domingo, 14 de mayo de 2006

Padre Luis Farinello: “La Iglesia no aprovecha a los medios”


Está al frente de una parroquia en Quilmes, como cura del Tercer Mundo militó junto al padre Mujica y monseñor Podestá y tuvo una corta incursión en la política partidaria, entre 2000 y 2003, de la que salió desilusionado y traicionado. Mediático, apostó a la radio y también se anima a criticar a la Iglesia desde adentro. “Los evangélicos entendieron el poder de la radio y la TV y lo están explotando, a veces incluso de una manera excesiva. Los católicos en cambio, despreciamos estas herramientas y no deberíamos hacerlo”.



En este caso no hay que dejarse llevar por el aspecto. Tiene una mirada dulce y una cadencia suave al hablar. Sin embargo, a pesar de su aspecto almibarado, el Padre Luis Farinello no es un blando, posee una lengua filosa, que se atreve a decir y denunciar, aunque a veces caiga en la polémica. Hoy conduce “El kairospor Radio Nacional (AM 870, lunes de 1 a 1.30), con la profundidad y el compromiso que siempre lo caracterizaron. “Estoy muy contento de poder tener esta posibilidad de hablar en una radio como Nacional, y muy agradecido a los amigos que lo hacen posible”, se confiesa.
-¿El programa es una continuidad de “El kairos” que hacía por Canal 7 y de “La manga”, que paseó por varias radios?
-Sí, es un programita que tengo para humanizar un poco. Porque si bien uno es cura y habla de religión, en general apunto a los valores. Tal vez leo el diario y hago un comentario, o refiero algo que me pasó en la semana. Estoy asombrado, por las cartas conmovedoras que recibo, del bien que uno puede hacer desde un medio.
-Es un espacio laico.
-En su mayoría sí.
-¿No está la Iglesia Católica dejando de lado una posibilidad de comunicar muy poderosa? Sobre todo porque el cristianismo evangélico se hizo muy fuerte en los medios. -No tengas dudas de que es así. Siempre que puedo hablo con los obispos y les digo que no estamos aprovechando a los medios. Porque es una manera excelente de llegar al corazón de la gente. Los evangélicos lo entendieron así y lo están explotando, a veces incluso de una manera excesiva. Los católicos en cambio, despreciamos esta herramienta y no deberíamos hacerlo.
-¿A qué se refiere con los excesos? -Te cuento lo que trato de hacer yo. Me expreso en un tono de voz bajo, no prometo milagros, no hablo de cosas extrañas ni estrambóticas. Me ocupo de cosas simples porque soy el hijo de un verdulero, por eso me entiende todo el mundo. Asimismo, trato de comprender a todos y no juzgar a nadie.
-¿De qué habla? -De las cosas que le interesan a la gente: la familia, la unidad, los hijos, la tierra, la justicia, y no le escapo a temas ríspidos como la política, América Latina o George Bush. Uno debe ser un poco profeta para denunciar cosas lacerantes que pasan.
-¿Por qué cree que la Iglesia le da la espalda a los medios? -Repito, no se dan cuenta del poder de los medios. Hay documentos muy importantes sobre este tema y la Iglesia no los usa.
-¿Será que por ser tan grande le fallan los reflejos? -Es cierto, a veces se encierra en sí misma y se queda en lo formal. Suele ser muy poco convocante y escasamente audaz para enfrentar los problemas del hombre de hoy. Eso a mi me duele, porque veo muchas iglesias cerradas, cuando los evangelistas van casa por casa.
-¿Deberían aprender algo de ellos? -Mucho.
-¿Los católicos están perdiendo terreno frente a los evangelistas? -No tengas dudas de eso. Y de seguir así, dentro de cincuenta años la Iglesia Católica ya no será el culto mayoritario de la Argentina. No tenemos vocaciones sacerdotales y hay muchos problemas en la misma Iglesia que si no los enfrentamos con sinceridad, seguiremos perdiendo por goleada.

Siempre tuvo la sensación de que podría cambiar la política desde adentro, y que con más herramientas a su disposición sería capaz de ayudar a más humildes. Así, le pidió permiso a su obispo, fundó el Polo Social y el jardín de su parroquia de Quilmes se llenó de hombres que hablaban de la revolución y de la lucha de clases y tenían autos caros. Sacó más de 600 mil votos en las elecciones en la Provincia de Buenos Aires, aunque no entró como senador. Hastiado, desilusionado y deprimido por actitudes de sus compañeros de ruta, volvió a las fuentes y retomó su vida parroquial.
-¿Intentaría nuevamente ser candidato? -No. Esa etapa quedó atrás. Aprendí mucho. Hablé a solas con todos ellos (los políticos), con Kirchner, con Lilita Carrió, con Menem, con Cavallo, con Duhalde, no me faltó ninguno. Me la jugué limpiamente, pero sufrí muchas decepciones. Incluso de mis propios compañeros. Que fueron diputados por mí, gracias a mi figura, y nunca más me llamaron por teléfono. Ni siquiera le mandaron un paquete de fideos para los pibes.
-¿Se equivocó? -Algunos dicen eso. Seguro que sí, pero nadie podrá afirmar que cambié de vida, o que traicioné.
-¿Confió demasiado? -Me entregué en cuerpo y alma. Hablé con el corazón y lloré en actos políticos. Algunos se aprovecharon del cariño que la gente me tiene y se pusieron atrás de mi. Y me parece que cuando me daba vuelta, se reían de mi. Me creían muy ingenuo y que de política no sabía nada.
-¿Era verdad? -Era cierto que no entendía nada de las triquiñuelas sucias de la política. Pero de verdad que estoy orgulloso de no saber “rosquear”.



Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica

Buenos Aires, Argentina
Mayo de 2006




2 comentarios:

Anónimo dijo...

la verdad farinnelo nunca me cerraste y menos ahora que te juntas con el croto de d elia

sic !!!!!!!!!!!!!!

Anónimo dijo...

La verdad farinello, menos mal que Dios existe y está tan cerca tuyo, porque en este mundo cada vez más soberbio, somos pocos los que alcanzamos a percibir la profuniddad de tu mensaje... me encantaría poder ayudar en la obra que Dios hace a traves tuyo, creo que lo hago, pero a lo mejor necesitaría confirmarlo. No creo que leas este blog, pero si así fuera te mando un gran abrazo.