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jueves, 27 de marzo de 2003
Juan Di Natale: Todos los conductores de las radios importantes estuvieron o están en TV"
Por la ventana del estudio de la Rock & Pop (FM 95.9) se ve cómo el gris y el celeste pelean en el cielo de Colegiales. El conductor de "Day Tripper" (lunes a viernes de 13 a 17), "Inrocks & Pop" (viernes de 23 a 2) y, por la tele, de "Caiga Quien Caiga", Juan Di Natale, mira a lo lejos y se relaja. "Está bueno tener contacto con el exterior -reflexiona-. Y no es frente al público, como en la Diez, donde te debés sentir como un animal del Zoo", completa, sin sarcasmo a la vista.
-¿Por qué no terminaste ni la carrera de Letras ni la de periodismo?
-Me gustaba escribir, la literatura, aunque después no escribí demasiado. Me faltaba realmente poco para terminar Letras, más o menos un año. Pero no tenía ganas de ponerme las pilas porque no sentía que el título me aportara nada valioso. Tal vez más adelante me arrepienta, hasta ahora no pasó. Periodismo cursé apenas seis meses.
-Llegaste a la radio de la mano de Pergolini.
-Sí, con él estábamos (junto a Leo Fernández) en "La TV ataca". Empezamos como noteros con algunos móviles medio falsos.
-Pronto tuviste tu propio programa.
-"Se nos viene la noche", con Leo y Tuqui, que tuvo varios cambios de staff. En este horario debe hacer diez años que me estabilicé. Y desde 1998, cuando se incorporaron Diego Della Sala y Fabio Alberti, pasamos a ser "Day Tripper".
-¿Vas a renovar contrato para la temporada que viene?
-Supongo, todavía no se habló. Ahora debo estar con el contrato vencido desde hace un año y pico. No quiere decir que los acuerdos de palabra sean "de fierro", pero hasta ahora no tuve problemas. Aunque tengo una gran relación con Quique Prozen (director de la radio) y no me parece que vaya a haber problemas.
-¿Cómo evitás que "te coma" la rutina?
-Después de tanto tiempo en el mismo horario, la dinámica del trabajo cotidiano hace que un día sea más divertido que otros, que a veces estés más dramático o gracioso. Es casi imposible guionar cuatro horas todos los días. Es cuestión de predisponerte de la mejor manera, pero el oyente, que te tiene al lado todo el tiempo, en su fidelidad, se da cuenta de todo. De si estás bien o mal.
-¿Qué te cambió haber pasado por la TV a la hora de negociar los contratos de radio o de seducir a los oyentes y anunciantes? ¿La pantalla da un estatus superior?
-Ese cambio se empezó a dar hace veinte años, más o menos. Fijate en los conductores de las radios importantes: a todos les conocés la cara. Estuvieron o están en TV. Seguramente ese es un gancho comercial para quienes venden las pautas, aunque no estoy mucho en ese tema. Está claro que a la Rock & Pop le sirve tener a "CQC" ocupándole el horario de 9 a 17 (Pergolini y De la Puente van de 9 a 13). Pero estuve y falté de la tele y la radio funcionó más o menos igual, con una media aceptable. También está el peso propio del medio.
-Se dice que se escucha Rock & Pop y no a sus conductores ¿Es tan así?
-Es y no es así. Es una marca más allá de los conductores y en mi caso fue una ventaja. Así como también recibir la audiencia del programa más escuchado de la radiofonía nacional.
-¿Cómo les va con la competencia?
-No tengo claras las mediciones, pero ahora está muy fuerte y la fidelidad se licuó un poco. Salieron a pelear radios afines como La Metro, La Mega, FM 100, La Hit y Radioshow. Los que escuchan Rock & Pop desde el principio no dudan, pero las generaciones nuevas están más abiertas, los pibes no tienen la camiseta puesta.
-¿No te preocupa el rating?
-Las planillas de radio tienen fluctuaciones más lentas. Recibís datos bimestrales y con un delay (retraso) muy importante. Por eso no podés hacer cambios bruscos y estás obligado a ser intuitivo. Yo opto por hacer lo que el equipo considera lo mejor y aprovechar lo mejor de cada uno.
-¿Escuchás radio?
-Un poco en el auto. Hago zapping entre esta radio, algo de La Metro y tengo algunas AM programadas (Mitre, La Red y la Diez) para estar al tanto de las noticias, sobre todo cuando voy a hacer "CQC". No soy un amante de escucharla.
-No tenés escándalos públicos.
-Como mucha gente. Tengo los escándalos privados, como todo el mundo. No toman notoriedad porque no voy a lugares de exposición pública. Me incomoda, no me gusta ni me interesa participar de ese juego. Debe tener que ver con un afan de protagonismo que no tengo. Me interesa trabajar bien, el cartel no me preocupa.
-Te definiría, como dice Adolfo Castelo, como un "ironista".
-Estoy de acuerdo.
-¿Te sentís presionado para ser gracioso aunque tu perfil no sea de bufón?
-Esa presión está sobre todo en la tele, donde tenés que entretener. En la radio tenés que acompañar no entretener. Entonces lo podés hacer contando algo, haciendo reir o poniendo buena música. Igual, con lo de no ser bufones no estoy muy de acuerdo. Hace un par de semanas nos vestimos de travestis y después de jugadores de fútbol. Todos somos payasos de los medios, de una manera o de otra. Con mayor o menor grado de formalidad (se ríe), me parece que hasta los conductores de noticiero tienen esa veta. Tratamos de no forzarlo.
-¿Guardás chistes para la tele o pensás en compartimientos estancos?
-No pienso demasiado en lo previo a CQC. En las reuniones de trabajo salen cosas, y en el piso estamos pautados y no guionados. Lo más rico se da en la visualización previa de las notas que van al aire. Y me imagino que los lunes y martes la radio debe sevir de termómetro de qué es lo que le importa a la gente. Y hay cosas que se dicen en la radio y se repiten en la tele porque está probado que son buenas.
-¿CQC tiene público cautivo?
-Si tomás las mediciones de audiencia como algo concreto, parece que tenemos un piso de audiencia muy fiel y no importa lo que le pongan enfrente. Por suerte, parece que tantas temporadas al aire te genera seguidores y te vuelven de culto.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora, Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina
Agosto de 2003
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