domingo, 20 de abril de 2003

Oscar Raúl Cardozo: "La gente se refugió en Irak para no pensar a quién votar".

La guerra de Irak ocupó la tapa de todos los diarios y la atención del público. Y, como era lógico, "Tema Uno", el programa conducido por Oscar Raúl Cardozo (Nacional, AM 870, lunes a viernes de 12,30 a 13,30, con Adrián Fernández y la producción de Néstor Borro, Inés Gordon y Daniela Ribolzi) cobró un interés especial. Es que él es uno de los periodistas especializados en política internacional y aporta una palabra autorizada sobre el tema del que todos opinan. "'Tema Uno' es un producto atípico -reconoce-, un programa que no sería ni de la mañana ni del regreso. Lo que hay en exceso en el dial, sobre todo desde la incorporación de la competencia de la FM, es envíos netamente informativos. Aquí la moneda corriente es el comentario editorial. Se busca la reflexión sin perder la línea informativa del día. Para no dispersarnos, se tocan dos y alguna vez, tres temas por día".
-¿No se sostiene un programa exclusivamente con el panorama internacional?
-No.
-¿Por qué?
-Por supuesto que a lo largo de estas semanas sí, por la guerra de Irak. Normalmente no, porque no pueden competir por la atención del oyente. Pocas veces se logra quebrar el permanente mirar el ombligo del argentino: Sólo cuando la información es abrumadora, o si alguna circunstancia de la política internacional es interpretada por la opinión pública como modificadora de sus intereses.
-¿La guerra de Irak es el caso?
-Sí. Por eso se cubrió tan bien. Hubo una rápida interpretación de la magnitud del fenómeno por parte de la gente, que notó que tarde o temprano nos tocaría. Igualmente, no hay margen para un programa de ese tipo. Pero no está sólo la cuestión del interés. Un envío de ese tipo necesitaría recursos económicos que hoy no estan disponibles.
-¿No hay manera de conseguirlos?
-Sólo si garantizás audiencia. Por eso el interés central de "Tema Uno" es la Argentina.
-Salvo estas semanas, en las que la guerra tapó hasta a las elecciones.
-Claro, la gente se refugió en Irak para no pensar a quién votar.
-¿Después de Irak, a quién le tocaría? ¿Colombia?
-La semana pasada, Juan Tokatlián, que es una persona muy mensurada y bien informada, habló de una invasión a Colombia en seis a nueve meses. Yo no me atrevo a ponerle un plazo, pero no es descartable.
-¿Y nuestro país?
-Estamos en la primera línea. Pero el reclutamiento de gobiernos empezará mucho antes. Imaginate esa situación combinada con unas elecciones que pueden proclamar a un presidente con el veintiséis por ciento del apoyo.
-Hay quienes especulan que vendrían por el agua. ¿Es loco pensar en un portaaviones estadounidense en Puerto Madero (más allá de que no entra)?
-No, está bien. El agua es un recurso crítico y estratégico. Pero no me iría tan lejos porque tendríamos que hablar de la Antártida y demás. Fijate, por ejemplo: Hace cuatro o cinco años atrás era impensable que si un país dejaba de pagar su deuda externa, en menos de tres meses, tendría bloqueados sus puertos por una o más de las potencias acreedoras, y hasta inclusive sería invadido por ellas. Hoy ese escenario, que ya se vivió a principios de siglo en Venezuela, es muy posible.
-¿Es decir que si Estados Unidos no respeta las resoluciones de Naciones Unidos, mucho menos lo hará con la Doctrina Drago, que se opone a eso?
-Desde luego. Además, la Doctrina Drago no tiene muchos adherentes entre las potencias.
-¿Todo es posible, entonces?
-Sí. Porque hemos retrocedido en términos de derecho internacional. Estados Unidos propuso un sinceramiento: "¿Quién necesita el derecho? Los fuertes no, ellos lo hacen y los débiles lo reclaman". A partir de ese momento hicieron astillas la carta orgánica de las Naciones Unidas. Es una vuelta a la antigüedad.
-¿La Argentina no puede oponerse militarmente, ergo, sería falaz proponer no pagar la deuda externa?
-No. Una sociedad puede tomar esa decisión, pero las consecuecias deben ser mensuradas de un modo diferente. Hay "colchones" que ya no exiten. Tal vez algunos no tengan más remedio que no pagar, pero gratis no va a ser.
-¿Cómo cambia el panorama tener a Lula en Brasil?
-Debería servir a la hora de tejer alianzas estratégicas. Ya no hay viabilidad para el estado nacional aislado e individual. La viabilidad pasa por la región. Esta es la importancia de tener un Brasil democrático, con un gobierno de Centro-Izquierda. Este gobierno argentino que se está muriendo no va a aliarse con la región. Habrá que ver si el que viene tiene mandato amplio como para intentarlo.
-"El 2115 encontrará la región unida o..."
-No la va a encontrar. Habrá otra cosa, no tal como la conocemos hoy.
-Estuviste en Amércia Central, Malvinas, la Guerra del Golfo y hace menos de dos años, en Afganistán. ¿Por qué no fuiste a Bagdad?
-Hay motivos triviales: Mi estructura laboral no me lo permite.
-¿Y los motivos de fondo?
-Un proceso de maduración. Ya tengo 54 años y no es la misma capacidad de respuesta de los 30. No tiene que ver sólo con la edad porque Gustavo Sierra, el chico que está allá, es apenas unos años menor. Hay una cuestión profesional: Si uno hace siempre lo mismo, termina produciendo siempre lo mismo. Inevitablemente reiterás las formas. Por eso es bueno cambiar, tomar distancia y volverse analista. Además, salvo cuando estuve en Ruanda, no recuerdo una guerra más peligrosa de cubrir que esta.


Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Abril de 2003

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