miércoles, 11 de julio de 2001

Andy Kusnetzoff: "Trato de hacer '¿Cuál es?' con notas periodísticas".


El conductor de "Tarde de perros" (Mitre, AM 790, lunes a viernes a partir de las 13,00) saltó a la fama como un notero sagaz que incomodaba a sus entrevistados con filosas preguntas. Entonces Andy Kusnetzoff era una suerte de "francotirador" del recordado "Caiga Quien Caiga" y su talento pasaba por conseguir brillar en apenas unos segundos. La repentización y la desfachatez eran sus armas. La conducción es otro tema. Y Andy asegura que la radio lo está ayudando a hacer ese aprendizaje. Apenas dos pedidos para la charla: "Por favor, no me preguntes sobre mi vida privada" y "Ojalá que no me hayas mentido y hablemos de radio porque tengo todas las pilas puestas en esto". Entonces sí, sonríe y despliega su cordialidad y verborrágia.
-¿Cómo te llevás con la radio?
-Estoy disfrutando mucho la experiencia. La paso realmente bien. En televisión no siempre tenés ganas de ir a laburar todos los días. Acá sí.
-El programa tiene una estética de FM.
-Es cierto. De hecho laburé toda la vida en FM. Produje varios programas en la Rock & Pop, como el de Pergolini o el de Juan Di Natale. Escucho AM desde chico pero mamé de la FM. Por eso creo que trato de hacer "¿Cuál es?" (El programa de Pergolini por la Rock & Pop) con notas periodísticas. Una mezcla de AM y FM.
-La tarde de Mitre se caracterizaba por un target más adulto.
-Es verdad. Desde que empezamos, cada vez recibimos más público joven. Lo podemos notar en la cantidad de e-mails y de llamados.
-¿Y en las planillas de audiencia?
-Bien, vamos achicando el margen. Hay un tema de que la Diez (que lidera cómoda el segmento) tiene otra audiencia. Nosotros apuntamos a un público joven que no es fácil de captar en tres meses y lo estamos logrando. No es como en la tele que tenés un boom, se ve o no. Acá es más lento. De todas formas, tratamos de cuidar al público que encontramos cuando llegamos. Cada tanto pongo un tema de La Renga o Los Piojos y le explico a la señora de qué se trata. Es una linda responsabilidad combinar todo eso.
-¿Escuchás radio?
-Sí. Por ejemplo, hoy a la mañana puse a Ibarra, Fernando Bravo, Santo Biasatti, González Oro, Mario y Tinelli. Trato de escucharlos a todos.
-¿Escuchás a Dolina?
-Ya no. No sé en qué anda. Pero es un talentoso como Héctor Larrea, Lalo o Pergolini. Distintas escuelas.
-Todos con un estilo de conducción "arriba". No me nombraste a Badía, por ejemplo.
-Mencioné a los que me gustan.
-¿Y a Lalo Mir, Gonzalo Bonadeo y Jorge Jacobson, que son tus rivales directos?
-A ellos no. Nunca los grabé porque no compito. No estoy pensando en eso. Cuando surgió la posibilidad de conseguir un horario, pedí este porque era el menos competitivo. Se sabe que es un horario difícil y a mí me viene bárbaro porque quiero ver si soy bueno, si me siento cómodo y si a la gente le gusta lo que hago.
-¿Y...?
-Por ahora estoy nuy contento y me voy afianzando. No podés estar mirando que hace el otro para contestar. Porque ya lo hice en televisión y no da. Nosotros nos preocupamos por plantear nuestro juego y después veremos cómo competimos.
-Telefé era bravo con el tema del rating ¿no?
-Por eso te lo digo. Hay momento en que si estás más pendiente del rating que del producto se te va de las manos. Es muy difícil. No me gusta hacer un programa que vaya mutando todo el tiempo. Prefiero morir en la mía.
-Es muy graciosa la relación que tenés con tu papá (Juan Kusnetzoff, un reconocido sexólogo, que tiene una columna).
-Ah, sí, los miércoles. El chiste pasa por jugar con los roles. A veces le digo: "Doctor K., como columnista, lo suyo es bárbaro. Como hijo te digo que te dejes de hinchar y decime cómo es". Me parece divertido. Es la primera vez que trabajo con él. Nunca le había hecho ni un reportaje. Aunque la primera vez que pisé un estudio de radio fue en Rivadavia, donde él tenía una columna. A los quince.
-Solés ufanarte de los reportajes que tienen repercusión. ¿No te convencen los programas sin escándalo ni perfil alto?
-No es lo mismo disfrutar del quilombo que del hecho de que ciertas notas tengan repercusión. Le hice un reportaje íntimo a Charly, porque tiene buena onda conmigo. No buscaba el petardo. En la charla surgió el tema del presidente Menem y las agencias lo levantaron. En esta etapa no busco kilombo. Prefiero los buenos climas y reportajes. Como el de Maradona, que salió varias veces.
-¿Dejaste atrás la adrenalina de meterle un micrófono a Clinton o a Fidel Castro, entonces?
-En televisión es distinto. Me imagino a la tarde escuchando el programa y trato de sacarle algo a los entrevistados. Es más "cool" (relajado).
-¿A la mañana harías otro programa?
-A la una de la tarde ya se tocaron todos los temas. Por eso trato de darle otra mirada a la realidad. Somos un grupo de amigos en el que uno es columnista, otro periodista y todos podemos hablar. Buscamos que el oyente primero se enganche con nosotros para después hacerlo pensar. No es lo mismo que impactar con una primicia.
-Comentaste que esta entrega de los Oscar es la primera en mucho tiempo que ves por televisión.
-Sí, fue un alivio. Porque la gente ve que te divertiste y besaste a Angelina Jolie. Eso es cierto. Pero el sufrimiento para colarse... Todos los años trabajé para América o Telefé sin una credencial porque los derechos los tenía otro. Allá no existe nadie. Es una gran presión porque te vas hasta Los Angeles y si no te colás no conseguís nada. No sólo tenés que ir temprano sino que los lugares están asignados para CNN, ABC o E! y pasan los de seguridad chequeando. Incluso a los de Sudamérica que tienen credencial los mandan a un tercer escalón. Es muy feo pero cuando termina está bueno.
-Y tenés que tener la presencia de ánimo para gritar como un marrano cuando aparece un famoso.
-Claro, después tenés que tener un poco de talento para sacarle algo gracioso a un yanqui que no te conoce. Algo más que quién va a ganar.

Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica - Buenos Aires
Julio de 2001

Foto: Canal 13 2006

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