Aunque tienen una basta trayectoria como columnistas, "Malasentendidas" (lunes a viernes a la medianoche, por Del Plata, AM 1030) es la primera experiencia como conductoras de las periodistas Silvia Itkin y Maria Iribarren. Apoyadas por la locución de Luis Salerno y la producción de Deborah Gorritz y Laura Cukierman, las chicas consiguen hacer un programa de espectáculos y cultura que suena diferente.
-¿El título del programa las define?
(MI)-Tiene su cuota de cinismo. Es un juego de palabras sugerido por un amigo, que nos conoce y refleja el clima de las charlas que solemos tener fuera de micrófono. Sabíamos que si lográbamos llevar ese estilo al aire, tendríamos un programa interesante.
(SI)-También hace referencia a las opiniones cruzadas que a veces tenemos sobre un mismo show. Hay una broma con eso en el título.
-No es común escuchar críticas como las de ustedes. Fundamentadas y duras.
(MI)-No nos queremos pelear con nadie. Sólo aportar nuestra mirada. Eso no significa "matar" a nadie ni que tengamos la verdad.
(SI)-Si ocupás un espacio de comentarista, es obligatorio decir si una película te pareció buena o mala y por qué. La opinión debe trascender el gusto personal, pero tiene nuestra impronta.
-¿Qué importancia tiene la independencia a la hora de opinar?
(SI)-Yo dependo de mi trabajo.
(MI)-Yo de mi neurosis (risas).
(SI)-Tenemos un productor comercial, que compró el espacio en Del Plata, y nos paga.
-Pero no es un canal o una productora de las top.
(SI)-Tienen algunos programas de bajo perfil en la TV. Como sea. Lo importante es que no sentimos la obligación de decir cosas que van en contra de lo que pensamos.
-¿Criticaron programas de su productora?
(SI)-Sí, y en todos los casos comentamos lo que nos parecía, sin condicionamientos.
-No hay chimentos en "Malasentendidas". ¿Es una postura estética, ideológica...?
(MI)-El programa se define por lo que tiene y por lo que le falta. No nos interesa la vida privada de la gente. Hay mucho para hablar sin necesidad de caer en quién se acuesta con quién.
-¿Se reconocen colegas de quienes hacen programas de chimentos?
(SI)-Soy colega de todos los que ejercen el periodismo. Sí me reconozco diferente en el producto.
-¿Qué reacción tuvieron los criticados?
(MI)-En la medida en que des tu opinión y la fundamentes, que no descalifiques sino que bases un juicio estético en parámetros objetivos (no el "me gustó o no me gustó"), no hay problemas. De hecho, no recibimos ninguna queja. Si hasta se lo decimos en los reportajes.
-¿Les pasó?
(MI)-A Claudia Fontán le comentamos al aire que no nos había gustado su película, y no se enojó.
(SI)-Desde luego, podemos ser irónicas, pero en los reportajes radiales debe privar la amabilidad. No el cholulismo, que se entienda, pero para que una entrevista rinda periodísticamente, debe haber buen clima.
(MI)-Tanto productores como actores y directores han sido muy generosos con nosotras. Nadie se negó a hablar y eso es un reconocimiento.
-¿Escuchan radio?
(SI)-Escuchaba más cuando viajaba en auto más seguido. Me gusta Lalo Mir (a la mañana y a la tarde), a veces pongo a Ibarra y no mucho más. Y hago zapping.
(MI)-A la mañana a Mario (Pergolini) y muchos programas de música. En general, si no pongo a la Rock & Pop es Aspen.
-¿Y a la competencia?
(SI)-No, porque estamos trabajando.
-Muy diplomático.
(SI)-Pero cierto. Además los conocemos, pero no grabamos a Dolina o a Laura Ubfal para ver en qué andan. Dolina me gustaba en los ochentas pero admiro a los que tienen voluntad de cambio y él está haciendo lo mismo. Laura es una tipa que hace mucho que está en el medio y su programa tiene un formato y una actitud diferente al nuestro. No tengo más para decir. En Radio Diez no sé que hay.
(MI)-Bueno, por principio, Radio Diez no la escucho. Y si el taxista la tiene tiene puesta, le pido que la apague o me bajo.
(SI)-A mí me divierte Chiche Gelblung.
(MI)-Nada. En cambio, a mí me gusta Dolina y que a lo largo del tiempo haya creado una marca. También que sus códigos con el público no necesiten ser explicados. Y, con la misma estructura, se renueva todos los días.
(SI)-Ahí tenés las diferencias de criterio que hablamos al principio.
-¿Les llegaron las planillas de rating?
(SI)-Las estamos buscando. Nos chimentaron que estamos bien ubicadas. En la general, Del Plata estaba séptima y ahora va quinta.
(MI)-De todos modos, las planillas de radio llegan con dos meses de atraso y no son muy determinantes.
-Sin las planillas, ¿cómo testean al programa?
(SI)-Estamos bien con la cantidad y la calidad de los anunciantes. Si tenés una producción independiente es importante, porque implica la continuidad al aire. Además, en la dinámica diaria del trabajo, aprendés a percibir cómo funcionan las cosas. A veces no tiene que ver con una planilla de rating o una tanda, sino por el reconocimiento de los pares y de los actores.
(MI)-Hay una sección,"La Trivia", en la que hacemos una pregunta y la gente gana premios. Ahí llegan muchos llamados de oyentes. A mi me sorprende la devolución de los colegas porque en este medio nadie te regala nada.
-¿Son socias de APTRA?
-No.
-¿Qué opinan de la institución?
(MI)-No sé en qué momento empezó a tener una política confusa. Me refiero al sistema de adjudicación de la transmisión, y a los ganadores de los Martín Fierro. Se hicieron públicos sus problemas financieros y no sé hasta qué punto quedaron saldados. No en el sentido de que hayan sacado del medio a los que pudieron haber metido "la mano en la lata", o cobrado "sobres bajo la mesa" sino que, como institución, había que asumir públicamente que esto ocurrió, anunciar las medidas para que no ocurra de nuevo y todo el mundo tranquilo. Con respecto a los premiados, hay una pereza de APTRA para discutir los rubros y para votar a los premiados. En las ternas estamos todos de acuerdo, pero al final gana "lo más fácil", siempre los mismos.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Agosto de 2003
jueves, 28 de agosto de 2003
viernes, 22 de agosto de 2003
Ari Paluch: "Estoy mejor pago acá que en la televisión"
lunes, 4 de agosto de 2003
Jorge Bocacci: "Me escuchan hasta en China"
Veterano en las lides de trasnochar (lleva casi quince años en diferentes emisoras), el tanguero Jorge Bocacci arremete cada madrugada en "Bocacci: Música y noticias" (Mitre, AM 790, lunes a viernes de 1 a 5,30 junto a Fabrizio López y la operación técnica de Marcelo Nelli, Juan Carlos Pitman, Eduardo Seidedos y Diego Roldán). Pero no es el de siempre. "No soy el clásico Bocacci -confiesa-, aunque la esencia y la estructura se mantienen. Además, el porcentaje de tangos sigue siendo alto".
-¿Qué cambió?
-Agregamos la difusión de la música folclórica, latinoamericana, latina y boleros, que a la gente del tango le pega bien. En cuanto al formato, hay mucha más información, lectura de los titulares de los diarios, desarrollo de algunas noticias y hasta me engancho a hacer comentarios de tipo editorial. También hay participación de los oyentes, cuyos mensajes salen al aire. Además estoy más gracioso. ¡Si hasta cuento chistes! Descubrí que lo que más celebra la gente es cuando me tiento de risa.
-¿Cuánto tuvo que ver Fabrizio López?
-Mucho, porque me sacó el smoking y el almidón. El es un compañero al que descubrí en Mitre. Tiene una frescura juvenil y una espontaneidad que me encantan. Porque ante cualquier impronta mía él la toma y la convierte en una situación risueña. Esto es muy difícil de lograr en ese horario tan complicado.
-¿Qué particularidad tiene el oyente de madrugada?
-Que es muy fiel. No te abandona fácilmente, escucha todo y con mucha atención. Y guay de que te equivoques en un dato histórico, geográfico o musical, porque ya está llamando para corregirte. En el silencio de la noche se escucha hasta la respiración del locutor. La vorágine del día no te lo permite.
-¿El público de programas de tango es en su mayoría masculino?
-No. Aunque es un poco difícil de decir porque las que llaman por teléfono son las mujeres (setenta por ciento). El hombre llama por un homenaje o para averiguar algo. Ellas te hacen compañía o te mandan saludos, son más afectuosas. Quizás ahora que agregamos lo romántico hayamos engrosado el público femenino.
-Con ese clima intimo de madrugada, y teniendo en cuenta que te escucha mucha gente sola, ¿se enamoró alguna oyente de tu voz?
(Enrojece)-Y... a veces uno advierte en los llamados o en alguna carta esa inclinación. No sé si por la voz sino porque me tienen visto. A Fabrizio, por su voz varonil, se le suman muchas chicas. Más que a mí, que ya conocen mi perfil.
-¿Nunca tuviste un romance con una oyente?
-A ver, a ver...
-Si tenés que pensar tanto...
-La verdad es que nunca lo busqué. Siempre traté de separar los temas. Uno tiene ese prejuicio de que hay que respetar al oyente en todo. Tal vez en los bailes (donde es presentador) era diferente, porque el trato era directo.
-Cambiando de tema. ¿Hasta cuando tenés contrato?
-Se renueva automáticamente cada tres meses. En estos dos años y medio fue así y mi termómetro dice que no tendré problemas en el futuro, porque el programa suena. Está mal que lo diga, pero donde voy encuentro a mis oyentes. No me sorprende, por la calidad de la emisora y por la continuidad de lo mío. Si hasta nos escuchan en China, por Internet (me mandaron varios e-mail), porque en todo el mundo buscan el tango con desesperación.
-¿El tango tiene apoyo oficial?
-No. En el país del tango no tiene un programa en TV abierta. En la ciudad del tango no hay un local bailable en la emblemática calle Corrientes. Cuando presenté a Cacho Castaña en el Gran Rex, dije: "Bienvenido el tango a la calle Corrientes" y me aplaudieron a rabiar. Pensar que hasta no hace mucho había cien palcos en los que se cruzaban Troilo con Di Sarli, De Angelis con Tanturi y Fresedo con Pugliese. Tampoco se enseña en las escuelas. El estado no apoya. Hay algunas intenciones de la Secretaría de Cultura para apoyar jóvenes valores, pero una flor no hace primavera. Debería ser un movimiento firme.
-En su momento se había anunciado que se lo iba a explotar turísticamente.
-Se hizo algo en París, pero lo habrán disfrutado los franceses, los argentinos que están allá o los que pueden viajar. Es acá donde hay que apoyar y contagiar a la juventud. Desde la televisión a los espectáculos callejeros. Con nivel y más allá de la moda de los turistas que vienen a bailar. Igual, no pierdo la fe en que alguna vez se apoye a nuestra música. Porque un país que descuida sus raíces culturales no tiene un futuro serio.
-¿Alguna vez te consultó alguna administración a vos o a tus colegas?
-Jamás. Por mi experiencia radial se sabe que soy un tipo que entiende del tema, pero nunca fui un referente de consulta. Debe ser porque soy popular. Y los comunicadores tenemos mucho para aportar en cuanto a cómo formar un movimiento nacional de protección de nuestra cultura musical. Hay que llegarle al joven igual que lo hacen con las canciones de otras latitudes. Con difusión se puede lograr. Hoy, para escuchar un tango en la radio tenés que esperar a la madrugada. Y yo a la tarde tuve un éxito enorme en Radio Argentina, por ejemplo. Iba primero por encima de Cacho Fontana. Eso se podría repetir en cualquier momento.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Agosto de 2003
-¿Qué cambió?
-Agregamos la difusión de la música folclórica, latinoamericana, latina y boleros, que a la gente del tango le pega bien. En cuanto al formato, hay mucha más información, lectura de los titulares de los diarios, desarrollo de algunas noticias y hasta me engancho a hacer comentarios de tipo editorial. También hay participación de los oyentes, cuyos mensajes salen al aire. Además estoy más gracioso. ¡Si hasta cuento chistes! Descubrí que lo que más celebra la gente es cuando me tiento de risa.
-¿Cuánto tuvo que ver Fabrizio López?
-Mucho, porque me sacó el smoking y el almidón. El es un compañero al que descubrí en Mitre. Tiene una frescura juvenil y una espontaneidad que me encantan. Porque ante cualquier impronta mía él la toma y la convierte en una situación risueña. Esto es muy difícil de lograr en ese horario tan complicado.
-¿Qué particularidad tiene el oyente de madrugada?
-Que es muy fiel. No te abandona fácilmente, escucha todo y con mucha atención. Y guay de que te equivoques en un dato histórico, geográfico o musical, porque ya está llamando para corregirte. En el silencio de la noche se escucha hasta la respiración del locutor. La vorágine del día no te lo permite.
-¿El público de programas de tango es en su mayoría masculino?
-No. Aunque es un poco difícil de decir porque las que llaman por teléfono son las mujeres (setenta por ciento). El hombre llama por un homenaje o para averiguar algo. Ellas te hacen compañía o te mandan saludos, son más afectuosas. Quizás ahora que agregamos lo romántico hayamos engrosado el público femenino.
-Con ese clima intimo de madrugada, y teniendo en cuenta que te escucha mucha gente sola, ¿se enamoró alguna oyente de tu voz?
(Enrojece)-Y... a veces uno advierte en los llamados o en alguna carta esa inclinación. No sé si por la voz sino porque me tienen visto. A Fabrizio, por su voz varonil, se le suman muchas chicas. Más que a mí, que ya conocen mi perfil.
-¿Nunca tuviste un romance con una oyente?
-A ver, a ver...
-Si tenés que pensar tanto...
-La verdad es que nunca lo busqué. Siempre traté de separar los temas. Uno tiene ese prejuicio de que hay que respetar al oyente en todo. Tal vez en los bailes (donde es presentador) era diferente, porque el trato era directo.
-Cambiando de tema. ¿Hasta cuando tenés contrato?
-Se renueva automáticamente cada tres meses. En estos dos años y medio fue así y mi termómetro dice que no tendré problemas en el futuro, porque el programa suena. Está mal que lo diga, pero donde voy encuentro a mis oyentes. No me sorprende, por la calidad de la emisora y por la continuidad de lo mío. Si hasta nos escuchan en China, por Internet (me mandaron varios e-mail), porque en todo el mundo buscan el tango con desesperación.
-¿El tango tiene apoyo oficial?
-No. En el país del tango no tiene un programa en TV abierta. En la ciudad del tango no hay un local bailable en la emblemática calle Corrientes. Cuando presenté a Cacho Castaña en el Gran Rex, dije: "Bienvenido el tango a la calle Corrientes" y me aplaudieron a rabiar. Pensar que hasta no hace mucho había cien palcos en los que se cruzaban Troilo con Di Sarli, De Angelis con Tanturi y Fresedo con Pugliese. Tampoco se enseña en las escuelas. El estado no apoya. Hay algunas intenciones de la Secretaría de Cultura para apoyar jóvenes valores, pero una flor no hace primavera. Debería ser un movimiento firme.
-En su momento se había anunciado que se lo iba a explotar turísticamente.
-Se hizo algo en París, pero lo habrán disfrutado los franceses, los argentinos que están allá o los que pueden viajar. Es acá donde hay que apoyar y contagiar a la juventud. Desde la televisión a los espectáculos callejeros. Con nivel y más allá de la moda de los turistas que vienen a bailar. Igual, no pierdo la fe en que alguna vez se apoye a nuestra música. Porque un país que descuida sus raíces culturales no tiene un futuro serio.
-¿Alguna vez te consultó alguna administración a vos o a tus colegas?
-Jamás. Por mi experiencia radial se sabe que soy un tipo que entiende del tema, pero nunca fui un referente de consulta. Debe ser porque soy popular. Y los comunicadores tenemos mucho para aportar en cuanto a cómo formar un movimiento nacional de protección de nuestra cultura musical. Hay que llegarle al joven igual que lo hacen con las canciones de otras latitudes. Con difusión se puede lograr. Hoy, para escuchar un tango en la radio tenés que esperar a la madrugada. Y yo a la tarde tuve un éxito enorme en Radio Argentina, por ejemplo. Iba primero por encima de Cacho Fontana. Eso se podría repetir en cualquier momento.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Agosto de 2003
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