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viernes, 22 de septiembre de 2006
Luisa Delfino: “El colegio debería enseñar a escuchar”
Con su “Te escucho” ya se hizo un lugarcito en la historia de la radio. Hoy el envío va los sábados desde la medianoche hasta las 5 por Del Plata (AM 1030). Afirma que su programa ya no “tira pálidas” y que está tranquila y llena de proyectos. “Jamás estuve de mal humor o deprimida en la radio porque el micrófono me levanta el ánimo (...).Estoy encasillada pero eso no tiene nada de bueno o malo, es lo que me tocó”.
Desde su bonhomía, Luisa Delfino ya consiguió lo más difícil: meterse en el imaginario popular como esa amiga que está en los medios y a la que se le puede contar lo más oculto, aquello que no sabe ni la propia familia. Por eso no se queja de estar encasillada y, en cambio, se enorgullece de la vigencia de su programa: “’Te escucho’ arrancó el 11 de marzo de 1991 y la marca es mía, tanto para acá como para el resto del mundo –aclara-. La idea surgió de la sensación de que no nos enseñan a escuchar al otro. En general, durante una conversación, las dos personas están esperando que el otro termine de hablar para meter lo propio. El colegio debería enseñar a escuchar”.
-No es el mismo programa del ‘91.
-No, es más “arriba”. Después de la debacle del 2001 me dije que había que cambiar porque ya habíamos sufrido suficientes pálidas. Si aparece alguien con una encrucijada dramática, se lo derivamos a los psicólogos. Apuntamos más a la contención amorosa y tenemos secciones fijas.
-¿Cuáles? -En “Rutas argentinas”, hablan los camioneros; en “los que se fueron”, con los argentinos que viven fuera del país; y “me cansé de estar solo”, está abierta a gente de 18 a 80 años que busca compañía.
-¿Cómo funciona esta última?
-Le voy preguntando a los oyentes dónde nacieron, qué les gusta y cosas por el estilo. Así se arma una especie de ficha, pero de adentro, emocional. Al final les pregunto cuánto miden y qué es lo que descartan de plano en una pareja, para que no llame cualquiera.
-¿Qué es lo que menos soportan?
-La mentira. Los dos sexos. Los hombres, en segundo lugar, la asfixia.
-¿Y si se mete un psicópata?
-No es mi culpa. Vos salís al aire, te llaman diez chicas y la producción te pasa a vos los teléfonos o los e-mails de contacto de ellas. Es tu decisión conectarte o no.
-¿Cuántos de tus actuales oyentes son propios y cuántos de Del Plata?
-Estoy fascinada con eso. A la semana de empezado el programa les dije que aceptaba su decisión de aceptarme o no, de si me reciben con cariño o cambian de sintonía. La radio tiene a sus oyentes cautivos, y a ellos les pedí que me dijeran si les gustaba o no. Mandaron un montón de mensajes de bienvenida y me puse muy feliz.
-El público de Del Plata y Continental tiene fama de difícil.
-Lo son, porque son fieles. Pero les caí bien porque nadie dice eso al aire y yo sí. También estoy abierta a sus sugerencias. Como dice Zelmira, mi terapeuta, les pregunto qué les resuena.
-No me contestaste cuántos son tuyos.
-Porque no puedo saberlo. Sé que tengo más de las tres cuartas partes de los que me seguían en Continental. Más los que encontré en Del Plata, que no tengo ni idea de cuántos son porque recién me estoy haciendo amiga de ellos.
-Vos sos muy amorosa con tus oyentes ¿es un personaje?
-No, nunca lo fue.
-¿Y qué pasa cuando estás de mal humor o deprimida?
-Jamás me pasó en la radio porque el micrófono e levanta el ánimo. ¿Sabés que cuando hablo en un estudio estoy siempre sonriente? Y se nota que llega a destino.
-¿Estás encasillada?
-Sí. No tiene nada de bueno o malo, es lo que me tocó. Hice otras cosas. El año pasado metía columnas en el programa de Lanny Hanglin, pero no me pagaban. Tampoco quiero generar un proyecto propio porque estoy muy cómoda como columnista o partenaire.
-¿No te llaman porque creen que sos cara?
-Eso sí que me da risa. Que por lo menos pregunten.
-¿Tuviste ofertas para hacer TV en los últimos tiempos?
-No, no me llama nadie. Voy mucho de invitada, algo que me encanta porque significa que sigo vigente y no me genera obligaciones. Me encantaría hacer algo a la noche y un día por semana. El “Te escucho” u otra cosa.
-¿Te preocupa?
-No. Durante el 2001 no tenía trabajo y perdí todo. Eso fue positivo porque con Daniel nos juntamos mucho más como pareja. Y, como dicen los orientales aprendimos a “andar livianos”, a vivir sin tanto apego a lo material. No porque no me guste. Me encanta ir a un shopping y comprar, tengo mi costado frívolo. Pero aprendí a disfrutarlo desde otro lugar.
-¿Es decir?
-No doy por sentado nada. Tengo un programa de radio: lo agradezco. No sé por cuanto tiempo, hoy está.
-¿Por qué nunca cambiaste el look?
-Porque me siento identificada. En el 2001 me lo corté (no mucho) para cambiar y me quise morir. Cuando sea vieja tendré el pelo muy largo y me lo voy a atar en un rodete. Voy a estar muy cómoda.
-También publicaste un libro sobre las papeleras.
-Sí, “El río de los pájaros pintados versus papeleras” Es simple y muy didáctico. Habla el río Uruguay en primera persona y no ofende a los uruguayos , ni a la gente de Gualeguaychú, mi pueblo.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Cronica
Buenos Aires - Argentina
Septiembre de 2006
sos una grosa lo ca te quiero te escucho siempre ya que no puedo dormir por que mi hijo sale los sabados aja
ResponderEliminarquiero qonocerte!!!
beso
norma de ezeiza
hola Luisa, me llamo Emiliano, quisiera preguntarte cual es el nombre de la interprete del tango "nada" con el que iniciaste el programa que siguio al programa "gracias por los recuerdos"
ResponderEliminarUna grosa total.La escuché años mi compañía d los sábados!!!
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