domingo, 7 de noviembre de 2004
Marcelo Simón: "Una vez Romay me ofreció hacer una radio sólo de tango y folclore y como un boludo dije que no".
La charla empieza en su más que austera oficina del edificio histórico de Maipú 555 y termina en -al decir de Marcelo Simón- "uno de esos viejos bares regenteados por griegos que rodean la emisora". El director de la FM 98.7 La Folclórica, de Radio Nacional habla "largo" y todo el tiempo juguetea con una pipa que sólo encenderá una vez para un par de chupadas. "Durante el gobierno de Duhalde -recuerda- ocupé cargos un poco más incómodos, como la intervención del Sistema Nacional de Medios Públicos, que incluía Radio Nacional, Canal 7 y Télam. Todos lo días rogaba que me sacaran de ahí, porque no tenía ni vocación ni talento para eso. Encima, con líos gremiales (los gremios del canal y la radio, son extraños, no son los naturales, herencia de la época del correo) y con ustedes los periodistas, que son bastante quilomberos".
-Es que si no fiscalizamos nosotros...
-Sí, tenés razón. Como sea, me ganaba unos dolores de cabeza infernales. Generosamente, esta administración me preguntó adónde quería ir y elegí acá. En un año pusimos la radio primera entre los medios oficiales.
-En 2002 hiciste unas declaraciones espantosas.
-Sí, me acuerdo. Lo que pasó fue que no eran públicas. Estaba amoscado porque venía de echar al director de canal 7 y me habían invitado a dar una charla en el SAT (Sindicato Argentino de Televisión). Sin saber de qué iba, me largué a decir que no había visto que se debatiera en ningún foro el papel de los comunicadores independientes en los medios públicos (por entonces todos los programas eran coproducciones). Me parecía obsceno que sólo podía contratar a Federico Luppi si se traía sus avisos. Yo viví módicamente, pero muchos años del estado. Hoy nadie me contrataría porque no sé vender publicidad.
-Dolina es uno de los que se quejó de esto.
-Con toda razón. Si a él lo llevé yo y tenía un programa maravilloso. Me da vergüenza. Le prometieron que iban a juntar publicidad y no hicieron nada. Como cobran sueldo no les importa un carajo. Le tendrían que haber puesto publicidad oficial, por lo menos. Durante el mundial de fútbol llegó publicidad por un millón ochocientos mil pesos. Y cuando terminó el campeonato, nos reclamaron un porcentaje por publicidad que no vendieron.
-Aquella vez dijiste que "eras un inútil más", y que "los medios públicos estaban condenados a desaparecer".
-Sí, pero creo que fui el único que se fue bien del cargo, felicitado por el síndico, un hombre del Opus Dei, muy duro. Fijate: el tipo yo que había echado tenía cinco secretarias, una de ellas abogada. No se puede así. No digo echar, pero sí distribuir mejor la gente que está al pedo (sólo eché tres personas en dos años). Me metí en ese lío. Eso lo dije en un ámbito exclusivo de empleados del estado. Se paró una señora y me dijo: "esto es una provocación" y otro: "¿por qué no se va?". Ahí me desbarranqué y ellos hicieron públicas las declaraciones. Eran dichos pésimos, en un contexto de mierda.
-Una especie de Torcuato Di Tella.
-Algo así. Tiene razón porque ningún gobierno le da bola a la cultura. La diferencia es que él es un auténtico provocador y yo no lo dije públicamente.
-¿Cómo está la cuestión gremial en la radio?
-No hay problemas. Como te dije, los gremios no son los que encontrás en otras emisoras. Sí te puedo decir que los salarios están muy deprimidos. El que maneja todos los contenidos de la Folclórica gana 800 pesos por mes. Y eso que mide más que la AM.
-¿Y vos?
-Yo gano 2.000 pesos. El salario más bajo de mi vida. Como animador, en el '99 ganaba 4.000.
-En la radio dicen que ganás 14.000.
-Es interesante ese monto, para mí es una novedad. Los gremios de acá son muy cagones. No me merecen ningún respeto. Los del canal son jodidos, pero dicen la verdad, van de frente y dan la cara. Cuando era interventor ganaba 3.000 pesos. Tuve que enfrentar un juicio y el abogado me cobraba diez lucas. Le exigí al estado que me defienda, y fue la única manera. Nunca más aceptaría un cargo público de ese estilo.
-¿Por qué lo aceptaste?
-Porque me sentí honrado. Al comienzo era un desafío, a lo mejor cualquiera de nosotros lo hubiera hecho. Pero era un incordio, sobre todo en el gobierno de Duahalde. Hoy tal vez sea más fácil.
-¿Cuáles son las líneas artísticas que rigen la Folclórica?
-Usamos el folclore como herramienta para interpretar la realidad. Porque aquí es un género que tiene entidad comercial autónoma. Algo impensable en Francia, Italia o Alemania. Son pocos los países con gente que compra un disco de folclore por mes. Ese es nuestro público.
-Es una radio musical.
-Sí, no queremos hacer periodismo clásico. Aspiro a que el setenta y cinco por ciento de la programación sea música. El resto, referencias musicales y didáctica. Pero, por sobre todo, entretenimiento. Hay muchos micros y separadores.
-¿Quiénes suenan?
-Tenés a los pasatistas como Luciano Pereyra, Soledad o Los Nocheros, pero también a los que tienen contenido como Alberto Merlo o Teresa Parodi.
-¿Cuál es el límite de la programación musical? ¿Suena rock fusion como el de Divididos o Cuarteto?
-Poco, porque el oyente de esta radio es conservador en ese sentido.
-¿Por qué acá no es negocio el folclore como en Estados Unidos?
-No sé. Discos se venden, el problema es que las agencias no publicitan.
-¿Tilinguería?
-Exacto. Creo que pasa más por la estupidez que por una estrategia globalizadora. Es la misma gente que habla con palabras en inglés y dan una imagen patética. Una vez Romay me ofreció hacer una radio sólo de tango y folclore y como un boludo dije que no. Porque había hablado con los anunciantes, y me habían dicho que aunque la pusiera primera, no me iban a dar avisos. Pero después tenés a Landricina, Facundo Saravia, Soledad o Los Nocheros llenos de sponsors. Muy raro.
Gustavo Masutti Lach
Revista Ahora- Diario Cronica
Buenos Aires - Argentina
Foto: La Nación
Noviembre de 2004
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