Leonardo Luca es uno de los conductores más escuchados del país. Así puede sonar osado. Sin embargo, cuando se agrega el dato de que es la voz de "El cordobazo" (lunes a viernes de 13 a 15) y "El dengue" (lunes a viernes de 15 a 18), bastiones de la música tropical, y que la radio, Cadena Cumbia Latina, tiene 80 repetidoras en el país, con sedes desde Orán hasta Ushuaia, pocos se atreverían a poner en duda la sentencia.
"'El Dengue' es un poco más volado -diferencia-. Tiene participación del oyente (nos piden temas y los complacemos, no hay listado) y me permito jugar. En cambio, 'El cordobazo' es más clásico, más serio. Es muy loco lo que hacemos ahí porque el programa es de música típica de Córdoba, pero en Buenos Aires. No sé si los cordobeses tienen algo como esto (allá vamos terceros). Y nos va muy bien porque la cumbia villera está decayendo. Ya no tiene el furor de antes y el cuarteto resurge".
-¿Cómo es tu público?
-Hay de todo. La música tropical siempre fue marginal y eso te marca una diferencia social.
-¿Incluso cuando sonaba en Punta del Este?
-Ni con "La ventanita del amor" dejó de serlo. Si todavía los artistas no pueden trabajar libremente en TV fuera de sus propios programas. Tienen que comprar su propio espacio. Yo trabajé en muchos medios intentando imponer este género. Y siempre, de fondo, escuchabas algún "...mirá estos negros de mierda". Si no les gusta, perfecto. Pero por lo menos deberían respetar a todos los que laburan de esto, desde los plomos hasta los que manejan los micros de los artistas. Pero ojo que la radio no se escucha sólo en la villa. Rodrigo llenó trece Luna Park, es un récord.
-Sin embargo, debe ser la preferida ahí adentro.
-Es muy probable. La gente de bajos recursos se identifica más fácil con una letra que le habla de lo que le pasa. Se siente representada por los que son como ellos. Pero aunque se avergüencen y lo nieguen, muchos clase media y alta nos escuchan. Este fenómeno trascendió todo. Fijate que sale en internet por Tropicalisima.com y recibimos mails de oyentes de EEUU, Suecia, España o Israel. Y con el éxodo de argentinos, más todavía. Porque les mandamos nostalgia, están desesperados por mantener su cultura.
El clima de la radio es distendido y profesional. De las paredes del estudio cuelgan en paz posters de River y Boca. Hay gorritos de Gimnasia y Platense que conviven con las fotos de Trinidad o el Indio. Los oyentes llaman, salen al aire y se identifican: "Soy de Salta y vivo en Caballito". "Llamo de Casanova", "Te hablo desde Tortuguitas". "Soy Andrea, una de las 'botelleras de Lomas'". La mayoría están desocupados y piden temas de Damas Gratis, Flor de Piedra, Rodrigo y Leo Mattioli. Luca se maneja con solvencia con ellos, en su idioma, y se le nota que los quiere.
-¿La cumbia villera es un fenómeno porteño?
-Sí, el resto del país lo aceptó. De los barrios bajos y fue inventado por Pablo Lescano.
-¿Te gusta?
-El ritmo es copado. No estoy muy de acuerdo con el mensaje. A veces me da impresión escuchar a un chiquito de 6 años cantar "...quiero tomar cocaína", "vamos a robar un banco" o "muerte a la yuta". Se lo dije a Pablo.
-Hay mucha agresividad en la calle. ¿Cómo manejás el equilibrio para no echarle nafta al fuego?
-Me parece que las letras son honestas. No inventan nada, describen lo que pasa.
-Quiero marcar que el que te escucha puede estar por salir a robar en un rato.
-Es probable. Yo trato de bajar los decibeles y ponerle humor. Que se den cuenta de que no es todo tan real y no se tomen a pecho. Depende de mí si después de escuchar "fumate un porro", "meté caño" o "matá a un chabón", salgo a hacerlo o me muero de risa. Después de todo, la Bersuit también tiene temas como "Entregá la bolsa" o "Señor Cobranza". Pero claro, su público es de otro target. Tienen auto. El de la cumbia villera no. Ojo que la cumbia tiene muchas facetas y subgéneros. Desde la cumbia romántica al cuarteto o a la santafesina.
-¿Pensás en que el que te escucha puede tener el revólver arriba de la mesa y lo que le digas puede definir si lo agarra o no?
-Mi visión debe ser más abarcadora.También pienso que tiene el revólver arriba de la mesa y que hace dos días que no come.
-A eso me refiero.
-Es espeluznante ver a los chiquitos tirarse de cabeza para conseguir algo de comer en la basura de Mac Donald's. Se pelean por eso. Eso da bronca e impotencia. Desde mi lugar, y sabiendo que me escucha esa gente, me duele mucho y por eso doy el máximo.
-Es bueno que no subestimes a esa porción de tu público y les expliques qué es el CER, como solés hacer.
-Mi obligación es respetarlos, tratarlos de igual a igual, divertirlos, informarlos y explicarles, desde mi punto de vista, cómo son esas cosas. Pensá que hay gente que no tiene ni un televisor y que si consigue un mango, en vez de comprar el diario, compra pan y cincuenta gramos de fiambre. Gracias a Dios, la radio todavía es gratis.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Abril de 2002