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domingo, 28 de mayo de 2006

Juan Alberto Mateyko: “Le demostraré a mis hijos que estoy igual o mejor que antes”

El conductor define a “La Movida” (Rivadavia, AM 630, lunes a viernes de 13 a 17) como un espacio para el humor y la música “sin que la noticia invada demasiado, porque para eso hay otros programas”. Consecuente con una manera de comunicar, el “Muñeco” sigue vigente y va por más. “Para mí, aggiornarse es abrir el juego y convivir con diferentes gustos musicales. Pero no significa hacer el ridículo. Sé que en mi historia están el Puma (Rodríguez), Julio (Iglesias) y Luis Miguel”.

Son muy pocos los que pueden decir que son un icono. Pero no hay dudas de que Juan Alberto Mateyko es uno de ellos. Su estilo, su voz potente, el estilo musical que impuso, su vestuario, su cordialidad, la fidelidad –ida y vuelta- con sus amigos artistas y el público... todo forma un cóctel único que redunda en más de treinta y cinco años de vigencia en los medios. La actualidad lo encuentra en su querida Radio Rivadavia y a la expectativa de volver a la pantalla chica. “Estoy relanzando mi carrera, ampliando mis horizontes musicales –confiesa-. Me parece que es necesario aggiornarse de vez en cuando. Esto no significa vestir el último grito de la moda sino también escuchar, ver, y hacer zapping de radio. Volví a comienzos de 2005 con toda la confianza de Luis Cetrá (dueño de Rivadavia), pero siempre se generan dudas cuando desaparecés por tres años. La gente no me regala nada pero yo no regalo nada tampoco. Por eso vengo a la radio a remar desde temprano con mis productores”. -¿Por qué creés que necesitás reinventarte? -Por mi familia. Mi mujer (Naanim), mi hija de dieciséis (Rosa María) y mi hijo de ocho (Juán Bautista). Además de ser un desafío personal, les quiero demostrar a ellos que papá está igual o mejor que antes. No es un planteo analítico, es simple. Por más que ellos a veces escuchen otra radio.
-¿Qué escuchan?
-A Rosa María le gusta Airbag, por ejemplo. Y al grupo lo tuve en el estudio y cantando en la Rural, junto a Axel, Marcela Morelo, Luciano Pereyra, Facundo Sarabia y el Chaqueño Palavecino entre otros. Fueron programas muy especiales con shows muy calientes.
-¿No corrés el riesgo de perder tu target?
-No, porque ahora es más amplio y universal. Además de los que te nombré, por el estudio pasaron también Adrián Otero y Miranda! Eso es para mí aggiornarse: abrir el juego y convivir con diferentes gustos musicales. Pero no significa hacer el ridículo. Sé que en mi historia están el Puma (Rodríguez), Julio (Iglesias) y Luis Miguel.
-Como en tus principios. Después te especializaste en la música latina. ¿Por qué?
-Eso me pasó porque empecé a viajar. Y convivía con esos artistas: Con Yuri, Juan Gabriel, el Puma y Chayanne, que tenía dieciséis años, entre tantos otros. Hacía programas en Miami para acá y para Estados Unidos.
-¿Cómo definirías “La Movida”?
-Trata de identificarse a partir del ritmo y de que la gente disfrute de un divertimento musical y humorístico, en donde la noticia no invada demasiado. Que no haya prolongados reportajes a personajes de la política o la economía porque para eso hay otros programas y tengo cubiertos al deporte y a la información con “La Oral deportiva” y “El Rotativo del Aire”. Cuando empecé, fui contemporáneo y compañero de grandes como Cacho Fontana, Héctor Larrea, Hugo Guerrero Martinheitz y Edgardo Suárez, por nombrar algunos. Aquello era noticias y música. Cuando apareció la FM no dejaron de programar canciones.
-No los mide Ibope, ¿cómo monitoreás a la audiencia?
-Gracias a la tecnología SMS, de los teléfonos celulares, la gente puede participar en sorteos por entradas a espectáculos, discos y electrodomésticos. Eso es un gancho fabuloso (aunque no le demos excesivo protagonismo en la artística, apenas al principio del programa, en el medio y al final). Y además, nos da la pauta de cuántos, quiénes y cómo son nuestros oyentes.
-¿Cómo son?
-Tengo un público fiel al que no quiero defraudar. Sin embargo, quiero incorporar nuevos oyentes.
-Los artistas siempre te responden el llamado.
-Sí, creo que uno más que virtudes tiene condiciones. Hace unos días me enteré que había muerto la madre de Montaner y lo llamé al celular para saludarlo. Nada más, con el corazón. A él lo gratificó tanto que continuó la charla y me dijo que en esos momentos se daba cuenta de quién lo quería de verdad y quién lo usaba. Cuando mi hija tuvo el accidente, los llamados de apoyo me gratificaban porque estaba débil.
-¿Qué pasa con la televisión? ¿Vas a volver?
-Hay una charla muy avanzada, pero hay que esperar que pase el Mundial, porque opaca todo. De acuerdo a cómo le vaya a Argentina tenés opciones A, B, C y D.
-¿Dónde sería?
-En Córdoba y para toda América Latina.



Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica

Buenos Aires, Argentina
Mayo de 2006




sábado, 20 de mayo de 2006

Roberto Gonzalez Rivero “Riverito”: “Me va bien pero resigné mis otras inquietudes”

A los 75 es el locutor más antiguo en funciones, activo desde los 15, tiene 3 trabajos y casi 60 años de carrera. Con “La Danza de la Fortuna”, en el ’68, inventó un estilo y aún lo lleva adelante con solvencia en la AM 990 (Splendid), de 14 a 15 y de 21 a 21,30 en la semana; y de 17,30 a 18,30, y de 21 a 22 los sábados. 10 puntos para el “Rey de los Números”: “Riverito”.
“Soy un poco ingrato, lo reconozco, porque esto aunque no es muy intelectual, me brindó difusión y estabilidad en una profesión tan competitiva. (...) Se hace muy jodido cambiar de imagen. A menos que se trate de algo no muy trascendente. Terminás no siendo creíble”.



Recorre los pasillos del austero departamento de Palermo en el que funciona su productora y se detiene en las fotos que visten las paredes. Las mudas imágenes del pasado reflejan pasadas glorias y afectos inmortales. Entre ellos, un lugar de privilegio es para Juan Carlos Altavista, el eterno “Minguito”. “Pensar que estuvo prohibido seis años por tonterías –recuerda-. Me dieron un mes para que lo eduque al aire y después nos echaron”. En la charla, no obstante, Roberto González Rivero había comenzado con la evocación de Juan Carlos Chiappe: “Corría 1947 y él era el actor de un radioteatro muy exitoso en radio Del Pueblo. Estaba haciendo mis primeras armas, lo presentaba y me agradecía: ‘¡Gracias Riverito!’. El apodo se impuso y hoy lo agradezco. Porque a un hombre grande no se lo llama por el diminutivo. Eso me debe sacar al menos diez años de edad”.
-¿Le preocupa?
-No por mí, que tengo la vida resuelta. Pero veo que piden menores de treinta y cinco para cualquier trabajo. Alguna vez le sugerí a un diputado amigo que sancionaran la misma ley que en Brasil, donde se impide discriminar por edad, porque es lo mismo que poner un aviso en el que se diga “judíos, pelados o negros, abstenerse”. No me dieron bola, claro.
-¿Le gusta la radio de hoy?
-Sí, escucho Splendid y a Rolando Hanglin. Pero hoy está rara, llena de “conductores”. ¿Qué es eso? Conozco a los locutores, animadores, artistas y actores.
-Es el animador que no estudió.
-Ah, ya veo. Yo empecé a trabajar cuatro años antes de que se fundara el Iser (en 1951). Me destaqué porque en aquella época casi nadie improvisaba, todos se ceñían a los libretos, salvo algunos grandes como Juan Carlos Torry, Iván Casero o Iván Casadó.
-¿Cómo surge la idea de “La Danza de la Fortuna?
-En el ’61 me casé con mi actual mujer y nos fuimos de luna de miel a Rio de Janeiro. La gente escuchaba muy atenta una radio portátil, y cuando pregunté, me contestaron que era el discurso de asunción del presidente Janio Quadros. Al otro día se repitió la situación con la misma avidez ante la radio y cuando quise saber si repetían el discurso me dijeron que no, que era el “Jogo do Bicho”. El equivalente a nuestra lotería, y como en Argentina, la quiniela era clandestina. Supuse que acá estaría prohibido pero no, entonces hablé con el gerente comercial de Radio Del Pueblo, compré los espacios y empezaron a salir los flashes con los resultados de la lotería, ya con el nombre “La danza de la fortuna”. La audiencia estalló porque mucha gente compraba billetes y jugaba en la clandestina. Y hasta ese momento sólo se podía enterar por el diario del día siguiente.
-No tuvo competencia.
-Prácticamente nunca.
-¿Cuándo empieza con los cantitos?
-Hace más o menos veinticinco años. Surgió después de unas vacaciones, cuando me resultaba tedioso volver a leer números. Soy un poco ingrato, lo reconozco, porque esto aunque no es muy intelectual, me brindó difusión y estabilidad en una profesión muy competitiva. Más allá del reconocimiento de ser el locutor de la Lotería Nacional. Como sea, pasar los números es espantoso por lo monótono, y decidí ponerles un poco de música. Empecé con el “oooocho”, seguí con el “tgres”, el “uuuno” y el último fue el “s-s-séis”, así, titubeando. A los chicos les encanta y hasta alguna vez me tentaron para conducir una audición infantil.
-¿Qué pasó?
-Se murió el productor y nadie recogió el guante.
-¿Tiene “cara de número”?
-Para la gente, sí. La mayoría me felicita, aunque no falta alguno que de atrás te grita “¡Boludo!”.
-A pesar de que tiene otros intereses intelectuales.
-Pero esas inquietudes ya me las comí. Me resigné hace tiempo. Una vez me comentó Victor Hugo Morales algo que puede aplicarse a él, aunque con su talento pudo sacar la cabeza. Dijo: “Vos podés ser el tipo que más sabe de música clásica en la Argentina, pero si vas a anunciar a un artista en el Colón, por más que seas locutor y entiendas de eso más que ninguno, te van a decir ‘que este salame vaya a cantar los números’”. Si estás identificado con esto, se hace muy jodido cambiar de imagen. A menos que se trate de algo no muy trascendente. Terminás no siendo creíble. Victor Hugo sabe un montón de música clásica pero para muchos es el “tatatata”.


Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica

Buenos Aires, Argentina
Mayo de 2006





domingo, 14 de mayo de 2006

Padre Luis Farinello: “La Iglesia no aprovecha a los medios”


Está al frente de una parroquia en Quilmes, como cura del Tercer Mundo militó junto al padre Mujica y monseñor Podestá y tuvo una corta incursión en la política partidaria, entre 2000 y 2003, de la que salió desilusionado y traicionado. Mediático, apostó a la radio y también se anima a criticar a la Iglesia desde adentro. “Los evangélicos entendieron el poder de la radio y la TV y lo están explotando, a veces incluso de una manera excesiva. Los católicos en cambio, despreciamos estas herramientas y no deberíamos hacerlo”.



En este caso no hay que dejarse llevar por el aspecto. Tiene una mirada dulce y una cadencia suave al hablar. Sin embargo, a pesar de su aspecto almibarado, el Padre Luis Farinello no es un blando, posee una lengua filosa, que se atreve a decir y denunciar, aunque a veces caiga en la polémica. Hoy conduce “El kairospor Radio Nacional (AM 870, lunes de 1 a 1.30), con la profundidad y el compromiso que siempre lo caracterizaron. “Estoy muy contento de poder tener esta posibilidad de hablar en una radio como Nacional, y muy agradecido a los amigos que lo hacen posible”, se confiesa.
-¿El programa es una continuidad de “El kairos” que hacía por Canal 7 y de “La manga”, que paseó por varias radios?
-Sí, es un programita que tengo para humanizar un poco. Porque si bien uno es cura y habla de religión, en general apunto a los valores. Tal vez leo el diario y hago un comentario, o refiero algo que me pasó en la semana. Estoy asombrado, por las cartas conmovedoras que recibo, del bien que uno puede hacer desde un medio.
-Es un espacio laico.
-En su mayoría sí.
-¿No está la Iglesia Católica dejando de lado una posibilidad de comunicar muy poderosa? Sobre todo porque el cristianismo evangélico se hizo muy fuerte en los medios. -No tengas dudas de que es así. Siempre que puedo hablo con los obispos y les digo que no estamos aprovechando a los medios. Porque es una manera excelente de llegar al corazón de la gente. Los evangélicos lo entendieron así y lo están explotando, a veces incluso de una manera excesiva. Los católicos en cambio, despreciamos esta herramienta y no deberíamos hacerlo.
-¿A qué se refiere con los excesos? -Te cuento lo que trato de hacer yo. Me expreso en un tono de voz bajo, no prometo milagros, no hablo de cosas extrañas ni estrambóticas. Me ocupo de cosas simples porque soy el hijo de un verdulero, por eso me entiende todo el mundo. Asimismo, trato de comprender a todos y no juzgar a nadie.
-¿De qué habla? -De las cosas que le interesan a la gente: la familia, la unidad, los hijos, la tierra, la justicia, y no le escapo a temas ríspidos como la política, América Latina o George Bush. Uno debe ser un poco profeta para denunciar cosas lacerantes que pasan.
-¿Por qué cree que la Iglesia le da la espalda a los medios? -Repito, no se dan cuenta del poder de los medios. Hay documentos muy importantes sobre este tema y la Iglesia no los usa.
-¿Será que por ser tan grande le fallan los reflejos? -Es cierto, a veces se encierra en sí misma y se queda en lo formal. Suele ser muy poco convocante y escasamente audaz para enfrentar los problemas del hombre de hoy. Eso a mi me duele, porque veo muchas iglesias cerradas, cuando los evangelistas van casa por casa.
-¿Deberían aprender algo de ellos? -Mucho.
-¿Los católicos están perdiendo terreno frente a los evangelistas? -No tengas dudas de eso. Y de seguir así, dentro de cincuenta años la Iglesia Católica ya no será el culto mayoritario de la Argentina. No tenemos vocaciones sacerdotales y hay muchos problemas en la misma Iglesia que si no los enfrentamos con sinceridad, seguiremos perdiendo por goleada.

Siempre tuvo la sensación de que podría cambiar la política desde adentro, y que con más herramientas a su disposición sería capaz de ayudar a más humildes. Así, le pidió permiso a su obispo, fundó el Polo Social y el jardín de su parroquia de Quilmes se llenó de hombres que hablaban de la revolución y de la lucha de clases y tenían autos caros. Sacó más de 600 mil votos en las elecciones en la Provincia de Buenos Aires, aunque no entró como senador. Hastiado, desilusionado y deprimido por actitudes de sus compañeros de ruta, volvió a las fuentes y retomó su vida parroquial.
-¿Intentaría nuevamente ser candidato? -No. Esa etapa quedó atrás. Aprendí mucho. Hablé a solas con todos ellos (los políticos), con Kirchner, con Lilita Carrió, con Menem, con Cavallo, con Duhalde, no me faltó ninguno. Me la jugué limpiamente, pero sufrí muchas decepciones. Incluso de mis propios compañeros. Que fueron diputados por mí, gracias a mi figura, y nunca más me llamaron por teléfono. Ni siquiera le mandaron un paquete de fideos para los pibes.
-¿Se equivocó? -Algunos dicen eso. Seguro que sí, pero nadie podrá afirmar que cambié de vida, o que traicioné.
-¿Confió demasiado? -Me entregué en cuerpo y alma. Hablé con el corazón y lloré en actos políticos. Algunos se aprovecharon del cariño que la gente me tiene y se pusieron atrás de mi. Y me parece que cuando me daba vuelta, se reían de mi. Me creían muy ingenuo y que de política no sabía nada.
-¿Era verdad? -Era cierto que no entendía nada de las triquiñuelas sucias de la política. Pero de verdad que estoy orgulloso de no saber “rosquear”.



Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica

Buenos Aires, Argentina
Mayo de 2006




martes, 9 de mayo de 2006

Carlos Bilardo: “Trato de no criticar a Pekerman”



Un personaje imposible de encasillar. Es uno de los directores técnicos más ganadores de la historia del fútbol mundial. Sin embargo, la pelota nunca fue su único interés. Obsesivo y simpático, en los últimos tiempos empezó a mostrar otras facetas de su personalidad. Así, se lo pudo ver bailando en una comparsa, conduciendo programas de radio y TV, sentado a la mesa de café de Gerardo Sofovich y hasta como actor. “Intento ser positivo. En octubre anticipé que algo pasaba en el seleccionado y que para mí debía estar Verón. Se armó un lío bárbaro. Por eso opino muy poco de la selección. Los candidatos son Alemania, Argentina, Italia, Brasil e Inglaterra”. “No tengo compromisos políticos, económicos ni deportivos con nadie”, asegura el ex director técnico de la selección nacional, que ahora afronta el desafío de volver a comentar un mundial a la vez que conduce dos programas.


“Estoy contento de hacer periodismo porque es una manera de comunicarme con la gente y que se sepa lo que siento”.
El tiempo le dio la razón. El doctor (es médico) Carlos Salvador Bilardo siempre fue polémico. Como jugador de aquel Estudiantes de La Plata triunfador y “molesto”, y más tarde, como director técnico. Ni los logros deportivos (campeón intercontinental de clubes como jugador, y del mundo como técnico de la selección nacional) lo terminaron de “blanquear”. Pero luego estudió periodismo y hasta quiso ser presidente de la nación. Y a partir de la coherencia para mantener siempre la sonrisa a flor de labios, su generosidad y cordialidad, la gente lo “compró”. Al punto que reemplazó a Mirtha Legrand en la tarde de La Red (“Buenas tardes, doctor”, AM 910, lunes a viernes de 17 a 19) y allí no habla de deportes sino que dirige una revista “clásica”. Pero no reniega de su pasado y mantiene su programa futbolero “La hora de Bilardo” en la misma emisora, de lunes a viernes a las 23 (cuando no hay transmisiones deportivas) y será uno de los miembros de la “armada” de La Red en Alemania, durante el Mundial. “Saldremos en vivo desde allá con los dos programas –aclara- el de la noche lo mantengo porque lo tengo desde hace diez años y vamos primeros. Me daba lástima dejarlo, porque es para otra gente. En ‘Buenas tardes doctor’ no hablo de fútbol, es de interés general”.
-¿Se está diversificando?
-No, en la tele (“Lo de Bilardo”) yo había firmado por trece programas, como hacía en Fox (el canal de cable), me fui al exterior y cuando volví me habían cambiado todo. Lo de Sofovich me gustaba, porque paré toda mi vida en un café. No practicábamos nada.
-¿Y acá en la radio?
-Vengo una hora y media antes para preparar todo.
-Le tocó reemplazar a Mirtha.
-Que es una número uno. Siempre la admiré a ella y a su marido. En los almuerzos me maravillaba cómo manejaban todo. Tinayre y Sofovich son iguales: no les podés fallar porque te quedás afuera.
-¿Escucha a las otras emisoras?
-Soy muy competitivo. Cuando supe que iba a estar en este horario los estudié a todos durante semanas.
-¿Con quién pelea la audiencia?
-Con Chiche Gelblung, aunque él es muy bueno y está instalado desde hace mucho. Yo recién empiezo.
-¿Qué desafío le provoca comentar el mundial?
-Voy por varias radios y canales argentinos y del exterior. Es un cosquilleo especial porque es distinto. No podés errar. Sobre todo porque me expongo, me gusta anticipar lo que va a parar en el partido. No me gusta relatar las repeticiones o comentar los cambios cuando terminó el partido.
-¿Y los famosos códigos del fútbol? Tiene que criticar a colegas.
-Trato de ser positivo. En octubre anticipé que algo pasaba en el seleccionado y que para mí debía estar Verón. Se armó un lío bárbaro. Por eso opino muy poco de la selección. No puedo. Dejé amigos en España y me cuentan lo que pasa, pero me lo guardo. Lo mismo hice cuando estuvieron al frente Bielsa, Passarella o Basile.
-¿Pekerman lo llamó para intercambiar opiniones?
-Nunca.
-¿Qué pasa si ve algo que está mal? -Si no es del juego, no lo digo.
-Sin embargo criticó que se esperara hasta último momento para dar la lista. -Eso sí, porque hace a la tranquilidad de los jugadores. Prefiero que el lío por los que quedan afuera se arme antes. Se llega más tranquilo porque los jugadores no te critican, pero el riesgo es que en las últimas semanas te maten los que quedaron afuera. Me parece más sano que esos problemas con el grupo se me armen antes.
-¿Y del juego? -No, de eso hablo en el partido.
-¿Quiénes son los candidatos? -Alemania, por ser local. Si no, no. Después Argentina, Brasil, Italia e Inglaterra. No veo posibles sorpresas. Tampoco innovaciones tácticas. Nadie hace algo nuevito.
-Usted dijo que quería ser presidente de la Nación. ¿Ahora lo intentará en la AFA? -No, eso fue una cargada. Presidente de la Nación sí, pero me gasté mucha plata en la campaña. Tenía bien armado el partido en varias provincias, aunque no pude seguir porque se me acabó el dinero. Aparte, el que viene a apoyarte, siempre es “a cambio de...”. En eso no me engancho. Y como diputado no me parecía que hubiera podido cambiar las cosas.
-¿Los medios lo tomaron en serio?
-Se portaron muy bien conmigo. Tené en cuenta que yo no les pagaba nada.
-¿Descarta entonces ser dirigente deportivo? -No, porque Beckembauer y Platini lo hicieron. Eso no lo puedo saber. No tengo compromisos políticos, económicos ni deportivos con nadie. Eso me enseñaron mis profesores, y por eso mantengo la independencia que me permite decir lo que quiero. Toda la vida hice lo que sentí.
-Se dijo no hace mucho que le habían ofrecido volver a dirigir la selección nacional.
-No era cierto. Aunque puede ser que pase en el futuro. Si me agarra la locura. Como cuando me llamo Sadi Kadaffi, el hijo de Muammar, para dirigir Libia. Fui y puse como condiciones: conocer el centro de Africa, a Muammar y a Mandela. Lo logré en una conferencia de presidentes africanos. Tienen una presencia impresionante.
-De lo que dijo Maradona sobre el famoso bidón en el partido con Brasil...
-No entiendo por qué Diego dijo eso tantos años después. Yo del tema no sé nada.


Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina

Mayo de 2006

domingo, 7 de mayo de 2006

Gloria López Lecube: “La economía mejora pero la sociedad está cada vez peor”


Además de ser la directora de La Isla (FM 89.9) y La Marea (AM 1420), la periodista conduce en dúplex de 7 a 9 su programa “El poder y la Gloria” y sigue hasta las 11 sólo en la FM “Porque le tengo más cariño desde hace más tiempo”. “La torta publicitaria creció para las tres primeras del ranking de AM y FM. El resto la seguimos remando. Esto no es un negocio. Nos mantenemos en los mismos niveles de ingresos del año 2000, pero ahora todo es más caro, y en dólares”.



“Estas radios son como el hijo varón que no tuve”, confía Gloria López Lecube. Y agrega: “La de empresaria es una tarea masculina. La Marea está licitada con todas las de la ley desde 1999 y llega hasta Mar del Plata y Córdoba, con viento a favor. Salió al aire por primera vez el 8 de octubre, el día del nacimiento de Perón y el Che Guevara. Excelente momento para empezar algo. La Isla opera con un PPP (Permiso Provisorio Precario, también legal), toma Capital y parte del Gran Buenos Aires”.
-¿Cuándo empezaron los atentados a tus radios?
-El 16 de octubre fue el primero. El tercero y último, en noviembre. Se presupone que fue alguien que compite desde una radio trucha y les molesta nuestra llegada.
-¿Ya pagó alguien?
-No, pero no quiere decir que vaya a quedar impune.
-¿Cuál es el target de La Marea?
-Fue difícil decidir eso. La Isla apunta a un sector pensante, dirigente, empresario e inteligente. La AM debe estar pensada para gente más grande, que está acostumbrada a leer de todo y a escuchar a las radios que ponen un gran despliegue al aire. Para diferenciarnos teníamos que traer lo mejor del pasado sin dejar de se modernos.
-¿...?
-Queremos recuperar los valores de la familia, la amistad, la educación, la verdadera comunicación y el buen lenguaje. Y organizaremos campañas para concientizar, machacando con un tema por mes desde los programas y la artística. Volver a las reglas es el futuro.
-Suena conservador.
-Pero es que si seguimos en este camino, nos vamos a autodestruir. Aunque la economía mejora, la sociedad está cada vez peor. Sin valores, sin respeto ni solidaridad nos quedamos sin comunidad. Por eso los conductores no tienen que pisarse, agredirse ni decir palabrotas. Si vas a maltratar a tu movilero al aire, ¿para qué lo tenés?
-¿Cómo instrumentarán las campañas?
-En la calle. Regalaremos, por ejemplo, bozales para perros y cosas similares.
-Algo parecido a lo de Radio 10.
-Sí, pero no me copio de ellos. Lo que hicieron de regalar la banderita argentina estuvo muy bien, pero la enseña nacional no puede estar vinculada con ellos y su manera de moverse. Para colmo, sus dueños ya no están cuestionados y hasta los ven como exitosos, eso está mal.
-¿Por qué son líderes, entonces?
-Porque dicen lo que la gente quiere escuchar. Es mucho más fácil dar un mensaje autoritario porque la sociedad lo es. La gente vivió así tanto durante la dictadura como en algunos gobiernos democráticos; por ejemplo el de Carlos Menem, que con su corrupción y su golf, destrozó todos los valores. Hay radios que apuntan a la gente que cree que el éxito es lo único que importa, sin tener en cuenta el camino, el cómo se llegó. No es mi caso, yo me voy a morir en la mía. Porque me miro al espejo tranquila.
-¿Nunca te replanteás nada?
-Bueno, a veces pasan dos días sin que pueda llamar a mi hija Dolores, que vive en Italia y me cuestiono si no estoy trastocando mis valores.
-Una vez me dijiste que tenías las mismas convicciones que a los quince.
-Sí.
-¿Ser empresaria no modificó, flexibilizó o hizo tambalear ninguna de esas certezas?
-Más ahora que tengo un multimedio (se ríe). No me pervertí porque soy una idealista.
-Hablaste poco de la FM.
-Porque a La Isla la gente la conoce más que a mi nombre. Está instalada.
-Contame cómo es tu programa, “El poder y la Gloria”.
-Las primeras dos horas va en dúplex, y me quedo después dos más sólo en FM, probablemente porque le tengo más cariño desde hace más tiempo (sonríe). En ese tiempo extra puedo relajarme y crear un clima más distendido, con más color y un tinte más intelectual y filosófico, algo a lo que el oyente de La Isla está más acostumbrado. También hay editoriales, juegos y desafíos culturales. Todo matizado con un locutor que sigue informando.
-¿Extrañás el horario de la tarde?
-No, porque perdí mucho por hacerlo.
-¿En qué sentido?
-Por mi rol de empresaria no podía pensar durante el día, y la tarde tiene otra realidad. Yo terminaba de hablar con el contador y de firmar cheques, y diez minutos después estaba al aire para hacer dos horas de actualidad. No podía ni pensar mi editorial. La empresa te consume. Te dicen que tenés que estar bien organizada e incluir a una segunda línea de ejecutivos. La realidad es que todas las semanas aparece un problema nuevo que requiere tu atención y decisión, imposible de delegar.
-¿Cómo es el panorama económico de las radios hoy? ¿Subió la torta publicitaria?
-Sí, entre un veinte y un cuarenta por ciento, pero sólo para las tres primeras del ranking de AM y FM. Además se llevan más de la mitad del total. El resto la seguimos remando. La radio no es un negocio. Estamos en los mismos ingresos del año 2000, pero todo es más caro, y en dólares. Pero si sos idealista, no quebrás.



Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica

Buenos Aires, Argentina
Mayo de 2006