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martes, 8 de noviembre de 2005
Mona Moncalvillo: "Respeto a Eliaschev, pero nos pega injustamente".
“Este año rechacé una diputación, porque considero que si te ofrecen un cargo, y no te echan por incapaz, hay que terminar. Nunca me arrepentí de haber aceptado”. El sillón de director de Radio Nacional (AM 870) suele ser incómodo. El que lo ocupa debe administrar setenta y seis emisoras diseminadas por todo el país, casi todas con tecnología obsoleta, pagarle el sueldo a centenares de empleados con un presupuesto magro y campear presiones políticas y mediáticas de todo tipo y color. Sin embargo, ahí está la periodista Mona Moncalvillo, a cargo desde mediados de 2003, relajada y sonriente. Tomando mate y contestando sin vacilar. Ante algunas preguntas se le encienden los ojos de rabia, pero nunca pierde el control. “Estamos cerca de terminar un año muy laborioso. No pensé que tendría este nivel de estrés y cansancio”.
-¿Qué fue lo que más te agotó?
-La instalación del nuevo transmisor, con las idas y vueltas que eso genera en cuanto a fechas y plazos. Merced a eso pude ocuparme del bellísimo edificio de Pacheco, que tiene la antena, y que estaba tan descuidado. Sucio, roto, con goteras y más de cien nidos de avispas. Los trabajadores le devolvieron el brillo que tenía cuando lo inauguraron Perón y Evita en 1950.
-¡Un transmisor de cincuenta y cinco años!
-Sí, con vida útil pensada para quince, como máximo. Mérito de nuestros maravillosos ingenieros. Estuvimos mucho tiempo a punto de no poder salir al aire. Ahora la tecnología nos va a acompañar y pasaremos a 100 kw de potencia. Me emociona y enorgullece porque es un medio público. Ahora estamos esperando el dinero para licitar la modernización de nuestras emisoras del interior.
-¿Será durante tu gestión?
-Veremos. En principio termina con el mandato del presidente Kirchner. A partir de ahí no sé nada. Y esto de lo que te hablo lleva mucho tiempo para instrumentarlo. El que me suceda encontrará las cosas mejor que yo.
-Se les criticó la publicidad oficial que reciben.
-Sí, pero no es justo. Porque estamos hablando de setenta y seis radios en todo el país, con el servicio que prestan y la necesidad de reequipamiento que tienen. Si no ayudamos a Radio Nacional, ¿a quién?
-¿Cómo les va en nivel de audiencia?
-Bien. Estuvimos sextos casi todo el año, con una transmisión casi inaudible (desde lo técnico).
-¿Cuál será la programación del año que viene?
-Todavía no firmó nadie. Pero (Héctor) Larrea seguirá y creo que sólo habrá cambios por la tarde.
-¿Uno de los que se va es Pepe Eliaschev?
-Parece ser. No me vino a ver todavía. Cada vez que se acercó lo he atendido.
-El se queja de que “a través de sus funcionarios el gobierno hace saber que él no es un compañero´”, en el sentido peronista del término. Y dice que a la radio la maneja el gobierno, no del estado.
-Sí, me enteré por tu nota. Tendría que hablarlo con él en persona. Porque si se revisa la programación queda claro que es falso que sólo trabajan aquí los que están alineados ideológicamente con el gobierno. Sí es cierto que a él se le da un trato diferente, pero porque tiene el mejor contrato de la radio. El más favorable. Porque se le mantuvo el que tenía. Y si se sintiera discriminado, lo hubiera dicho sin problemas. Esta es una emisora abierta, pluralista y que contempla todo el arco ideológico. Si no, nos hubieran llenado de palos. Están ávidos de marcarnos los puntos.
-Es nuestra función.
-Y me parece bien. Soy periodista desde hace cuarenta años. Cuando es con fundamento, la crítica se valora. La arbitraria, como la de Eliaschev, no está buena. No sé porqué está incómodo, porque él te lo hace saber enseguida. Supongo que debe tener un lugar en vista para firmar con otra emisora. Lo que no entiendo es por qué se va desprestigiando a una radio que lo contuvo tantos años con un contrato privilegiado.
-También reconoce que trabaja en libertad.
-Bueno sería lo contrario. Nos ha matado y nunca bajé ni para pedirle un derecho a réplica. Lo escucho seguido y muchas veces pega mal e injustamente. Pero lo respeto.
-¿Qué me podés decir de las FM?
-La Folclórica creció mucho y anda muy bien. Mercedes Sosa la eligió para volver después de mucho tiempo sin cantar. En 2006 vamos a hacer un programa especial como el de ella, cada mes. Con homenajeados como Favio, Serrat o Nelly Omar, por ejemplo. Por su parte, la Clásica está muy instalada y resiste bien la competencia de Amadeus. En tanto, estamos buscando una nueva frecuencia para Faro, porque la interfiere canal 7 (se ríe). Tiene cosas muy buenas y vamos a cambiar otras.
-¿Cuándo volverás a “Las 40”?
-Si es por mí, mañana mismo. Me encantaría. Adoro ese programa, lo hice a mi medida y cada vez que viajo al interior, para visitar las filiales, me piden lo mismo. Pero no puedo. Tengo mucho trabajo y sigo con el objetivo de ser la primera directora que visite todas las radios de la cadena. Me falta un poco menos de la mitad, pero las distancias son muy largas.
-¿Qué te hayan criticado por conducirlo influyó en la decisión del paréntesis en la conducción?
-No. Nunca falta un columnista en el diario La Nación que salga a escribir que “los directores de medios públicos nos arrogamos el derecho a ocupar espacios”. Lo único que hice en esta radio es trabajar y tengo mi trayectoria. Además, a la radio le costaba cero pesos.
-¿Y cómo estás con los gremios?
-Los trabajadores tuvieron una recomposición salarial importante. Por ahora la cosa está tranquila, lo que no quiere decir que terminen las demandas, porque la tarea de un delegado gremial es mejorar la situación de los trabajadores todo el tiempo. Ahora estoy empeñada en mejorar la calidad periodística con talleres libres y gratuitos que se dan acá los martes a las 16. Con nombres como Van Der Kooy, Aliverti y Oscar Cardoso entre otros.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina
Noviembre de 2005
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