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martes, 30 de marzo de 2004
Dario Villarruel: "Muchos periodistas hablan sin manejar la terminología y los conceptos del derecho"
"Existen tres tipos de verdades: la histórica, que es lo que realmente pasó, y es difícil de probar; la jurídica formal, que es la que se puede leer en un expediente; y la verdad periodística o mediática, que suele ser lo más alejado de lo que hay en un expediente", sentencia el abogado penalista y periodista Darío Villarruel ("Telefe Noticias" y "Secreto de sumario" por radio Continental).
-¿Por qué decís que es tan lejana la verdad mediática de la jurídica formal?
-Porque muchos de los periodistas que hablan de esos temas no manejan la terminología y los conceptos del derecho. Para colmo, los jueces no hacen declaraciones públicas. Así, cualquiera puede decir lo que se le ocurra porque nadie autorizado lo va a desmentir.
-¿Por qué no desmienten?
-No les interesa. Algunos fiscales dicen que se ríen de lo que escuchan en los programas de TV. La justicia no hace escarnio de los famosos.
-Pero vos sos periodista. ¿Cuál es la lógica de la verdad periodística?
-Cuando no hay información, hay quienes la inventan. Y como nadie lo desmiente, la gente compra.
-¿Se inventa o en realidad se citan fuentes?
-Claro, lo que pasa es que en los juzgados no hay "fuentes".
-Un testigo puede acercarse más a la verdad histórica.
-Puede ser. Pero sólo si declara ante la justicia tiene valor legal. Los medios inventan testigos que no mienten. Pero que no le agregan nada a la causa. Para ser testigo tenés que haber visto u oído algo. No alcanza con "... yo sé que Cipolatti llega tarde".
-¿A la hora de planear una estrategia judicial, beneficia o perjudica la exposición mediática?
-Los jueces no miran esos programas. Las causas de los famosos no suelen interesarles porque en cada juzgado hay veinte suicidios más dramáticos que el de Juan Castro, por ejemplo. Que quede claro: los abogados más capaces, prestigiosos y serios no aparecen televisión.
-Sin embargo, esos casos generan opinión pública, y a veces, presión.
-Salvo que te toque uno de los escasísimos jueces cholulos, no les afecta. Y los abruma que un tema, que para ellos es menor, genere tanto ruido. Aunque no lo creas, hay jueces que no saben quién es Alejandra Pradón. ¿Es más imortante que esté procesado Carlos Menem o el novio de la Pradón? Y fijate a qué caso se le da más bolilla. Al juicio por lo de la Embajada de Israel o la AMIA no va casi nadie. Y de Juan Castro se habla cada vez menos. Cuando salga la resolución va a aparecer en letra chiquita. La presión de los medios se puede dar en un juicio oral, que es después de dos años de proceso.
-¿Acaso nuestra función no es "molestar" para que se sepa la verdad?
-Para los jueces esa molestia es inocua.
-En la Argentina no está tipificado el delito de perjurio. Puede haber mentiras en el expediente.
-Pero las declaraciones no son la única fuente que se tiene en cuenta.
CASO POR CASO.
Luego, Villarruel detalla qué dicen los expedientes de los últimos casos mediáticos. Y aclara: "Todo lo que no está en las fojas, no existe judicialmente".
1.- Juan Castro
"El expediente tiene dos cuerpos de 200 fojas cada uno. La autopsia determinó que tenía cocaína y varios fármacos en el cuerpo. Eso marca porqué estuvo diez minutos bamboleándose en el balcón, antes de caer. Y genera dudas sobre si fue suicidio o accidente. Dos testigos le dijeron 'no te tires'. El abogado de la familia pidió la declaración espontánea del psiquiatra (puede quedar vinculado a la resolución final), un amparo para que no se publique su correspondencia e iniciaron demanda civiles y criminales, contra América y sus periodistas, por violar el derecho a la intimidad. Seguro, la historia se va a terminar declarando que hubo suicidio sin instigación".
-Se habló mucho de la influencia del entorno. La productora, el psiquiatra...
-Serán, eventualmente, motivos de otros juicios laborales o por mala praxis. En esta causa no se va a imputar nada a nadie. ¿Cómo probás que no se fue de la clínica porque quiso? El psiquiatra avisó que "era peligroso para sí y los demás". Lo que debería haber hecho para cubrirse de un juicio por mala praxis es avisarle a un juez civil que Castro se quería ir de la clínica contra su consejo.
2. - Giselle Rímolo
"Está procesada, con ratificación de la Cámara, por 25 hechos de estafa. Esto va a juicio oral y está procesado Silvio Soldán, como partícipe en tres estafas (le recomendó a tres personas que se atendieran con ella). Lo que se está apelando es la otra parte, que incluye la asociación ilícita, el homicidio simple, y el tráfico de medicamentos truchos".
-¿Cómo se lo involucraría a Soldán en la asociación ilícita?
-Si se prueba que le hacía publicidad a ella en los medios (hay cassettes y videos que lo hacen). Esa sería su única participación. La jefa es Rímolo, que tiene prisión preventiva. Como el juez la encarceló por las estafas, y la Cámara la sacó, se la dejó en libertad bajo fianza por 300.000 pesos. Soldán había puesto como garantía sus tres casas. A la luz de que ella "lo mató", pidió desafectarlas para pagar un abogado porque aduce problemas económicos (tiene un embargo de 1.000.000 de pesos). Puede hacelo y tiene razones avaladas. Si ella no consigue cubrir la fianza, puede volver a la carcel. Todo lo que ella declaró desde que reapareció en los medios, jurídicamente no existe. Soldán es coherente en sus declaraciones: siempre dijo que no tuvo nada que ver. Ella cambió y el juez sospecha que hay despecho. Pero la declaración de ella es apenas un elemento más, poco importante comparado con los allanamientos, por ejemplo. Antes de julio se debería resolver.
3.- Maradona-Coppola.
"Maradona tiene una orden de captura porque no le pasaba la cuota de alimentos a su nueva hija, Jana, desde hace años. Hoy Diego está prófugo. Si la jueza le pregunta '¿por qué no pagó?' no puede contestar 'le di la plata a Coppola'. Ahora Maradona podrá hacerle un juicio a Coppola, si quiere y puede probarlo, por "rendición de cuentas". Por ahora no hay nada y tiene que pagar los 365.000 pesos o arreglar con Valeria Sabalain, la madre. Igual, si paga, puede seguir el juicio, a menos que arreglen".
4.- Pipo Cipolatti.
"No había ningún delito. Era un problema de relación entre él y su pareja, Flavia, porque no existe ningún juicio de divorcio. El es viudo, no divorciado, no hay problemas legales de tenencia. Todo lo que se dijo es sanata. Luego del suicidio de Flavia, un juez de menores determinó que los gemelos estén con su abuela, con la supervisión de una asistente social. Eso es todo".
5.- Alejandra Pradón.
"El juez sospecha que pasó algo en el balcón, previo a la caída. Se estarían peleando porque ella le tiraba cosas por la ventana y lo echaba. Por ahora se habla de 'lesiones graves' y no de 'tentativa de homicidio'. La primera puede ser excarcelable, la segunda no".
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Marzo de 2004
jueves, 4 de marzo de 2004
Oscar Gomez Castañón: "Kirchner está haciendo las cosas mejor de lo que esperábamos"
Uno de los "puntales" de la mañana de AM es el "Cholo" Oscar Gomez Castañón. Ya en su tercera temporada en La Red ("Día a día", AM 910, lunes a viernes de 9 a12, con Silvina Walger, ) regala puntos altos con el actor Martín Bilyk y su imitación del presidente Kirchner, entre otros hallazgos. "Recién ahora estamos empezando a cosechar los frutos, en los medios y la gente. Porque en la radio las respuestas no se ven al sía siguiente", comenta sobre su paso a esta emisora después de años en Continental.
-¿Es bueno o malo?
-Diferente. Porque los programas tardan en instalarse, pero también tienen muy larga vida si se los sabe cuidar, cambiando todos los días para que nada cambie.
-¿Cuántos de tus oyentes son los de Continental, que te siguieron?
-Mitad y mitad, La Red tiene oyentes propios. Se viene con vos el que es más "hincha" tuyo que de la radio.
-¿Quiénes son tus "hinchas"?
-Lo que me diferencia es la bolilla que le doy a todo el país, al tipo del interior, a los temas de las provincias. No sólo al piquete de acá a la vuelta. No te olvides que La Red tiene 40 repetidoras en toda Argentina. Esto lo pulsás casda vez que levantás el teléfono y escuchás que llaman desde Mendoza, Salta o Ushuaia. Además, a la audiencia de la Capital, que es la que se mide, le das un producto más rico. Ni hablar de cómo se les estruja el corazón a los tipos del Interior que viven en Buenos Aires cuando escuchan algo de su terruño. A eso agregale Internet, que te suma oyentes en el exterior.
-Ese es un fenómeno que todavía no terminó de explotar, ¿no?
-Esos oyentes me enriquecen mucho. Porque a veces cuando hablás de Alemania, por ejemplo, tocás de oído. Enseguida viene el mensaje de alguien de allí que te corrige.
-Lo digo porque está restringido a los desarraigados. Pero todavía no compiten con vos los programas de radio de España o México.
-Es así. Las radios locales no compiten con las del exterior. Pero cada vez más, cuando pasa algo en España o en New York, podés acceder a información de primera mano. Yo, por deformación profesional, escucho mucha radio española. La hacen muy bien y es diferente.
-Vos sos de Santa Cruz.
-Sí, la provincia de moda.
-¿Alguna vez tuviste que votar por o contra Néstor Kirchner?
-No, porque me fui de chico a Chubut. Igual viajo seguido y tengo familia allá.
-¿Cómo te cae un presidente patagónico?
-Muy bien. Porque ver el país desde la esquina es interesante. De la Rúa no era cordobés, ya era porteño. Vivía en la cultura de la rosca y de gobernar para el microclima de siete manzanas. Más allá de algún matiz discutible sobre su setentismo, Kirchner está haciendo las cosas mejor de lo que esperábamos. Se puede mejorar, pero para lo que vivimos, está muy bien: nos plantamos frente a los organismos internacionales de crédito sin romper lazos, empezamos a vivir de lo nuestro, y fuimos el país que más creció en el mundo.
-¿Te llevás bien con los Kirchner?
-Sí. Hasta que fue presidente le debo haber hecho como cincuenta reportajes. Era de los pocos que lo conocía en Buenos Aires. Sé de su idiosincracia de hablar poco, y discutir mucho las cosas pero después cumplir. Está prevenido ante la gran capital, y esto redunda en que nombre gente de su confianza. Viene con un clan, pero hay que entenderlo. No es fácil pasar de gobernar a 200 mil habitantes a 36 millones.
-Se te nota el afecto.
-Es lógico. Cuando venís de un lugar chico, te da orgullo.
-¿Y a la hora de criticar te afecta?
-No. La gente cambia con la banda, es necesario. Y desde que asumió, nunca más hablamos. No tenemos trato, ni siquiera con los subalternos. Se dio lo contrario: gente que no conocía a Kirchner se arrimó mucho. Sobre todo de los medios.
-¿Quiénes?
-Los de siempre. Tienen una habilidad bárbara para convertirse en voceros. Pasa. Espero que los voceros se acuerden quienes son cuando cambie el gobierno de nuevo. Son hábiles, se convierten en opositores el último año y después se reciclan. Tienen debilidades y, sin necesidad de cometer delitos, les gusta el calorcito del poder.
-¿No tenés miedo de quedar pegado, como Enrique Mancini a Menem?
-Siempre hay víctimas. Pobre, él tuvo la desgracia de ser compañero de colegio. Es un gran profesional y nunca fue comisario político de nadie. A mí no me va a afectar. La gente está más crítica a la hora de leer y escuchar.
-Sin embargo, cada vez hay menos gente que lee.
-Tenés razón. Pero la gran clase media tiene claro quién es quien. Lo veo cuando toco temas de gobierno y te lo marcan enseguida los oyentes.
-Decime algo de Martín Bilyk, que te acompaña en el programa.
-Es el mejor imitador que conocí. Porque más allá de su garganta privilegiada, que le permite reproducir las voces de sus personajes mejor que nadie (si no es perfecto no lo hace, y puede competir con jurado y ganarle a los mejores), Martín es un guionista profesional y un periodista. Fijate que hablo con el presidente y es el presidente. Igual con Majul. No se pone a contar chistes, les capta el alma y la personalidad.
-El tono del presidente es zumbón, no es crítico. ¿Esto es una regla de los imitadores, no generar polémica desde el personaje?
-No sé. El tiene total libertad. imitar a alguien es un homenaje. Pero esa impunidad no te habilita a poner en su boca cualquier cosa. Es como hablar mal de alguien que no está presente y no puede defenderse. Esa debe ser la regla, me imagino. Además quedan bien o mal con sus propios defectos y virtudes. Porque los autoritarios quedan mal solos, por ejemplo.
-Contá cómo estructuran la "charla con Kirchner".
-Figuramos una conversación fuera de micrófono con un tipo con calle. Que después "al aire" es más formal.
-¿Aportás algo de tu conocimiento, de acuerdo a lo que hablábamos?
-No. Bilyk hace todo. Lo mío es tratar de sumarle sin opacarlo. Eso es difícil porque no podés hacerle chistes. Tenés que poner la cara para que te estampe la torta de crema. Sorprenderte, y tratarlo como al presidente. Esa es la clave.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Marzo de 2004
-¿Es bueno o malo?
-Diferente. Porque los programas tardan en instalarse, pero también tienen muy larga vida si se los sabe cuidar, cambiando todos los días para que nada cambie.
-¿Cuántos de tus oyentes son los de Continental, que te siguieron?
-Mitad y mitad, La Red tiene oyentes propios. Se viene con vos el que es más "hincha" tuyo que de la radio.
-¿Quiénes son tus "hinchas"?
-Lo que me diferencia es la bolilla que le doy a todo el país, al tipo del interior, a los temas de las provincias. No sólo al piquete de acá a la vuelta. No te olvides que La Red tiene 40 repetidoras en toda Argentina. Esto lo pulsás casda vez que levantás el teléfono y escuchás que llaman desde Mendoza, Salta o Ushuaia. Además, a la audiencia de la Capital, que es la que se mide, le das un producto más rico. Ni hablar de cómo se les estruja el corazón a los tipos del Interior que viven en Buenos Aires cuando escuchan algo de su terruño. A eso agregale Internet, que te suma oyentes en el exterior.
-Ese es un fenómeno que todavía no terminó de explotar, ¿no?
-Esos oyentes me enriquecen mucho. Porque a veces cuando hablás de Alemania, por ejemplo, tocás de oído. Enseguida viene el mensaje de alguien de allí que te corrige.
-Lo digo porque está restringido a los desarraigados. Pero todavía no compiten con vos los programas de radio de España o México.
-Es así. Las radios locales no compiten con las del exterior. Pero cada vez más, cuando pasa algo en España o en New York, podés acceder a información de primera mano. Yo, por deformación profesional, escucho mucha radio española. La hacen muy bien y es diferente.
-Vos sos de Santa Cruz.
-Sí, la provincia de moda.
-¿Alguna vez tuviste que votar por o contra Néstor Kirchner?
-No, porque me fui de chico a Chubut. Igual viajo seguido y tengo familia allá.
-¿Cómo te cae un presidente patagónico?
-Muy bien. Porque ver el país desde la esquina es interesante. De la Rúa no era cordobés, ya era porteño. Vivía en la cultura de la rosca y de gobernar para el microclima de siete manzanas. Más allá de algún matiz discutible sobre su setentismo, Kirchner está haciendo las cosas mejor de lo que esperábamos. Se puede mejorar, pero para lo que vivimos, está muy bien: nos plantamos frente a los organismos internacionales de crédito sin romper lazos, empezamos a vivir de lo nuestro, y fuimos el país que más creció en el mundo.
-¿Te llevás bien con los Kirchner?
-Sí. Hasta que fue presidente le debo haber hecho como cincuenta reportajes. Era de los pocos que lo conocía en Buenos Aires. Sé de su idiosincracia de hablar poco, y discutir mucho las cosas pero después cumplir. Está prevenido ante la gran capital, y esto redunda en que nombre gente de su confianza. Viene con un clan, pero hay que entenderlo. No es fácil pasar de gobernar a 200 mil habitantes a 36 millones.
-Se te nota el afecto.
-Es lógico. Cuando venís de un lugar chico, te da orgullo.
-¿Y a la hora de criticar te afecta?
-No. La gente cambia con la banda, es necesario. Y desde que asumió, nunca más hablamos. No tenemos trato, ni siquiera con los subalternos. Se dio lo contrario: gente que no conocía a Kirchner se arrimó mucho. Sobre todo de los medios.
-¿Quiénes?
-Los de siempre. Tienen una habilidad bárbara para convertirse en voceros. Pasa. Espero que los voceros se acuerden quienes son cuando cambie el gobierno de nuevo. Son hábiles, se convierten en opositores el último año y después se reciclan. Tienen debilidades y, sin necesidad de cometer delitos, les gusta el calorcito del poder.
-¿No tenés miedo de quedar pegado, como Enrique Mancini a Menem?
-Siempre hay víctimas. Pobre, él tuvo la desgracia de ser compañero de colegio. Es un gran profesional y nunca fue comisario político de nadie. A mí no me va a afectar. La gente está más crítica a la hora de leer y escuchar.
-Sin embargo, cada vez hay menos gente que lee.
-Tenés razón. Pero la gran clase media tiene claro quién es quien. Lo veo cuando toco temas de gobierno y te lo marcan enseguida los oyentes.
-Decime algo de Martín Bilyk, que te acompaña en el programa.
-Es el mejor imitador que conocí. Porque más allá de su garganta privilegiada, que le permite reproducir las voces de sus personajes mejor que nadie (si no es perfecto no lo hace, y puede competir con jurado y ganarle a los mejores), Martín es un guionista profesional y un periodista. Fijate que hablo con el presidente y es el presidente. Igual con Majul. No se pone a contar chistes, les capta el alma y la personalidad.
-El tono del presidente es zumbón, no es crítico. ¿Esto es una regla de los imitadores, no generar polémica desde el personaje?
-No sé. El tiene total libertad. imitar a alguien es un homenaje. Pero esa impunidad no te habilita a poner en su boca cualquier cosa. Es como hablar mal de alguien que no está presente y no puede defenderse. Esa debe ser la regla, me imagino. Además quedan bien o mal con sus propios defectos y virtudes. Porque los autoritarios quedan mal solos, por ejemplo.
-Contá cómo estructuran la "charla con Kirchner".
-Figuramos una conversación fuera de micrófono con un tipo con calle. Que después "al aire" es más formal.
-¿Aportás algo de tu conocimiento, de acuerdo a lo que hablábamos?
-No. Bilyk hace todo. Lo mío es tratar de sumarle sin opacarlo. Eso es difícil porque no podés hacerle chistes. Tenés que poner la cara para que te estampe la torta de crema. Sorprenderte, y tratarlo como al presidente. Esa es la clave.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Marzo de 2004
miércoles, 3 de marzo de 2004
Eduardo Aliverti: Guinzburg me dijo: "Más que oyentes, tenés militantes"
Con "Marca de radio" (Rivadavia, AM 630, sábados de 10 a 13), Eduardo Aliverti se volvió una "columna" de los fines de semana. Sin embargo, el periodista y locutor no se relaja y va por más en esta nueva temporada: "Ahora buscamos afianzar el carácter político del programa -explica-. Esto tiene que ver con que, a partir del descrédito de los políticos, la radio y la TV se vieron 'contaminados' por lo social. Es decir, se sigue el humor de la clase media, que es lo que fija la agenda mediática. Estamos convencidos de que la política es más necesaria que nunca".
-¿Hay otro desafío?
-Sí. Tiene que ver con lo estético. Más allá de que somos líderes en el horario, y que ya tenemos siete años de vida, siempre es necesario renovarse. Desde la base sonora, hasta la manera de editar un reportaje. Y por ser semanal, tenemos la obligación de ser sintéticos, sin perder profundidad.
-En un horario con oyentes relajados.
-Es así, pero con una audiencia cautiva muy importante. Una vez el petiso Guinzburg me dijo: "Más que oyentes, tenés militantes". Aunque por más militantes que sean, son gente de pensamiento crítico. Por eso no me interesa ganar audiencia dispersa a costa de perder a los cautivos. Eso me pasaría si pierdo profundidad analítica.
-¿Hay mucha opinión en la radio?
-Sí. después se puede pensar que hay más salames que pensantes, más "oligos" que talentosos. Creo que la radio está muy, y mal opinada, sobre todo la AM.
-¿El "postdelarruísmo" está marcado por una aceptación mayor de la política en el público?
-Sí. Hay más tolerancia hacia la participación de los políticos en todos los programas. Esto se ve con claridad en la primera mañana durante la semana. Intuyo que está ligado a que el gobierno de Kirchner despierta esperanza, pero no necesariamente confianza. Por lo tanto, la gente está ávida de saber si puede mutar su esperanza en confianza. Nos quemamos muchas veces con la leche de la misma vaca.
-¿Cómo se paran los medios ante esta realidad?
-Tienen un ataque de "oficialitis aguda". De una intensidad que no veía desde la primavera alfonsinista.
-¿Más que en el menemismo?
-Más que en el menemismo de la convertibilidad, que fue el más popular. Lo que pasa es que el gobierno de Menem te dejaba muchos resquicios para criticar a la corruptela. Ahora no parece haber tantos.
-¿En qué se basa esa "oficialitis"?
-En acciones progres en lo social y derechos humanos, un discurso de centro izquierda de presunto enfrentamiento con los acreedores, y no hay que olvidarse de la crisis de la que se viene. A "Marca..." le va bien porque ejercemos un pensamiento crítico, no elogiamos todo, todo el tiempo. La oficialitis aguda siempre es peligrosa.
-La economía del país creció un ocho por ciento, pero en los medios no se ve que la inversión haya aumentado en la misma proporción. ¿Es así?
-En la crisis los medios se achicaron violentamente. En la tele, programas periodísticos que siempre se caracterizaron por un alto nivel de edición artística, casi llegan al nivel del helecho y la mesa.
-¿Y en la radio?
-Hay mayor intervención de los oyentes en reemplazo de trabajo de producción y una CATARATA de pasantes. Esto se nota mucho. Con respecto a los porcentajes que marcás, en la radio no se notan cambios. Hay movidas interesantes para este año. Tinelli invirtió mucho en la nueva Del Plata y está la AM 1150. También hay pases de figuras como Lalo Mir en Mitre. Pero en lo que hace al sustrato del despliegue de producción e investigación, la radio sigue como en lo peor de la crisis.
-Se sigue contratando a la figura para que lleve su dinero a la radio. ¿no?
-Sí, la figura tiene que remar. Todavía no hubo una reaparición de los sponsors privados en la radio. Si recorrés los horarios de mayor audiencia vas a encontrar publicidad oficial, una presencia tibia de las privatizadas y grandes empresas de servicios y nada de pequeñas y medianas empresas.
-¿La publicidad oficial se maneja con honestidad?
-En lo personal no puedo decir que por ser crítico me hayan sacado la publicidad. En los grandes medios noto algunos programas, como el de Mariano Grondona, que en su reaparición se ve casi monodependiente del Banco Provincia. No tengo chequeado que haya una contrapartida.
-En Eter sos formador de profesionales de los medios. ¿Cómo imaginás la radio del futuro?
-La radio sigue siendo el medio más popular en llegada y oferta de propuestas. Además, es mucho más barato acceder a una hora de radio que de TV y de la gráfica. Por eso, la visualizo tan fuerte como siempre. Tengo mis dudas del avance de la radio desde el punto de vista de la profundidad analítica (siempre hablando de los medios del sistema y no de los espacios alternativos).
-¿Por qué?
-Porque, sobre todo la FM, fue ganada por la cultura del clip. Todo tiene que ser rápido, sobre todo por la impronta de algunos comunicadores (los podés respetar o no) que buscan meter mucha información sin análisis. Sí hay una revalorización del concepto de la AM como lugar para opinar.
-No se ve vanguardia, nadie se arriesga a equivocarse ¿no?
-Comparto. Fueron vanguardia el "Fontana show", "Sin anestesia", el Negro Martinheitz y La Rock & Pop en los '80. De los '90 para acá no hay nada a esa altura. No se justifica, si se tienen en cuenta los avances tecnológicos.
-¿Es por vagancia o cobardía?
-Es una muy buena pregunta para la que no tengo respuesta. Supongo que un poco de las dos. Hay personalidades cómodas con su audiencia que no les interesa moverse. Y entre los más jóvenes puede haber temor de innovar. Ensayo una respuesta: antes un productor era un tipo con un nivel intelectual interesante, que sabía dirigir equipos, cruzar datos. A causa del vértigo y de la flexibilidad laboral, entre otros temas, hoy es un mero agendero telefónico.
-¿Escuchaste a Mirtha Legrand, un ícono de la tele?
-Todavía no. Es admirable que tome ese desafío a su edad, y tengo expectativas sobre cómo le puede ir. El otro día un colega me decía, acerca de los fracasos de la mayoría de las figuras de la TV en radio: "En la radio se ven los pingos". Cuando no te sirve el maquillaje, ni la caripela, ni el phisique du rol. Por eso es un desafío muy interesante, desde el análisis radiofónico, cómo le puede ir a una figura con sus características y magnitud. Habrá que esperar.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica - Buenos Aires
Marzo de 2004
-¿Hay otro desafío?
-Sí. Tiene que ver con lo estético. Más allá de que somos líderes en el horario, y que ya tenemos siete años de vida, siempre es necesario renovarse. Desde la base sonora, hasta la manera de editar un reportaje. Y por ser semanal, tenemos la obligación de ser sintéticos, sin perder profundidad.
-En un horario con oyentes relajados.
-Es así, pero con una audiencia cautiva muy importante. Una vez el petiso Guinzburg me dijo: "Más que oyentes, tenés militantes". Aunque por más militantes que sean, son gente de pensamiento crítico. Por eso no me interesa ganar audiencia dispersa a costa de perder a los cautivos. Eso me pasaría si pierdo profundidad analítica.
-¿Hay mucha opinión en la radio?
-Sí. después se puede pensar que hay más salames que pensantes, más "oligos" que talentosos. Creo que la radio está muy, y mal opinada, sobre todo la AM.
-¿El "postdelarruísmo" está marcado por una aceptación mayor de la política en el público?
-Sí. Hay más tolerancia hacia la participación de los políticos en todos los programas. Esto se ve con claridad en la primera mañana durante la semana. Intuyo que está ligado a que el gobierno de Kirchner despierta esperanza, pero no necesariamente confianza. Por lo tanto, la gente está ávida de saber si puede mutar su esperanza en confianza. Nos quemamos muchas veces con la leche de la misma vaca.
-¿Cómo se paran los medios ante esta realidad?
-Tienen un ataque de "oficialitis aguda". De una intensidad que no veía desde la primavera alfonsinista.
-¿Más que en el menemismo?
-Más que en el menemismo de la convertibilidad, que fue el más popular. Lo que pasa es que el gobierno de Menem te dejaba muchos resquicios para criticar a la corruptela. Ahora no parece haber tantos.
-¿En qué se basa esa "oficialitis"?
-En acciones progres en lo social y derechos humanos, un discurso de centro izquierda de presunto enfrentamiento con los acreedores, y no hay que olvidarse de la crisis de la que se viene. A "Marca..." le va bien porque ejercemos un pensamiento crítico, no elogiamos todo, todo el tiempo. La oficialitis aguda siempre es peligrosa.
-La economía del país creció un ocho por ciento, pero en los medios no se ve que la inversión haya aumentado en la misma proporción. ¿Es así?
-En la crisis los medios se achicaron violentamente. En la tele, programas periodísticos que siempre se caracterizaron por un alto nivel de edición artística, casi llegan al nivel del helecho y la mesa.
-¿Y en la radio?
-Hay mayor intervención de los oyentes en reemplazo de trabajo de producción y una CATARATA de pasantes. Esto se nota mucho. Con respecto a los porcentajes que marcás, en la radio no se notan cambios. Hay movidas interesantes para este año. Tinelli invirtió mucho en la nueva Del Plata y está la AM 1150. También hay pases de figuras como Lalo Mir en Mitre. Pero en lo que hace al sustrato del despliegue de producción e investigación, la radio sigue como en lo peor de la crisis.
-Se sigue contratando a la figura para que lleve su dinero a la radio. ¿no?
-Sí, la figura tiene que remar. Todavía no hubo una reaparición de los sponsors privados en la radio. Si recorrés los horarios de mayor audiencia vas a encontrar publicidad oficial, una presencia tibia de las privatizadas y grandes empresas de servicios y nada de pequeñas y medianas empresas.
-¿La publicidad oficial se maneja con honestidad?
-En lo personal no puedo decir que por ser crítico me hayan sacado la publicidad. En los grandes medios noto algunos programas, como el de Mariano Grondona, que en su reaparición se ve casi monodependiente del Banco Provincia. No tengo chequeado que haya una contrapartida.
-En Eter sos formador de profesionales de los medios. ¿Cómo imaginás la radio del futuro?
-La radio sigue siendo el medio más popular en llegada y oferta de propuestas. Además, es mucho más barato acceder a una hora de radio que de TV y de la gráfica. Por eso, la visualizo tan fuerte como siempre. Tengo mis dudas del avance de la radio desde el punto de vista de la profundidad analítica (siempre hablando de los medios del sistema y no de los espacios alternativos).
-¿Por qué?
-Porque, sobre todo la FM, fue ganada por la cultura del clip. Todo tiene que ser rápido, sobre todo por la impronta de algunos comunicadores (los podés respetar o no) que buscan meter mucha información sin análisis. Sí hay una revalorización del concepto de la AM como lugar para opinar.
-No se ve vanguardia, nadie se arriesga a equivocarse ¿no?
-Comparto. Fueron vanguardia el "Fontana show", "Sin anestesia", el Negro Martinheitz y La Rock & Pop en los '80. De los '90 para acá no hay nada a esa altura. No se justifica, si se tienen en cuenta los avances tecnológicos.
-¿Es por vagancia o cobardía?
-Es una muy buena pregunta para la que no tengo respuesta. Supongo que un poco de las dos. Hay personalidades cómodas con su audiencia que no les interesa moverse. Y entre los más jóvenes puede haber temor de innovar. Ensayo una respuesta: antes un productor era un tipo con un nivel intelectual interesante, que sabía dirigir equipos, cruzar datos. A causa del vértigo y de la flexibilidad laboral, entre otros temas, hoy es un mero agendero telefónico.
-¿Escuchaste a Mirtha Legrand, un ícono de la tele?
-Todavía no. Es admirable que tome ese desafío a su edad, y tengo expectativas sobre cómo le puede ir. El otro día un colega me decía, acerca de los fracasos de la mayoría de las figuras de la TV en radio: "En la radio se ven los pingos". Cuando no te sirve el maquillaje, ni la caripela, ni el phisique du rol. Por eso es un desafío muy interesante, desde el análisis radiofónico, cómo le puede ir a una figura con sus características y magnitud. Habrá que esperar.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica - Buenos Aires
Marzo de 2004