí lo voy a colgar de las pelotas". Me escapé a Roma y me exilié. Volví en el '83. Espero que hayan podado ese árbol (risas). Por las dudas nunca más entré a un cuartel.
-En Roma colaboró con una revista de exiliados.
-Sí. Se llamaba "Resumen" y la editaban en Madrid.
-Después se fue a Nicaragua...
-Así es. Estuve un año junto a mi hijo (él era teniente coronel del ejército popular). Allí trabajé en la radio "La voz de Nicaragua", el órgano oficial del gobierno sandinista.
-¿Cómo fue esa experiencia?
-La recuerdo con mucho cariño. Mi jefe era el sacerdote Fernando Cardenal (hermano de Ernesto). Se trabajó muy bien pero en condiciones pésimas porque era la época de la agresión norteamericana. Había desabastecimiento y comíamos arroz hervido con frijoles casi exclusivamente. Se vivía duro. Trabajábamos con la máquina de escribir y el fusil arriba del escritorio. La radio era un objetivo permanente para los "Contras". Recibíamos sabotajes y bombas todo el tiempo. Nicaragua es más chiquito que Santiago del Estero y le hizo frente a Estados Unidos.
-¿Cómo ve la libertad de prensa hoy en la Argentina?
-Estamos en un país muy movido, con más de 90 periodistas desaparecidos por la dictadura, y en los diez años de Menem se llevan computadas 1.142 agresiones a periodistas y medios de prensa. Sólo Menem y su familia tienen 8 juicios contra la prensa. Hay un montón de trabas legales que se le ponen a los periodistas para obstaculizar su tarea. El periodismo es la segunda profesión más peligrosa del mundo (después de piloto de prueba). Incluso más que torero en España. En los últimos diez años hubo 200 periodistas asesinados en nuestro continente. Es para tener en cuenta.
-¿Y qué siente cuando escucha a Menem afirmando...?
(Se adelanta y acierta)-"...nunca hubo tanta libertad de prensa como en mi gobierno". Me dan ganas de llorar. Es una mentira colosal.
-¿Cuál fue la época de mayor libertad?
-Sin dudas, el gobierno de Illia.
-Cambiando de tema ¿a qué periodistas les cree?
-A Horacio Verbitsky, a Nelson Castro, a Santo Biasatti y a mí mismo.
-¿La radio es el medio más acorde para las noticias?-
-Sí, es el más rápido. Cuando uno se entera de un golpe de estado, no se puede esperar hasta el día siguiente para leer un matutino o que la TV consigan las imágenes. En radio es instantáneo: se consigue la noticia y se da.
-¿Cómo lo solucionan en Crónica TV?
-Mi trabajo aquí es leer las "placas rojas". Al rato llegan las imágenes. Esa es una modalidad muy astuta para lograr la inmediatez de la radio. Al punto que varios lo han imitado. Para cerrar, resumo: soy un tipo feliz que hago lo que hice toda mi vida: leer noticias.

Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Cronica - Buenos Aires
Enero 2000

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