Radio Continental (AM 590) es una usina de rumores. Se habla de que algunos se van y otros vienen. Y uno de los comentarios más escuchados es aquel que dice que el Cholo Gómez Castañón "enrocaría" el horario de su programa con el de Rolando Hanglin. Sin embargo, en los pasillos de la emisora no se respira nerviosismo. Y Rolando conduce "R.H. Positivo" (de lunes a viernes de 13.00 a 19.00) con total tranquilidad. Bromea con Mario Mactas en la sección "El Gato y el Zorro", cuyos delirios transformados en libro están a punto de ser publicados por Editorial Sudamericana antes de fin de año, y se ríe con ganas. Luego, se entrega a la charla con AHORA demostrando tranquilidad.
-¿Cuál es la fórmula para que el programa perdure durante tanto tiempo sin perder vigencia ?
-La idea es cambiar todo el tiempo para que sea siempre lo mismo. De este modo, la esencia se mantiene a la vez que van cambiando las secciones y los momentos.
-¿Tenés alguna sección preferida?
-Supongo que "El Gato y el Zorro", la que hacemos con Mario Mactas. Disfruto mucho de reírme. Y también me divierte Encuentros cercanos.
-¿De dónde salen las ideas de las secciones?
-Tengo que pensarlas porque no me gusta mucho hablar con los famosos al aire. Mi motivación a la hora de hacer un reportaje es que la persona entrevistada tenga algo para contar. Y, por ejemplo, un argentino que vive en el exterior seguramente tiene mucho para compartir. Del mismo modo que alguien que hizo un muy buen viaje. Entonces opto por ellos.
-¿Qué tiene de diferente una entrevista con un desconocido?
-Yo las encaro igual. Mi técnica es la misma. La diferencia es que en un desconocido tenés que empezar por lo elemental hasta que encontrás el punto de interés. Lo que da leche. Sea famoso o no, siempre empiezo con ¿Dónde naciste?. De ahí los hago hablar de los padres, de la infancia, el colegio y el barrio, para luego hacerlos pasear por su carrera hasta llegar al momento actual. El nudo puede estar en cualquier lado. La intención no es hacer preguntas brillantes sino dar un pie para que el otro pueda contar lo suyo.
Una buena parte de "R.H. Positivo" la ponen los oyentes con su participación activa. Ellos llenan la mayoría de las secciones tradicionales del programa con sus anécdotas, comentarios u ocurrencias que pueden llegar vía telefónica, postal o e-mail. A partir de allí las secciones como "Encuentros cercanos", "El viaje a los abuelos", "La Osa" o "argentinos por el mundo" brillan.
-¿Tenés un oyente ideal a quien dedicarle el programa? ¿Pensás en alguien cuando hacés los comentarios ?
-No. Nunca pienso en oyente porque nos escucha todo tipo de público. Me expreso yo. Trato de hacer algo entretenido y divertido porque si la paso bien, el oyente la pasa bien. A mi ritmo.
-Se dice que pasarías con tu programa a la mañana. ¿De ser así, qué tendrías que cambiar para adaptarlo al nuevo horario?
-Debería ir un poquito más rápido. Hay que aclarar que no es lo mismo la primera (que va desde las 6,00 a las 9,00) que la segunda mañana (que arranca a partir de las 9,00). En esta, en lo que hace al contenido, con incorporar unos pocos toques de actualidad alcanza.
-¿Te gustaría encarar ese desafío? Es el segmento más competitivo y de mayor audiencia.
-Me gustan todos los horarios de la radio, desde la primera mañana a la trasnoche. No tendría problemas en ninguno de ellos si se da el caso. Aunque hace como quince años que no hago radio por la mañana de la semana. Me considero que un clásico de la tarde porque estoy estabilizado, pero me encantaría hacer la mañana. Y la haría incorporando lo que aprendí en este horario vespertino en materia de ritmo, profundidad y desarrollo humano.
-¿La tarde radial es más humana?
-Sí. Porque las noticias están gastadas. A veces pasa, pero es raro que te coma la actualidad en la mitad del envío. Además, ya vas por la página veinte del diario y no por la primera plana como a la mañana.
-¿Escuchás radio ?
-A Víctor Hugo Morales y a Daniel López con Mariano Grondona.
-¿No sintonizás a nadie de la competencia?
-No. Vivo en una burbuja que es Radio Continental. La verdad es que no lo hago porque no me hace bien escuchar a la competencia.
-¿Cómo afecta la crisis a un programa como el tuyo?
-Tratamos de llevarle un bálsamo a la gente. Hay días que algo comentás al respecto, pero siempre eligiendo el momento y tratando de no repetir lo que ya se dijo tantas veces. No hace falta sumar angustia. Pero cuando pasa algo dramático espectacular en la calle o donde sea, lo seguimos. Porque somos periodistas y no te podés olvidar de eso. No nos aislamos.
-Sos inquieto. ¿Por dónde pasa tu búsqueda espiritual hoy?
-Es muy personal. Pasé por muchas escuelas, hermandades y tendencias. Hoy busco dentro mío y leo mucho. Sobre todo los clásicos.
-¿Homero, Sófocles, Platón... ?
-No, no. No soy lector de filosofía ni de clásicos griegos. No me gustan. Cuando hablo de clásicos me refiero a Ernest Hemingway, Ricardo Güiraldes, Mark Twain o Lucio Mansilla.
-Si escribieras un libro sobre tu fe. ¿A qué sección de la biblioteca iría a parar?
-A la de ficción (sonríe). Porque no tengo ni creo en ninguna fe. Para mí hay que ver, no creer, como dicen los budistas. No hace falta creer en nada, porque todo lo tenés que percibir por medio de los sentidos. Aunque tal vez sea válido aclarar que no soy budista pero tampoco estoy cerca de la pasión de Cristo.
-¿Eso quiere decir que no te entregás?
-Sí, pero sólo a mi mujer y a mis hijos. A mis afectos. Pero no soy creyente y no creo en el creer. Tampoco en las iglesias. No me interesa.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica - Buenos Aires
Agosto de 2001
No hay comentarios:
Publicar un comentario