domingo, 8 de noviembre de 1998

Jorge Vaccaro: "Si una emisión baja un par de puntos es una catástrofe".

"¿Una nota a mí, ¿Qué hice?" pregunta sin falsa modestia el periodista Jorge Vaccaro. Es el encargado de la sección de espectáculos de "Rapidísimo" (Rivadavia, AM 630, lunes a viernes de 11,00 a 14,00), pero también pasó por Radio Nacional, El Mundo y Del Plata. Comenzó en "Vea Más", de Jorge Capodistrias, es egresado de la carrera de periodismo del Instituto Grafotécnico y entre otras actividades, escribió sobre espectáculos en "Humor", fue guionista de Videomatch y participa en dos programas del canal Ideas. Sobre su función define: "Los periodistas de espectáculos somos como los repositores. Ponemos los productos (personajes) en las góndolas (opinión pública) aunque en muchos casos los que deciden son los dueños del supermercado".
-No es lo mismo tener una columna que un programa.
-Así es. Encima estoy con Larrea (es un sueño) y debo adaptarme al ritmo de "Rapidísimo": comprimir la información y ser contundente. Trato de anticiparme a lo que va a pasar. No hablo de primicias porque es algo que está totalmente gastado y por principio no hablo de las vidas privadas de los protagonistas.
-¿Cómo es esto de que las primicias están agotadas?
-Hay tal cantidad de programas de espectáculos, con tanta gente buscando información, que es casi imposible hallar un "boom" que no tiene nadie. Es tal el vértigo y la sobrecarga de información, que la primicia se diluye. Podes llegar antes que los demás por una hora. Por eso no valen igual que hace unos años.
-¿Qué hay que tener para lograr una primicia?
-Una buena agenda y mucha gente amiga. Y tiempo y permanencia en el medio. La cotidianeidad va creando vínculos. Es fundamental llevarse bien con la gente.
-¿El rating pasó a ser una variable a la hora de valorar un programa?
-Me parece que está un poco sobrevalorado. Se le dio un lugar de privilegio, supremacía y hasta de decisión. Si una emisión baja un par de puntos es una catástrofe. No creo que el público le dé tanta importancia. Escuché gente que si les decís: "tu programa mide 10 puntos" contestan: "¡¿Qué me importa!?". Encima desconfían de las medidoras, por más que haya quedado una sola.
-¿Será que para el público el rating sirve para dirimir competencias casi deportivas? Si sos "hincha" de Tinelli, la única manera de "ganarle" a Gasoleros es "midiendo" más.
-Estoy de acuerdo. El público se engancha con eso. Para los medios significa plata. Es distinto. Se masacran. La competencia es buena pero nada que sea salvaje ayuda. Fijate cómo desaparecieron "Casa Natal" o las propuestas de Garzón, que eran buenos. Y eso por no tener rating.
-¿Qué programas de bajo rating recomendás?
-"Caloi en su tinta" es excelente. Soportan que no les paguen, que los cambien de horario, no tener promoción y sin embargo siguen adelante sin bajar la calidad. Es como una utopía.
-Existe el prejuicio de que el periodismo de espectáculos es consumido mayoritariamente por el público femenino. ¿Es así?
-El prejuicio existe pero no es cierto. Creo que es por el estereotipo de que el ama de casa es "chusma" y consume "chimentos del ambiente". Los tipos son muy chismosos y en las oficinas los comentan.
-¿A la gente le gusta escuchar críticas a los "divos"?
-Si, por ejemplo, doy una opinión sobre Susana (Giménez) que no es a favor, aunque no sea en contra, lo hago sabiendo que muchos lo tomarán como un ataque frontal hacia ella.
-¿Por qué?
-Parece que es cierto eso de que fueron internalizados como parte de la familia. Toman a la estrella como un tío o una prima. Es el poder de los medios.
-¿Con quién se nota más?
-Con Susana. Todo lo de ella genera revuelo.
-¿Qué te pareció lo de Moria y "sus dos maridos"?
-Rescato el valor periodístico de lo que pasó en el programa. Pero ¿se puede vender la intimidad como si fuera una libra de carne?
-¿Por qué lo hizo?
-Desde lo técnico y frío, para competir con Fort Boyard, que debutaba. Y logró un rating más alto del habitual y que se hablara de ella, algo que no lo logró Fort Boyard. Por otro lado, hizo una exacerbación sin límites de lo que hacía en su talk-show de la tarde. Además necesita ser tapa de las revistas.
-¿Esto se aplica a Mirtha Legrand?
-En cierta medida. Las divas tienen dependencia de que la gente hable de ellas. Son como adictas a la exposición. Podría haber sido un año de luto para ella o el fin de un ciclo. Pero parece que si no se sienten parte de la vida de otros pierden energía y eso las aterroriza. Algunos se manejan distinto. Como Sandro, que siempre supo poner límites.
-¿A quién da gusto entrevistar?
-A Osvaldo Laport, es muy agradable.
-¿Escuchás a tus colegas?
-No puedo porque a la hora que están los programas al aire estoy trabajando o viajando. Me entero sólo si voy a la fuente.
-¿Por qué los periodistas de espectáculos se quejan tanto de que "se roban" las noticias?
-Debe ser porque se contagiaron del "vedettismo" de las figuras. Dicen "me robaron" una noticia como si se tratara de una piedra preciosa. Me parece que el límite pasa por citar la fuente y listo. No hay que dramatizar.
-¿A quienes admirás como entrevistadores?
-Me encanta el tono intimista que logran Larrea (no soy obsecuente, bromea) y Antonio Carrizo.
-¿Consumís radio?
-Poco. Música en Millenium o en Nostalgie porque estoy muy "televisivo". Por una cuestión laboral.
-¿Qué porcentaje de opinión hay en tus columnas?
-Cerca del 50 por ciento. Si vi una obra de teatro la gente quiere mi comentario. Aunque no soy un crítico. Trato de dar la mayor cantidad de información y mi opinión le doy una vuelta humorística.
-Con la concentración de medios, ¿algunos se convierten en "órganos de difusión" de ciertos artistas que tienen contratados?
-Si. Exactamente.
-¿Estar en un medio independiente como Rivadavia es una ventaja porque no tenés vedas en la opinión o una desventaja porque cuesta acercarse a ciertas figuras?
-El periodista debe adaptarse a todo y sacar información de todos lados. Lamentablemente se avanza hacia una concentración de medios cada vez mayor.
-¿La gente está alertada?
-Sí. Tiene idea de cómo están conformados los "holdings" y porqué se ayudan entre sí. Por ahí no está tan al tanto de sus peleas internas. Incluso hasta se ven afiches con todos los logos juntos. La gente toma lo que cree de cada multimedio y arma su propio punto de vista. Cada vez hay menos desprevenidos.

Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina
Noviembre de 1998