En 2003 el “pelado de CQC” debutó en la radio con “Vacaciones pagas” en la radio de Badía de Pinamar, y no paró. Hoy conduce “X tarde” (De 13 a 17 por la X4, FM 104.3) con Belén Badía (la sobrina de Juan Alberto) y B. B. Sanzo.
“Estoy muy agradecido con Mario Pergolini por la oportunidad que me dio cuando me aparecí en la puerta de la Rock & Pop y no me conocía nadie. Mientras tenga lugar en 4 Cabezas, no me muevo. Ese es un código de Ramos Mejía”.
Sus primeras apariciones en los medios datan de 2003, cuando hacía bolos televisivos en “La banda del Golden Rocket”, “Montaña Rusa” o “Los Buscas”. Para vivir animaba eventos sociales, presentaba productos para empresas y hasta trabajó dos años como clown en el Circo de la Costa. Pero su vida dio un vuelco cuando se paró frente a Mario Pergolini y sin tapujos le pidió trabajo. Así se convirtió en notero de “CQC” (“Caiga Quien Caiga”) y a partir de esa exposición televisiva Guillermo López consiguió un lugar en las radios. “X tarde tiene una buena mezcla de condimentos –asegura-. Hay humor, noticias, reportajes y me acompaña B.B. Sanzo, por lo tanto la música siempre está bien vendida. A él no le gusta que le digan que es un prócer de la radio porque da viejo, pero tiene 19 años de carrera ininterrumpidos. Es muy laburador y respetuoso”.
-¿Por qué dejaste el horario de la mañana?
-Era agotador levantarse temprano cuando a veces me acostaba muy tarde por una nota de “CQC”. Ahora tengo horarios más razonables, empiezo a las 13 y después sigo adelante si tengo que hacer algo para la tele.
-Entonces es bueno tener en los dos lados el mismo jefe (Pergolini manda en 4 Cabezas, la productora dueña de la FM X4 y “CQC”).
-Fundamental. Sólo podría hacer radio en la productora 4 Cabezas porque por obligaciones con CQC a veces me tengo que ir antes o llegar más tarde. En otra empresa podría generar conflictos.
-¿Contra quiénes compiten?
-Con Matías Martin, mi compañero Juan Di Natale y no sé mucho más porque no le presto tanta atención al target. Acá llama gente de todas las edades. Mi personaje de CQC también es el más amplio.
-Y el menos odiado porque te volcaste al espectáculo o color.
-Puede ser. Cuando cubro política o fútbol suelo ser bien tratado y me aprovecho de eso. Desde un lugar simpático puedo decir barbaridades.
-¿Por ejemplo?
-Con Susana Giménez tengo buena onda y le hablé del Photoshop, le llevé una balanza y una caja de chocolates vacía. Creo que a ella la divierte más eso que si vas a preguntarle de una manera obsecuente qué comió con Rama. Ella está más allá del bien y del mal.
-Vos venís de otro palo. Estudiaste cuatro años con Agustín Alezzo.
-Sí, soy un actor que interpreta el papel de un periodista. Me parece que conseguí oficio porque hace cinco años que hago notas. Pero no me considero igual que alguien que estudió o tiene ganado su lugar. Sería irrespetuoso.
-¿Entonces?
-CQC es un lugar excelente para hacer humor.
-¿Para dónde va tu carrera?
-La conducción es muy interesante. La formación actoral te da un “bonus track” ahí.
-¿Como Julián Weich?
-Algo así. Dice lo mismo que yo y no debe ser casual que nacimos el mismo día.
-No del mismo año.
-Yo tengo 37 y él 40. El tiene más pelo y yo más altura, podemos competir.
-¿Es verdad que sos una especie de ídolo entre tus amigos de Ramos Mejía?
-Valoran mucho el que desde que estoy en la tele siempre menciono al barrio. Araceli y yo somos “los chicos de Ramos” pero hay otros: Gasalla, Pinky, Badía...
-¿Tenés un bar ahí?
-Es un buen momento para aclararlo: no. Son dos locales de un amigo mío. No tengo nada que ver, no veo ni un peso. A pesar de que a partir de una receta mía en la carta están las “Papas Pelado CQC”.
-¿Te cambió algo ser una celebridad?
-Un poco. Antes, discutir en el supermercado con tu chica del momento sobre qué lata ibas a llevar, era algo normal. Ahora me estoy fijando si me miran.
-¿Cómo el Gran Hermano?
-No, porque esos son un grupo de pibes que no hacen nada. Sus conflictos pasaban por quién había apretado la pasta de dientes o quién ordeñó mal a la vaca.
-Lo dije pensando en el libro de Orwell.
-Ah, claro. Desde que estoy en la tele me siento más expuesto. Y eso aumento desde que pasamos a Telefe. Tengo diez o doce charlas por día con gente que no conozco sobre temas cotidianos: en la estación de servicio, en el lavadero... Eso está bueno.
-¿No te la creíste?
-No creo. Porque esto me llegó a los 32, después de diez años de remarla. Por lo tanto, en algún punto todavía pienso que me voy a despertar. Tal vez a un chico de 20 se le vuelan un poco los pájaros si te paran por la calle para decirte que sos un fenómeno. Si te das cuenta de que eso es mentira, no cambiás.
-Sin embargo, sabés que ya no es lo mismo. Si termina CQC no tenés que remarla de la misma manera.
-No, y por eso estoy tan agradecido con Mario Pergolini por la oportunidad que me dio cuando me aparecí en la puerta de la Rock & Pop y no me conocía nadie. Pensá que si yo tengo 10 conversaciones por día, él tiene 200. No me olvido, y por más que me sigan haciendo propuestas seguiré respondiendo lo mismo: Mientras tenga lugar en 4 Cabezas, no me muevo. Ese es un código de Ramos (sonríe).
-¿Es un tiro por elevación para alguien que estuvo en tu lugar?
-No, no. Para nada.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Octubre de 2006
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