Lo curioso de Martín Bilyk es que, a diferencia de otros hombres de radio, a él no se lo puede reconocer al hablar. Es lógico, el imitador de los programas de Oscar Gómez Castañón ("Día a día", lunes a viernes de 9 a 12) y Mirtha Legrand ("Mirtha en La Red", lunes a viernes de 17 a 19) por La Red, AM 910, nunca aparece al aire con su propia voz. De hecho, lo más probable es que se crea que el que habla es el presidente Kirchner, Chiche Gelblung, o el ex fiscal Moreno Ocampo, por nombrar tres de sus "criaturas". Soltero "...sin apuro y muy bien", resume su historia radial: "Viví en Ciudad Evita hasta los 13 años, cuando me fui a Caballito y me quedé. De chico imitaba a mis familiares y en la secundaria éramos varios los que lo hacíamos. Por eso me sorprende que haya llegado yo. Al principio quería ser veterinario, después dudé, y la radio, que era un hobbie que despuntaba en una emisora comunal, me terminó ganando. Me enganché en un curso de humor en radio que daba Radio Mitre, y quedé trabajando durante un año, haciendo producciones de humor. Corría 1993. De ahí pasé a Rock & Pop, donde produje "Rock and sex" y la trasnoche".
-¿Cuándo saliste al aire por primera vez?
-En "La Rocka", con la gente que no nos fuimos con la Rock & Pop cuando cambió de dial. Ahí hice móviles, cobertura, producción y la primera imitación al aire.
-¿Quién?
-Moreno Ocampo. De ahí pasé a producir en Energy a Saborido y Quiroga, pero se fueron y me quedé solo con el programa. Como era una radio de bajo riesgo empecé a tirar personajes y me afiancé. Entonces llegó Radio 10. Me convocó Marcela Feudale, para la tarde.
-Un desafío, porque a la mañana estaba Rolo Villar.
-No era el único desafío. Pasé a una AM, que empezó a crecer y quedó lider en poco tiempo. A Rolo lo escuchaba y me costaba no pegarme a él. Quería distinguirme, porque él es muy bueno.
-¿Y cómo se hacía?
-Buscando personajes que él no hiciera. Pero Rolo es un tipo muy noble. El se concentra en su trabajo, hace camino, no se fija en lo que hacen los otros imitadores. Está todo bien con él, nos respetamos. Por ejemplo, yo no quería hacer a Neustadt ni a Menem, esos eran suyos. Y si en alguno nos cruzábamos, como con Rico, yo no usaba sus muletillas. Nunca dije ni "miserable" ni "zurdos". Empecé con Bilardo, Gelblung, Moreno Ocampo, Monseñor Laguna, Julio Grondona...
-Pasaste a La Red en 2001.
-Sí, me llevó Jorge Rial, que era muy hábil para darme los pies. Cuando se fue, me contrató la radio.
-Y llegó el Cholo Castañón.
-Yo lo escuchaba en Continental y lo respetaba muchísimo. No hubiera agarrado con cualquiera, porque tenía ofertas de Mitre y de la 10. Hubo que aprender a trabajar con otra mecánica, más recatado.
-Te trata serio, no bromea.
-Claro. Esas barreras me profesionalizan. Cuanto más serio es el clima, necesitás menos para romperlo.
-¿Cómo surgió el scketch con la imitación de Kirchner?
-Como los programas de radio, fue creciendo al aire. El Cholo me daba mucho material por ser coprovinciano del presidente.
-¿Tenés un método para preparar el material?
-Tengo que pensar como el personaje imitado, saber qué diría. Para eso debo estar muy bien informado, y no confío en la improvisación. Voy pensando que no se me va a ocurrir nada. Si algo sale en la impronta del estudio, y hace reir, mejor. Tengo que "asegurarme el empate", los cinco puntos, si no hay inspiración.
-¿Tenés temas tabú?
-Y, lógico. Hay cosas con las que no me meto, como ahora con la custión de la inseguridad. Me imagino que a todos los imitadores les resultaría fácil imitar a Juan Carlos Blumberg, pero ninguno lo hace. Pero hay cosas que me preocupan más.
-¿Cuáles?
-Que lo que estoy diciendo suene a discurso político. No quiero entrar en ese terreno, es riesgoso. La línea es muy sutil.
-¿Por ejemplo?
-Yo imito a Aníbal Fernández y a él le gusta la imitación. ¿Está bien que le guste? (Pone cara de disgusto) El rol del humor es pinchar. Por más que sea un homenaje, no te podés dedicar a que le guste al tipo. Es lindo que el presidente te diga al aire que le gusta lo que hacés.
-¿Y cuál es la respuesta, entonces?
-No me gustaría que al imitado le agrade lo que hago. Preferiría un "...qué turro, dice cosas que yo pienso y no me animo a expresar". Es un tema arisco porque imito políticos y periodistas con opinión fuerte.
-Tampoco podés bajar tu ideología con esas voces.
-No, no es mi función. Me tengo que conformar con que sea gracioso. No quiero perder de vista eso, es muy importante. Porque imaginate que me inviten a comer con el presidente, por ejemplo. No sirvo para nada en Olivos. El resumen sería que me encantaría que le guste cómo lo imito pero que no le caiga bien lo que digo. Eso sería lo ideal.
-Hay personajes que no te dan resquicio. Rolo me decía que no se puede imitar a Duhalde.
-Lo podés hacer con una máscara, desde lo visual. En radio no hay manera. Si vos prendés la radio y escuchás a un imitador de Duhalde no sacás a quien está haciendo "¿Quién carajo es, Julio Iglesias?".
-¿Tenés alguna frustración?
-López Murphy no me sale todo lo bien que quiero. Pero ya va a entrar.
-¿Qué opinás de los otros imitadores? ¿Freddy Villarreal?
-Es un poco incómodo que yo opine de consagrados.
-Tomalo como un juego.
-Es bueno, me gusta.
-Miguel Angel Rodriguez.
-También, tiene mucho talento.
-De Rolo ya hablamos. ¿Miguel Del Sel?
-Es más showman que imitador. Es bueno, pero los hace desde él, en función de un espectáculo.
-¿Cuál es el vicio más comun en tu oficio?
-Ser imitador de imitadores. Eso te pasa cuando tenés la voz pero no al personaje completo. Por eso tardé tanto en imitar a Carlos Menem. Por eso lo quiero "retirar" a Kirchner.
-¿En serio?
-Seguro. Si está lleno de imitadores suyos. Hay uno por radio. ¿Cómo hago para distinguirme, si no soy escandaloso, si no es con la diferencia?
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Mayo de 2004
Páginas
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miércoles, 26 de mayo de 2004
lunes, 3 de mayo de 2004
Alejandro di Biasi: "En radio se ven más nombres que ideas"
Aunque nacido en la gráfica, desde hace más de quince años el periodista Alejandro di Biasi recorre el éter. Y desde hace un lustro lo hace de manera ininterrumpida con "La Primera Piedra", ahora por Splendid (AM 990, lunes a viernes de 11 a 13) con un equipo que incluye a Carlos Ponzio, Julio César D'Alvia, Carola Núñez, Roberto Di Sandro, Luciano Chimento, Pablo Roma, Romina Minotti, Esteban Tries, Sergio Zimmer y Alberto Catalano. "El programa - reconoce- pasó por varios horarios (fue de 7 a 8, de 10 12 y hasta los sábados), hasta llegar a este del traspaso de la mañana al mediodía, que debe ser el más difícil de la radio".
-¿Por qué es el más difícil?
-Porque la información fuerte ya se dio, hay un recambio de oyentes y tenés que ver qué instalás. Por ejemplo, funciona bien Fernando Niembro, con una tira de deportes, y ahora a Continental se le ocurrió repetir a Dolina. Hay que buscarle la vuelta. Nosotros tratamos de meterle más información, opinión y humor. Y, sin ser groseros, pasar de la tragedia a la comedia.
-Una fórmula probada.
-No es fácil hacer algo nuevo y tampoco hay mucho diferente. En radio se ven más nombres que ideas. Igual, este año la radio tuvo algunos cambios interesantes.
-¿Qué te aporta haber llegado desde la gráfica?
-Lo que te puede decir cualquiera en esa situación: el periodismo gráfico es la universidad, en una profesión que no está colegiada. Lo que te aporta es que nunca estás desactualizado. Aunque no seas experto, es muy raro que te "agarren en orsai" con un tema. Quizás no des en la tecla justa, pero conocés de qué se habla.
-¿Piensa diferente el periodista gráfico, ni mejor ni peor, pero diferente?
-Puede ser. Por formación, nosotros nunca confiamos en la improvisación. Otra característica propia es que a la hora de formar un equipo de gente para un programa, lo hacemos con la lógica de una redacción. Buscamos al especialista en deportes, espectáculos o política. No tenemos el concepto de los amigos que charlan.
-Hay buenos programas con ese concepto.
-Desde luego, eso puede salir fenómeno, pero los que venimos de la gráfica no nos sentimos cómodos.
-¿Qué más se debe tener en cuenta?
-Así como en un diario o en una revista tenés el taller, en una radio, si el operador no se pone la camiseta, el programa va a fallar en la salida al aire (por suerte Pablo Varvana, Matías Ferraris y Federico Vila nos apoyan). Lo mismo pasa con los productores (Luis Caturini, Pablo Vital y Ezequiel Cravero). Sin ellos quedaríamos desnudos. Se nota cuando falla la producción porque el programa pasa a ser una charla de café.
-Por el horario del programa, ¿cuánto se produce y cuánto te sorprende la realidad?
-Cuando supe que iríamos de 11 a 13 ya tuve la premisa de no correr detrás de la información. Sobre todo porque Splendid tiene una mañana muy periodística y necesitamos diferenciarnos. Por ejemplo. Cuando pasó lo de Blumberg, nosotros no caímos en en si estábamos a favor o en contra de su figura, sino que tratábamos de discernir por qué aparece un personaje con esas características en nuestra sociedad. Si buscamos un padre. Lo ideal es que la realidad no te sorprenda. Por eso tiramos permanentemente información.
-¿Cómo se paran frente al exceso de información?
-Ante el bombardeo de información, tratamos de "parar la pelota".
-Ustedes tienen una edición rápida.
-Es una tendencia generalizada. Más allá de que esté bien o mal. Fijate que en la gráfica los editoriales se han achicado. Y todo sale de la cultura que nos impuso el zapping desde la televisión. La idea es informar lo que se tiene que informar.
-Pero hay noticias que las tenés que dar sí o sí, en un programa como el tuyo.
-Claro. Por más que se la estén dando a los oyentes desde las nueve de la mañana, tengo que repetir la formación de Boca para el próximo partido. El secreto es no pasar de ahí, no detenerte en eso. Lo mismo vale para los debates "obligados". Se dan, pero no nos vamos largo. No por no profundizar, sino porque tenemos que saber sintetizar. Hay temas que están recontra saturados y no podés meterte. Del caso Maradona apenas anunciamos la internación y leímos los partes médicos. Si no había mucho más para decir que fuera interesante...
-¿Cómo testeás si se entendió?
-Por los mensajes de los oyentes, que son una respuesta inmediata. Si alguna vez percibís que se entendió mal, lo corregís a tiempo.
-¿A quiénes respetás en radio?
-Si tengo que marcar uno de mis referentes, sería Rolando Hanglin, con quien compito un tramo. Me gusta porque deja hablar al entrevistado y no editorializa en un reportaje. También asume que no sabe de un tema. Me gustan Néstor Ibarra, Lalo Mir como tipo de radio y cómo busca el humor Alejandro Dolina. Además, disfruto del programa de Matías Martin, porque él es muy fresco para conducir.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica - Buenos Aires
Mayo de 2004
-¿Por qué es el más difícil?
-Porque la información fuerte ya se dio, hay un recambio de oyentes y tenés que ver qué instalás. Por ejemplo, funciona bien Fernando Niembro, con una tira de deportes, y ahora a Continental se le ocurrió repetir a Dolina. Hay que buscarle la vuelta. Nosotros tratamos de meterle más información, opinión y humor. Y, sin ser groseros, pasar de la tragedia a la comedia.
-Una fórmula probada.
-No es fácil hacer algo nuevo y tampoco hay mucho diferente. En radio se ven más nombres que ideas. Igual, este año la radio tuvo algunos cambios interesantes.
-¿Qué te aporta haber llegado desde la gráfica?
-Lo que te puede decir cualquiera en esa situación: el periodismo gráfico es la universidad, en una profesión que no está colegiada. Lo que te aporta es que nunca estás desactualizado. Aunque no seas experto, es muy raro que te "agarren en orsai" con un tema. Quizás no des en la tecla justa, pero conocés de qué se habla.
-¿Piensa diferente el periodista gráfico, ni mejor ni peor, pero diferente?
-Puede ser. Por formación, nosotros nunca confiamos en la improvisación. Otra característica propia es que a la hora de formar un equipo de gente para un programa, lo hacemos con la lógica de una redacción. Buscamos al especialista en deportes, espectáculos o política. No tenemos el concepto de los amigos que charlan.
-Hay buenos programas con ese concepto.
-Desde luego, eso puede salir fenómeno, pero los que venimos de la gráfica no nos sentimos cómodos.
-¿Qué más se debe tener en cuenta?
-Así como en un diario o en una revista tenés el taller, en una radio, si el operador no se pone la camiseta, el programa va a fallar en la salida al aire (por suerte Pablo Varvana, Matías Ferraris y Federico Vila nos apoyan). Lo mismo pasa con los productores (Luis Caturini, Pablo Vital y Ezequiel Cravero). Sin ellos quedaríamos desnudos. Se nota cuando falla la producción porque el programa pasa a ser una charla de café.
-Por el horario del programa, ¿cuánto se produce y cuánto te sorprende la realidad?
-Cuando supe que iríamos de 11 a 13 ya tuve la premisa de no correr detrás de la información. Sobre todo porque Splendid tiene una mañana muy periodística y necesitamos diferenciarnos. Por ejemplo. Cuando pasó lo de Blumberg, nosotros no caímos en en si estábamos a favor o en contra de su figura, sino que tratábamos de discernir por qué aparece un personaje con esas características en nuestra sociedad. Si buscamos un padre. Lo ideal es que la realidad no te sorprenda. Por eso tiramos permanentemente información.
-¿Cómo se paran frente al exceso de información?
-Ante el bombardeo de información, tratamos de "parar la pelota".
-Ustedes tienen una edición rápida.
-Es una tendencia generalizada. Más allá de que esté bien o mal. Fijate que en la gráfica los editoriales se han achicado. Y todo sale de la cultura que nos impuso el zapping desde la televisión. La idea es informar lo que se tiene que informar.
-Pero hay noticias que las tenés que dar sí o sí, en un programa como el tuyo.
-Claro. Por más que se la estén dando a los oyentes desde las nueve de la mañana, tengo que repetir la formación de Boca para el próximo partido. El secreto es no pasar de ahí, no detenerte en eso. Lo mismo vale para los debates "obligados". Se dan, pero no nos vamos largo. No por no profundizar, sino porque tenemos que saber sintetizar. Hay temas que están recontra saturados y no podés meterte. Del caso Maradona apenas anunciamos la internación y leímos los partes médicos. Si no había mucho más para decir que fuera interesante...
-¿Cómo testeás si se entendió?
-Por los mensajes de los oyentes, que son una respuesta inmediata. Si alguna vez percibís que se entendió mal, lo corregís a tiempo.
-¿A quiénes respetás en radio?
-Si tengo que marcar uno de mis referentes, sería Rolando Hanglin, con quien compito un tramo. Me gusta porque deja hablar al entrevistado y no editorializa en un reportaje. También asume que no sabe de un tema. Me gustan Néstor Ibarra, Lalo Mir como tipo de radio y cómo busca el humor Alejandro Dolina. Además, disfruto del programa de Matías Martin, porque él es muy fresco para conducir.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica - Buenos Aires
Mayo de 2004