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domingo, 19 de mayo de 2002
Pablo Sirvén: "Llevo la crítica a cuestas del año '91 en la que dije que Tinelli era un 'cucurucho que se iba a derretir'"
Pablo Sirvén se hizo conocido por sus irónicas críticas a programas de televisión y, sobre todo (a su pesar), por las feroces respuestas de los "damnificados". Tras algunas participaciones radiales con Mónica Gutierrez en los 80´y con Luis Majul el año pasado, hoy acompaña a Magdalena Ruiz Guiñazú en "La vuelta con Magdalena" (Mitre, AM 790, lunes a viernes de 18 a 19.30). "La radio es para mí un medio conocido y desconocido al mismo tiempo. Porque si bien trabajo desde hace veintiséis años, mi lugar es la gráfica. Hablo de espectáculos, arte, cultura, medios y televisión con mi estilo. Además, acompaño a Magdalena. Ella es una número uno pero me da espacio para participar y preguntar en los reportajes. Trato de aportar mi mirada sobre la tele y los medios, no concesiva y con un costado filoso".
-¿Cómo les va con la audiencia?
-El programa va segundo (n de la r: detrás de Chiche Gelblung, Radio Diez) y desde febrero, cuando debutó, viene creciendo. A diferencia de los programas de la mañana, trata de ser más relajado aunque no falta la información. Hay más lugar para hablar con escritores, por ejemplo.
-La tarde de la radio siempre fue más liviana en cuanto a figuras. Este año cambió. Se incorporaron Clara Mariño, Mariano Grondona, Ari Paluch, Fernando Bravo y la misma Magdalena.
-La radio es fuerte a la mañana históricamente. Muchas tapas de los diarios se generan en esos programas. En cambio, en los otros horarios, "tiró la toalla" frente a la tele. Creo que ahora apuestan fuerte a la tarde por necesidad.
-¿Comercial?
-Nada rinde como antes. Entonces se sale a explorar otras zonas. En el caso de Magdalena se experimenta con algo probado y exitoso. Además, se justifica porque este es un año con mucha avidez de información. Ella es una marca y de a poco van apareciendo los anunciantes.
-¿Escuchan a la competencia?
-No los grabo. Alguna vez que hubo partido de fútbol escuché a Gelblung y un poquito a Eliaschev y a Paluch. Son todos "grossos" los de nuestro horario.
-¿Qué diferencia tienen con ustedes?
-Magdalena tiene mucha autoridad y a la tarde puede hacer gala de su gran vida cultural.
-Entonces ustedes compiten más con Grondona que con Chiche.
-Chiche es más popular. Magdalena apunta a la clase media y puede virar hacia arriba y abajo con total comodidad.
-¿Cómo te adaptás al medio?
-Me cuesta. Porque como todos los de gráfica que hacen radio me atiborro de material. Pero debo aprender a ser más coloquial y fluido. Estoy haciendo un curso avanzado, al lado de ella.
-¿Si tuvieras que criticar tu salida al aire qué puntaje te ponés?
-¡Qué difícil! Porque no me escucho, salvo algunas notas que tuve que repasar. Debo redondear mejor lo que digo... y tratar de relajarme. Lo puedo hacer mejor.
-Le escapás al puntaje.
-Me pongo tres estrellas haciendo "mula". Porque no tengo distancia.
-¿De qué color es el programa de TV de Majul?
-Está más tranquilo, mejoró el manejo de los tiempos y la puesta es clave. Los periodísticos están más lanzados y él siempre busca el "punch". "Intrusos", "Indomables" o algunas emisiones de "Memoria" tocan más crudamente la cuerda de lo amarillo.
-¿Cómo ves la tele "pesificada"?
-Se avanzó mucho con la tercerización.
-Ahora se funden las productoras y no los canales.
-Es verdad. Pero en su momento ellas los "vampirizaron". Hubo momentos de productoras ricas y canales pobres. La tele tiende a ir a piso, con programas destinados a no durar mucho, salvo que los toque una varita mágica. Tampoco se siembra para el futuro. Si Rodriguez Saa, los encapuchados o los chicos hambrientos dan rating, empiezan a desfilar por todos los programas. "Sálvese quien pueda hoy". Después de todo, ¿por qué la TV debe ser más recta que el resto de la sociedad? Si los que manejan el país no tienen seriedad. Son una banda de remiseros truchos que te asaltan en la Ricchieri.
-¿Cuando criticás y pensás que vendrá la respuesta, cómo hacés para no autocensurarte?
-La escritura se hace en soledad y tiene mucho de ritual y disfrute. Hay que buscar y encontrar un tono. Aunque parezca tonto, "me dejo llevar por la pluma". A veces hago críticas favorables, pero filosas. Es muy fácil provocar a las figuras porque tienen un ego enorme. Aunque ni deberían molestarse. Gerardo Sofovich difunde mis notas a veces un año y medio después.
-No sólo criticás el programa. Podés "matar" programas con mucha audiencia. ¿No es subestimar a ese público?
-Trato de ser objetivo. Hoy soy irónico y no tan "sangriento". Y no me subo al banquito "aristocrático". Si me parece malo y tiene alto rating me resulta interesante descubrir por qué gusta. No soy concesivo, pero trato de despojarme de mis prejuicios. Todavía vivo con la crítica a cuestas del año '91 en la que dije que Tinelli era un "cucurucho que se iba a derretir" por el primer programa de "Ritmo de la Noche". El lo convirtió en un ícono y una batalla mediática perdida por mí. No obstante, el año pasado me senté con él, le pregunté qué le había parecido ese primer programa y me dijo: "una cagada".
Gustavo Masutti Llach Fotos: Marisa Márquez Revista Ahora - Diario Crónica Buenos Aires - Argentina
19 de mayo de 2002
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