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jueves, 26 de diciembre de 2002
Gastón Montells - FM La Tribu: "En Cuba las radios del estado las manejan los buenos"
Todo es diferente en La Tribu (FM 88.7). Desde su lógica hasta su aspecto informal. Su director, el joven profesor de la Universidad de Buenos Aires, Gastón Montells, amplía el concepto: "La Tribu es un proyecto comunitario alternativo sin fines de lucro, que trata de funcionar sin reproducir ninguna de las lógicas del sistema capitalista".
-¿Cómo se fundó?
-Nació en 1989 como medio de difusión de las inquietudes de un grupo de docentes y alumnos de la carrera de Comunicación de la UBA pero nunca fue un órgano oficial ni de la facultad ni de ninguna de sus corrientes políticas. Aunque, es justo reconocer que somos anti franjistas y estamos contentos y con mejor diálogo con la actual conducción de izquierda.
-¿Ustedes tratan de demostrar que algo puede funcionar fuera del capitalismo?
-Exactamente. Esa es nuestra elección ideológica cotidiana, expresada desde lo negativo. Porque los proyectos alternativos nacen para construir otra cosa, no sólo como reacción a algo que existe.
-Apuntaba a esto: Están cómodamente instalados en un sistema capitalista, con sus normas, lógica y leyes.
-Sí. La elección de vida no implica que no te veas permanentemente enfrentado a contradicciones, peleas o tensiones que redefinen tu práctica. Eso es bueno porque el movimiento es dinámico y vital. El objetivo es no perder la coherencia.
-¿Cómo se financian?
-Que no haya fines de lucro no implica que no debamos garantizar el funcionamiento del espacio. Hay algunas actividades que son rentadas (el bar, el auditorio, etc.) y eso ayuda. Se vende publicidad y se alquilan algunos espacios. Además, hay mucho trabajo voluntario.
-¿Qué porcentaje de espacios se alquilan?
-Más o menos un cuarenta por ciento son producciones independientes, aunque llevan la misma línea ideológica que el resto.
-¿Qué criterios tienen para elegir la programación?
-La nuestra es una radio de izquierda, en el sentido amplio, con una fuerte vocación por la cultura, la defensa de los derechos humanos, la política y la educación. Hay coproducciones vinculadas con el espacio social que funcionan desde hace muchos años. Así, hay programas de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, de H.I.J.O.S., sobre perspectivas de género, comunidades sexuales y educación. Los que pagan, que son los menos, presentan su propuesta; si encaja, queda. También tenemos mucha presencia en la calle: asambleas, fábricas tomadas o protestas.
-¿Y la música?
-Hay un perfil que incluye un amplio abanico de interpretes. La pregunta que hay que hacerse antes de poner un tema al aire es si a partir de esa canción se puede construir. Priorizamos la producción nacional, el rock, jazz, hip-hop, música electrónica y la música folclórica latinoamericana. La radio busca tener una propuesta musical que no esté marcada por las inclinaciones del mercado. Podemos poner grupos que suenan en otras radios, pero con otras canciones. No pasamos "música comercial". Acá no vas a escuchar a Mambrú o a Bandana no sólo porque ellos no necesitan nuestra difusión, sino porque no es la mirada que nos interesa contar del mundo.
-¿Escuchás radio?
-Mucho a esta, porque además de dirigirla, tiene programas que me gustan. Trato de oir algo de radio de afuera. Hay espacios muy interesantes en México, Uruguay, Chile y Europa, siempre hablando de proyectos similares al nuestro. Me interesa cómo cuentan el mundo. Ah, lógicamente radio cubana.
-Eso únicamente en cassette.
-Por supuesto.
-¿A pesar de que son radios del Estado?
-Bueno (sonríe) pero ahí en el estado están los "buenos".
-¿Y las comerciales de Buenos Aires?
-No. Porque no hay nada que me sorprenda y tengo poco tiempo. Para aplicar a la radio tomo más cosas del diseño gráfico y de la música. De hecho, la Tribu está diseñada desde el graffitti, el arte y el teatro callejero o de las ferias barriales.
-Para terminar. Hablás de "construir" y no de "resistir".
-Porque la resistencia debe ser ofensiva. Una de las líneas claves de nuestra editorial es desnaturalizar los procesos a través de los cuales se construye cierto consenso de garantía de continuidad del sistema. Uno se acostumbra al hambre o a la situación de los jubilados, y cree que debe ser así. Está encarnado. Esa es una de las cosas más eficaces que construyó el menemismo. Quieren que nos limitemos a sobrevivir. Y nos vamos resignando a replegar y resistir antes que a cosntruir. Este es un momento clave para romper ese paradigma y ver qué queremos para nuestra vida en el futuro.
-En el ´93 les tiraron una bomba Molotov.
-Eso nos dejó una huella y nos fortaleció. La gente se solidarizó y se comprometió a partir de eso. Aunque fue lamentable y quedó impune, nos ayudó.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora, Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina
Diciembre de 2002
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