FICHA
“Juana Pimienta”
Nacional, AM 870
Lunes a viernes de 22 a 23.
“Pone la mirada en las luchas con optimismo y entusiasmo. Es una mujer que nació en cualquier lugar de nuestra América indoblanquinegra. Vive el mundo como injusto y lo quiere cambiar con alegría. Bailando, aunque se sabe en la cubierta del Titanic”
“Espejos todavía”
La Tribu, FM 88.7
Martes de 17 a 18.
“Lo hacemos con Claudia Korol y tiene que ver con las luchas y la resistencia ante la recolonización del continente. En La Tribu milito comunicacionalmente desde hace mucho. Es un lugar que me es propio y al que le pertenezco”.
“La rosa brindada”
Radio de la Ciudad, AM 1110
Sábados, de 20 a 22.
Es llamativo que Liliana Daunes reivindique lo lúdico como parte de su tarea. Porque en sus más de tres décadas sin interrupción de presencia en la radio ella hizo un culto al compromiso. Tanto con el trabajo como con sus ideales. Y es interesante que alguien se juegue (precisamente) a combinar estas dos facetas. Pampeana ganada por Buenos Aires, su resistencia a aparecer en la televisión le dieron un perfil bajo un tanto injusto.
-Trabajás en La Tribu y en Nacional. ¿Tus programas no entran en la lógica de una radio comercial?
-No. Porque no encajo en determinados moldes perdí, por ejemplo, la frecuencia diaria en Radio de la Ciudad y fui a parar un rinconcito del fin de semana. Debe ser porque tengo un espíritu rebelde y me interesa mucho la cultura. Eso en una radio comercial no apetece. También tiene que ver con cómo se ve la historia y la memoria y cómo transformarla. Siempre con una mirada feminista.
-¿Escuchás radio?
-Poco, porque mi propuesta tiene que ver con la música. Las cosas que se dicen siempre tienen un apoyo musical. Eso me obliga a estar todo el tiempo escuchando discos nuevos. A veces hago zapping radial y me quedo escuchando algo que me llamó la atención. Por eso no me animaría a hacer un panorama. También veo muy poca televisión.
-¿Qué tipo de comunicación te representa?
-Me gusta la gente que hace las cosas en serio, pero juega. Eso es lo que pretendo para mí, la meta a alcanzar. Quique Pesoa, que está en Traslasierra es un buen ejemplo. Pero de lo que no me gusta trato de mantenerme al margen. A veces, en los taxis le tengo que pedir a los choferes que bajen el volumen porque no soporto lo que escuchan en la radio.
-¿Por ejemplo?
-Con Baby Etchecopar, que es un misógino terrible. Le gusta jugar pero es agresivo. No estoy de acuerdo con casi nada de lo que dice ni en como trata a la audiencia en general. Pero bueno, tiene su público. Aunque yo no estoy en ese grupo.
Foto: Radio Nacional
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
27 de septiembre de 2009
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