miércoles, 16 de diciembre de 1998

Quique Duplaa - Cecilia Laratro : "La gente tiene el derecho a la información"

Tienen dos estilos bien diferentes. Cecilia Laratro (45) es seria, aplomada y tiene una larga trayectoria en radio y TV. Enrique "Quique" Duplaá (37, sí, el hermano mayor de Nancy), extrovertido y alegre, exhibe un currículum con 15 años de radio. Además, "El Alargue" (La Red, domingos de 24,00 a 6,00 y lunes de 0,00 a 6,30) está por cumplir 300 emisiones bajo su mando. Los dos son "vecinos" en Radio Municipal. De 10,00 a 11,00 Cecilia conduce "La Banca 61", "con Gustavo López y Conrado Geiger. Es el programa de la Dirección de prensa de la Legislatura Porteña. Y está centralizado en la actividad de la ciudad de Buenos Aires (aunque se toquen otros temas)". Luego, y hasta las 12,00 llega "Quique" con "Pilas... Buenos Aires". "La idea era hacer un poco de lío -confiesa-. Ojalá podamos ser una especie de 'Rapidísimo' de fin de siglo. Me encantaría ser como Larrea. Me diferencio del resto de la radio por no opinar de política. No me interesa. Aunque no me privo de quejarme del nivel de smog o de los gastos reservados".
-¿Escuchan radio?
(C)-Muy poco. A la mañana a Nelson Castro y a Roman Lejtman. A veces a Pepe Eliaschev. Me gustan básicamente porque son inteligentes. Me gustan sus miradas de la realidad. La objetividad químicamente pura no existe.
-¿La radio es un bastión de la información?
(C)-Seguro que hay muchas más noticias que en la TV. Existe una cuestión de mercado: los noticieros de TV fueron levantados o dejados, de acuerdo a su nivel de rating. Habría que debatir si es correcto. Me parece que la gente tiene el derecho a la información. Es un servicio. En otra época era impensable levantar un noticiero porque tiene pocos anunciantes o rating como si fuera una telenovela. La radio por suerte no tiene ese nivel de competencia.
(Q)-Yo estoy podrido de la concentración de medios. Hay colegas que trabajan a la mañana en la AM, a la tarde en la FM, a la noche en el diario y el fin de semana en la televisión. Y todo por un sueldo y medio. Así está el mundo. Y como te inundan la calle con publicidad, la gente termina enganchada con esos multimedios.
-Pero vos estás en un multimedio.
-Es cierto, estoy en la radio de Torneos y Competencias. Pero no saco beneficios. Ahí tenés un Macaya que es el número uno (como profesional y como tipo) y yo soy el último. A mí me conocen gracias a Torneos. Pero los únicos que me dieron la oportunidad de hacer algo fuera del deporte fueron los directivos de Municipal.
-¿Los medios son un reflejo de lo que pasa en la sociedad?
(C)-Creo que los medios y la sociedad tienen una relación dialéctica. Los medios reflejan a la sociedad, pero a la vez le imponen modelos. Por eso tienen una responsabilidad. Los medios pueden colaborar a elevar o embrutecer.
-Cervantes Luro afirma: "los medios enseñan cómo hablar cada vez peor".
(C)-No sé si es tan así. Los medios tienen su lenguaje. Por ejemplo en CQC Tognetti o Malnatti pueden desenmascarar a un personaje en 30 segundos. Más rápido y profundo que en un largo reportaje.
(Q)-Es una locura. Yo soy responsable de la educación de nadie más que de mis hijas. Sé hasta dónde puedo llegar. En La Red les enseño a hablar a los chicos que salen al aire. Los corrijo si se equivocan. Cada vez que puedo, sin aburrir. Además... hoy por hoy, escuchar "boludo" no debería sorprender a nadie. Mientras tanto Videla está de joda por ahí y asilamos al paraguayo ese (Lino Oviedo), ¡no jodamos!

Cada mañana, "La Banca 61" retrata a aquellos que tienen algo que decir sobre Buenos Aires, desde legisladores hasta ciudadanos comunes.
-La legislatura tiene una relación de fuerzas políticas. ¿Se refleja eso al aire, ya que es su programa?
(C)-Para nada. Digo sólo lo que pienso. No tengo ningún compromiso político ni ideológico con nadie.
-¿Ni una sugerencia...?
-No. Nunca me pasó.
-¿Y qué harías?
-En las épocas duras, en las que no se daban sugerencias sino órdenes, dí un paso al costado. Al principio de "60 minutos" yo formaba parte del plantel. Pero cuando vi que se daban "bandos" y ni se guardaban las normas mínimas de trabajo periodístico, me fui a "Show fantástico". Conservar el puesto de trabajo es importante pero tengo mis principios y convicciones y eso tiene un costo.
-El estar fuera del sistema es terrible.
-Sí, porque no hay una red social para los que se "caen". Si no estás en el sistema, te morís de hambre. No es lo mismo un desocupado español que uno argentino. Todavía podemos ir al hospital público, aunque cada vez menos.

Por su parte, "Pilas... Buenos Aires" es el "recreo" de la radio. Muy "arriba" y con varios rocks en una emisora de tango, desde hace dos meses, "Quique" se hizo un lugar.
-Tuviste un cambio de estilo. Hace tres años eras aplomado y "seco".
-Cambié porque una vez mi viejo se quejó de que a la noche todos ponen música triste y hablan despacito. Ahora cuando él se desvela no me escucha porque no puede volver a dormirse.
-En "El alargue" sacabas al aire oyentes sin "filtro".
-Ahora no sólo les corto la comunicación si se "zarpan" sino que puse un contestador automático. El fútbol genera violencia y me parece que yo la estaba fomentando. Como cuando sale uno y dice" "eh, ustedes, los de tal equipo, corren de local, los vamos a matar". Antes le tenía mucho miedo a ser censor. Ahora se acabó y lo saben. Tienen la libertad de cambiar de radio.
-Hiciste algo de TV, ¿preferís la radio?
-La radio es tan poderosa... Hace unos años yo era el último de los productores de Julio Lagos en Rivadavia. Era verano y hacía como 600 grados de temperatura (exagera). A Julio se le ocurrió decir: "¿quién me va a escuchar hoy? Estoy hablando solo". ¡Para qué! Reventaron los teléfonos: tipos de Ushuaia, de La Pampa, de todos lados. Ahí me dí cuenta de que eso era lo que quería para mí. Que alguien te escuche mientras está arando la tierra es maravilloso. La tele es divina y poderosísima. La CNN transmite la guerra en directo con cámaras satelitales. Pero a la hora de la verdad estamos nosotros. Eso es mágico. Yo trabajé en la tele y no me pude enamorar. Y eso que hoy todos son "jeta". Nombrame un "grosso" de radio al que no se le conozca la cara. A mí nadie me reconoce. No como a mi hermana que no puede caminar por la calle.
-¿Ya no te molesta nombrarla en tus notas?
-No me jode hablar de ella. La adoro. Me embola que digan "el hermano de Nancy..." Elio Rossi me gastaba mucho con ella al aire.
-¿La llevaste a la radio alguna vez?
-No. En el ´92 ella estaba en la cresta de la ola y yo trabajaba con Badía en Pinamar. El me pidió que la reporteara y no pude. ¡No me sale, es mi hermanita y lo va a ser siempre!

Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica - Buenos Aires
1998

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