sábado, 25 de septiembre de 2004
Luis Ventura: "No me van a callar"
"No me van a callar", desafía Luis Ventura y amplía: "Por más que cada vez cueste más ser independiente, el día que no pueda serlo me quedaré en mi casa a disfrutar a mi familia". Por el momento, trabajo no le falta y su jornada se dilata cada vez más. A su responsabilidad como director de la revista Paparazzi le suma la TV con "Intocables" e "Intrusos", y ahora agregó la radio. La referencia es para "La Tapa" (lunes a viernes a la medianoche, por La Red, AM 910, con Daniel Gomez Rinaldi y Estela Montes, producido por Cristina Clemens). "El programa -recapitula- nació en la temporada de verano 2003, en Mar del Plata, cuando decidí largarme solo y me fue muy bien. Ya en Buenos Aires me tentó Del Plata, para ser co-conductor de Guinzburg, pero en América me quisieron mantener en el multimedio. Así apareció la chance de La Red".
-¿Es decir que no estás en coproducción?
-Mi productor es Gabriel Hochbaum. No quise negociar.
-¿Por qué?
-Porque no entiendo de negocios. Sólo sé hacer periodismo, me ocupo de buscar información y preparar programas. Cuando me muevo de eso no sé si me lo creen. No me sale lo del mercader, por eso busco quién me lo haga. Zapatero a tus zapatos.
-¿Cómo hacés para salir al aire?
-Me armaron un estudio especial, al lado del decorado de la televisión. Me cambio, me saco el maquillaje, y salgo al aire con el programa empezado unos diez o cinco minutos.
-La base es la información de espectáculos.
-Sí, con mucho humor. Con varios personajes como el "Bichito de luz", que es un coreógrafo que los conoce a todos y habla con la impunidad de que nadie sabe su nombre. Además están los reportajes. En fin, por suerte, una hora nos queda chica.
-Vos sos de los pocos que reivindican el chimento.
-Sí, porque es el átomo de la información. Una noticia no nace pura, sino en un chimento. La labor del periodista es ampliarlo, chequearlo y confirmarlo, o desmentirlo. La renuncia de un presidente nunca nace como información. Al principio es un rumor, un chimento. El problema del género es que está bastardeado.
-¿Por quién?
-Por modelos que no saben ni cómo se llaman, gente que no es del palo, que no tiene que ver con el periodismo, sin estudios. Hay más operaciones de prensa porque no hay periodistas de raíz que desmenucen la información. Todo pasa por la estética y no saben producir una nota.
-Ustedes tienen a Cabak.
-Pero él siempre supo que no debía asignarse el rol de periodista. Es conductor. En eso está muy bien y no la juega de otra cosa.
-¿El chimento se volvió más laboral? ¿Queda poco del clásico, el de la vida personal?
-Eso pasa porque los nuevos creen que periodismo se hace sólo con el personaje a favor. Que si alguien te da vuelta la cara o te niega una nota, quedaste afuera. A mí me presionan y me amenazan todo el tiempo (por cuestiones más serias) y no por eso voy a dejar de contar. No importa si por un chimento me niegan notas, invitaciones o no me mandan más una gacetilla.
-¿La farándula tomó los métodos de Maradona?
-Sí. Es el "chantaje mediático": Si no me jugás a favor, me tenés en contra. No me importa, aunque haya gente que trabaja conmigo que se aterra. Fijate que, aún en el disgusto, tanto Soldán como Rímolo, me buscaron como fuente de información. Porque si no mentís, a la larga está bien. Peor es manipular la información para beneficiar supuestamente a un personaje.
-¿Es muy diferente la farándula de hoy de la de los ´80 (Carlín, Susana, Darín, Moria, Olmedo...)?
-Sí, porque el país no es el mismo. En esa época la noche era más abierta, con sitios comunes, y hábitos mucho más sanos. Ahora hay guetos, clanes o cofradías, en los que si tocás a uno te ganás la enemistad de los otros veinte. Y no importa si están en diferentes medios, si sienten que uno de ellos es atacado se ponen de acuerdo para rodearte la manzana. Eso dificulta el luburo.
-¿Sólo se agrupan por amistad o tienen que ver los representantes de prensa?
-Tienen mucho que ver. Porque alejan al personaje del periodista. En los ochentas estaban Juanito Belmonte y Pepe Parada, que te podían pedir que cuidaras al actor, pero te lo sentaban adelante. Hoy tenés que hablar de tipos que ni conocés. No tenés idea de si tienen buen o mal humor, cómo se visten o qué comen. Todo es a lo lejos y por aproximación.
-¿A la Hollywood?
-Sí. Hoy hay una creencia de que cualquier perejil es una estrella.
-¿Cómo se determina quién es estrella?
-En la gráfica es muy simple. Si ponés un perejil en la tapa y no vendés nada, es una estrellita de cartón.
-¿Quiénes son estrellas de verdad?
-Susana, Mirtha, Moria...
-¿Y de menos de 55?
-Echarri, Facundo Arana (le sacaría el cassette), Nancy Duplaá, Andrea del Boca, Fernando Peña, todos gente con personalidad propia. Y los empresarios, como Suar, Tinelli, Pergolini...
-¿Florencia de la V.?
-Está subiendo en lo artístico, pero fagocitada por el medio. Se convirtió en un cliché, no es ella misma. A mí me gustaba en los monólogos de Canal 9. Fijate que en la revista de Sofovich no es la figura más aplaudida.
-Antes de la devaluación se hablaba de productores independientes ricos y canales que empataban los costos. ¿Cuál es la realidad hoy?
-Si todo sigue igual, tres o cuatro se van a quedar con todo el negocio de la tele.
-¿Las productoras grandes?
-Por encima de ellos hay un poder mayor, me refiero a ellos. Pero no hay tiranías ni imperios que duren mil años. Aparecerá algo que cambie ese statu quo.
-¿Un nuevo medio, de la mano de Internet, por ejemplo?
-Ni la radio ni la tele son los medios definitivos. Internet no está del todo explorada y los medios van a pasar por ahí. No sé cómo será, pero la tecnología va a minar el poder de los empresarios. Por eso me rodeo de gente joven.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica - Buenos Aires
Septiembre de 2004
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