Parafraseando a Enrique Pinti, "pasan los años, los presidentes, la competencia y los artistas"... pero Oscar González Oro ("El Oro y el moro", Radio Diez, AM 710, lunes a viernes de 9 a 12) sigue siendo el hombre más escuchado de la radiofonía nacional. "Es el segundo año que vamos primeros y es 'culpa' de la gente -agradece- que nos elije cada día. Me pone muy feliz".
-El año pasado peleaban mano a mano con la FM y ahora se despegaron más aún.
-Sí, nos separamos bastante. Debe ser porque la gente necesita más información y por eso busca la AM. Intentamos mostrar la realidad mechando alegría , porque no todo en la vida es negro. Un programa de radio tiene mucho que ver con la vida.
-¿Cuánto tiene que ver Radio Diez en el éxito?
-Bastante. Pero también la nueva programación le dio ese piso de oyentes que la puso primera. Es una retroalimentacion permanente.
-¿La gente priorizó el discurso de la radio por sobre el de, por ejemplo, Mitre, Del Plata o Continental entonces?
-Es exactamente así. Los mensajes de esas radios son idénticos. La gente quiere escuchar hablar sin hipocresías y decir las cosas como son, si es necesario puteando.
-¿Por qué no los imitan?
-Trataron de aggiornar a otros conductores pero no pudieron. No es pedantería: lo que hace González Oro sólo puede hacerlo González Oro.
-¿...?
-Discutir con el presidente de la república y a los cinco minutos estar cantando al aire. Pocos se atreven a hacerlo. No digo que esté bien o mal. Simplemente que el único que lo hace soy yo. El resto analiza probablemente mejor que nosotros. Pero por ahora, el personaje mío, que tiene que ver con esta radio, es irreemplazable.
-¿Cuánto tiene tuyo ese personaje?
-Es como un actor. Yo soy el que piensa pero el personaje es el del tono más alegre cada mañana que trata de no volcar sus problemas personales al aire para no mortificar más a la audiencia.
-Debe haber momentos más difíciles que otros.
-Cada día cuesta más. Como cantaba el rosarino Baglietto, "se fuerza la máquina". A veces salgo agotado del estudio porque o vivo ni en Suiza ni en Estados Unidos. Vivo acá y hay momentos en que me cuesta mucho poner al aire al González Oro divertido, jovial, enojado o cordial.
-¿El momento más difícil fue cuando tomaron de rehen a tu hijo para robarle, en octubre pasado?
-Creo que sí. Porque me sorprendió. Estaba con Gererdo Sofovich cenando en un local y me llamaron por teléfono al celular para avisarme. Me subí al auto y tardé diez minutos en ir de Barracas a Martínez. En ese viaje la angustia era enorme porque no sabía como estaba. Y hasta que no lo vi entero, vivo y sanito la pasé muy mal. Fue terrible. Por eso cada vez que escucho que secuestran, roban o le pegan a un chico estoy a punto de quebrarme.
-¿Cómo no te quebraste al otro día, frente al micrófono?
-Supongo que porque saqué a flote al profesional. Además me alivió verlo sin auto pero sano.
-¿Escuchás radio?
-La Diez y música en La Mega o Millenium, trato de no escuchar noticias todo el día.
-¿A la competencia?
-Sinceramente no la escucho. Lo hacía cuando era más neurótico. Ahora estoy más grande. A veces me puedo dar una vueltita por el dial como para ver en qué andan y comparar. Además cuando no escucho la Diez me aburro y vuelvo. Pongo Mitre y me embolo. Hace muchos años me pasaba igual con Rivadavia, que era mi preferida.
-¿Por qué no podés repetir el éxito de la radio en la televisión, donde nunca pudiste afirmarte?
-Me lo he preguntado varias veces y no lo sé.
-No es un problema de popularidad, está claro.
-"Posdata" tuvo algunos inconvenientes pero no se le dio el tiempo necesario. A mí me encantaría volver a hacer ese programa porque era una propuesta fantástica para la medianoche. Servía para distender y para escuchar músicos que no tenían donde tocar o hablar con actores. Me parece que merece una segunda oportunidad. En los noticieros hubo razones hasta políticas para que los levantaran.
-¿Presiones de quién?
-Seguramente hubo presiones. En fin. Con "Polémica en el Bar" creo que conseguí mucho prestigio y me jerarquizó. Hace poco me llamó el "Ruso" porque quizás vuelva a sentarme a esa mesa. Ahora estoy haciendo "Oro en casa", un porgrama de cable que va por Gems y que tiene una repercusión que me asombra. Con decirte que hace poco me saludó un mexicano en Miami que veía allá el programa. Eso da mucha satisfacción porque es un programaen el que sepuede hablar. Porque ahí no se putea a la gente ni está Guido Suller.
-¿Radio o TV?
-La televisión no me seduce tanto como la radio. No me gusta trabajar apurado, sin tiempo y tal vez todavía no tenga los códigos de la TV. Es curioso, pero me exigieron el mismo éxito de la radio, en televisión y en diez minutos. No es así. La radio me esperó y la tele no.
-¿Trasladar tu éxito de radio a la tele sería comparable al rating de Tinelli hoy?
-Sí, claro. Y de lunes a viernes. No puedo generar semejante éxito en diez minutos. Nos costó mucho tiempo generarlo en la radio y la TV no te lo da.
-¿Te vas a quedar de madrugada a ver el mundial, siendo que te levantás a las seis?
-No lo voy a ver. No soy tan fanático como para forzar mis horarios de esa manera para ver un partido de fútbol. Me informaré por la mañana y para eso está Lito (Pintos) que es el especialista en deportes. No lo haría ni loco ni mamado.
-Sin embargo, cuando juegue Argentina será el tema excluyente.
-Ojalá que no sea así. Que el Mundial no sea excluyente. Que se le dé el lugar que le corresponde a un partido de fútbol. Que no sirva para tapar lo que hacen los políticos y los miserables de siempre. Que nos preocupemos por tirar para adelante para sacar al país de la crisis. Porque si el Mundial viene para tapar la "merda" en que vivimos, que no lo hagan. Imaginate si los diputados empiezan a no sesionar porque tienen que dormir la siesta ya que tienen sueño porque vieron a la selección. Que lo vean si quieren. Pero que después vayan a laburar a las ocho como cualquier obrero, albañil o ejecutivo que tienen que poner en marcha la empresa.
-En el 2000 me dijiste: "le creo a Alfonsín por honesto y a Menem porque dio vuelta el país". ¿Qué pensás hoy?
-Al primero descartalo porque aquella vez no lo califiqué de inteligente y ahora tampoco puedo decir que es honesto. Ni con el país ni con su partido, ya que tuvo que ver con que De la Rua hoy no sea presidente. Menem dio vuelta el país en algún momento. Habrá que entender que los analistas políticos tienen razón cuando dicen que aquella etapa de felicidad es la causante de esta tristeza. No sé si es el único culpable el doctor Menem, que tuvo un primer período presidencial fantástico y un segundo más o menos. Mirá: el otro día robaron de cerca de casa 500 metros de cable telefónico. Hace quince años que no veo eso. Hubo un montón de familias incomunicadas, entre ellas yo. No me importa porque tengo dos celulares, pero hubo tipos como los remiseros o los delivery de comida que no pudieron trabajar. Con Menem eso no pasaba y ahora estamos en una suerte de anarquía.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica - Buenos Aires
Mayo de 2002
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