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domingo, 29 de octubre de 2006

Guillermo López (pelado CQC): “Soy un actor que interpreta a un periodista "

En 2003 el “pelado de CQC” debutó en la radio con “Vacaciones pagas” en la radio de Badía de Pinamar, y no paró. Hoy conduce “X tarde” (De 13 a 17 por la X4, FM 104.3) con Belén Badía (la sobrina de Juan Alberto) y B. B. Sanzo.
“Estoy muy agradecido con Mario Pergolini por la oportunidad que me dio cuando me aparecí en la puerta de la Rock & Pop y no me conocía nadie. Mientras tenga lugar en 4 Cabezas, no me muevo. Ese es un código de Ramos Mejía”.



Sus primeras apariciones en los medios datan de 2003, cuando hacía bolos televisivos en “La banda del Golden Rocket”, “Montaña Rusa” o “Los Buscas”. Para vivir animaba eventos sociales, presentaba productos para empresas y hasta trabajó dos años como clown en el Circo de la Costa. Pero su vida dio un vuelco cuando se paró frente a Mario Pergolini y sin tapujos le pidió trabajo. Así se convirtió en notero de “CQC” (“Caiga Quien Caiga”) y a partir de esa exposición televisiva Guillermo López consiguió un lugar en las radios. “X tarde tiene una buena mezcla de condimentos –asegura-. Hay humor, noticias, reportajes y me acompaña B.B. Sanzo, por lo tanto la música siempre está bien vendida. A él no le gusta que le digan que es un prócer de la radio porque da viejo, pero tiene 19 años de carrera ininterrumpidos. Es muy laburador y respetuoso”.
-¿Por qué dejaste el horario de la mañana?
-Era agotador levantarse temprano cuando a veces me acostaba muy tarde por una nota de “CQC”. Ahora tengo horarios más razonables, empiezo a las 13 y después sigo adelante si tengo que hacer algo para la tele.
-Entonces es bueno tener en los dos lados el mismo jefe (Pergolini manda en 4 Cabezas, la productora dueña de la FM X4 y “CQC”).
-Fundamental. Sólo podría hacer radio en la productora 4 Cabezas porque por obligaciones con CQC a veces me tengo que ir antes o llegar más tarde. En otra empresa podría generar conflictos.
-¿Contra quiénes compiten?
-Con Matías Martin, mi compañero Juan Di Natale y no sé mucho más porque no le presto tanta atención al target. Acá llama gente de todas las edades. Mi personaje de CQC también es el más amplio.
-Y el menos odiado porque te volcaste al espectáculo o color.
-Puede ser. Cuando cubro política o fútbol suelo ser bien tratado y me aprovecho de eso. Desde un lugar simpático puedo decir barbaridades.
-¿Por ejemplo?
-Con Susana Giménez tengo buena onda y le hablé del Photoshop, le llevé una balanza y una caja de chocolates vacía. Creo que a ella la divierte más eso que si vas a preguntarle de una manera obsecuente qué comió con Rama. Ella está más allá del bien y del mal.
-Vos venís de otro palo. Estudiaste cuatro años con Agustín Alezzo.
-Sí, soy un actor que interpreta el papel de un periodista. Me parece que conseguí oficio porque hace cinco años que hago notas. Pero no me considero igual que alguien que estudió o tiene ganado su lugar. Sería irrespetuoso.
-¿Entonces?
-CQC es un lugar excelente para hacer humor.
-¿Para dónde va tu carrera?
-La conducción es muy interesante. La formación actoral te da un “bonus track” ahí.
-¿Como Julián Weich?
-Algo así. Dice lo mismo que yo y no debe ser casual que nacimos el mismo día.
-No del mismo año.
-Yo tengo 37 y él 40. El tiene más pelo y yo más altura, podemos competir.
-¿Es verdad que sos una especie de ídolo entre tus amigos de Ramos Mejía?
-Valoran mucho el que desde que estoy en la tele siempre menciono al barrio. Araceli y yo somos “los chicos de Ramos” pero hay otros: Gasalla, Pinky, Badía...
-¿Tenés un bar ahí?
-Es un buen momento para aclararlo: no. Son dos locales de un amigo mío. No tengo nada que ver, no veo ni un peso. A pesar de que a partir de una receta mía en la carta están las “Papas Pelado CQC”.
-¿Te cambió algo ser una celebridad?
-Un poco. Antes, discutir en el supermercado con tu chica del momento sobre qué lata ibas a llevar, era algo normal. Ahora me estoy fijando si me miran.
-¿Cómo el Gran Hermano?
-No, porque esos son un grupo de pibes que no hacen nada. Sus conflictos pasaban por quién había apretado la pasta de dientes o quién ordeñó mal a la vaca.
-Lo dije pensando en el libro de Orwell.
-Ah, claro. Desde que estoy en la tele me siento más expuesto. Y eso aumento desde que pasamos a Telefe. Tengo diez o doce charlas por día con gente que no conozco sobre temas cotidianos: en la estación de servicio, en el lavadero... Eso está bueno.
-¿No te la creíste?
-No creo. Porque esto me llegó a los 32, después de diez años de remarla. Por lo tanto, en algún punto todavía pienso que me voy a despertar. Tal vez a un chico de 20 se le vuelan un poco los pájaros si te paran por la calle para decirte que sos un fenómeno. Si te das cuenta de que eso es mentira, no cambiás.
-Sin embargo, sabés que ya no es lo mismo. Si termina CQC no tenés que remarla de la misma manera.
-No, y por eso estoy tan agradecido con Mario Pergolini por la oportunidad que me dio cuando me aparecí en la puerta de la Rock & Pop y no me conocía nadie. Pensá que si yo tengo 10 conversaciones por día, él tiene 200. No me olvido, y por más que me sigan haciendo propuestas seguiré respondiendo lo mismo: Mientras tenga lugar en 4 Cabezas, no me muevo. Ese es un código de Ramos (sonríe).
-¿Es un tiro por elevación para alguien que estuvo en tu lugar?
-No, no. Para nada.

Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Octubre de 2006

Horacio Embón: “A la mañana todos te leen el diario"


Quien alguna vez fue conocido como “el periodista mimo” lleva adelante “El francotirador” (lunes a viernes de 7 a 9, 2X4, FM 92.7, la de la Ciudad de Buenos Aires), un segmento de noticias, opinión y reportajes en una emisora que se especializa en la música ciudadana.


Cada frase llega rematada por su correspondiente gesto. Enfatiza sus dichos con movimientos de manos y contorsiones de la cara. Ahora mueve los dedos como si tocara el piano, pronto agitará los brazos como un molino y más tarde se acariciará la pera hasta encontrar una respuesta esquiva. Junto con la opinión y la seriedad, esa costumbre es una de las marcas distintivas de Horacio Embón. La única que se pierde en la radio pero aflora en la charla franca.
-¿Te condiciona en algo estar en una emisora musical y del Estado?
-Nada. Nunca. Tampoco en lo político a pesar de que pertenece a un gobierno municipal. Siempre tuve libertad, con o sin Ibarra, antes y después de Cromañón, con o sin internas. Hago mis columnas sin censura. Nadie me llama para decirme lo que tengo que decir o callar.
-¿Y en lo artístico?
-Desde que estoy la radio pasó por varias etapas. Desde un gran torrente de vanguardia hasta una primacía de los años ’40, y en algún momento hubo una mixtura entre las dos. La música me gusta mucho, pero no puedo opinar porque en la 2X4 ya hay especialistas que se dedican a eso. Puedo sugerir algo y lo hago, aunque en definitiva el que le impone el sello final es el oyente.
-¿Cómo es esa audiencia?
-Cuando empezamos era grande, en edad. Hoy los números indican que se capturó a un segmento importante de nuevas generaciones, más allá de la gente que va a milonguear o escucha tango. A eso hay que sumarle una opinión actualizada y la participación activa de los oyentes. En mi programa se les abre el micrófono y salen sin red.
-¿Qué piden?
-Tango clásicos del ’30, ’40 y ’50. El tango fusión no me gusta, pero tiene muchos seguidores. Debo abrir el juego porque esta radio es muy democrática, incluso en eso.
-Quedan cada vez menos lugares para ser empleado en el periodismo, ¿no?
-Tal cual. Esta gestión de la radio decidió no tener más coproducciones. Cada uno gana sus honorarios. Por un lado está bien porque no tenés auspicios que te condicionen. Todos los días me siento frente al micrófono con la responsabilidad de estar a la altura de lo que demandan los oyentes. Si consideran que no lo logro tienen unas cuantas ofertas en el dial.
-Vos tuviste tu productora...
-Sí, un fracaso absoluto. En lo comercial, desde ya, y en lo artístico porque se me veía resentido a partir de que la mayor parte del día estaba buscando financiación. Claro, necesitaba que un fulano me auspiciara. Ese fulano era una empresa y después, por cada peso que me ponía, recibía veinte llamados para reportear a alguien de su compañía.
-¿Perdiste plata?
-Empaté. No le debo plata a nadie, pero todo lo que entró salió para pagar eso.
-Tenés una competencia feroz a esa hora.
-Cada uno hace su negocio y yo vengo a hacer mi laburo. A algunos les pagan más y a otros menos, y hay quienes son más escuchados que otros. A veces vengo a la radio en taxi y no todos sintonizan lo mismo. Tenés a los que siguen a Pettinato o a Paluch. Aunque parezca mentira algunos ponen a Longobardi. Otros a Majul o música clásica, pero también son muchos los que escuchan la 2X4.
-Te agrego a López, Magdalena, Nelson Castro, Vernaci y Laje. ¿A quiénes escucharías?
-Para que me lean el diario al aire, a ninguno. Todos lo hacen a la mañana y le ponen su personalidad. Te puede gustar o no, pero no rompen la agenda del día.
-¿Lo hacen por costos o desidia?
-Es viejísimo. Un vicio de las producciones radiales. Ni siquiera leen todo. Por ejemplo, Crónica la semana pasada tocó el tema de la huelga de hambre de los presos y nadie lo levantó. Claro, tampoco puedo ignorar que un avión se “comió” un edificio en Nueva York. Esto lo aprendí trabajando en agencias de noticias y en los diarios.
-¿No es más caro tener agenda propia?
-No siempre. Hay conductores que ganan fortunas y tienen tipos que les marcan los diarios. No te cuesta nada leer. Hacen falta productores y, con todo el respeto que me merecen, no pasantes.
-Cambiando de tema, sos padre reciente.
-Sí, ahora tengo a Carolina de 29, Romina de 28, Pablo de 5 y Joaquín de 9 meses.
-¿Dormís?
-Casi nada. Anoche nos acostamos tarde; Joaquín tomó la última mamadera a las diez y se la volví a dar a las tres menos cuarto. Está bien. Soy un señor grande, a punto de cumplir 54, soy lindo y tengo ganas (sonríe). Me encanta mirar la vida desde este punto de vista y reaprender todo el tiempo. Eso es bárbaro.
-¿Alguna de tus hijas sigue tus pasos?
-Romina estudió producción de cine y tele, y trabajó de eso. A Pablito lo traje a la radio la semana pasada porque, si bien conocía el estudio, nunca había venido a la mañana. ¿Sabés lo que hizo a las seis de la mañana? Se puso a marcarme los diarios...




Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
29 de octubre de 2006

domingo, 22 de octubre de 2006

Mex Urtizberea: “Nuestro humor es como el jazz”


Con esta frase el actor, músico y periodista define su estilo a la hora de buscar las sonrisas del público en “Lo que el aire se llevó” (Mitre, AM 790, lunes a viernes desde la medianoche hasta las dos), donde tiene como columnista a su padre Raúl. “No hay muchos cómicos radiales en general. Ojalá aparezcan nuevos. Tampoco sketches, porque lleva mucho laburo armarlos. Nosotros producimos el programa dos horas antes de salir al aire, y no todos pueden hacerlo”.



Arrancó con la carga de un apellido de la nobleza de los medios y en pocos años enhebró una carrera propia llena de puntos altos: “Cha cha cha”, “Magazine For Fai”, “Medios locos” o “Kermex” en TV; y “Panic attack” o “Tarde piaste” en radio. Al punto que casi quince años después de su debut en pantalla, Ignacio Joaquín “Mex” Urtizberea pasó a ser el jefe de su padre Raúl, el recordado “Abogado del diablo”, en su envío de la medianoche de Mitre. “Hace más o menos un mes –repasa- dejé de aparecer en el programa de Lalo Mir (‘Animados’) porque voy a debutar con ‘Mañana vemos’, por canal 7 (un magazine de servicios y humor, en las mañanas del canal estatal). ‘Lo que aire se llevó’ empezó como una suerte de TVR radial, cortando audios de todas las emisoras y comentándolos. Iba sólo los viernes, pero no pudimos sostenerlo porque requería un equipo de producción muy grande y no daban los costos”.
-¿Cómo es hoy?
-Está más volcado hacia lo periodístico pero a la larga desemboca en situaciones humorísticas. Se toma una noticia y a partir de los personajes de Marcelo Chirinos (con los guiones de Carlitos Santos y Gerardo Delelisi) nos reímos un poco.
-¿Vos jugás personajes? -Casi no. Apenas uno, un profesor chanta de taller literario.
-Tu papá forma parte del elenco. ¿Es la primera vez que trabajan juntos? -Alguna vez lo hicimos en FM San Isidro. Es raro porque no lo propuse yo. Surgió de las autoridades de la radio y a mí me encantó, por supuesto. El tiene una columna en la que cuenta cómo eran ciertas cosas en el pasado y la gente se engancha mucho con eso.
-Además, sos su jefe. -Es curioso, al principio lo hablé con él porque le debía resultar extraño estar “sometido” por su hijo cuando siempre fue conductor de sus propios programas. Me dijo que estaba muy feliz. Además, me respeta mucho como profesional. Todo bien.
-¿Escuchás la competencia? -No. Sé que Pinky está en la Diez entrevistando médicos y cosas por el estilo. A Dolina lo sigo desde que estaba en El Mundo, me parece un genio y tiene su público.
-¿La audiencia la peleás con la FM?
-Por estilo, seguramente sí. Somos un producto nuevo, que vamos creciendo de a poco, gracias a la potencia boca en boca. Pero en radio todo es mucho más lento.
-¿Tenés la presión de ser chispeante todo el tiempo? -Antes me pasaba, pero ya no tanto. A veces siento que un día no estoy bien, pero a la gente igual todo le parece bárbaro. Con el fan no hay problemas. Tampoco confío ciegamente en la inspiración. Gran parte del programa está guionado, o al menos, pautado.
-Pero con un margen importante de improvisación.
-Sí. Algo parecido hacíamos en “Cha cha cha”. A nuestra manera de hacer humor la comparo con el jazz: Hay una melodía de base, sobre eso se puede volar creativamente, pero siempre volviendo al eje.
-Sin embargo, ustedes dependen de una explosión, de la carcajada. -Es verdad. No obstante, cuando tenés buenos instrumentistas, siempre alguno te salva.
-¿Quiénes te hacen reír en radio? -Los personajes de Fernando Peña son geniales. Me divierten Daniel .Dreizik, Gillespi y los tres grandes imitadores: Tarico, Bilyk y Rolo Villar. Lo de Bobby Flores es atractivo, aunque le sacamos a Gerardo Delelisi para la tele.
-¿Pergolini? -Es muy bueno periodísticamente, es irreverente e insolente, pero no me hace gracia como cómico. Sus radioteatros me parecen antiguos y adolescentes. Y ellos ya están grandes para eso. Igual es un capo, eh.
-¿Mactas y Hanglin? -Sí, “El gato y el zorro” es muy gracioso.
-Pettinatto. -Es un showman, me gusta lo que hace en la tele. Debe estar muy bien pero nunca lo escuché porque está muy temprano.
-¿Tortonese y la Negra Vernaci? -Ahhh, eso es maravilloso. Siempre que puedo los sintonizo. No hay muchos cómicos radiales en general. Ojalá aparezcan nuevos.
-Hay más conductores que se hacen los graciosos que humoristas. -Es que no hay sketches porque lleva mucho laburo armarlos. Nosotros producimos el programa dos horas antes de salir al aire, y no todos pueden hacerlo.
-El oyente de Mitre es muy fiel ¿no? -Sí, se pone la camiseta. Se fanatiza.

Gustavo Masutti Llach Revista Ahora - Diario Crónica- Buenos Aires Octubre de 2006

Gisela Marziotta: "No me arrepiento de nada"

Así se afirma la periodista y licenciada en ciencias políticas a la hora de revisar su carrera profesional. Hoy conduce "Así me gusta" (Mega, FM 98.3, lunes a viernes de 18 a 20) junto a Daniel Tognetti y María Cecilia Bazán, un programa de "juegos, con la participación del público", con un estilo diferente al que se le conocía hasta ahora. Además, editó un libro y lo está adaptando para llevarlo al teatro.
"Todo se fue conjugando para encontrarme ahora haciendo esto. Laboralmente estoy feliz y en lo personal, muy enamorada de Ramiro, el cantante de Pier"


Está desconocida en "Así me gusta". Porque la historia mediática de Gisela Marziotta incluye el análisis político con Mariano Grondona, la nota costumbrista con Jorge Lanata, la ironía junto a Adolfo Castelo o en los frustrados "Circo Criollo" (con Nico Repetto) y "SI:2"; y el sarcasmo junto a Roberto Pettinatto y en "Hechiceras". Por eso es novedoso escucharla en su versión relajada y fresca en las tardes de La Mega, más parecida a la que pintó en su libro "Contrato de señoritas: ni putas ni sumisas", que asegura que tiene un cincuenta por ciento de autobiográfico. "El nombre del programa está muy bien elegido porque disfruto mucho hacerlo -asegura-. Nos divertimos. Lo definen los juegos y los oyentes. Además, es la primera vez que tengo tanta consciencia del público. La Mega cuida mucho esto".
-Nunca estuviste tan "fresca" al aire. No te peleás con nadie, ni hacés reflexiones elaboradas como en casi toda tu carrera.
-Es verdad, la paso bien. Tiene que ver con momentos en la vida. Ahora no tengo ganas de discutir ni de criticar. Estoy contenta.
-¿Son vacaciones de la Marziotta que estuvo con Lanata, Castelo, Grondona y hasta Pettinatto?
-No, porque estar al aire es una gran responsabilidad. Al contrario.
-No dije eso. Hablaba de tu perfil más polémico.
-Encontré un lugar nuevo que me gusta mucho. Me divierto y me siento muy cómoda en esta faceta. Ojalá pudiera seguir laburando de pasarla bien al aire.
-¿Lo personal acompaña?
-Seguro. Estoy mucho más relajada. Más serena, tranquila... grande. Por algo pasa en este momento y no antes.
-Lo pregunto porque la vida te dio un par de golpes (entre otras cosas, perdió un embarazo).
-Sí, y fueron más que importantes. Pero me parece que todo se fue conjugando para encontrarme ahora haciendo esto. Laboralmente estoy feliz y en lo personal, muy enamorada.
-¿De quién?
-De Ramiro, el cantante del grupo de rock Pier. No me ves en lugares públicos, aunque tampoco lo ocultamos.
-¿La radio tuvo que ver en ese romance?
-Sí, porque nos conocimos en una disquería, medio de casualidad, pero después vino como invitado al programa. Nos pasamos los teléfonos y “sarasarasa”. Así empezó todo.
-¿Sos de plantearte para dónde va tu carrera?
-No. Ni pienso en eso. Hago lo que me va haciendo bien en el momento. Ante las ofertas, apuesto por aquellas que me suman desde lo profesional pero que también me permiten conocerme mejor. Así voy explorando facetas mías que de otra manera permanecerían ocultas.
-Ser versátil juega a favor o en contra. Por un lado te ofrecen más variedad de trabajo, pero no te terminás de instalar en ningún lado.
-Es cierto, pero no me asusta. Sé que manejarme como lo hago me da inestabilidad. Sin embargo, también es probable que todavía no haya podido encontrar un lugar en el que me sienta totalmente identificada en lo profesional para quedarme.
-¿Y cómo analizás tu trayectoria?
-No me arrepiento de nada de lo que hice. Volvería a repetir todo tal cual, porque aprendí muchísimo de cada una de esas experiencias.
-Nunca exhibiste una faceta "rocker". ¿Por qué te convocó Mega?
-No sé, habría que preguntarle a Riky (Ricardo Valdez, director de la FM), que fue quien pensó en mi. Sobre todo porque me buscaron en ese rol que definís como "relajado". De este modo, el que quedó como "experto" es Daniel Carlos (Tognetti), que tiene un bagaje informativo mayor sobre música. Los tres estamos muy integrados, porque María Cecilia Bazán también está muy bien. Me parece que "se armó".
-¿Contra quiénes compiten?
-No lo tengo tan claro. Y en algún punto no es tan importante, porque el oyente de Mega es un fan. Me di cuenta enseguida porque cuando estás afuera de esta radio no tenés manera de notarlo. Desde adentro te impresiona cómo se ponen la camiseta.
-Y eso que estuviste en Del Plata, cuyo público tiene una fama parecida.
-Sí, pero nada que ver. El oyente de Del Plata va y viene, siguen más a los programas que a la sintonía. En Mega es todo más homogéneo, compacto. Y el feedback con ellos es tremendo. Te mandan mensajes o llaman tipos que hacen referencias al programa de Rozín o el de Beto Casella, y eso pasa todo el tiempo.
-¿Cómo son?
-Es tan amplio el target... Se comunican los chicos de 12 y sus abuelos. De San Isidro y de La Matanza.
-¿Te piden autógrafos por la calle?
-La verdad que no. Supongo que eso te pasa si lo buscás, no sé, a mi no. Por suerte. Porque soy un poco fóbica cuando se me acerca gente que no conozco. Aunque no por eso me encierro.
-¿Y por qué elegiste la tele, entonces?
-Porque se fue dando, fue divertido y la pasaba bien. Es como todo, hay una vida más allá de los medios.
-¿Volverías a la TV?
-No, estoy bien así. Aunque no lo descarto, ya rechacé alguna oferta que no me entusiasmaba (me la reservo).
-¿Escuchás radio?
-Sí, Amadeus. La sintonizo en casa para desconectarme y es clave a la hora de ponerme a escribir.
-¿Vas a adaptar el libro para el teatro?
-Sí. Si llego en término tendría que estrenar la obra en enero en una sala de Buenos Aires que ya está conversada.

Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Cronica
Buenos Aires - Argentina
Octubre de 2006