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jueves, 12 de abril de 2012

Baby Etchecopar: Después de la tragedia



El actor y conductor volvió a conducir su programa en la medianoche de Radio 10 después de la trágica noche en la que un grupo de delincuentes entró a su casa para robarle. Aquella noche se produjo un tiroteo en el que Baby mató a un ladrón, y él y su hijo recibieron balazos que los dejaron al borde de la muerte.



La larga introducción musical de guitarra acústica y violín se extendía en el tiempo mientras él buscaba ganarle al nudo en la garganta. Con las manos saludó a muchos y amagó varias veces con empezar a hablar. "Buenas noches", dijo al fin Baby Etchecopar y titubeó como nunca en toda su carrera. "Buenas noches", repitió y esta vez sí pudo seguir adelante: "En mi otra vida hacía referencia a ese silencio en el que pasaba un ángel. Ese fue el que me permite estar hoy acá y a mi hijo escuchándome en mi casa". Tragó un poco de saliva, meneó la cabeza y siguió: "Quiero decir de corazón que hay experiencias terribles, traumáticas, desesperantes que dejan cosas maravillosas, aunque parezca mentira”. Esas fueron las primeras palabras, después el discurso sería un poco más fluido. Ya estaba roto el hielo.

“Yo los putearía porque me ponen en un compromiso de amor tan grande que no sé cómo se los voy a devolver. Los quiero tanto… Por ustedes quería volver rápido, para darles las gracias”, le decíaBaby Etchecopar al público que se agolpó, con pancartas y carteles de afecto y apoyo, frente a la ventana del estudio de Radio 10 el día de la vuelta a su programa “El ángel de la medianoche” (AM 710, lunes a  viernes a la medianoche). Ese 2 de abril sus oyentes leales querían mostrarle su afecto, sospechando que no sería fácil para Baby volver a encarar al micrófono después de su paso por el infierno. Atrás habían quedado 20 días de convalecencia, la internación en el Hospital Central de San Isidro hasta el 21 de marzo, la lucha por la vida de su hijo Federico –de 24 años- en el mismo nosocomio. Atrás quedaron también el miedo por los balazos, por la amenaza a sus seres más queridos, y el horror al tomar una vida.