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viernes, 29 de noviembre de 2002
Enrique Alejandro Mancini: "Si yo hubiese estado ligado a la gestión de Menem me habría aprovechado"
En 1951, Enrique Alejandro Mancini se sentaba por primera vez frente a los micrófonos del Servicio Radiofónico Internacional Argentino, germen del RAE. Más de medio siglo después sigue en el aire y, por primera vez "Personalmente" (lunes a viernes de 14 a 16) llega a Nacional, AM 870. "Cuando entré a la radio -recuerda- todo era estructurado y guionado y junto a Hugo Guerrero Martinheitz y Carlos Rodari renovamos el aire. Le sacamos la contractura de una manera apabullante".
-¿Qué cambió del programa por estar en Nacional?
-Por una cuestión de horario incorporé temas de interés para la mujer.
Me pone muy contento estar aquí porque es de gran penetración. Hacía una década que estaba en radios de bajo impacto como Colonia, la 990 y Libertad.
-¿Es empleado de la radio?
-No, estamos en coproducción. No nos pagan. Repartimos la publicidad en mitades, con un mercado en crisis.
-A pesar de haber sido afiliado radical, tuvo dificultades cuando ellos estuvieron en el poder.
-No hay peor cuña que la del mismo palo. Por eso, cuando hice alguna crítica se generaron situaciones incómodas. En radio Colonia denunciamos que una afiliada radical descubrió que alguien estaba cobrando un sueldo a nombre de ella por un trabajo inexistente. Esto fue cuando De la Rua estaba en el gobierno de la ciudad y dolió mucho porque era un capitoste radical que trabajaba en una quinta en Pilar. ¿Está claro?
-¿El haber sido compañero de banco de Carlos Menem en el primario lo dejó "pegado" ideológicamente?
-No te olvides que a mí me prohibió López Rega. Muy cómodo con los peronistas nunca estuve. No estoy politizado, aunque algunos sectores lo intenten. Alguien me politizó y pronto, en una carta abierta, voy a pedir que no lo hagan más.
-¿Entonces?
-Si yo hubiese estado ligado a la gestión de Menem hubiese aprovechado para hacerme nombrar agregado cultural, tal vez tendría una FM o hubiese sido un pasajero habitual del avión presidencial cada vez que se iba al exterior. Una vez, algún amigo de Menem me comentó, como al pasar, que se había ido a comprar zapatos a Italia. Yo siempre gasté y me compré los zapatos en Buenos Aires.
-Vuelvo al tema. ¿No es amigo de Menem?
-No lo voy a negar como hizo el apóstol Pedro con Jesús antes de que cantara el gallo. Menem fue mi compañero de escuela y mantuvimos una relación a través de los años. Y siempre habló en mis programas. Pero no tengo absolutamente nada que ver con él.
-Trabajó para ATC durante su gestión.
-Cuando estuve dirigiendo ATC, durante 15 meses, fue porque la Iglesia estaba cuestionando los programas periodísticos y mi nombramiento fue una salida elegante. Después me dijeron que había que hacerle la campaña a Suardi y yo lo metía en el programa de Mauro o el de Sofovich. Cuando me llamaron para hablar llevaba la renuncia en el bolsillo.
-También hizo un programa.
-El único fue el del Congreso, que era pluralista. Me sacaron cuando llegaron los radicales ("no cubría las expectativas", adujeron) y nunca me reemplazaron. Como no era empleado del canal tuve que hacer juicio por incumplimiento de contrato.
-¿Habló con el ex-ministro de cultura Darío Lopérfido?
-Nunca me recibió. Me mandaron a hablar con un señor voluminoso como Buda. Debía ser el hijo de Buda. Y me dijo: "...a usted no le vamos a dar trabajo porque representa al régimen peronista". Muy demodé, sobre todo en alguien que se dice progresista y sigue atado al presupuesto de la Nación.
-¿Y De la Rua?
-Su vocero, Ostuni, fue mi compañero en Mitre y, delante de Lopérfido, le comentó el tema. De la Rúa dijo que había que solucionarlo pero no pasó nada. El grupo Sushi se me oponía.
-¿Por qué?
-En parte porque fui uno de los impulsores de que los medios del estado los manejara el Congreso. Eso impediría que lo haga el Comité o la Unidad Básica. Como los chicos de Lopérfido y el hijo del presidente venían con la intención de manejar todo, yo molestaba. Fijate que las dos cámaras votaron por unanimidad la vuelta del programa y nunca se hizo. Sí están al aire los de la policía, el ejército y la Iglesia. Se ve que el Congreso no les gusta.
-¿Le interesa ser funcionario?
-No. Sólo me postulo para la dirección de la Radio y Televisión Argentina cuando se incluya a las radios y la televisión del Estado. Me avalan mis antecedentes de trabajo, por ser un académico de la comunicación y por tener una foja limpia.
-¿Nadie lo va a criticar?
-Sólo Lopérfido, pero supongo que seguirá viviendo en España.
-¿Por qué trabajó tanto en canales del estado?
-Porque el mío es un estilo para emisora oficial. Si estuviera a cargo pediría que mis periodistas no aparezcan en cámara en solerito. Deben ser impersonales porque lo importante es la noticia.
-No le gustaría el noticiero nudista ruso, me imagino.
-Acá podría ir por cable. Aunque si Moria está a la tarde...
-¿Por último, cómo se define políticamente?
-Soy un profundo nacionalista y fustigo el yugo aceptado de los imperialistas.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora, Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina
Noviembre de 2002
Foto: La Voz del Interior.
MURIO EL LOCUTOR ENRIQUE MANCINI
10/07/2008 - crónica.com.ar
El locutor y conductor de radio y televisión Enrique Alejandro Mancini murió ayer a los 78 años y sus restos descansan en un cementerio privado de la localidad bonaerense de Escobar.
De una vasta trayectoria que se inició en 1951 bajo los micrófonos del Servicio Radiofónico Internacional Argentino conocido actualmente como Radiodifusión Argentina al Exterior.
Quedará en la historia al ser el primer locutor en nuestro país, junto con Juan Carlos Pascual, de la primera transmisión de la frecuencia modulada (FM) en 102.3.
Actualmente continuaba desplegando su talento en algunas emisoras.
Como dato anecdótico cabe señalar que Mancini fue compañero de Carlos Saúl Menem en la escuela primaria y durante su presidencia fue el director de Canal 7.
miércoles, 27 de noviembre de 2002
Daisy May Queen: "¡No me banco a los pseudointelectuales que critican a lo popular!".
En el verano, cuando hablamos con ella, Daisy May Queen todavía no tenía firmado el contrato con FM Hit (105.5), donde conduce "Los cuarenta principales" y ya es casi una marca registrada de esa emisora. Pero así como no se hizo problemas entonces, tampoco se los hace ahora, a pesar de que el país es muy diferente. "Ya estamos negociando la renovación de contrato para el año que viene. No hay inconvenientes con eso".
-Vos estás en la radio desde el comienzo. ¿Qué diferencia hay entre negociar con los españoles y los anteriores dueños?
-Ninguna, porque nunca hablo con ellos en persona sino a través de mi jefe directo y con él el trato es de viejos amigos. Básicamente el trato será el mismo que el de este año. Como van los tiempos no puedo pretender un sueldo maravilloso y hay que ponerse la camiseta más que nunca. Algo que no me cuesta nada.
-En menos de un año ¿qué cambió en la percepción de la radio?
-A los adolescentes les importa lo que pasa porque ellos ven cercenadas muchas de sus posibilidades. Hoy no es tan fácil estudiar, conseguir el primer trabajo ni que las puertas de una compañía se te abran. Muchos de mis oyentes emigraron y hoy recibo mails de Israel, España, Estados Unidos, México e Inglaterra de chicos que me escuchan por Internet.
-¿Y en lo musical?
-La gente no quiere que les tieren pálidas porque para eso están las AM. Ahí te informás y te deprimís. En la FM, aunque no somos una isla, no nos podemos dar ese lujo. Ese espíritu está en la música que elige el público. Fijate, en el puesto número uno está Mambrú, segundo viene Ricardo Arjona (ahora está divorciado, eso influye) y tercera, Thalía.
-¿Se te cortaron los viajes por la devaluación?
-Las invitaciones siguen igual que antes. Este año ya viajé a México para entrevistar a Thalía, a Madrid y New York con Bandana, a Barcelona con Chayanne y ahora me voy a Mayorca para reportear a Arjona. La radio en general no paga los viajes. Al revés, ahora lo que cambió es que tenemos corresponsales en Londres y New York. A la gente le gusta porque tiene la información al día.
-Sé que estás enojada con los críticos musicales.
-Sí, porque son despiadados con el pop argentino. ¿Leíste algunas críticas que le hiceron a Mambrú? Tienen un prejuicio enorme con el género. Hacé una lista de conjuntos que empezaron y terminaron su carrera con críticas muy desfavorables y hoy son intocables a nivel mundial. Desde Queen hasta Bon Jovi. Hoy tratá de encontrar a alguien que te hable mal de Freddie Mercury. Da la sensación de que para todo lo distinto, novedoso y popular estará la prensa para denostarlo.
-Definí tu furia.
-¡No me banco a los pseudointelectuales que critican a lo popular!
-¿A partir de la devaluación habrá una suerte de "compre argentino" musical?
-Absolutamente. Gracias a Dios en los últimos tres meses levantó un poco la venta de CDs. Y esto gracias a la movida que generaron Bandana y Mambrú. Creo que en la industria argentina del disco se hablará de un antes y un después de Popstars.
-¿Por qué?
-Porque va revolucionar el pop nacional, que hasta ahora siempre estuvo escondido detrás de alguna cortina. Virus se hacía cargo pero, por ejemplo, Soda Stereo tenía una historieta más glamorosa y rockera. Ahora se va a ir con el pop de frente y sin tapujos. Además, los programas sirvieron para que se viera que hay muchos talentos sin explotar. Este es el momento para lanzar solistas y grupos nuevos.
-¿Para consumo externo o exportar?
-Las dos. Hoy estuve viendo los rankings de España. Bandana vendió 25.000 copias. Mucho mejor que las Popstars de allá. Yo vi cómo los españoles se asombraban cuando las escuchaban cantar en vivo y a capella. Ahí caían rendidos porque no había grabación, fierros, filtros ni nada.
-¿Escuchás radio?
-De acá no. De afuera a morir. Ahora estoy muy atenta al nuevo formato digital que viene apañado por Radio Neederlands, pagada por el estado holandés.
-¿De qué se trata?
-Por ejemplo, con un transmisor muy chico vas a poder salir para toda América con una calidad de FM. Claro, el que escucha necesitará un receptor especial. Tendrás que comprar un aparatito nuevo que se adosará al equipo de audio. Es algo parecido a la onda corta pero con una calidad muy, muy superior. Todavía falta para que se pueda llevar en un walkman, pero es cuestión de tiempo.
-¿Esto está en período de prueba?
-Sí. Falta también cuál será la aceptación del público. Dependerá del precio y de lo que te ofrezcan con ese sistema. En Europa se están preparando para una revolución o para un fracaso estrepitoso, pero en todas las radios se toca el tema.
-¿Esto acá llegará...?
-Habrá que esperar un tiempito.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina
noviembre de 2002
-Vos estás en la radio desde el comienzo. ¿Qué diferencia hay entre negociar con los españoles y los anteriores dueños?
-Ninguna, porque nunca hablo con ellos en persona sino a través de mi jefe directo y con él el trato es de viejos amigos. Básicamente el trato será el mismo que el de este año. Como van los tiempos no puedo pretender un sueldo maravilloso y hay que ponerse la camiseta más que nunca. Algo que no me cuesta nada.
-En menos de un año ¿qué cambió en la percepción de la radio?
-A los adolescentes les importa lo que pasa porque ellos ven cercenadas muchas de sus posibilidades. Hoy no es tan fácil estudiar, conseguir el primer trabajo ni que las puertas de una compañía se te abran. Muchos de mis oyentes emigraron y hoy recibo mails de Israel, España, Estados Unidos, México e Inglaterra de chicos que me escuchan por Internet.
-¿Y en lo musical?
-La gente no quiere que les tieren pálidas porque para eso están las AM. Ahí te informás y te deprimís. En la FM, aunque no somos una isla, no nos podemos dar ese lujo. Ese espíritu está en la música que elige el público. Fijate, en el puesto número uno está Mambrú, segundo viene Ricardo Arjona (ahora está divorciado, eso influye) y tercera, Thalía.
-¿Se te cortaron los viajes por la devaluación?
-Las invitaciones siguen igual que antes. Este año ya viajé a México para entrevistar a Thalía, a Madrid y New York con Bandana, a Barcelona con Chayanne y ahora me voy a Mayorca para reportear a Arjona. La radio en general no paga los viajes. Al revés, ahora lo que cambió es que tenemos corresponsales en Londres y New York. A la gente le gusta porque tiene la información al día.
-Sé que estás enojada con los críticos musicales.
-Sí, porque son despiadados con el pop argentino. ¿Leíste algunas críticas que le hiceron a Mambrú? Tienen un prejuicio enorme con el género. Hacé una lista de conjuntos que empezaron y terminaron su carrera con críticas muy desfavorables y hoy son intocables a nivel mundial. Desde Queen hasta Bon Jovi. Hoy tratá de encontrar a alguien que te hable mal de Freddie Mercury. Da la sensación de que para todo lo distinto, novedoso y popular estará la prensa para denostarlo.
-Definí tu furia.
-¡No me banco a los pseudointelectuales que critican a lo popular!
-¿A partir de la devaluación habrá una suerte de "compre argentino" musical?
-Absolutamente. Gracias a Dios en los últimos tres meses levantó un poco la venta de CDs. Y esto gracias a la movida que generaron Bandana y Mambrú. Creo que en la industria argentina del disco se hablará de un antes y un después de Popstars.
-¿Por qué?
-Porque va revolucionar el pop nacional, que hasta ahora siempre estuvo escondido detrás de alguna cortina. Virus se hacía cargo pero, por ejemplo, Soda Stereo tenía una historieta más glamorosa y rockera. Ahora se va a ir con el pop de frente y sin tapujos. Además, los programas sirvieron para que se viera que hay muchos talentos sin explotar. Este es el momento para lanzar solistas y grupos nuevos.
-¿Para consumo externo o exportar?
-Las dos. Hoy estuve viendo los rankings de España. Bandana vendió 25.000 copias. Mucho mejor que las Popstars de allá. Yo vi cómo los españoles se asombraban cuando las escuchaban cantar en vivo y a capella. Ahí caían rendidos porque no había grabación, fierros, filtros ni nada.
-¿Escuchás radio?
-De acá no. De afuera a morir. Ahora estoy muy atenta al nuevo formato digital que viene apañado por Radio Neederlands, pagada por el estado holandés.
-¿De qué se trata?
-Por ejemplo, con un transmisor muy chico vas a poder salir para toda América con una calidad de FM. Claro, el que escucha necesitará un receptor especial. Tendrás que comprar un aparatito nuevo que se adosará al equipo de audio. Es algo parecido a la onda corta pero con una calidad muy, muy superior. Todavía falta para que se pueda llevar en un walkman, pero es cuestión de tiempo.
-¿Esto está en período de prueba?
-Sí. Falta también cuál será la aceptación del público. Dependerá del precio y de lo que te ofrezcan con ese sistema. En Europa se están preparando para una revolución o para un fracaso estrepitoso, pero en todas las radios se toca el tema.
-¿Esto acá llegará...?
-Habrá que esperar un tiempito.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina
noviembre de 2002
lunes, 25 de noviembre de 2002
Sara Diez: "Se preparan para modelar y terminan conduciendo programas en radio o TV"
Tal vez sea más conocida por acompañar a Julio Maharbiz en "Argentinísima" (Belgrano, AM 950, lunes a viernes de 10 a 13), pero Sara Diez, locutora nacional y arquitecta latente, tiene vuelo y programa propio. "El programa busca acompañar a los oyentes en cuestiones de salud, haciendo hincapié en la prevención, con una onda muy positiva y buena música latina".La referencia es para su "Salud Diez", que va los sábados de 13 a 15 por la misma radio.
-¿En qué marco?
-Hoy por hoy, todo lo que tiene que ver con la atención médica está colapsado. Por lo tanto, buscamos desde la radio llenar un poco los huecos que el sistema de salud va dejando. No desde el punto de vista solidario (aunque eso no faltará) sino desde el contacto con los profesionales, tanto en el piso como por vía telefónica.
-¿El tono es el de un programa de divulgación?
-Claro. Se busca un lenguaje claro, sencillo y simple, que esté al alcance de toda la gente. De hecho, debo estar muy atenta a si se entiende bien lo que se está diciendo porque soy el nexo entre el profesional y el oyente.
-¿Cuáles son los temas?
-En estos primeros programas hablamos desde una vacuna contra el Sida hasta un aceite que reduce el nivel de colesterol, pasando por la hipertensión, las lesiones de los deportistas y las bondades de la actividad física o la acupuntura. También hablamos con funcionarios y médicos sobre la cuestión de los medicamentos genéricos y de desnutrición. Se trata de abarcar todo lo que hace a la vida misma.
-Ante el colapso del sistema de salud que mencionaste. ¿Programas como el tuyo tienen una responsabilidad social mayor?
-Por supuesto. Tengo claro que la gente va a demandar. Y si la radio en general, y el programa en particular, pueden ayudar a generar los contactos que cubran una necesidad de este tipo, bienvenido sea. Si no es así, pido disculpas porque no sé qué tipo de respuesta hallaré en las autoridades. Sí me comprometo a hacerlos dar la cara y, si los laboratorios acompañan, a organizar un banco de medicamentos para aquellos que no pueden comprarlos.
-¿Tendrás contacto directo con la audiencia?
-Sí. Habrá preguntas al profesional que esté en el piso.
-Paso a tu profesión: ¿Los locutores tienden a volcarse cada vez más al periodismo?
-Eso nos pasa a los que queremos transmitir cosas, más allá de colocar el tono de tu voz para hacer un buen aviso comercial o un institucional. Por eso le doy las gracias a Julio Maharbiz por haberme dado la oportunidad de expresame en su emisora.
-¿El fenómeno se da sólo por una inquietud profesional o por una necesidad económica?
-Un poco de las dos. En mi caso, lo que busco es proyectarme y tener un poco más de protagonismo. Yo destaco la función de muchos locutores y locutoras. No así a la gente que se dedica a esto sin haber estudiado. Esa es una crítica permanente que hago. Y lamento no tener más aire para poder seguir renegando contra aquellos que se prepararon para modelar, actuar o cualquier otra cosa y terminan conduciendo programas de televisión o de radio.
-¿Quién es el culpable?
-Hay muchos. Empezando por las autoridades máximas, con el COMFER a la cabeza. Porque no hacen absolutamente nada y lo digo con conocimiento de causa. Fijate que tiran publicidades al aire, cualquiera dice cualquier cosa sobre cualquier tema y el único castigo son unas multas que son teóricas por impracticables o incobrables. Es un tema muy largo.
-¿Tenés algun colega como referente?
-No tengo. Desde que estudié en el ISSER. Me gustan todos y ninguno. No admiro ni imito a nadie de los medios. De cada uno puedo extractar una parte porque simpre dicen algo que me agrada pero al otro día muestran otra cara. Como no los conozco como personas, prefiero ni hablar de ellos. Puede pasar que hacen una buena obra y por atrás son mala gente.
-¿Escuchás radio?
-Sí, sobre todo las radios que pasan música. Me gusta la de Tinelli, Algo de Aspen y GEN y en AM, cuando quiero enterarme de lo que pasa y no tengo tiempo para leer el diario, pongo Belgrano y a veces algo de América o Del Plata. Pero no me caso con ningún periodista ni espacio en particular.
-Hiciste algo de TV por cable.
-Sí, pero en mi faceta de arquitecta. Hacía un programa de countries.
-"Mataste" la fantasía del oyente que no te conoce la cara.
-Gracias a Dios, mucha gente me ubica por ese programa y otros, y me hacen comentarios generosos. Y a veces se aparece algún oyente con un ramo de jazmines.
-Se acabó el misterio. Ahora las radios hacen su publicidad con la cara del locutor.
-Me encanta. Porque la magia no se pierde por más que se conozca el rostro. Me parece más honesto. A mí me gusta exponerme. No es ni mejor ni peor, es diferente.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica (versión sin editar)
Buenos Aires - Argentina
Noviembre de 2002
-¿En qué marco?
-Hoy por hoy, todo lo que tiene que ver con la atención médica está colapsado. Por lo tanto, buscamos desde la radio llenar un poco los huecos que el sistema de salud va dejando. No desde el punto de vista solidario (aunque eso no faltará) sino desde el contacto con los profesionales, tanto en el piso como por vía telefónica.
-¿El tono es el de un programa de divulgación?
-Claro. Se busca un lenguaje claro, sencillo y simple, que esté al alcance de toda la gente. De hecho, debo estar muy atenta a si se entiende bien lo que se está diciendo porque soy el nexo entre el profesional y el oyente.
-¿Cuáles son los temas?
-En estos primeros programas hablamos desde una vacuna contra el Sida hasta un aceite que reduce el nivel de colesterol, pasando por la hipertensión, las lesiones de los deportistas y las bondades de la actividad física o la acupuntura. También hablamos con funcionarios y médicos sobre la cuestión de los medicamentos genéricos y de desnutrición. Se trata de abarcar todo lo que hace a la vida misma.
-Ante el colapso del sistema de salud que mencionaste. ¿Programas como el tuyo tienen una responsabilidad social mayor?
-Por supuesto. Tengo claro que la gente va a demandar. Y si la radio en general, y el programa en particular, pueden ayudar a generar los contactos que cubran una necesidad de este tipo, bienvenido sea. Si no es así, pido disculpas porque no sé qué tipo de respuesta hallaré en las autoridades. Sí me comprometo a hacerlos dar la cara y, si los laboratorios acompañan, a organizar un banco de medicamentos para aquellos que no pueden comprarlos.
-¿Tendrás contacto directo con la audiencia?
-Sí. Habrá preguntas al profesional que esté en el piso.
-Paso a tu profesión: ¿Los locutores tienden a volcarse cada vez más al periodismo?
-Eso nos pasa a los que queremos transmitir cosas, más allá de colocar el tono de tu voz para hacer un buen aviso comercial o un institucional. Por eso le doy las gracias a Julio Maharbiz por haberme dado la oportunidad de expresame en su emisora.
-¿El fenómeno se da sólo por una inquietud profesional o por una necesidad económica?
-Un poco de las dos. En mi caso, lo que busco es proyectarme y tener un poco más de protagonismo. Yo destaco la función de muchos locutores y locutoras. No así a la gente que se dedica a esto sin haber estudiado. Esa es una crítica permanente que hago. Y lamento no tener más aire para poder seguir renegando contra aquellos que se prepararon para modelar, actuar o cualquier otra cosa y terminan conduciendo programas de televisión o de radio.
-¿Quién es el culpable?
-Hay muchos. Empezando por las autoridades máximas, con el COMFER a la cabeza. Porque no hacen absolutamente nada y lo digo con conocimiento de causa. Fijate que tiran publicidades al aire, cualquiera dice cualquier cosa sobre cualquier tema y el único castigo son unas multas que son teóricas por impracticables o incobrables. Es un tema muy largo.
-¿Tenés algun colega como referente?
-No tengo. Desde que estudié en el ISSER. Me gustan todos y ninguno. No admiro ni imito a nadie de los medios. De cada uno puedo extractar una parte porque simpre dicen algo que me agrada pero al otro día muestran otra cara. Como no los conozco como personas, prefiero ni hablar de ellos. Puede pasar que hacen una buena obra y por atrás son mala gente.
-¿Escuchás radio?
-Sí, sobre todo las radios que pasan música. Me gusta la de Tinelli, Algo de Aspen y GEN y en AM, cuando quiero enterarme de lo que pasa y no tengo tiempo para leer el diario, pongo Belgrano y a veces algo de América o Del Plata. Pero no me caso con ningún periodista ni espacio en particular.
-Hiciste algo de TV por cable.
-Sí, pero en mi faceta de arquitecta. Hacía un programa de countries.
-"Mataste" la fantasía del oyente que no te conoce la cara.
-Gracias a Dios, mucha gente me ubica por ese programa y otros, y me hacen comentarios generosos. Y a veces se aparece algún oyente con un ramo de jazmines.
-Se acabó el misterio. Ahora las radios hacen su publicidad con la cara del locutor.
-Me encanta. Porque la magia no se pierde por más que se conozca el rostro. Me parece más honesto. A mí me gusta exponerme. No es ni mejor ni peor, es diferente.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica (versión sin editar)
Buenos Aires - Argentina
Noviembre de 2002