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domingo, 26 de marzo de 2006
Virginia Hanglin: “Para mí el éxito es poder llenar la heladera.”
A dos bandas, sin perder la esencia. Así se reparte Virginia Hanglin entre sus dos programas diarios “Voy y vengo” (Del Plata AM 1030, lunes a viernes de 20 a 23) y “Hanglin, un apellido de radio” (FM 92.3, lunes a viernes de 14 a 16, con Patricio Blanc), ambos producidos por Jorge Torres. “Todos los gobiernos tuvieron sus “listitas”. En este, honestamente no lo sé, aunque si le preguntás a Pepe Eliaschev te va a decir que sí las hay”.
Tuvo bajo su mando a Marcelo Tinelli y se autoproclama “la abuela de (Mario) Pergolini” porque su “Semanario Insólito” es uno de los referentes obligados del exitoso “Caiga quien Caiga”. Lo cierto es que por derecho propio la conductora ya forma parte de la historia grande de los medios en la Argentina. Pero no pierde por eso la humildad ni la sonrisa ni la calma, y hace un culto de reírse de ella misma. Esas cualidades las traslada a sus programas radiales y por eso sus seguidores no la abandonan.
-Marcame las diferencias entre un programa y el otro.
-Más allá de los horarios, el de Del Plata es un magazine un poco más tradicional, con mi impronta. En tanto, el de la FM es un verdadero talk show, no como lo que se vio en la tele con esa denominación. Es un periodístico también, pero si la gente quiere, puede salir al aire y charlar o hacer una comentario. Sobre todo porque esta no es una radio comercial, sino más bien espiritual. Al ser una emisora cristiana, los directivos consideran las letras de las canciones como si fuera una columna de opinión. Entonces restringen por ese lado. El lema de la radio es “Informar sin enfermar”.
-¿Tenés limitaciones temáticas?
-No, sólo mi buen gusto. Tal vez sí trato que los oyentes no digan malas palabras. Pero eso lo hago en todos lados. En definitiva me llamaron porque les gustaba cómo era.
-¿Trabajaste con tu hermano Rolando en radio?
-No. Una vez nos juntó Fernando Marín en la tele. Duró poco aunque nos fue bien. Ahí hacía conducción de exteriores Marcelo Hugo Tinelli, y hoy es mi jefe en Del Plata. Le habían pedido que cambiara el tono de voz. Le recomendé que nunca lo hiciera porque iba a pegar.
-¿Por qué no hiciste radio con Rolando?
-Nadie nos contrató. Y no sé si sería una buena idea porque Lani desarrolló su manera de hacer aire y tiene a su Floppy. Esa combinación funciona. No me parece que le serviría tener otro conductor al lado. Yo lo llevé a Continental, por eso lo conozco bien, más allá de que seamos familia.
-No quedan muchos “Hanglins” en el aire. Tanto vos como tu hermano no sólo no gritan sino que tampoco incomodan a los entrevistados.
-Puede ser. Me siento como si estuviera en mi casa y Jorge (el productor) me presenta a sus invitados. No puedo pedirle a la gente que venga a mi casa para maltratarla, corregirla o debatir con ellos. Simplemente me preocupo por presentar un abanico amplio de opiniones. Por suerte la gente disiente entre sí, si no seríamos estacas.
-¿Qué pasa si te caen mal?
-A veces el invitado se pone grosero. En esos casos me aguanto el maltrato y paso a otra pregunta. Cara de póker. Los que no me gustan son “invitados de mamá”. Me gusta discutir, pero nunca perdí los estribos al aire.
-¿Cuánto de tu público actual es de aquel “Vecinas” o Semanario Insólito” de la tele?
-Hay algunos. Siempre digo que soy la abuela de Pergolini, porque aquel fue la primera parodia de noticiero de nuestra TV. Siempre tuve la suerte de que me llamaran para programas fundacionales. Fijate: “20 mujeres”, primer panel; “De aquí para allá”, primer campeonato de videojuegos...
-¿El que relataba Raúl Portal?
-No, porque él estaba prohibido en los ochentas. El entró después. De hecho, “Semanario Insólito” fue prohibido por los militares. Pero Raúl se había ido antes porque se había peleado a sillazos con Raúl Becerra y Adolfo Castelo, por desinteligencias ideológicas. Me acuerdo muy bien porque yo era la única dama del grupo.
-Pero a Raúl lo ponen en la lista negra de la presidencia de Alfonsín.
-Sí. Todos los gobiernos tuvieron sus “listitas”. En este, honestamente no lo sé, aunque si le preguntás a Pepe Eliaschev te va a decir que sí las hay.
-¿Políticas?
-No siempre. Aunque parezca mentira, tenían que ver con que a la novia de Fulano, que tenía el mando, no le gustabas o quería tu lugar. Nada intelectual. La vida es así, les aviso a los jóvenes. Mucho más sencilla de lo que aparenta. Los castigos son infantiles y las tristezas se generan más por ego que por otra cosa.
-¿Estás contenta con tu carrera?
-Sí. En este ambiente no tenés que creer que hay que llegar arriba. Si seguís ese consejo la pasás fenómeno. Lo importante es tener un trabajo en el que poder expresarse y que te llene la heladera.
-¿Y en lo personal?
-Muy bien. Mi carrera siempre fue armar una familia y lo logré. Me costó porque me casé un par de veces y demás, pero las familias de mis maridos son como si fueran mi sangre. Tengo cuatro hijas de ellos, la mayor, Jime, se casó y me dio cinco nietos. Para mí el éxito es poder llenar la heladera. Hoy la abro y tengo queso, leche, gaseosa y lo que me hace falta. Aposté a eso y me salió muy bien.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina
Marzo de 2006
Me gusta mucho Virginia, así también Rolando. Ambos tiene un don de gente y un respeto por el público que ya no se suele encontrar. Ojalá puedan tener más espacios adónde puedan continuar desarrollando sus dotes de excelentes conductores.
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