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viernes, 9 de marzo de 2012

Leo Dan: “Recién ahora me permito disfrutar el éxito y la popularidad”



Es una indiscutible leyenda de la música romántica en Latinoamérica. Con sus más de  dos mil canciones compuestas en más de medio siglo de carrera, trascendió las fronteras y conquistó Latinoamérica. El "santiagueño más famoso del mundo" hoy vive en Miami pero viene seguido al país a cantar. Además, la "rompe" en Perú en su debut en radio como conductor. 




 La radio


Hombre de no dormirse en los laureles, sigue probando cosas nuevas. Y le va bien. En Mayo de 2011, hizo su debut en radio. La referencia es para "Leo Dan y sus amigos", un programa que se emite desde Perú por Radio Felicidad (aquí se lo puede escuchar vía Internet en http://www.felicidad.com.pehttp://www.felicidad.com.pe Allí conduce de lunes a viernes de 18 a 19 junto al locutor Hector Felipe. “Nos está yendo muy bien –se enorgullece-. Arrancamos en quinto lugar y ahora vamos primeros. Y toda la emisora creció en audiencia”.
-Es tu primera vez.
-Así es. Y me gustó tanto que ya estoy considerando un montón de ofertas de muchos lugares del mundo que me ofrecen hacer radio. Por el momento tengo contrato firmado con Felicidad por un año más.
-¿Cómo manejás la logística?
-Lo grabo desde el lugar del mundo en el que ande. Y me mantengo en contacto con la radio. Cuando hay una noticia interesante, intervengo a través del teléfono. Es un programa musical pero no se queda en eso. Presento temas nostálgicos de muchos de mis compañeros de ruta, como Leonardo (Favio), Palito (Ortega) o Camilo Sesto. También cuento muchas experiencias y anécdotas de cosas que me tocó vivir con ellos. A veces hago reportajes.
-¿Por qué en Perú?
-Me quieren mucho allá. Hace poco estuve de gira y aproveché para hacer el programa en el estudio. No sabés cómo me rodeaba la gente, los chicos me pedían autógrafos y fotos. Como en mi época de mayor popularidad. ¡Una cosa increíble, hermano! Saboreé el éxito como nunca.
-¿Por qué?
-Porque antes, en vez de disfrutar, me escondían. Me llevaban para un lado y para otro. Recién ahora me permito disfrutar el éxito y la popularidad. Me mezclo con la gente y le hago chistes, eso es genial. La gente me respeta y me quiere. Soy parte de ellos, de sus vidas, porque de alguna manera los acompañé mucho tiempo.


No cualquiera mantiene el cariño de la gente y la vigencia durante cuatro décadas. Hace falta mucho profesionalismo y ese “no se qué” que tienen algunos elegidos. Todo eso vale para Leo Dan, quien el 22 de este mes cumplirá los 70 y sin embargo su carrera mantiene un ritmo que varios jóvenes no podrían. Ahora, por ejemplo, está embarcado en un tour de conciertos que se sabe cuándo empezó pero no cuándo termina porque sigue agregando fechas. Una de ellas lo llevó hasta el Gran Rex, por primera vez: “Arrancó la gira por Argentina, después nos fuimos a Perú, Chile, Miami… Con todo, si bien hace 27 años que vivo en Miami, nunca perdí el contacto. Cada seis meses o un año vuelvo. Depende de la necesidad del criollo que tengo adentro”.
-Poca nostalgia, entonces.
-Gracias a Dios, poca. Además, mi familia viaja a todos lados conmigo, así que no los extraño. Vamos haciendo patria por donde vamos.
-Lo mejor de ambos mundos.
-Amén.


Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Marzo de 2012





Las canciones de siempre

-¿Cómo es tu repertorio en vivo?
-Me encantaría presentar canciones nuevas, aunque el público quiere las de antes. Hace poco estuve en La Rioja y la gente, después del show, me decía: “No sabés lo bien que me pone volver a escuchar esos temas que alguna vez me hicieron soñar”. Por eso no puedo defraudarlos. Pero voy a acomodar las nuevas de tal manera que ni se van a dar cuenta. Como decía Einstein: “Locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener diferentes resultados”.
-Formás parte de la banda de sonido de la vida de mucha gente.
-Claro, por eso mi sonido tiene que ser muy especial. Muchos cantantes que estuvieron un tiempo retirados vuelven con otro sonido y confunden a los que los siguieron toda la vida.
-Pero para eso tenés que mantener el registro de cuando eras joven.
-Gracias a Dios no tengo problemas con la voz. En cuanto me empiece a fallar, me retiro. Hace diez años que no fumo y siete que no pruebo el alcohol. No tomo ni vinagre. Todo eso ayuda.


Autoexilio

-Te fuiste a vivir a Miami.
-Fue hace mucho, cuando todavía tenía pelo. Allá canto poco. Una o dos veces por año. Sí voy seguido a actuar en Nueva York, Boston, New Jersey, Los Angeles y Montreal.
-El circuito latino es muy potente.
-Impresionante. Ellos son los que nos mantienen cuando vamos a países que hablan otro idioma. Están ávidos de artistas en español. Nos agarran como a pollos del día en el mercado. Te preguntan de todo. Cuando fui a Australia, el que me llevó tenía una tienda de discos. Pusieron 200 CDs míos y los vendieron todos. Pidieron dos mil y se agotaron también. Por eso me contrataron. Canté para 7.500 personas. Una locura.
-Se celebra algo más allá de lo artístico, ¿no?
-Sí. Y concurren italianos y hasta angloparlantes, que se arriman para entender el fenómeno. Van algunos con sus parejas locales, que se casaron allá. Con la globalización está todo el mundo enterado, ¿no?
-¿En estos casos la piratería juega a favor?
-Y… sí. Para los que tienen una carrera hecha y convocan público en vivo. Los que recién empiezan tienen que invertir en un disco que no van a vender. Pagar una grabación es caro. La piratería perjudica en que nadie quiere invertir en la música.
-¿Cómo ves a la Argentina vos que podés tomar distancia?
-Con sus altibajos. No entiendo cómo hacen para manejar este país sin que se vea que está bien. No soy experto en estos temas, pero la presidenta debe ser maga.
-¿Por qué?
-Porque no es fácil manejar a 40 millones de argentinos que nos creemos expertos y genios en todo. Hay que felicitarla. Por lo menos se ven muchos coches nuevos. No se entiende cómo funciona, pero funciona.

Hombre trabajando

-Seguís de gira sin parar.
-Todos los días trabajo. En Perú hice seis shows, todos para seis o diez mil personas.
-¿Pensás parar en algún momento?
-Yo quisiera pero mi familia no me deja (risas).
-¿No te quieren ver en tu casa?
-Me dicen que soy más útil afuera que adentro. Lo que cambió es que hago un solo show por día. Si hago dos me canso, tengo problemas. Me tienen que ayudar a subir al escenario y cuando termino me tienen que dar masajes.
-Ojo que le pasa a varios de 30, también.
-Esos están más jodidos que yo. Tengo un hijo de 24 y me dice: “no entiendo cómo mantienes ese ritmo de vida. Con menos yo estoy hecho m…”
-¿Tenés algún secreto?
-Descansar bien. Antes me acostaba a las 4 de la mañana y me levantaba a las 6. Ahora a medianoche tengo un sueño que si no me mandan antes a cantar…
-No me hagan cerrar los festivales…
-Ni borracho. No, no, no. Me sube el azúcar, un desastre. Pero me tienen consideración los organizadores. Igual me hacen trampa. ME dicen: venite a las 10 y media. Y termino cantando después de las 12. Les digo: si no canto alrededor de las 12, ni me contraten.



RECUADRO

Canciones populares

Sus interpretaciones de éxitos como “Estelita", "Libre solterito y sin nadie", "Santiago querido", "Que tiene la niña", "Por un caminito", "Solo una vez", y muchas más le dieron popularidad, discos de oro y atraen multitudes a sus shows.  Sin embargo, no queda ahí. También las grabaron muchos artistas reconocidos, como Café Tacuba, Leonardo Favio, Palito Ortega, José José, Ornella Vanoni, Grupo Garibaldi, Pedro Fernández, María Marta Serra Lima, Olga Guillot, Wilfrido Vargas, Toño Rosario, Los Mirlos, Los Diners, Los Tobas, Los Manseros Santiagueños, entre tantos otros.


Historia de amor

“Si a los 20 ya había triunfado, a los 24 era número uno en todos lados”, recuerda. Sin embargo, corría 1966 y Leo decidió casarse con Marietta Tevez, una modelo y actriz que acababa de ser elegida Miss Mar del Plata. Contra todos los pronósticos, siguen juntos. Tienen cuatro hijos (uno de ellos, Niko, también es cantante), viven en Miami y ella ahora se dedica a las artes plásticas.
-¿Cómo lo lograron?
-Gracias a Jesucristo. Cuando me casé el Señor me llamó, después me tuvo dos años sin trabajar, y me enseñó que no solo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Ella y yo conocimos a Jesús y eso nos ayudó mucho. Tenemos un matrimonio cristiano. Así que aunque no somos millonarios, nos sentimos bendecidos.


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