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domingo, 13 de mayo de 2007

Betty Elizalde: “Las mujeres de los medios hemos involucionado”


A principio de año su nombre sonó fuerte para trabajar en Radio Mitre y hasta se llegó a anunciar. Sin embargo, ella decidió quedarse con “Siempre Betty” (AM 740, lunes a viernes de 14 a 16) en Cooperativa. ¿Los motivos? No renunciar a lo que le da orgullo y placer ni ante la oferta de una emisora líder.
“Considero que si algo me impacta a mí, al oyente le pasará lo mismo. No creo que esto sea un servicio ni que le salvamos la vida a nadie. Es un laburo como cualquier otro”


Los autos y los colectivos rugen y pasan por detrás de nosotros apestando a humo y velocidad, con el telón de fondo de un indiferente Obelisco. Ante ese escenario parece muy difícil encarar una charla sentados a la mesita de un bar en la vereda de Cerrito, en la puerta de Radio Cooperativa. Sin embargo, el talento y el profesionalismo se imponen y la voz llega nítida al micrófono. Con tonos que recorren toda la escala desde la dulzura a la indignación Betty Elizalde habla de “Siempre Betty” y repasa el panorama de las radios. “El programa es una continuidad –confiesa-. Después de tantos años frente al micrófono uno tiene un sello, y el desafío es no repetirse. Mi objetivo es entretenerme. Es mi espacio, lo amo y lo tengo que pasar bien. Estoy muy atenta a lo que pasa y considero que si algo me impacta a mí, al oyente le pasará lo mismo. No creo que esto sea un servicio ni que le salvamos la vida a nadie. Es un laburo como cualquier otro”.
-¿Qué te conmueve?
-Las historias de vida. Tal vez con un músico impresionante sólo podés hablar de sus compactos y de cómo serán sus próximos recitales. Y como no soy jefa de prensa de nadie, prefiero a alguien con menos impacto pero con algo que contar.
-¿Seguís sin leer gacetillas?
-No, ese no es mi negocio. Me llegan miles. Si les importa que promocione un libro, que me lo manden y si me interesa hablo con el autor. Si la radio se convirtió en un espacio para leer gacetillas y hablar de la televisión, está vacía. Cuando venís de un disco y salís con la hora y la temperatura es porque estás en bolas. Durante el programa no me habla la producción, salvo lo necesario, nadie me llama por teléfono y no me saco los auriculares.
-¿Te gustan los oyentes al aire?
-El contestador automático es una herramienta muy interesante, pero se convirtió en un programa en sí mismo, sin contenido la mayoría de las veces pero que usamos porque nos ahorra trabajo de producción. Además, como grandes narcisistas que somos, lo aprovechamos fundamentalmente para masajear el ego de los conductores. No tenemos pudor.
-¿Por qué?
-¡Cómo podemos estar escuchando un mensaje grabado en el que nos dicen que somos los mejores y nos declaran el amor! Algo nos falla. Es de un infantilismo alarmante. Y ojo que suelo caer en esa a veces.
-¿Cómo ves a las mujeres en el medio?
-Hemos involucionado. Hace unos años la figura dominante era la del hombre, pero nosotras co-conducíamos. El eterno femenino, pero por lo menos éramos eso. Hoy se volvieron, en su gran mayoría, una suerte de mujeres fáciles, colocadas en ese lugar por los tipos, para hacerlas víctimas de la broma soez y el chiste fácil. Con supuesto sentido del humor las denigran, les dicen cualquier cosa y las tienen para leer la hora y la temperatura. Por eso estoy contenta con mi lugar.
-En Cooperativa.
-Sí, porque no importa si estoy en una emisora de un millón de oyentes.
-¿Decís que el medio no es importante?
-Desde luego que lo es. El caudal profesional que tengo lo hice a partir de haber trabajado en medios grandes. Pero en esta etapa de mi vida tengo otras cosas. Las minas estamos peor que antes de las luchas feministas.
-Magdalena Ruiz Guiñazú me dijo que no percibe trabas especiales para las mujeres.
-No sé si las hay, es una discusión eterna. Sí está claro que se piensa en masculino. Si arman una programación primero buscan “el” conductor. Está muy arraigado. Estoy de acuerdo en que nadie me regaló nada, la peleé duro y sigo en la lucha. Porque ser independiente y con ideas propias en la producción y la puesta en el aire (que está muy bastardeada en casi todos lados) no es un capital con el que me puedo presentar. Sé que no soy fácil pero tampoco soporto que me un productor me traiga una nota a las cuatro de la tarde que había salido en el diario a la madrugada.
-¿Hay una revalorización de la producción independiente en el periodismo?
-Sí, de hecho yo elegí estar aquí. Este año Radio Mitre me llamó para conducir un programa. Me interesó la propuesta más que la idea de ir a una emisora de alta tecnología. Lo mejor no siempre está en las radios de primera línea.
-¿Por qué se cayó tu pase a Mitre?
-Ya habíamos arreglado la plata y el contrato, pero al final me cambiaron la idea del programa. Entonces hice lo que pocos: aclaré que eso no era para mi. Me decían “es Mitre, ¿te volviste loca?”. Bueno, pues yo soy Betty Elizalde, no me pueden llamar para conducir “Rapidísimo” porque no me sale.
-¿Entonces?
-Es duro tener tu propio espacio sin contactos comerciales ni dinero para desarrollar otras ideas novedosas. No me lamento porque me siento muy digna cuando salgo del estudio. En otras épocas, cuando apagaba la luz de mi cuarto me tapaba la cara con la almohada de la vergüenza que sentía por algo que hice. Ya no. Me siento bien. Claro que no dependo de llevarle el pan a la mesa de mis hijos. Por eso no juzgo a nadie.
-¿Qué escuchás?
-América, porque no me gritan y no hablan de TV. Me gusta la mañana de Victor Hugo, porque buscan desde otro lugar. Y a Chiche (Gelblung), claro, que hace el programa más redondo de la radio. No se casa con la agenda de los diarios y puede estar media hora hablando de las medialunas. Es el que mejor entiende que la radio es información y entretenimiento. (Se ríe) Me enojo cuando maltrata a la Wargon, pero es el juego de ellos.

Gustavo Masutti Llach
Foto: Fabián Ramella

Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina

13 de mayo de 2007

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