A pesar de su éxito, su director (en los hechos, coordinador desde el título) elige describir de esta manera la realidad de Radio Nacional Folklórica, FM 98.7. Además explica sus características, repasa lo que fue su gestión en el Sistema Nacional de Medios Públicos y reflexiona sobre la realidad del folklore.
“Cuando llegué no había ni folklore. Le dimos continuidad a nuestra música y con empleados de la radio fuimos armando algo. Obligamos a los conductores a pasar más música y ahora estamos bien. Ganamos premios y empezamos a crecer. Medimos mucho más que la AM”.
Tiene una doble felicidad para el multipremiado Marcelo Simón. Por un lado, acaba de volver de la luna de miel con su mujer, una simpática, joven y bella locutora a la que todos conocen como “La Colo”. Pero para este periodista no parece ser menos gratificante dedicarse en exclusiva a su cargo de coordinador de la FM Folklórica. Es que es lo suyo y lo dice sin rodeos: “Estoy contento porque ahora me ocupo de la radio, nada más. Ya terminé con mi gestión burocrática como interventor en del Sistema Nacional de Medios Públicos (Canal 7, Radio Nacional y Telam), algo bastante parecido al infierno”.
-Vos también lo provocabas. En el Foro de Defensa de las Industrias Culturales de hace un par de años...
-Sí, me putearon en estéreo.
-No es para menos, declaraste que eras “un inútil más”, entre otras cosas. ¿Fue una estrategia?
-No sé, eso debería preguntarlo a mi psicólogo. No fue muy feliz, está claro. Esperaban que dijera otra cosa. Me sentía agotado por un trabajo agobiante que encima no me gustaba. En ese momento era interventor de tres empresas, no tenía ni viáticos y no podía ni pagar el celular. Me invitaban a todos lados pero nunca salí de Buenos Aires. Encima apareció Mario Sokolinsky coimeando en pantalla y el presidente (Duhalde) me pidió que lo dejara. No. Si se quedaba, me iba yo. Además publicábamos los contratos en Internet, fue bien transparente. Con todo eso y ganando dos mangos... Me pidieron que siguiera pero pedí el pase a la Folclórica.
-¿Cuál es tu cargo?
-Director. Técnicamente soy “coordinador” y mi jefe es el director de Radio Nacional. En los hechos La Folclórica es autónoma y manejo los contenidos. La levantamos sin un mango.
-¿Qué encontraste?
-Que no tenía ni folklore. Le dimos continuidad a nuestra música y con empleados de la radio fuimos armando algo. Obligamos a los conductores a pasar más música y ahora estamos bien. Ganamos premios y empezamos a crecer. Hoy nos pusieron en internet y de acuerdo con Ibope medimos mucho más que la AM, en algunos espacios, el triple. Todo a pulmón y sin plata, con gente como Vitillo Abalos, Omar Cerasuolo, Palomino Cortez, que trabajan gratis.
-¿No cobran ni un peso?
-Están en coproducción, se llevan la mitad de lo que recaudan de publicidad. Pero no venden casi nada, es bien vocacional lo suyo. Si tuviera poder les daría un sueldo.
-¿Cuál es tu competencia?
-No tenemos, no hay nada en este segmento.
-¿Bajás linea en lo musical?
-Sí: Hay que pasar a los consagrados (Nocheros, Chaqueño Palavecino, Soledad, Rojas, etcétera, bien amplio). Hasta donde se puede metemos a los nuevos, que nos mandan sus discos independientes y demos. Después fluctuamos entre los tradicionalistas como los Quilla Huasi o los Cantores del Alba, y los modernos como Arbolito. A veces encuentro resistencia ante este eclecticismo, pero en 24 horas de programación debe haber lugar para todos.
-El límite del folklore es muy difuso. En Córdoba dicen que el cuarteto lo es.
-Tiene una carga folklórica. Hay que explorar ese mundo, eso no quiere decir que lo pontifique. Puede entrar el cuarteto y de hecho de vez en cuando ponemos alguno. Es un género de autor, habría que incorporar a la Mona Jiménez, que hizo hace poco algo muy interesante con Jairo.
-Hoy el género está muy fuerte, sin embargo, perdió en los últimos años espacio ante la cumbia, que es colombiana. ¿Por qué ya no seduce a nivel popular?
-Estoy de acuerdo con el diagnóstico pero no tengo una respuesta. Esto que decís es tan certero que debería ser estudiado. Se me ocurre que cuando tu mujer te dejó por otro, eso es un hecho. Después se verá si tenés mal aliento, la golpeás o qué.
-Pero tenemos ritmos bailables propios.
-Hasta en Humahuaca bailan cumbia. El folklore (además de anónimo, superviviente, colectivo y todo eso) debe ser funcional. Te tiene que servir, como una vasija o un cántaro. Esto se va a reacomodar con el tiempo, de hecho los ritmos propios se adaptaron o tomaron de los extranjeros, como la polka, la ranchera o el pasodoble, entre otros. No se puede manejar. Las cosas son como son, cambian.
-¿Como director de una radio “de bandera” debés ayudar a encauzar el canon del género, definir qué va y qué no?
-Sólo lo haría en el marco de una charla como esta, nunca desde el aire. No creo mucho en pontificar, no me da el cuero, más allá de alguna capacidad orientativa que tiene el periodismo.
-¿Vas a hacer aire en 2007?
-Acá no, sí en Radio Provincia.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina
25 de febrero de 2007
No hay comentarios:
Publicar un comentario