Veterano en las lides de trasnochar (lleva casi quince años en diferentes emisoras), el tanguero Jorge Bocacci arremete cada madrugada en "Bocacci: Música y noticias" (Mitre, AM 790, lunes a viernes de 1 a 5,30 junto a Fabrizio López y la operación técnica de Marcelo Nelli, Juan Carlos Pitman, Eduardo Seidedos y Diego Roldán). Pero no es el de siempre. "No soy el clásico Bocacci -confiesa-, aunque la esencia y la estructura se mantienen. Además, el porcentaje de tangos sigue siendo alto".
-¿Qué cambió?
-Agregamos la difusión de la música folclórica, latinoamericana, latina y boleros, que a la gente del tango le pega bien. En cuanto al formato, hay mucha más información, lectura de los titulares de los diarios, desarrollo de algunas noticias y hasta me engancho a hacer comentarios de tipo editorial. También hay participación de los oyentes, cuyos mensajes salen al aire. Además estoy más gracioso. ¡Si hasta cuento chistes! Descubrí que lo que más celebra la gente es cuando me tiento de risa.
-¿Cuánto tuvo que ver Fabrizio López?
-Mucho, porque me sacó el smoking y el almidón. El es un compañero al que descubrí en Mitre. Tiene una frescura juvenil y una espontaneidad que me encantan. Porque ante cualquier impronta mía él la toma y la convierte en una situación risueña. Esto es muy difícil de lograr en ese horario tan complicado.
-¿Qué particularidad tiene el oyente de madrugada?
-Que es muy fiel. No te abandona fácilmente, escucha todo y con mucha atención. Y guay de que te equivoques en un dato histórico, geográfico o musical, porque ya está llamando para corregirte. En el silencio de la noche se escucha hasta la respiración del locutor. La vorágine del día no te lo permite.
-¿El público de programas de tango es en su mayoría masculino?
-No. Aunque es un poco difícil de decir porque las que llaman por teléfono son las mujeres (setenta por ciento). El hombre llama por un homenaje o para averiguar algo. Ellas te hacen compañía o te mandan saludos, son más afectuosas. Quizás ahora que agregamos lo romántico hayamos engrosado el público femenino.
-Con ese clima intimo de madrugada, y teniendo en cuenta que te escucha mucha gente sola, ¿se enamoró alguna oyente de tu voz?
(Enrojece)-Y... a veces uno advierte en los llamados o en alguna carta esa inclinación. No sé si por la voz sino porque me tienen visto. A Fabrizio, por su voz varonil, se le suman muchas chicas. Más que a mí, que ya conocen mi perfil.
-¿Nunca tuviste un romance con una oyente?
-A ver, a ver...
-Si tenés que pensar tanto...
-La verdad es que nunca lo busqué. Siempre traté de separar los temas. Uno tiene ese prejuicio de que hay que respetar al oyente en todo. Tal vez en los bailes (donde es presentador) era diferente, porque el trato era directo.
-Cambiando de tema. ¿Hasta cuando tenés contrato?
-Se renueva automáticamente cada tres meses. En estos dos años y medio fue así y mi termómetro dice que no tendré problemas en el futuro, porque el programa suena. Está mal que lo diga, pero donde voy encuentro a mis oyentes. No me sorprende, por la calidad de la emisora y por la continuidad de lo mío. Si hasta nos escuchan en China, por Internet (me mandaron varios e-mail), porque en todo el mundo buscan el tango con desesperación.
-¿El tango tiene apoyo oficial?
-No. En el país del tango no tiene un programa en TV abierta. En la ciudad del tango no hay un local bailable en la emblemática calle Corrientes. Cuando presenté a Cacho Castaña en el Gran Rex, dije: "Bienvenido el tango a la calle Corrientes" y me aplaudieron a rabiar. Pensar que hasta no hace mucho había cien palcos en los que se cruzaban Troilo con Di Sarli, De Angelis con Tanturi y Fresedo con Pugliese. Tampoco se enseña en las escuelas. El estado no apoya. Hay algunas intenciones de la Secretaría de Cultura para apoyar jóvenes valores, pero una flor no hace primavera. Debería ser un movimiento firme.
-En su momento se había anunciado que se lo iba a explotar turísticamente.
-Se hizo algo en París, pero lo habrán disfrutado los franceses, los argentinos que están allá o los que pueden viajar. Es acá donde hay que apoyar y contagiar a la juventud. Desde la televisión a los espectáculos callejeros. Con nivel y más allá de la moda de los turistas que vienen a bailar. Igual, no pierdo la fe en que alguna vez se apoye a nuestra música. Porque un país que descuida sus raíces culturales no tiene un futuro serio.
-¿Alguna vez te consultó alguna administración a vos o a tus colegas?
-Jamás. Por mi experiencia radial se sabe que soy un tipo que entiende del tema, pero nunca fui un referente de consulta. Debe ser porque soy popular. Y los comunicadores tenemos mucho para aportar en cuanto a cómo formar un movimiento nacional de protección de nuestra cultura musical. Hay que llegarle al joven igual que lo hacen con las canciones de otras latitudes. Con difusión se puede lograr. Hoy, para escuchar un tango en la radio tenés que esperar a la madrugada. Y yo a la tarde tuve un éxito enorme en Radio Argentina, por ejemplo. Iba primero por encima de Cacho Fontana. Eso se podría repetir en cualquier momento.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Agosto de 2003
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