lunes, 12 de marzo de 2001

Ulises Barrera: "Creo en la necesidad del mensaje".


Maestro de periodistas, Ulises Barrera se inició como obrero gráfico en Editorial Haynes, comenzó a escribir en "Mundo Deportivo" y a partir de allí siguió adelante con una carrera que lo llevó a recorrer el mundo y a habitar gran cantidad de redacciones, estudios de radio y televisión. Ligado al boxeo, pero siempre tratando de no limitarse al deporte, hoy sus columnas en radio Continental, AM 590, engalanan "Todo con afecto" (sábados de 15,00 a 19,30, con Alejandro Apo) y "Sinceramente" (domingos, de 8,00 a 13,00 con Hernán Rapella). "Un periodista debe estar en permanente tarea de aprendizaje", asegura y predica con el ejemplo. Socio honorario de la Sociedad Argentina de Medicina Antropológica, suele disertar sobre bioética médica y entre sus orgullos figura "haber sido el brazo derecho de Enrique Pichon - Riviere en la coordinación de grupos. Todo esto me permitió incorporar a mi profesión conocimientos importantes".
-¿Cuál es la diferencia entre sus participaciones en los dos programas?
-En el de Alejandro Apo, que enfoca al deporte desde un punto de vista cultural, trato de contribuir en el mismo color. Tengo libertad temática por eso no hablo sólo de deportes, aunque suelo hablar de los sociológico o lo psicológico en el deporte. En cambio, con Hernán Rapella me centro en cuestiones de actualidad y editorializo porque el programa tiene otras características.
-¿Consume radio?
-Desde hace años soy un radiómano empedernido. Me acuesto escuchando radio y lo primero que hago por la mañana es prenderla para que me acompañe mientras me ducho y me afeito o en el auto. Creo en la necesidad del mensaje, de la actualización. Siento que es casi un tic profesional.
-¿Tiene el tic del zapping radial?
-El zapping se ha analizado hasta psiquiátricamente y es negativo. Hay que tratar de desarrollar un juicio de valor propio y un poder selectivo sereno. No puedo ponerme, como muchos, frente a una pantalla de TV a tratar de saber qué ocurre en un mismo momento en veinte emisoras diferentes. Es una buena manera de no saber lo que ocurre en ninguna. No creo que sea una práctica saludable.
-¿Cuáles son sus programas preferidos?
-Los analíticos o alguno de buen humor que me saquen de la tendencia actual de poner acento pertinaz en las noticias policiales (No puede ser que uno desayune un café con leche acompañado de violaciones o asesinatos porque se refleja en la cara de la gente).
-¿Algún nombre?
-Me gustaba Betty Elizalde, lamentablemente desaparecida del medio. Una pena que responde a la "virtud" de los medios, para los cuales somos números que se suman o restan. No personas. Menos profesionales y menos aún profesantes. Era oyente de Rapella (sereno, culto, con gran uso del idioma) y de Apo, nunca pensé que sería su columnista de ellos. Alguien que escucho desde hace años porque ha hecho escuela en la radiofonía argentina es Hugo Guerrero Martinheitz, admirable como profesional por donde se lo mire. Otro es Marcelo Simón.
-Ninguno es periodista deportivo.
-No soy oyente de esos programas. La radio debería ser humanística. Yo introduje en el medio un lenguaje tan extraño que es el de tomar a la persona como una unidad. Para mí, antes que un deportista es un individuo. Ese es mi enfoque.
-¿Qué le pasa cuando escucha una tira deportiva?
-No soporto esa especie de costumbre "papagayesca" que tienen. Sólo me interesa el análisis profundo que demuestra el análisis integral de un sujeto.
-¿No rescata a nadie?
-A todos, por respeto. Pero cada uno elige su camino y el mío es no ser oyente de audiciones deportivas. En televisión me pasa lo mismo. A veces hasta bajo el volumen porque el relato en la televisión es la imagen. Algo que muchos no entienden y hacen una transmisión radial por TV.
-¿Cambió el arquetipo del boxeador?
-Cambió como la vida. Hace unos años, los tiempos de preparación eran más lentos. Para que un aficionado llegase al profesionalismo (salvo las excepciones de siempre) había que progresar mucho. Nadie se animaba a subir al ring profesional a un chico con talento para que se "destetara". Por entonces se decía ingenuamente, pero con un fondo de verdad, que había que pasar la primaria, la secundaria y la universidad del boxeo. Pero ese joven que quería ser campeón tenía una vida morigerada. ¿Cómo viven hoy los adolescentes?
-¿...?
-Si no están desprovistos de una brújula, viven de lunes a viernes de un modo más o menos identificable. Pero el viernes a la noche comienza el desfasaje, con bailes que empiezan a las dos de la mañana, con un introito de alcohol. Los salones de baile son como ciudades ocultas en las que aparecen la droga y la promiscuidad sexual. De ahí no pueden surgir deportistas cabales. La posmodernidad es un engendro sin valores ni ética. No hay que mirar el ring sino lo que pasa alrededor.
-A eso hay que sumarle el desprestigio de las asociaciones del box.
-Las entidades que dicen regir el boxeo crecieron como hongos después de la lluvia. Fruto de una casualidad casi genética pero sin verosimilitud de procedimientos. Hoy hay 11 campeones mundiales en cada categoría. Honorables desconocidos imposibles de memorizar. Habría que hacer un vademécum como el de los médicos para recordarlos. Y está lleno de campeones de una noche.
-¿Miraba "Campeones"?
-Voy a cometer una infidencia. A pesar de que mi hijo Ulises es uno de los productores de Pol-ka (lo que hizo en televisión ya es más importante que toda mi carrera), no veo esos programas. Vi algo de "Carola Cassini", "Poliladron" y "Vulnerables".
-Lo pregunto porque generó alguna polémica entre los boxeadores sobre si los reflejaba bien o no.
-El problema es que a algunos no les gusta verse.
-¿El mejor boxeador de todos?
-Ray Sugar Robinson (no lo vi personalmente). El mejor pesado: Joe Louis y el mejor argentino, Pascual Pérez, sin dudas.
-¿Y de los actuales?
-El mejor es Alberto Sicurella. Y Rodrigo Barrios es el último vagón de un tren que encabeza Locomotora Castro. No sabe sembrar al futuro y no puede redimirse.


Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica - Buenos Aires
Marzo de 2001
foto: http://www.deportes.gov.ar

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