Aunque no reniega, el locutor quedó injustamente marcado por el éxito de su programa de TV, “Notijuegos”, en el que se daban los resultados de la Lotería, quiniela, turf y PRODE. Porque él es mucho más que eso y lo demuestra cada mañana con opinión, noticias y buen humor en “Vivamos Juntos Un Gran Día” (Nacional, AM 870, lunes a viernes de 5 a 7), en un horario que impuso con su recordado “Gallo Loco”.
“Se jubiló al antiguo transmisor que tenía casi medio siglo de antigüedad. Hoy podemos competir de igual a igual con las privadas. Se escucha mucho mejor y además están las cuarenta repetidoras en todo el país. Hay pueblos que sólo pueden escuchar esta emisora”.
“Estoy encarando la cuarta temporada en Radio Nacional, con el mismo horario histórico de ‘El Gallo Loco’”, dice Eduardo Colombo y su voz potente retumba en el silencio de su departamento de Barrio Norte. Y agrega: “Estoy más que contento porque me siento muy cómodo y tengo una gran colaboración por parte de la emisora. La gente es extraordinaria y nunca nadie me indicó lo que tenía que decir”.
-¿Mejoraron también en lo técnico, no?
-Sí, ahora estamos en 100 kw y se hizo un gran esfuerzo porque se jubiló al antiguo transmisor que tenía casi medio siglo de antigüedad. Hoy podemos competir de igual a igual con las privadas. Se escucha mucho mejor y además están las cuarenta repetidoras de todo el país. Cuando vas al interior se nota la presencia. Hay pueblos de la Patagonia que sólo pueden escuchar esta emisora.
-¿“Inventaste” el segmento horario?
-Sí, pero los medios nunca lo valorizaron. Ninguna revista tilinga me hizo jamás una nota. Tal vez no me la merezco, pero el programa sí. Teníamos el cuarenta y ocho por ciento de las radios encendidas de ese horario. Ahora están todos de seis a nueve.
-¿Fue intuitivo o hiciste un estudio de mercado?
-Fue un acto de justicia. No me parecía correcto que la gente que se levantaba a la madrugada no tuviera manera de enterarse de lo que pasaba en la calle. Planteamos un programa con el ritmo de las diez de la mañana. Así nació. Después me enteré de que el setenta por ciento de los trabajadores (desde obreros a gerentes) se levanta entre las cinco y las ocho de la mañana.
-Un mercado enorme ¿por qué nunca tuviste publicidad en cantidad?
-Porque las agencias decían que yo tenía el cuarenta por ciento de apenas el veinte por ciento de los receptores encendidos. Nunca entendieron que la atención que te prestan a esa hora es muy superior.
-¿Cómo percibís el panorama del medio?
-La radio fue tal cuando la manejaban los locutores. Son gente preparada para trabajar en eso. Cambió a partir de la flexibilización del menemato y de la llegada de aquellos que tienen mucha prensa por venir de la televisión.
-Primero los corrieron de la TV.
-Sí, hace cuarenta años a nadie se le ocurría poner en pantalla un programa de entretenimientos sin que lo condujera un locutor. Era impensable.
-¿Qué pasó?
-Arribaron nuevas agencias de publicidad con creativos jóvenes que no entendieron esto. Sólo saben de márketing. Entonces en vez de poner a conducir a alguien con título y trayectoria pusieron al que estaba de moda en la tele. Una cara en vez de una voz, salga bien o mal.
-Oscar Gómez Castañón opina que es muy arriesgado poner actores a conducir.
-Seguro. Fijate cómo cambian las programaciones cada temporada, ya no hay envíos longevos como “Rapidísimo”, “La vida y el Canto” o hasta el mismo “Gallo Loco”. Hoy están la modelito o el actor cómico conduciendo. Y es tiempo del periodismo como “primer poder”. Algunos decían que “el locutor sólo sabe leer”. Así empezó el desprestigio de la profesión.
-¿El estar relacionado con los juegos de azar te jugó también en contra?
-Sí. El ejemplo está trillado pero sirve: si tomás whisky en Recoleta “sos un piola que se pone alegre”. Si tomás vino en la Villa 31 “sos un negro borracho”.
-¿Entonces?
-Si jugás a los números o vas al hipódromo sos un burrero o un quinielero, destructor de la familia y vergüenza nacional. Así me discriminan porque si critico a un político me descalifican por ese lado. Yo nací frente al Hipódromo de San Isidro y la gente tapaba los prismáticos con diarios (aunque la imagen de las carreras de caballos esté cambiando).
-No pasa lo mismo con el Casino.
-Exacto, si jugás al póker o a la ruleta sos un vivo. Desde 1985 muestro el turf como una industria. Y el burrero es el que más cuida a los chicos. Tienen sectores para que jueguen, hectáreas de verde y la entrada prohibida a los salones de apuestas a los menores.
-¿Como te afectó la identificación?
-Sólo te doy un ejemplo. Tuve un programa de golf porque entiendo del tema. Cuando terminó, la gente que manejaba los profesionales le pidió a un importante dueño de canales de cable y aire que yo anunciara el ránking. Este hombre me vetó porque tengo “imagen de timba, no de golf” y no me contrató.
-A diferencia de Riverito (Roberto González Rivero), siempre te rebelaste contra el encasillamiento.
-Sí, siempre defendí al hombre de turf y al tipo que juega cincuenta centavitos a un número. Pero también hago programas con opinión. Cuando se fue Héctor Larrea (a El Mundo) pedí a Rivadavia que me ampliaran el horario del Gallo Loco hasta las ocho. No me lo dieron y hoy me reconocen que fue un error, pero que yo todavía no era nadie. La culpa de no estar en los medios es mía porque soy un rebelde.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina
Enero de 2007
Lo escucho en Am 750 a las 4AM, esta bueno el programa.
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