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lunes, 31 de marzo de 2008
Mario Mactas: “La Argentina es mediocre, decadente y resentida”
FICHA:
“El toque Mactas”
Continental AM 590
Lunes a viernes de 13 a 15.
Conducción: Mario Mactas
Con: Alejandra Peñalba, Lorena Toso y Claudia Villapun. Fernando Peña como Milagros López.
“Este año estamos más próximos al prime time con un programa más corto. Venimos de una información dura como la de Magdalena, y un poco matizada como la de Víctor Hugo. Sin volar por los aires, relajamos un poco. Lo que no significa hacer chistes ni imitaciones, que son tontos. El humor es un don de la vida, un rasgo de la inteligencia que emerge solo”.
Tiene una de las lenguas más filosas y una de las mentes más agudas de la radio local. Y cuando las pone en funcionamiento, su sarcasmo hace estragos.
-¿Por qué un equipo de mujeres?
-Son más lindas que los hombres, menos competitivas, más leales, trabajadores e inteligentes. Hay un liderazgo masculino rodeado de la creatividad femenina y se da un intercambio rápido y muy interesante. Manejo la partitura y ellas son las solistas.
-¿Te gusta el nuevo horario?
-Lo que importan son los contenidos.
-Pero no vas en el mismo segmento que Rolando Hanglin.
-Es cierto, el año pasado me ganaba. Es más cómodo, no me gusta competir con él. Resulta complicado disputar la audiencia con un amigo, más allá de que uno es un profesional. Con todo, no miro las planillas de rating.
-¿Te ofrecen viajar como a Víctor Hugo?
-Sí, pero tengo mucho trabajo en Buenos Aires. Soy un admirador suyo, pero para hacer el programa, da lo mismo si es desde acá o desde Praga. No me gusta viajar como a él. Aunque tampoco me gusta Argentina.
-¿Por qué?
-Porque es decepcionante. Fuera del país pasé momentos de alegría (los mejores), cuando en teoría debían ser de amargura. Volví y me sentí exiliado ante un país que me mostró un rostro mediocre, decadente y resentido. La gente se volvió muy burra y no entiende ni las cosas más simples.
-¿Cómo sociedad?
-También, se pretende que los problemas los solucionen los gobernantes. Es un pueblo que no se ha destetado, lo que lo convierte en caprichoso y peligroso. Creen que existe un derecho universal que es el de ser argentino, y que implica que te tienen que mantener y regalar cosas. Acá se dice que un gobierno fue bueno porque “nos dio mucho”. Es decir “te corrompió”.
-¿Y por qué te quedás, si podés trabajar afuera?
-Por temas personales, que nada tienen que ver con la identidad, el barrio y todo eso. Esas cuestiones me repugnan y me ofenden. No hay que estar todo el tiempo reafirmando quiénes somos. La identidad no es un valor en sí.
-¿Escuchás radio?
-Sí. Me gustan mis compañeros Víctor Hugo y Magdalena. También Pergolini porque tiene un programa clásico y tradicional pero que a la vez no pierde insolencia. Es difícil ser irreverente todos los días, año tras año, porque se convierte en un clisé. Algo de eso ocurre, pero no del todo porque Mario es muy perceptivo e inteligente. También me gusta Fernando Peña (que colabora con nosotros).
-¿Disfrutás más cuando la realidad te invade el programa o apelar a la reflexión?
-Prefiero las tardes en las que no pasa nada, son más divertidas. Te fuerzan a ser creativo. La asechanza mayor es la del aburrimiento.
Gustavo Masutti Llach
Fotos: Marisa Márquez
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
16 de marzo de 2008
Otras notas a Mactas en el blog.
Sábado 17 de marzo de 2007
Mario Mactas: “El periodismo es una rama del arte”.
Domingo 20 de abril de 2003
Mario Mactas: "Cuando la cultura existe, hay que tratar de hacerla invisible."
Lunes 22 de octubre de 2001
Mario Mactas: "La de España es una radio para escuchar"
domingo 25 de julio de 1999
Mario Mactas: "El idioma es la materia prima de la radio".
viernes, 28 de marzo de 2008
Pelea de D'Elia con Fernando Peña en El Parquimetro
Muchos están buscando el audio de la famosa discusión del Jueves 28 de Marzo de 2008. Acá va el link, sacado de la página del propio Peña, donde podrán encontrarla. Visítenla y bájense el mp3: http://enelborde.com/blog/
En un duro y agresivo cruce verbal el piquetero oficialista, Luis D´Elía, atacó a Fernando Peña esta mañana en su programa radial de FM Metro. " Te odio Peña, odio tu plata, tu casa, odio a la gente como vos...", escupió el dirigente.
"Tengo un odio visceral contra ustedes, el norte de la ciudad, los blancos,... sépanlo de mi boca. Ustedes piensan que la gente que me sigue a mí es pura basura, escoria humana... negra, fea, horrible. Somos kelpers en nuestro propio país", dijo enérgico D´Elía.
Luego, el dirigente ultrakirchnerista prosiguió contra Peña: "Te odio Peña, odio tu plata, odio tu casa, tus coches, tu historia, odio a la gente como vos que defiende un país injusto e inequitativo".
Pero eso no es todo, D´Elía acusó al conductor de "forro” y le dijo que dice ser “un transgresor” pero vive en San Isidro. Además, lo desafió “¿Sabes con quien estás hablando?: Laferrere, asentamiento Tambo, manzana uno, lote tres”.
Además, se dio el lujo de opinar: "Ya lo decia Sarmiento en los albores de 1880: 'No hay que ahorrar sangre de gauchos', o sea de negros. Nosotros somos bosta, caca, basura, para vos (Peña) y la lacra que es igual que vos".
Como toque final, y antes colgar el teléfono: "Odio a las clases altas argentinas que han hecho tanto daño, que han matado tanta gente, en nombre de una sola bandera que es la bandera de tu propia ganancia". (Fuente: www.minutouno.com)
La respuesta de Peña:
AquÍ les dejo lo publicado el sábado 29/03/2008 en el Diario de Lanata Critica de la Argentina, a raíz del enfrentamiento y amenazas que el piquetero Luis D’Elía le propinó al conductor de radio en su programa radial El Parquímetro de fm Metro el día jueves.
Carta abierta a Cristina
Cristina, mucho gusto. Mi nombre es Fernando Peña, soy actor, tengo 45 años y soy uruguayo. Peco de inocente si pienso que usted no me conoce, pero como realmente no lo sé, porque no me cabe duda que debe de estar muy ocupada últimamente trabajando para que este país salga adelante, cometo la formalidad de presentarme. Siempre pienso lo difícil que debe ser manejar un país... Yo seguramente trabajo menos de la mitad que usted y a veces me encuentro aturdido por el estrés y los problemas. Tengo un puñado de empleados, todos me facturan y yo pago IVA, le aclaro por las dudas, y eso a veces no me deja dormir porque ellos están a mi cargo. ¡Me imagino usted! Tantos millones de personas a su cargo, ¡qué lío, qué hastío! La verdad es que no me gustaría estar en sus zapatos. Aunque le confieso que me encanta travestirme, amo los tacos y algunos de sus zapatos son hermosísimos. La felicito por su gusto al vestirse.
Mi vida transcurre de una manera bastante normal: trabajo en una radio de siete a diez de la mañana, después generalmente duermo hasta la una y almuerzo en mi casa. Tengo una empleada llamada María, que está conmigo hace quince años y me cocina casero y riquísimo, aunque veces por cuestiones laborales almuerzo afuera. Algunos días se me hacen más pesados porque tengo notas gráficas o televisivas o ensayos, pruebas de ropa, estudio el guión o preparo el programa para el día siguiente, pero por lo general no tengo una vida demasiado agitada.
Mi celular suena mucho menos que el suyo, y todavía por suerte tengo uno solo. Pero le quiero contar algo que ocurrió el miércoles pasado. Es que desde entonces mi celular no deja de sonar: Telefe, Canal 13, Canal 26, diarios, revistas, Télam… De pronto todos quieren hablar conmigo. Siempre quieren hablar conmigo cuando soy nota, y soy nota cuando me pasa algo feo, algo malo. Cuando estoy por estrenar una obra de teatro –mañana, por ejemplo– nadie llama. Para eso nadie llama. Llaman cuando estoy por morirme, cuando hago algún “escándalo” o, en este caso, cuando fui palangana para los vómitos de Luis D’Elía. Es que D’Elía se siente mal. Se siente mal porque no es coherente, se siente mal porque no tiene paz. Alguien que verbaliza que quiere matar a todos los blancos, a todos los rubios, a todos los que viven donde él no vive, a todos lo que tienen plata, no puede tener paz, o tiene la paz de Mengele.
Le cuento que todo empezó cuando llamé a la casa de D’Elía el miércoles porque quería hablar tranquilo con él por los episodios del martes: el golpe que le pegó a un señor en la plaza. Me atendió su hijo, aparentemente Luis no estaba. Le pregunté sencillamente qué le había parecido lo que pasó. Balbuceó cosas sin contenido ni compromiso y cortó.
Al día siguiente insistí, ya que me parecía justo que se descargara el propio Luis. Me saludó con un “¿qué hacés, sorete?” y empezó a descomponerse y a vomitar, pobre Luis, no paraba de vomitar. ¡Vomitó tanto que pensé que se iba a morir! Estaba realmente muy mal, muy descompuesto. Le quise recordar el día en el que en el cine Metro, cuando Lanata presentó su película Deuda, él me quiso dar la mano y fui yo quien se negó. Me negué, Cristina, porque yo no le doy la mano a gente que no está bien parada, no es mi estilo. Para mí, no estar bien parado es no ser consecuente, no ser fiel.
Acepto contradicciones, acepto enojos, peleas, puteadas, pero no tolero a las personas que se cruzan de vereda por algunos pesos. No comparto las ganas de matar. El odio profundo y arraigado tampoco. Las ganas de desunir, de embarullar y de confundir a la gente tampoco. Cuando me cortó diciéndome: “Chau, querido…”, enseguida empezaron los llamados, primero de mis amigos que me advertían que me iban a mandar a matar, que yo estaba loco, que cómo me iba a meter con ese tipo que está tan cerca de los Kirchner, que D’Elía tiene muuuucho poder, que es tremendamente peligroso. Entonces, por las dudas hablé con mi abogado. ¡Mi abogado me contestó que no había nada qué hacer porque el jefe de D’Elía es el ministro del Interior! Entonces sentí un poco de miedo. ¿Es así Cristina? Tranquilíceme y dígame que no, que Luis no trabaja para usted o para algún ministro. Pero, aun siendo así, mi miedo no es que D’Elía me mate, Cristina; mi miedo se basa en que lo anterior sea verdad. ¿Puede ser verdad que este hombre esté empleado para reprimir y contramarchar? ¿Para patotear? ¿Puede ser verdad? Ése es mi verdadero miedo. De todos modos lo dudo.
Yo soy actor, no político ni periodista, y a veces, aunque no parezca, soy bastante ingenuo y estoy bastante desinformado. Toda la gente que me rodea, incluidos mis oyentes, que no son pocos, me dicen que sí, que es así. Eso me aterra. Vivir en un país de locos, de incoherentes, de patoteros. Me aterra estar en manos de retorcidos maquiavélicos que callan a los que opinamos diferente. Me aterra el subdesarrollo intelectual, el manejo sucio, la falta de democracia, eso me aterra Cristina. De todos modos, le repito, lo dudo.
Pero por las dudas le pido que tenga usted mucho cuidado con este señor que odia a los que tienen plata, a los que tienen auto, a los blancos, a los que viven en zona norte. Cuídese usted también, le pido por favor, usted tiene plata, es blanca, tiene auto y vive en Olivos. A ver si este señor cambia de idea como es su costumbre y se le viene encima. Yo que usted me alejaría de él, no lo tendría sentado atrás en sus actos, ni me reuniría tan seguido con él.
De todas maneras, usted sabe lo que hace, no tengo dudas. No pierdo las esperanzas, quiero creer que vivo en un país serio donde se respeta al ciudadano y no se lo corre con otros ciudadanos a sueldo; quiero creer que el dinero se está usando bien, que lo del campo se va a solucionar, que podré volver a ir a Córdoba, a Entre Ríos, a cualquier provincia en auto, en avión, a mi país, el Uruguay… por tierra algún día también.
Quiero creer que pronto la Argentina, además de los cuatro climas, Fangio, Maradona y Monzón, va a ser una tierra fértil, el granero del mundo que alguna vez supo ser, que funcionará todo como corresponde, que se podrá sacar un DNI y un pasaporte en menos de un mes, que tendremos una policía seria y responsable, que habrá educación, salud, piripipí piripipí piripipí, y todo lo que usted ya sabe que necesita un país serio. No me cabe duda de que usted lo logrará. También quiero creer que la gente, incluso mis oyentes, hablan pavadas y que Luis D’Elía es un señor apasionado, sanguíneo, al que a veces, como dijo en C5N, se le suelta la cadena. Esa nota la vio, ¿no? Quiero creer, Cristina, que Luis es solamente un loco lindo que a veces se va de boca como todos. Quiero creer que es tan justiciero que en su afán por imponer justicia social se desborda y se desboca. Quiero creer que nunca va a matar a alguien y que es un buen hombre. Quiero creer que ni usted ni nadie le pagan un centavo. Quiero creer que usted le perdona todo porque le tiene estima. Quiero creer que somos latinos y por eso un tanto irreverentes, a veces también agresivos y autoritarios. Quiero creer que D’Elía no me odia y que, la próxima vez que me lo cruce en un cine o donde sea, me haya demostrado que es un hombre coherente, trabajador decente con sueldo en blanco y buenas intenciones.
Cuando todo eso suceda, le daré la mano a D’Elía y gritaré: “Viva Cristina”… Cuántas ganas tengo de que todo eso suceda. ¿Estaré pecando de inocente e ingenuo otra vez? Espero que no.
La saluda cordialmente,
Fernando Peña
Reportajes a Fernando Peña en esta página:
domingo 19 de agosto de 2007
Fernando Peña: “Nos falta más pasión y espíritu animal”
viernes 14 de julio de 2000
Fernando Peña: "Lo masivo es siempre más demagogo, condescendiente y redituable."
lunes, 10 de marzo de 2008
Luis Digiano: “La Folclórica mide más que la AM de Nacional”
FICHA
“La Folclórica presenta a Luis Digiano” Radio Nacional Folclórica. FM 98.7 Domingos de 13 a 16 Conducción: Luis Digiano. “El programa original se llamaba ‘Alternativa’ pero ahora la radio le quitó los nombres a todos los envíos por una cuestión de estilo. Con todo, es similar a lo anterior, porque tenemos a los consagrados mezclados con los nuevos que arriman un demo. Hay entrevistados, lanzamientos y en general los artistas tocan en vivo en el piso”.
El periodista Luis Digiano es una referencia obligada dentro de la prensa musical, y de la especializada en folclore. Como tal lo convocó Marcelo Simón, director de La Folclórica para conducir los mediodías del domingo. “También están los ‘Especiales de la Folclórica’ –explica-, (los hacemos con Marcelo Simón y la producción de Juan Cruz Guillén) que en general se hacen un día de semana al mediodía. Por ahí pasaron Teresa Parodi, Peteco, Víctor Heredia, Jorge Rojas, Los Nocheros, Soledad, Los Tucu Tucu (dos días antes del accidente). Juntamos a los MPA y a los Chalchaleros. La base de la radio es el folclore, y su nueva línea es la de ‘más música que palabras’. Pero durante los fines de semana, y más en nuestro horario, la gente está más predispuesta a escuchar. En nuestro espacio jugamos con consignas y regalamos entradas, discos y libros”.
-¿Cómo está la Folclórica?
-No se discute que mide más que la AM de Nacional, como dijo una vez Simón. El nuevo director Eduardo García Caffi la tiene más clara, y está más abierto a escuchar las propuestas y saber qué pasa.
-¿Esta gestión apoya más a la Folclórica?
-Sí, le da más presupuesto y le facilita las cosas.
-¿Escuchás programas de Folclore?
-Me encantaba el de Marcelo Simón, y ahora el de Omar Cerasuolo. Pero fuera de la Folclórica, tengo que pensar en el Interior porque en Buenos Aires hay poco. Aunque debe haber algunos en las FM que no conozco, con tipos que se tienen que comprar los discos. No me gusta para nada lo que hace Cadena 3, de Córdoba. Se quedan en un comercio marquetinero con las discográficas. Faltan programas de folclore, a pesar de que es el género que más discos vende en el país. Tampoco tiene televisión.
-¿Por qué no hay un Festival de Folclore en Buenos Aires?
-Es una buena pregunta. Los empresarios no se animan.
-Los artistas más populares me dicen que ellos llenan solos un Gran Rex, que no necesitan un Festival.
-Hace poco hubo un festival solidario, con Nocheros, la Sole y el Chaqueño Palavecino y convocaron 8.000 personas. Hubo conversaciones entre ellos. Los empresarios dicen que no hay lugar para hacerlo porque no se animan a tirarse a un estadio. Yo creo que lo llenan. Si no, que hagan cinco Luna Park.
Gustavo Masutti Llach
Fotos: Marisa Márquez
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Marzo de 2008
jueves 15 de febrero de 2007
Marcelo Simón: “Todo a pulmón y sin plata”
lunes, 3 de marzo de 2008
Ernesto Tenembaum: “Ni en chiste soy competidor de Magdalena”
FICHA: “La mañana de Mitre” Mitre, AM 790 Lunes a viernes de 6 a 9 Conducción: Ernesto Tenenmabum Columnistas: Ignacio Jubilla, Marcela Giorgi, Alicia Petti, Juan Carlos Mesa, Ariel Tarico, Marcelo Zlotogwiazda y Hugo Balassone.
“La primera mañana de Mitre es un espacio súper prestigioso y está llevado adelante por una generación que está empezando a ocupar los espacios centrales de AM. Eso da una visión distinta. Creemos que la comunicación no sólo es información dura sino que contempla aspectos más emotivos. Ojo, tampoco descubrimos la pólvora”.
Llama la atención que un periodista incisivo pregunte a su entrevistador cuál será el título de la nota o pida ver las fotos que le acaban de sacar. Pero así es el estilo de Ernesto Tenembaum: quiere estar en todo y lo hace. “Se trata de contar lo que pasa en un país –postula sobre su programa-. Simplemente eso. Uno espera que su estilo sea agradable, atractivo, carismático, con ritmo. Después se verá. Podés vender el mejor programa del mundo y no te sale eso. Sí somos gente preparada y tenemos pasión por lo que hacemos”.
-¿Qué pasa con la imparcialidad?
-En este horario siempre hubo opinión. La tienen Magdalena, Nelson Castro o Longobardi. Nosotros no somos la excepción. Pero el periodismo no es sólo opinión. Habría que poder contar la realidad de una manera amable todos los días, con pasión, rigor y vértigo.
-¿“Amable”?
-Lo que pasa es duro, por más que la Argentina esté un poco mejor. Hay distancia entre nosotros y la clase política, y una situación social que no se recupera desde los ‘90. Si sólo es eso sería muy ríspido. Entonces le ponemos música y vamos jugando. Otro recurso es el humor y para eso están Mesa, Tarico y Giorgi, que debe ser la única imitadora de Cristina Kirchner. Todo esto afloja y la magia pasa por buscar un equilibrio entre una cosa y la otra, en un terreno tan inestable.
-¿Escuchabas a la competencia?
-No puedo pensar ni en chiste que soy competidor de Magdalena.
-De movida vas a medir más que ella en el rating.
-Seguro, pero es de la radio, una audiencia heredada en todo caso. Con todo no creo que la gente sea más o menos prestigiosa por lo que mide. En la tele llegué a perder la noción de lo que estaba haciendo por estar pendiente del número. No disfrutaba de lo que hacía. Me pasó en 2003 cuando con “Zloto” fuimos los primeros en entrevistar a Kirchner. Y al otro día estaba enojado porque no midió lo que esperaba. A la distancia ves que el número no marca tanto. Ojalá algún día sea tan bueno como ellos, aunque mida más. Con la mitad del respeto que tienen ellos me doy por satisfecho. Mi obligación es buscar la excelencia. Quiero competir ahí.
-Pero hay que medir bien en Mitre.
-Seguro que sí. Y si te traicionás por medir, no sirve. No es demagogia, me fue siempre mejor por este camino, aún con menos audiencia. Me sentí muy mal cuando hice cosas por rating. Y así no podés construir una carrera.
Gustavo Masutti Llach
Fotos: Patricio Peñas
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Marzo de 2008