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sábado, 22 de julio de 2000

Juan Alberto Mateyko: "Existen temas desesperantes como la agonía o la muerte que no tenés forma de combatirlos"

El año pasado, Juan Alberto Mateyko afirmaba muy entusiasmado que su intención era que el 2000 lo encontrara con menos tiempo frente al micrófono y más como productor. Sin embargo, si bien "Movida 630" se acortó en una hora, aún se puede escuchar al "Muñeco" conducir de lunes a viernes por Rivadavia de 14,00 a 16,00.
-¿Qué pasó?
-Sigo muy entusiasmado con el proyecto de ser productor. Pero después de todo, dos horas por día no me demandan tanto tiempo. Además, el equipo de producción y Rivadavia me apoyan mucho. La radio es un delicioso vicio para mí. Me relaja, me divierte, me enfervoriza y me motiva. Por otra parte, la gente me reconoce mucho y estoy en una emisora con historia.
-¿Cambiaste las prioridades por tu familia?
-Sí. Tengo una gran presión positiva por parte de mi familia. Ellos quieren verme siempre bien. Más que nada mis hijos, que son mi sol. Uno a veces deja ciertas cosas por el camino y después es tarde para volver atrás.
-¿Por ejemplo?
-Parece una obviedad, pero no lo es tanto: tus hijos van a tener un año una vez en la vida, por ejemplo. En este momento ellos están en Miami, de vacaciones. El otro día me llamó mi hija Rosita desde allá y me dijo que me extrañaba. Le contesté que yo también la echaba de menos a ella, a su hermano y a Naaním (su esposa/. Yo en este momento no me puedo tomar un tiempo largo porque estoy en una etapa de definiciones para el programa de radio y televisión del año que viene. Aunque me cueste, debo estar aquí.
-¿Hasta cuándo tenés contrato con Rivadavia?
-Hasta fin de año.
-¿Cómo te fue con lo de producir el recital de Luis Miguel en Montevideo?
-Desde lo artístico muy bien, en lo económico no tanto. Porque Uruguay no es una plaza tan fuerte. A veces uno se equivoca.
-¿Alcanzaste a "empatar" en lo económico?
-No, llegamos a perder. Y no me asusta decirlo porque estaba dentro de los riesgos.
-¿Entonces?
-"Zapatero a tus zapatos". Ahora voy a concentrarme en aquellas cuestiones en las que me siento más cómodo. Y no dar más pasos en falso con actividades que tal vez no son mi fuerte.
-¿Si te salía bien ese negocio, este año hubieras estado menos frente al micrófono como lo planteabas hace un año?
-Claro. Pero por entonces tenía muy poco claro cómo sería mi 2000.
-¿Cómo sería un presente ideal para vos?
-Manejando una radio, produciendo shows, promoviendo y dándole oportunidades a la gente joven.
-A vos se te asocia con la "buena onda" y programas "arriba". ¿Estás conforme?
-Me encanta este estilo. Si no, haría un programa nocturno, más reflexivo y para pasar música. Pero la noche está para descansar. En estos tiempos tan difíciles, porque la gente está lógicamente bajoneada, trato de llevarle un refresco. Sin hacer un circo ni mentir.
-¿Cómo hacés para mantener un programa "arriba" cuando durante el informativo anuncian un aumento del veinte por ciento en los colectivos?
-No estoy ajeno a eso. Sé cómo le afectan a la gente las cuestiones que le tocan al bolsillo. Existen temas desesperantes como la agonía o la muerte que no tenés forma de combatirlos. Salvo esas excepciones, uno debe seguir adelante. Hay un criterio. Si hubo un aumento o una tragedia, no puedo arrancar diciendo que la vida es linda. Tampoco me pongo una coraza y reconozco que esto es lo mío. Yo combino la música con la información y el humor. Pedirme que cambie sería como querer ver a Mercedes Sosa cantando cuartetazos.
-¿Es más difícil mantener tu estilo cuando hay malhumor general?
-Noto que hay fastidio, malhumor y desesperanza en la calle. No positivizo tonta o torpemente sino que realmente quiero tener fe. Necesito tener esperanzas en los que manejan el país: que va a bajar el desempleo, que la economía va a crecer. No busco las buenas noticias pero tampoco las eludo.
-¿Esto es apolítico? Porque no faltará el que te tilde de oficialista...
-Totalmente apolítico. No hay gobierno ni oposición que valga. Si no nos juntamos todos vamos a estar peleando toda la vida. Es como un equipo: si cada uno hace la suya, el conjunto no funciona. No es fácil hacer un programa con este estilo. Pero tampoco es tan complejo, porque tengo una historia, una experiencia y una mecánica que me avalan y me apoyan. También es cierto que no podría hacerlo si no tuviera una genuina esperanza.
-Vuelvo a la pregunta: ¿Es más fácil o más difícil distraer en tiempos de crisis?
-Creo que la gente necesita de nosotros y viceversa. No queremos decir que no pasa nada, sino que vamos a soñar o refrescarnos por dos horas. A pesar, repito, de que la información no es ajena al programa. Y el público sabe que esas noticias que molestan, shockean y enfadan serán tratadas en profundidad por otros programas. Después de mí vienen Antonio Carrizo y Llamas de Madariaga.
-¿Escuchás radio?
-Hago zapping. Me gusta descubrir programas. Eso me sirve también para estar informado y aggiornarme. Hoy la velocidad con que pasa todo es vertiginosa. No quiero vivir con la moda pero tampoco puedo estar desactualizado. Eso vale para la música, la política o los espectáculos. Si no, quedás por el camino. Mal no me ha ido, tengo una gran continuidad de trabajo y en los últimos cuatro años APTRA me premió con el Martín Fierro por el programa de TV.

En un monitor de la radio, donde transcurre la charla, aparece la imagen de Rodrigo. El tema surge por su propia fuerza. "Cuando vino a la Movida había miles de personas -recuerda-. No me quiero colgar de su imagen, soy respetuoso. Simplemente vi el fenómeno desde fines del año pasado, como muchos".
-¿Qué percibiste en sus presentaciones?
-Me impresionó el rebote en la gente. Había excitación, amor, devoción, afecto y familia. En el público se mezclaban chicos y grandes. Se los compró a todos. Lo veía gozar en las entrevistas y no tenía exclusividades. Le gustaba ir a todos los programas y se reía porque había algunos que con él levantaban el rating. Tenía un carisma tan grande...
-¿Había llegado a su techo?
-No creo. Quería parar un poquito, grabar salsa, otros ritmos y en otras latitudes. Era un tipo muy especial. Lamentablemente pasó lo que pasó y yo congelo ahí su imagen. No voy a especular sobre lo que podría haber pasado. Ojalá lo dejen en paz.

Gustavo Masutti Llach  
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina
Julio de 2000



viernes, 14 de julio de 2000

Fernando Peña: "Lo masivo es siempre más demagogo, condescendiente y redituable."

Debutó en la radio a los 8 porque su papá, el recordado periodista deportivo Pepe Peña no lo podía dejar solo, un día lo llevó a Rivadavia y lo hizo salir al aire jugando un personaje. Hoy, a los 36, el actor y piloto frustrado de aviones de línea, Fernando Peña, participa de "Tarde Negra", con Elizabeth Vernaci, de "Animal de radio" con Lalo Mir (ambos por la Rock and Pop/ y tiene dos envíos propios: "El Parquímetro", lunes a viernes de 10,00 a 14,00 en la Metro, FM 95.1 y "La vereda tropical", un extraño programa musical en AM conducido por Milagros López, uno de sus personajes, y en el que pasa boleros "pero que no quiero promocionar, así la gente lo descubre", aclara. Nos recibe en su casa de San Isidro porque fuertes dolores en su rodilla derecha le impiden ir hasta la radio. Aunque la molestia no le reprime su hiperactividad. Mientras habla va y viene. Hace té, ofrece pastafrola, sale al aire por teléfono y habla: "De chico era el nene que hacía quilombo y lo ponían arriba de la mesa para que actúe en las reuniones familiares -recuerda-. Con los personajes logré la liberación de mis esquizofrenias y poder canalizarlas en algo creativo". Entre otros, sus personalidades afloran en Cristina Megahertz, Mario Sabina, Barbara Walters, Delia de Fernández y el político corrupto Arístides Porelorti.
-Tu llegada a la radio es muy particular.
-Sí. Yo era jefe de cabina de una línea aérea y hacía voces y contaba chistes por el altoparlante porque me aburría mucho volar. Lógicamente, con los directivos de la empresa nunca estuvo todo bien. Lalo Mir era uno de los pasajeros, me escuchó y me quiso conocer. De inmediato me dio una tarjeta para hacer algo en la radio. Fui y así empezó todo. Le estoy muy agradecido a la radio.
-¿Por qué?
-Es el único lugar en el que me fue siempre bien. Después me fue mal con las mujeres, con los varones, en hacer tortas, en el trabajo, en matemáticas, deportes, música... en todo.
-¿Pasaste a ganar menos con tu pase a la radio?
(Se espanta)
-Nooooo. Al contrario, los pilotos de línea aérea no ganan nada. Hasta en eso mejoré. Después me sumé a Elizabeth en Horizonte, como Milagros y paralelamente hacía a Porelorti. Y con Ronnie Arias hice algunas cosas en Energy cuando me echaron de Horizonte.
-¿No dabas el "target" de Horizonte, no?
-Más o menos. Fue en una época en que intentaron cambiar la imagen y no le dieron el tiempo de maduración necesario. Encima no querían poner la plata. Si te interesa incorporar a Lalo, Bobby Flores y a Vernaci y no estás dispuesto a pagar un sueldo de nueve lucas vas a fracasar.
-¿Escuchás radio?
-Mucho AM. La primera hora de González Oro por la "10" y a Néstor Ibarra por Mitre, (me encanta por su pulcritud, Oro es lo contrario desde lo ideológico a lo estético) para informarme. Y hago zapping.
-¿Y que opinás de los humoristas radiales?
-Es difícil. No me convence casi ninguno. No me gustan ni Rolo Villar ni el trío Laurel y me divierten algunas cosas de Rubio y Rottemberg, de Mitre. Pero como dicen los ingleses, "no son mi taza de té". En cambio, me encantan Fabio Alberti en la Rock and Pop y Ronnie Arias que está a la tarde en la Metro.
-¿Qué parámetros usás para juzgar a los humoristas?
-Si son o no previsibles. Cuando dos médicos se juntan hablan de una hernia de disco con total naturalidad. A mí me pasa eso con el humor: con el pie, desarrollo y remate de un chiste, por ejemplo. Hay una técnica y es muy difícil hacer reír. Por eso me gustan los artesanales como Alberti. A los otros no voy a decir que no les quito méritos. Si les quito méritos. Se limitan a repetir fórmulas para la mediocre ama de casa que se ríe de cualquier boludez. Fuera de la radio, me hacen reír Tortonese, Capuzzoto, Vanesa Miller y Urdapilleta.
-¿Es más difícil que alguien como vos se lleve un premio como esos humoristas que no te gustan?
-Sí, porque no soy masivo. Lo masivo es siempre más demagogo, condescendiente y redituable.
-¿Por qué no hacés algo masivo, entonces?
-Porque no estoy cómodo. No puedo hacer algo en lo que me siento un idiota o me da vergüenza. Como los chistes feministas y machistas, por ejemplo, que son algo que detesto.
-¿Cuál es el límite?
-Lo que encaro me tiene que hacer feliz. Pasa por la seguridad y el amor propio. Todos vemos las cosas diferente.
-Sos muy frontal.
-Sí, me parece más fácil.
-¿Te parece que asumir que sos gay, por ejemplo, te facilita la vida?
-Lógicamente hay cosas más conflictivas que otras. De chico fui mentiroso y me fue de mal... A los 14 me metía en unos guisos que después no podía dormir de la angustia. Mentí hasta los 21 y un día dije basta. Como no tengo grises, no miento más aunque me traiga problemas.
-¿Qué buscabas mintiendo?
-Hacer ver mi vida más interesante. Como si fuera una obra de arte, un libro. No quería herir a nadie. Este laburo me ayudó mucho.
-Ahora decís verdades sin que te las pregunten...
-Es una cuestión de fidelidad. En el 2000 hay más sinceridad pero menos profundidad. Y como odio los sobreentendidos... Muchos me dijeron que no venía al caso decir que soy gay. Sí viene. Porque si no, no me conocen a fondo. Yo tengo 2.000 personas que me siguen a muerte, aunque me escuchen muchos más. Por respeto a ellos tengo que hacerlo, más allá de que al resto le parezca chabacano. Uno es egoísta y se basa en sus valores. Soy muy liberal mientras se sigan mis patrones.
-Decías que fuiste un chico con problemas.
-Sí, era y soy muy ciclotímico. Tomo pastillas para mantenerme estable desde los nueve años. Es muy molesto.
-¿Qué tipo de problemas?
-Serios. Escribía la pared, lloraba, me hacía pis y caca en la cama, revoleaba el plato de comida, robaba, mentía, escuchaba la voz de mi abuela muerta y tenía visiones. A los 9 años hacía rituales con cuchillos en mi pieza jugando a que me mataba y casi mato a mi mamá del susto. Uno de esos problemas era que a los 8 ya era gay.
-¿Lo tenías tan claro a esa edad?
-Sí. Mi mamá me agarró con un compañero de colegio y se asustó: "¿Qué hacés?" "Nada, estoy tocándolo". Para mí era normal.
-¿Cómo te llevabas con tu papá?
-Bárbaro, porque éramos parecidos. Siempre me llevé mal con mi hermano y mi mamá porque son muy retorcidos y sin sentido del humor. A veces íbamos en dos autos porque mi papá tenía el raye de que no nos quería matar a todos en un accidente.
-¿Harías TV?
-No lucho activamente por eso. Si viene una oferta se verá.

Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica - Buenos Aires
Julio de 2000

miércoles, 5 de julio de 2000

Fernando Bravo: "Soy un locutor curioso, no un periodista".


Sin dudas, Fernando Bravo es un verdadero hombre de radio. Tiene sobre sus hombros 33 años en este medio y sigue sin perder vigencia. Desde hace seis conduce "Bravo 1030", de lunes a viernes de 9,00 a 13,00 por Del Plata, AM 1030. "En 1967 salí al aire por primera vez -recuerda-. Mientras estudiaba en el Isser, transmitía carreras de auto por Radio Argentina. Más allá de lo técnico no creo que el espíritu de la radio haya cambiado demasiado en estas tres décadas".
-¿Pero cuáles son las diferencias más visibles?
-Está mucho más metida en la piel y la entraña de la gente. Hoy tiene una penetración mucho mayor. Antes el aparato de radio estaba ahí y se lo veía como un espectáculo. Hoy se integró a la vida de la gente. Algo que no logra la TV, que se mantiene distante.
-¿Son más fieles los oyentes que los televidentes?
-Sin duda, el público de radio tiene una relación de pertenencia. La gente me dice que "la acompaño toda la mañana", por ejemplo.
-¿Por que se da?
-Porque la radio tiene una gran nobleza, va en vivo, es confiable y no distorsiona los mensajes.
-¿No perdió terreno ante los canales de noticias?
-Es cierto, le salió un competidor en la inmediatez. No obstante, prefiero seguir algunos episodios por la radio. Hay lugares a los que todavía llega primero.
-¿La radio tendrá que volcarse más a acompañar al oyente y menos a competir con la TV?
-Dependerá de las elecciones de cada emisora. Después adaptarán su infraestructura. Si ponen más móviles o humoristas, por ejemplo.
-¿En ese contexto cómo se ubica "Bravo 1030"?
-En un puesto intermedio. En Del Plata no tenemos muchas posibilidades de competir por las noticias con otras emisoras que apuestan con todo a eso. Eso no quiere decir que en el programa no informemos.
-Pero no tienen primicias.
-No las buscamos. Tampoco hacemos periodismo de investigación. Apuntamos a otro lado porque nos adaptamos a la radio. Elegimos este menú. Otros darán la noticia dos minutos antes. Para nuestros valores no nos importa que nos ganen por dos minutos.
-¿Cómo lo toma la audiencia? Ustedes pivotean entre el cuarto y quinto puesto...
-Las AM tienen una tendencia y hay una sintonía general por radio y no por programa. Nosotros medimos bien, pero la radio tuvo cambios y la audiencia se está reacomodando.
-¿Decís que el oyente "se casa" con una emisora y le guarda fidelidad?
-En AM sí, en FM, no. La audiencia de AM es mucho más estable. Mis hijos adolescentes no sólo escuchan FM sino que hacen zapping todo el tiempo buscando la música que les gusta. Me vuelven loco.
-¿En referencia a esto, creés que se marcha hacia radios cada vez más segmentadas y que apuntan a un oyente preciso, como en Estados Unidos?
-Hoy el oyente está fragmentado en cuanto a su posición económica, política y su edad. Las radios no "piensan" todas igual. En los medios gráficos pasa lo mismo: la gente lee a los que coinciden con sus ideas y valores. Esto tal vez se ve más claro en las FM y su programación musical.
-¿Los directores "bajan línea" o editorializan desde la elección de los conductores de los programas?
-Después de treinta años, el que no sabe quién soy en radio vive en otro país. El que me "compra" a mí, a Alfredo Leuco o a Carlos Ulanovsky -nuestros columnistas- sabe lo que se está llevando, no se va a encontrar con ninguna sorpresa. No nos van a venir a pedir que hagamos una campaña a favor o en contra de alguien. Yo soy dependiente de mi independencia.
-¿La radio es la "Cenicienta" de los holdings de medios?
-Está en un tercer lugar. La TV y la gráfica son más estelares, tienen más vidriera. No obstante, lo que hablábamos de la estabilidad de audiencia les da una tranquilidad a los empresarios. Con todo, yo no me puedo quejar porque siempre fui respaldado. Tanto en la primera etapa en que Del Plata era de La Nación, como después que fue de Eurnekian.
-La radio acaba de pasar a manos de un grupo empresario mexicano que tiene una mayor identificación con las radios. ¿Puede cambiar esa relación?
-No podría ser preciso con eso. Sé que el grupo está muy involucrado con medios en el mundo. Lo que no es bueno es que los empresarios dueños de medios tengan otros intereses o negocios.
-¿Les quita credibilidad?
-Digamos que instala cierto tipo de sospecha de que la radio nunca será ni crítica ni elogiosa en la medida que debe serlo, con el empresario que te tiene contratado, a la hora de opinar sobre sus otros negocios.
-¿Por ejemplo, Eurnekian con los aeropuertos?
-Eurnekian es un hombre de negocios y nosotros nunca tuvimos problemas a pesar de que opinamos sin reparos sobre algunos de sus intereses. También es cierto que el nuestro no es un programa político ni del panorama empresario. Hacemos un magazine en el que una historia de vida nos entusiasma más que la de los altos poderes.
-¿Cómo es tu contrato?
-Soy empleado de la radio y tengo contrato hasta fin de año.
-¿Seguís con los nuevos dueños?
-Tengo entendido que sí. Tengo contrato hasta fin de año y a partir de octubre empezaremos a negociar la renovación. Hoy estoy muy cómodo y me gustaría quedarme.
-¿Los van a "ajustar"?
-Hace poco, con unos colegas hablabamos del "síndrome de diciembre", que era quedarse sin trabajo. Eso se extendió a todo el año. El ajuste ya nos tocó a principios de año.
-¿Producción o sueldos?
-Todo. Era "tómalo o déjalo". No son medios subvencionados por la varita mágica. La oferta y la demanda domina y hoy entra poca plata por publicidad. Tampoco estamos libres de un nuevo ajuste. Ni nosotros ni nadie.
-¿Creés que el mercado de la radio quedará en manos de pocos grupos?
-Espero que no. No sería bueno. Debería haber diez radios en la Capital, todas de diferentes dueños. Sería bueno para el pluralismo y para no extinguir la competencia. Pero el mercado está muy reducido.
-¿Escuchás radio?
-Sí: Betty Elizalde, Rolando Hanglin, Luisa Valmaggia, Pepe Eliaschev, algo de La Red y cada tanto, los panoramas de Mitre.
-¿Quiénes fueron tus referentes?
-Mis modelos fueron Cacho Fontana, Juan Carlos Mareco y Antonio Carrizo, los mismos de mi generación. Ellos se escaparon de la rigidez del locutor tradicional. Ampliaron el horizonte "haciendo de periodistas".
-¿Sos periodista?
-No. Soy un locutor curioso.

Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Julio de 2000

domingo, 2 de julio de 2000

Enrique Szewach: "Los medios se convirtieron en "shoppings" que alquilan espacios"

Economista y ex profesor de economía en la Universidad de Buenos Aires, Enrique Szewach afirma: "No soy un cronista ni un reportero. El periodismo en general siempre lo tomé como un sustituto de la docencia pero para un público diferente, por su formación y su amplitud". Con ese espíritu y un simpático clima bien "arriba" conduce "Aire acondicionado" todas las mañanas (América, AM 1190, lunes a viernes de 9,00 a 11,00]. "Hacemos una revista -describe- que intenta ponerle más énfasis a los temas de economía o política. Sin descuidar los temas tradicionales como espectáculos y deportes. Y está Dalmiro (Saenz), que es Dalmiro. No hay otra forma de definirlo. La idea es subrayar los temas más importantes de la mañana y profundizar, teniendo en cuenta que el grueso de la información ya lo tiraron Marcelo Longobardi y el panorama de América, que me preceden. Nos diferenciamos porque, por lo general, los medios te obligan a la inmediatez y al poco pensar".
-Radio América suele sufrir de bajo rating pero tu programa tiene buena cantidad y calidad de anunciantes.
-El rating en radio es bastante relativo. Porque el grueso de los oyentes están en los autos o con walkmans y por una cuestión de seguridad, no se puede medir. Nadie te para el auto ni baja la ventanilla para contestar una encuesta. Por eso mismo la medidora ni lo intenta. Tampoco hay "people-meeters" que te corren por la calle para encuestarte. Y es paradójico porque la radio es el medio que más creció en los últimos años. Porque la gente está más tiempo en la calle.
-¿Decís que sólo se mide en hogares?
-Claro. Se entregan planillas y se hacen algunas llamadas telefónicas. Tampoco es exacto ya que en una casa suele haber seis radios y cada uno escucha un programa distinto.
-Está muy bien, pero la medición de rating es la referencia más seria para determinar la audiencia. Y están abajo.
-Es cierto. América tiene bajo rating en el share general pero está muy bien en los segmentos. Por ejemplo en ABC 1 (los de mayor poder adquisitivo] está mejor ubicada y nuestro programa más todavía. Son los empresarios o los profesionales. Gente que espera de la radio algo más pensante o elaborado. Ahí tenemos una ventaja competitiva y, por lo tanto, una buena pauta publicitaria. Tal vez un poco larga para el oyente (sonríe).
-¿Ayuda ser economista a la hora de conseguir sponsors importantes?

-No sé. Ayuda que somos responsables de las cosas que decimos. En general hay un trato de la realidad sesgada o superficial. No existe la objetividad pero tratamos de dar un enfoque equilibrado de la realidad.
-La radio cambió de dueño.
-Sí, la compró CIE, un grupo mexicano.
-¿Cambiará algo?
-Hasta ahora tuvimos una sola charla informal con los nuevos directivos. América tiene un formato particular, muy autocontenido y nos dijeron que no piensan hacer grandes cambios. Sospecho que debe estar equilibrada financieramente. Aunque obviamente no tengo los números. Por supuesto, lo que digo no es oficial porque no tuve ninguna reunión en ese carácter.
-Decías que sospechás que la radio tiene sus cuentas equilibradas. ¿Es una "mosca blanca"?
-Efectivamente. El problema principal es que la "torta" publicitaria se achicó sustancialmente por la reseción. En todos los medios.
-Vengo escuchando eso desde hace más de cinco años. ¿Todavía no le encontraron la vuelta?
-Es que también se da otro fenómeno: Las empresas cambiaron su forma de llegar a la gente. Dejaron de hacer publicidad y se están volcando más a las promociones (acción directa o telemárketing).
-¿En radio se siente más?
-Sí. Los planificadores de medios no se ocupan demasiado de la radio. Las agencias pautan poco y mal. Publicitan en los primeros tres programas del rating de AM y FM y nada más. Para lo que sea, no les importa el target. Llegué a escuchar en una radio para adolescentes el anuncio de la moratoria impositiva. Además, una publicidad en radio es muy barata y, como las agencias en muchos casos cobran por porcentaje, optan por la televisión que les deja más ganancia. Con esto me voy a ganar la enemistad de algunas agencias, pero es la verdad (se ríe).
-¿Y cuál es la consecuencia?

-Que los medios, salvo honrosas excepciones, se convirtieron en "shoppings" que alquilan espacios distorsionando el esquema y la ley de radiodifusión. Porque cuando se le da una licencia a alguien es porque está en condiciones de manejar los contenidos de una programación. Con la llegada de capitales extranjeros y la reactivación de la economía, que alguna vez llegará, esto puede cambiar.
-¿Cuál es tu lazo comercial con América?
-Un contrato de coprodución que termina a fin de año. Seguramente en setiembre empezaremos a conversar.
-¿Este esquema se repite en la TV?
-En TV le pagaron mucho a las figuras. Entonces tenés estrellas ricas y canales pobres. O gerentes de programación exitosos porque mantuvieron al frente a la señal pero el canal nunca ganó plata. En una empresa normal los hubieran echado.
-¿Hubo corrupción con la publicidad oficial?
-En un momento fue muy importante económicamente. Y se podía usar para que se hable bien de un funcionario o para que a tal medio le vaya mejor. Y algunas agencias, si "retornaban" un porcentaje para el que pautaba, recibían fondos. Si no, nada. De eso había bastante y sospecho que debe seguir pasando.
-¿Te da "chapa" como economista el tener un progama radial?
-Tengo sentimientos encontrados en ese sentido. Por un lado hay clientes que creen en ese mito que dice: "Si este hombre está en los medios debe saber, o tener acceso a más información". No obstante, en un medio no tenés demasiado tiempo para la exposición. Si no cuidás bien ese detalle, alguno puede pensar: "es un chanta, simplifica demasiado".
-¿Escuchás radio?
-A Marcelo Longobardi, para no pisarme con los temas que tocó él. Cuando termina el programa pongo a Marito Pergolini porque me encantan los micros de Alfredo Rosso y Hernán Arrojo. Y hago zapping.

Gustavo Masutti Llach  
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina
Julio de 2000