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martes, 28 de noviembre de 2000
Oscar Gómez Castañón:."El dial va del 590 al 790"
Sin dudas, una de las voces-emblema de Radio Continental es la de Oscar Gómez Castañón. Es que su programa, "Tiempos Modernos" (AM 590, lunes a viernes de 9,00 a 12,00) cumplirá en 2001 su noveno año ininterrumpido al aire en el mismo horario (arrancó en el ´89). Además, durante mucho tiempo se desempeñó como gerente de programación de la emisora, cargo que resignó hace unos pocos meses en muy buenos términos. "El contrato con la radio lo arreglo de palabra porque tengo relación de dependencia a raíz de mi cargo ejecutivo, asevera. Veremos cómo se desactiva esa situación. Ahora soy asesor porque estaba cansado de pelear tantos años en la trinchera. Esto me sacaba fuerza para hacer mi programa y otros proyectos que tengo".
-Este año lo encaraste sin Luis Majul y ahora se fue Jorge Jacobson.
-Cambiamos mucho para que nada cambie. Ese es nuestro concepto de renovarnos y seguir arriba. A ellos les salieron muy buenas propuestas. Pero estoy muy contento con los columnistas que incorporamos (Barone y Lavieri ahora y Verónica Bonacchi desde el 1 de enero).
-Se dice que la estrategia de Telefónica en Telefe (son los nuevos dueños del pool que incluye a Continental) es "poner los números en caja aunque se resigne rating". ¿Cómo afectará a una radio que viene perdiendo audiencia en los últimos dos años?
-Continental tiene un gerenciamiento muy bueno y efectivo. Las nuevas autoridades dan mucha libertad. Esa política que vos decís será para el canal porque la radio tiene sus números ordenados. Nunca tuvo problemas de presupuesto porque es austera. De hecho, el 2001 tendrá la misma cantidad de figuras que el año pasado y pueden incorporarse más.
-¿Por qué perdió oyentes?
-Pasó de estar en la punta a la base del grupo lider y tuvo que ver con una línea editorial, en la primera mañana, que se la relacionaba con el gobierno que se iba. De a poco se está revirtiendo: El año que viene estará Alfredo Leuco, más contestatario y picante, y se mantendrá el resto de la programación excelente de esta temporada. Continental es como esas marcas de auto tradicionales que nunca se rompen y se va a recuperar pronto. Por entonces se perdió terreno ante radios que eran bien opositoras en un momento de mucho hartazgo de la gente ante el menemismo que dejaba el poder después de diez años.
-Para el año que viene la Red apuesta fuerte. ¿No hay riesgo de que el eje del dial se corra de Continental (590)-Rivadavia (630)-La Diez (710)-Mitre(790), a La Diez-Mitre-La Red (910)?
-El dial va del 590 al 790. Como siempre. En los últimos tiempos se sumó la Diez dentro de ese lote. No creo que nuestra audiencia se vaya a La Red. Continental sigue siendo, tal vez, la radio con mayor cantidad de periodistas y figuras reconocidas. Es clásica y confiable y no va a estar buscando extremos para sumar audiencia. Ese sello lo tenemos nosotros solos. Se está peleando muy fuerte por otros segmentos. Público que se impacta con cosas fuertes como las de Jorgito Rial. La competencia se va a dar en las radios más populares. Continental debe volver a hacer el pulido fino y le tengo mucha fe para el año que viene.
-El target que eligieron es el mejor para conseguir anunciantes en un momento de reducción de la "torta".
-Eso deberías hablarlo con la gente de la oficina comercial. Las tandas de Continental sufrieron un bajón, como todas, pero la nuestra está al nivel de la TV. No hay pequeños anunciantes, son todas grandes marcas, líderes. La radio se cuida mucho de la cantidad de minutos de publicidad para que el cliente se sienta cuidado. Seguramente no somos los que más sufrimos la reseción, pero de eso no se salva nadie. Exceptuando a los vendedores de antidepresivos.
-¿A quiénes escuchás?
-Me gustan todos los de mi radio. En serio. Y de las otras: la Folclórica, Lalo Mir, Fernando Peña y La Negra Vernaci. Disfruto de la radio bien hecha, y que despierta mi creatividad, no importa el discurso.
-Hablemos un poco de vos. ¿Tu secreto es que no perdiste la mirada de hombre del Interior?
-No es una elección. Cuando vivís veinte años en lugares chicos de la Patagonia es muy difícil cambiar porque se viene a la Capital. Aún cuando no sé si puedo vivir en otro lado. Me sale naturalmente. Además esto te lo puede decir Landricina o cualquier folclorista: da placer que relatos y visiones de gente del interior les gusten a los porteños.
-Y los oyentes aportan lo suyo.
-Nosotros ponemos al aire a mucha gente del Interior para que se tome conciencia de que tenemos un gran país. Ese también es uno de los sellos de esta radio. Sale al aire uno desde Salta y después otro de Los Angeles. Ya no podés contar que en la 9 de Julio chocó un 600 cuando hay un pueblo bajo el agua. Las radios que no se den cuenta de esto van a sufrir. Porque la gente vive acá pero le gusta sentirse integrada al mundo. Te agranda el sentido de la vida.
-¿Que los medios de Buenos Aires se ocupen del Interior disminuye las antinomias?
-Claro. Por más que el nivel de vida de la Capital sea muy superior al del resto, el país es uno. Y cada región suma.
-¿Seguís viajando al Interior?
-Voy seguido a 25 de Mayo, donde tenemos con la familia (compuesta por su esposa Silvia y sus hijos Joaquín de 14, Federico de 12 y Martín, de 10) unas poquitas hectáreas de campo. Allí disfrutamos de poder dejar salir a mis hijos a la calle sin miedo y andar a caballo. Apenas son dos horas de viaje.
-¿Son dos países?
-Se siente mucho la diferencia entre Capital y el resto. En forma de vida y económicamente. Pero no tenés que irte muy lejos, se nota al cruzar la General Paz. Ojalá todos lleguen a tener el standar de los tres millones de porteños. Y esto no es una crítica para ellos.
-¿A qué se van a dedicar tus hijos?
-El mayor seguirá medicina, el que sigue arquitecto y el otro no sabe.
-¿El es tu última esperanza de que sigan tus pasos?
-Ojalá que no me siga nadie. En este negocio no siempre triunfan los más capaces. Quisiera que tengan una vida más ordenada, previsible, no tan expuesta.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina
Noviembre de 2000
Jorge Jacobson: "Los periodistas que criticaban a Menem hoy son oficialistas de De la Rua".
Desde hace ocho años la voz de Jorge Jacobson se escuchaba sólo por radio Continental y en los últimos tiempos es la cara de Telefe Noticias. Sin embargo, cuando terminó su contrato con la radio se pasó a Radio 10, sin que los directivos de Telefónica le pusieran ningún pero. Allí, en la AM 710, el viernes 1 de diciembre (de 13,30 a 17,00) arrancará con "Buenos Muchachos" acompañado por Rolo Villar, Guillermo Blanc, Beto Casella y Omar Vasallo, en uno de los cambios de emisora que dieron que hablar en el movido "mercado de pases" de la radiofonía nacional de fin de milenio. "La propuesta nace de Daniel Hadad -revela-. Hacía rato que me estaba tentando pero yo tenía contrato con Continental. El programa tendrá producción de la radio pero me permitirán tocar todos los temas y podré elegir los entrevistados con criterio propio. Para mí es un desafío ir a una emisora que va primera y tiene mucha polenta. Tendremos tres móviles en la calle y pretendemos que tenga perfil propio".
-¿Cómo fue la salida de Continental después de ocho años?
-Natural. La propuesta de Continental siempre fue buena, con mucha cordialidad. Pero se cumplió el contrato y me pareció muy interesante a esta altura de mi carrera encarar un desafío.
-¿Se hubiera aburguesado de quedarse en Continental?
-Ocho años en un medio es mucho tiempo. Uno no se deja estar pero saber que hay un oyente nuevo da una motivación que vale la pena.
-¿Es muy diferente el oyente de Radio 10 al de Continental?
-Al de Radio 10 todavía no lo conozco del todo. Sí al de Continental, que con los años fue cambiando, como toda la sociedad. Cada radio tiene un perfil de oyente pero no sé si el perfil del oyente hace al de la radio. Con todo, "Buenos muchachos" no va a apuntar a las minorías.
-¿Por qué cayó Continental en los niveles de audiencia?
-Creo que se cometió una enorme injusticia cuando se catalogó a Continental de una radio re-reeleccionista.
-Allí había varios que apoyaban esa movida...
-Pero los periodistas de aquel momento, que hacían astillas de todo lo que no les gustaba, son ahora oficialistas.
-¿Quiénes?
-Concretamente, la enorme mayoría trabaja en canal 7 o en radio Nacional. Cuando no están adscriptos a alguna asesoría en algún ministerio o de algún diputado. El facilismo hizo que se atacara más a cierto sector de la prensa para no ver los errores propios. Hoy están tan a la vista que la gente se ríe recordando lo que decían. Los periodistas no acostumbramos a medir con la misma vara. Y menos cuando se trata de colegas. El tiempo dio la respuesta. El periodismo nació antes que los cambios de gobierno. Antes de las democracias había cronistas que escribían en piedra o papiro.
-¿Me dice que a Menem se le "pegó" más que a De la Rua?
-No soy un analista político. Creo que a cada uno se le "dio" por lo que correspondía. A mí un ministro me dijo: "Voy a hablar con usted a pesar de que simpatiza con Menem". Eso provocó que le recordara que por los años que llevo en esto critiqué a Alfonsín, Illia, Menem y De la Rua. Mi trabajo no es ser aplaudidor o criticón. Es decir las cosas como son.
-¿Con quién se sintió más cómodo trabajando a su lado en estas tres décadas?
-Tuve muy buena relación con Emilio Ariño en un momento en que empezaba a dejar el espectáculo después de veinte años. También con Mario Gavilán. Y estoy muy cómodo con Paula Trápani y con un hombre catalogado de difícil como Horacio Larrosa. El resultado está a la vista: Telefe Noticias es el segundo noticiero detrás de "Telenoche" en un horario de menor encendido. Siempre trabajé con profesionales. Nunca con pasantes ni aspirantes.
-¿Se está más expuesto en radio o en TV?
-Yo me siento mucho más periodista las pocas veces que escribo. Fueron muchos años y pasó mucho tiempo pero trabajé en redacciones muy fuertes como la de diario El Mundo. La radio da más posibilidad para la pausa y la reflexión. En la televisión todo es velocidad e inmediatez. Mucho más en un noticiero. Vale decir que en la TV se está mucho más expuesto. Un noticiero en vivo de sesenta minutos y en una pantalla caliente como la de Telefe es la exposición total.
-¿Por la repercusión?
-Sí, y por la responsabilidad, que es muy grande.
-¿Pone la radio?
-Muchísimo. Más que nada FM. Disfruto con la música. También estoy atento a aquellos con los que voy a competir. Como Santo Biasatti, que es un amigo. Por la mañana a Daniel Hadad y a Nelson Castro. No escucho a los políticos metidos a periodistas, que hay varios bien disfrazados y están en todos lados. Otros los escucho para ver en qué andan, pero me aburren soberanamente. Como los diarios, que los leo todos completos.
-¿Qué escucha que no le guste?
-La falta de respeto al oyente, el no-análisis, la parcialidad, lo escatológico y la grosería. Hay mucho de eso.
-¿Dónde?
-Sobre todo en la AM. Por eso pretendemos que nuestro programa no tenga nada de eso y sirva para algo.
-¿Cuando va al exterior escucha radio?
-Por supuesto. Más que nada pongo la FM.
-¿Qué particularidad tienen las radios argentinas?
-No entiendo mucho de programación musical, pero me parece que aquí son más insistentes con las canciones. A mí me gusta mucho el estilo de la radio estadounidense. Con el disc-jockey que hace de operador y locutor. Que habla, comenta y tiene el micrófono abierto todo el tiempo. También me gusta la radio servicio. Que me digan cuál es la temperatura, la hora, qué rutas, avenidas y calles están congestionadas y cuáles son las alternativas en ese caso. Esto está llegando a Buenos Aires en los últimos años y en el programa lo vamos a incorporar. Porque la radio no debe ser sólo la inmediatez de la información o el comentario.
-Por último: ¿Por qué le pusieron "Buenos Muchachos"?
-Parafraseando a la película de Martin Scorsese. ("Goodfellas"-"Buenos Muchachos") Nos gustó. Los personajes eran...
-¡Todos mafiosos!
-Pero simpáticos. Nosotros pretendemos ser simpáticos pero no mafiosos. Somos ciudadanos libres en un país con estado de derecho.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina
Noviembre de 2000
jueves, 16 de noviembre de 2000
Gonzalo Bonadeo: "Nadie tiene independencia absoluta"
De tan grandote impresiona. Sin embargo, a la hora de la charla, Gonzalo Bonadeo es una persona cordial. Todas las tardes conduce "Rocangol" (La Red, lunes a viernes de 15,00 a 17,00), junto a Daniel Jacubovich, Carlos Stroker y el humor de Marcelo Rodríguez (Guillespi, Sanfelipe). El resultado es una isla dentro de la programación deportiva de la radio (la excepción es "Cuando comienza el día"). Porque allí se habla de fútbol, pero también de política, actualidad y de otros deportes menos "taquilleros". "Es más extravagante en esta radio hablar de Solange Whiteveen (atleta) que de Menem -explica-. Somos el único programa de LA Red (Del grupo Torneos y Competencias) que no habla sólo de fútbol . Ni siquiera sólo de deportes. Tenemos una cantidad de matices. Más allá de que Macaya, Marcelo Araujo o Fernando Niembro son diferentes, la radio tiene un solo discurso. No se habla más que de fútbol. Y si se toca un tema político es algo puntual o con un color determinado. Nosotros pensamos de otra manera."
-¿Es más fácil sobresalir en una programación como ésta?
-Seguro. Para bien o para mal es más cómodo trascender o llamar la atención aquí que en otra radio".
-Hubo rumores de que el año que viene no seguían.
-Lo concreto es que mi contrato vence en diciembre. Acá me insisten en que seguimos. Pero hasta que no firme el contrato, ni noticias. Lo que me jode, honestamente, es que se genera un circuito de versiones de que nosotros nos estamos yendo. Eso es perjudicial hasta en nuestra posición ante la radio. Cuando salió que nuestro programa estaba en duda hablé con las autoridades. Si es así, ya voy planificando mi futuro. Ellos insisten en quieren que yo siga. Yo me tengo que guiar por lo que me dice la gente de La Red. Veremos.
-¿Por qué lo levantarían?
-La única razón por la cual entendería inviable la continuidad del programa es que hayan decidido que somos un programa insolente. Después, en rating o en todo lo demás, no hay nada que nos diferencie del resto de la programación. Lo que me "rompe los huevos" son los rumores. Un día apareció Bilardo por esta radio afirmando que iba a cerrar el diario Olé. Más allá de que me parece que no es cierto porque les va muy bien, es una movida jodida. Porque afecta el laburo de mucha gente. Pero no puedo pretender que Bilardo entienda lo que para un periodista significa vivir de su laburo. No es su caso y no tiene por qué entenderlo.
-¿Por qué creés que lo dijo?
-Me sobra con mi cerebro como para encima meterme en el de Bilardo. Lo tapa su veneno por la gente que trabaja en ese diario.
-¿Ser polémicos le genera problemas con la empresa?
-A la empresa le sirve como referencia de su elasticidad. Pueden decir, "nosotros no censuramos porque existe Rock & Gol". Eso es lo que yo sé que llegó hasta un lugar del poder público.
-¿Ustedes se permiten criticar al "patrón"?
-Si, no, qué se yo. Muchas veces criticamos hechos y circunstancias sin saber quién está en el medio. Las empresas que crecen en este país no avisan para que lado van. Podés criticar a Telefónica y enterarte de que la compró TyC Sports. Parece descabellado. Pero nada es imposible.
-¿No están atentos?
-Los periodistas estamos muy pendientes de las vinculaciones de la empresa a la hora de hacer nuestra profesión. Eso es una cagada y no creo que beneficie ni a quien nos contrata.
-Sin embargo vos alguna vez hablaste de los autolímites en las opiniones por estar en una empresa determinada.
-Sí.
-¿...?
-Esto no nace cuando entro en Torneos y Competencias. Ya en La Nación, en el ´81, aprendí que debía decir las cosas de un modo poco convencional o menos directo que el coloquial. Pasa por la libertad personal. Uno sabe hasta dónde puede "tirar de la soga". Otros conocen las estrategias a desarrollar para ser un ideólogo dentro de la empresa. Este no es mi caso.
-"Torneos..." hizo levantar un programa de Diego, tu papá.
-Mi postura siempre fue clara: ante un acto que consideré de censura, respaldé la posición de mi viejo. Hoy me siento un pelotudo aunque no me arrepiento. Porque el dueño de aquel programa está trabajando acá. Eso me parece repugnante. Problema de ese tipo.
-¿Se puede estar fuera del sistema?
-Fuera del sistema no está nadie, ni siquiera mi viejo. Eso es muy desagradable. Nadie tiene independencia absoluta. Yo no me resigno con eso y sigo adelante con mi laburo. Pero el mensaje es muy claro: el periodista con principios no le interesa a nadie. No me voy a resignar. Pasaron dos años del levantamiento de aquel programa y sigo en el aire. Tampoco caeré en el error de creer que si no sigo es por ese problema. No ignoro que la característica de nuestro programa es de utilidad. Aunque no les gusten las cosas que se dicen.
-¿Generan enemigos tus opiniones?
-No tengo dudas de que hay muchos dirigentes deportivos que nos tienen asco porque no pueden frenarnos. Hay tipos que quisieron presionar para que nos callemos porque protestamos porque no se cerraron las cuentas de los Panamericanos de Mar del Plata ´95. Por suerte, la respuesta de la persona a la que tocaron fue "Si no tenés el balance, Bonadeo tiene razón". No se decimos que se robaron la plata. Se pide un balance cerrado.
-Levantó el programa con la vuelta de Marcelo "Gillespi", ¿no?
-Sí. El humor no es cualquier cosa. Nunca tratamos de reemplazarlo. Estamos muy cómodos con él porque no tenemos que ajustarnos a guiones.
-Habían surgido "tironeos" con Pettinato en su momento por él. ¿Cómo se solucionaron?
-Había que reactivar el programa. Una de los temas era el humor. Antes de buscar una alternativa había que agotar las negociaciones con él. Nos juntamos a charlar y listo. Con "Petti" nos cruzamos hace poco y todo bien.
-¿Consumís radio?
-Escucho a Nancy Pazos, que es amiga personal, y a Mario Pergolini. En general me gusta la programación de la Rock & Pop. Me gustaría tener cambios de ritmos como en el programa de Mario. Ellos son caóticamente prolijos.
-¿Como el "caos pautado" de Tinelli?
-Te diría que no. Honestamente, prefiero el de Mario.
-Te recuerdo que trabajaste en Videomatch.
-Y quiero mucho a Marcelo. Pero hay una cosa conceptual que hace que estemos a distancia del producto. Estoy más cerca de Mario.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Cronica - Buenos Aires
2000
domingo, 5 de noviembre de 2000
Se lo extrañaba en el dial de Buenos Aires. Porque la voz de Enrique "Quique" Pesoa y su particular estilo faltaban desde hace más de un año y medio. Una de las primeras caras nuevas de la gestión de Juan Alberto Badía mañana debutará en Radio de la Ciudad, AM 1110, con "En la vereda" (lunes a viernes de 9,00 a 13,00)."No creo que vaya a haber sorpresas para los que me conocen. Cambié un poco yo, otro tanto el país, pero en el fondo soy siempre el mismo. Mi estilo no es el de pintar la realidad de rosa pero tampoco el de levantar el dedo acusador de la denuncia todo el tiempo. Pienso en voz alta, y dejo sueltas a la intuición y al chico travieso que tengo adentro. Eso ayuda a superar los problemas técnicos que puedan surgir".
-¿A qué te referís?
-Tuve que allanar algunos caminos porque es una radio desmantelada. A mí mujer, Leda, la odian porque siempre les pide algo nuevo.
-¿Por ejemplo?
-"Un cable acá, otro allá". "Miren que Quique toca la guitarra, necesita una conexión de línea". "Vienen músicos al estudio, así que no se olviden de afinar el piano", cosas por el estilo. También habrá un par de computadoras y la radio no está digitalizada, haría falta bajar la frecuencia y aumentar la potencia. Opera con 50 kw desde Ingeniero Maschwitz. Es decir que la radio de la Ciudad se escucha mejor en la provincia. Son todas realidades que acepté cuando le dije que sí a la propuesta de Badía. Se hace lo que se puede.
-Tu estilo es reflexivo. ¿Vas a adaptar tu ritmo al tradicional de la mañana?
-Trataré de adaptar la mañana a mi estilo. Aunque no es un dogma. Naturalmente me pondré un poco a tiro porque uno tiene una polenta a la mañana que no se repite en el resto del día. No sé si podré ser tan original. Más bien me voy a diferenciar en que voy con lo mío. Si fuerzo una situación haciéndome el dicharachero, cagué.
-No sos Héctor Larrea.
-Para nada. El eligió un "muñeco", un personaje para salir al aire. Cuando sale del estudio no es igual. Yo trato de ser como se me ve y se me escucha. Tampoco tengo tanta locura para sacar, ni hago lo que no siento. La desventaja aparente es que estás más expuesto.
-¿"Aparente"?
-Sí, porque no me trajo más perjuicios que perder empleos. Pero aprendí que quedarme sin trabajo es parte del mismo. Ser genuino no significa estar siempre igual. Convivo con mi esquizofrenia y contradicción permanente. Y me permito dudar.
-¿"En la vereda" tendrá estructura?
-Sí, al principio. Pero los programas crecen y agarran para donde quieren. Es como un salto al vacío.
-¿Le recomendarías a los oyentes que te empiecen a escuchar a las tres semanas, entonces?
-No. A los seis meses. No me calienta porque es como andar en bici. Pueden pasar los años, pero cuando volvés, no perdés el equilibrio. Y con sentido común, de a poco recuperás tus destrezas. Por lo pronto, tengo en claro que me hago cargo de la función educadora que deben tener los medios.
-¿Tendrá una linea conceptual?
-Sí. Está pensado alrededor de la vereda. Porque estoy en una radio dedicada al vecino y porque la vida transcurre en la vereda. Allí hay casas, vidrieras, te encontrás con gente amiga... suceden cosas. En Los Angeles, por ejemplo, salen de la casa en auto y van al Mall o al Shopping Center. No viven en la vereda, no la usan. Con los sonidos me voy a inventar un barrio. Vamos a ver qué sale.
Hasta hace poco hacía radio desde su casa y transmitía vía satélite al interior del país. "Era una idea muy buena porque el hombre que impulsaba todo creía que se podía hacer una nueva radio, sin depender de los multimedios y que el futuro estaba en las redes satelitales", reconoce.
-¿Qué pasó?
-Que a los seis meses se le terminó la plata y no pudo seguir. Perdió dinero.
-Es decir que el interior está mucho peor para hacer negocios.
-Absolutamente. Tenés que ir a Rosario un fin de semana para darte cuenta. Hay una pobreza que empieza a transformarse en miseria.
-¿Cómo es eso?
-La miseria humana aflora ante tanta presión y tanta exclusión. Te dicen: "Te quedaste afuera, hermano". Pero encima te la muestran. Es obsceno. Cuando empezás a analizar las pérdidas de tipo moral es porque ya te resignaste a perder definitivamente en lo económico. Y se te van cayendo los pedazos de dignidad.
-¿Le ves salida?
-Es irreversible. Casi como un daño neurológico. Porque no se vuelve atrás ni con los mejores economistas ni con Fondos Monetarios Internacionales benévolos. Este desastre moral deja marcas indelebles.
-¿Hizo falta aclararle a Badía algo antes de aceptar (por estar en una radio oficial)?
-No, no hablo más de que voy a decir lo que pienso y siento. Primero, porque es obvio. Segundo, porque aclarar no te pone a cubierto de nada ni te permite decir: "Yo te avisé". En el momento en que te quieren rajar o censurar lo hacen tanto si avisaste como si no. Es así. Por lo pronto, pago todo al contado y no saco créditos a largo plazo.
-Por eso la última vez duraste apenas un mes y medio al aire.
-Sí. en ese caso me fui yo "apretado" por la estupidez de las autoridades que por entonces estaban en Radio El Mundo. Ni siquiera fue por una cuestión ideológica. Simplemente era una cuestión de poder, una pulseada que había impuesto el tipo que la gente de Amalita había puesto a conducir la radio. El último día dije: "No vine a pelear por mi espacio, ustedes me llamaron". Y largué al aire: "Me voy a mi casa, ustedes la tienen más larga y son los amos del mundo. Acá no tengo más nada que hacer".
-Eso es quemar las naves.
-Exactamente. Saludé y me fui. No es tan grave. Lo malo sería no poder entrar. Por suerte puedo seguir entrando, a pesar de que creo que salí más veces de las que entré.
-Matemáticamente no da la cuenta.
-Es cierto. Pero es mi sensación.
-Debe ser que se grabaron en tu memoria porque las salidas son sinónimo de certeza y las entradas, de incertidumbre.
-Es cierto. Uno se maravilla cuando empieza algo.
-¿Escuchás radio?
-No. No tengo el hábito, hago otras cosas. Y desaliento que vean TV en casa. Salvo a mí, pero eso es un hecho familiar.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Octubre de 2000
-¿A qué te referís?
-Tuve que allanar algunos caminos porque es una radio desmantelada. A mí mujer, Leda, la odian porque siempre les pide algo nuevo.
-¿Por ejemplo?
-"Un cable acá, otro allá". "Miren que Quique toca la guitarra, necesita una conexión de línea". "Vienen músicos al estudio, así que no se olviden de afinar el piano", cosas por el estilo. También habrá un par de computadoras y la radio no está digitalizada, haría falta bajar la frecuencia y aumentar la potencia. Opera con 50 kw desde Ingeniero Maschwitz. Es decir que la radio de la Ciudad se escucha mejor en la provincia. Son todas realidades que acepté cuando le dije que sí a la propuesta de Badía. Se hace lo que se puede.
-Tu estilo es reflexivo. ¿Vas a adaptar tu ritmo al tradicional de la mañana?
-Trataré de adaptar la mañana a mi estilo. Aunque no es un dogma. Naturalmente me pondré un poco a tiro porque uno tiene una polenta a la mañana que no se repite en el resto del día. No sé si podré ser tan original. Más bien me voy a diferenciar en que voy con lo mío. Si fuerzo una situación haciéndome el dicharachero, cagué.
-No sos Héctor Larrea.
-Para nada. El eligió un "muñeco", un personaje para salir al aire. Cuando sale del estudio no es igual. Yo trato de ser como se me ve y se me escucha. Tampoco tengo tanta locura para sacar, ni hago lo que no siento. La desventaja aparente es que estás más expuesto.
-¿"Aparente"?
-Sí, porque no me trajo más perjuicios que perder empleos. Pero aprendí que quedarme sin trabajo es parte del mismo. Ser genuino no significa estar siempre igual. Convivo con mi esquizofrenia y contradicción permanente. Y me permito dudar.
-¿"En la vereda" tendrá estructura?
-Sí, al principio. Pero los programas crecen y agarran para donde quieren. Es como un salto al vacío.
-¿Le recomendarías a los oyentes que te empiecen a escuchar a las tres semanas, entonces?
-No. A los seis meses. No me calienta porque es como andar en bici. Pueden pasar los años, pero cuando volvés, no perdés el equilibrio. Y con sentido común, de a poco recuperás tus destrezas. Por lo pronto, tengo en claro que me hago cargo de la función educadora que deben tener los medios.
-¿Tendrá una linea conceptual?
-Sí. Está pensado alrededor de la vereda. Porque estoy en una radio dedicada al vecino y porque la vida transcurre en la vereda. Allí hay casas, vidrieras, te encontrás con gente amiga... suceden cosas. En Los Angeles, por ejemplo, salen de la casa en auto y van al Mall o al Shopping Center. No viven en la vereda, no la usan. Con los sonidos me voy a inventar un barrio. Vamos a ver qué sale.
Hasta hace poco hacía radio desde su casa y transmitía vía satélite al interior del país. "Era una idea muy buena porque el hombre que impulsaba todo creía que se podía hacer una nueva radio, sin depender de los multimedios y que el futuro estaba en las redes satelitales", reconoce.
-¿Qué pasó?
-Que a los seis meses se le terminó la plata y no pudo seguir. Perdió dinero.
-Es decir que el interior está mucho peor para hacer negocios.
-Absolutamente. Tenés que ir a Rosario un fin de semana para darte cuenta. Hay una pobreza que empieza a transformarse en miseria.
-¿Cómo es eso?
-La miseria humana aflora ante tanta presión y tanta exclusión. Te dicen: "Te quedaste afuera, hermano". Pero encima te la muestran. Es obsceno. Cuando empezás a analizar las pérdidas de tipo moral es porque ya te resignaste a perder definitivamente en lo económico. Y se te van cayendo los pedazos de dignidad.
-¿Le ves salida?
-Es irreversible. Casi como un daño neurológico. Porque no se vuelve atrás ni con los mejores economistas ni con Fondos Monetarios Internacionales benévolos. Este desastre moral deja marcas indelebles.
-¿Hizo falta aclararle a Badía algo antes de aceptar (por estar en una radio oficial)?
-No, no hablo más de que voy a decir lo que pienso y siento. Primero, porque es obvio. Segundo, porque aclarar no te pone a cubierto de nada ni te permite decir: "Yo te avisé". En el momento en que te quieren rajar o censurar lo hacen tanto si avisaste como si no. Es así. Por lo pronto, pago todo al contado y no saco créditos a largo plazo.
-Por eso la última vez duraste apenas un mes y medio al aire.
-Sí. en ese caso me fui yo "apretado" por la estupidez de las autoridades que por entonces estaban en Radio El Mundo. Ni siquiera fue por una cuestión ideológica. Simplemente era una cuestión de poder, una pulseada que había impuesto el tipo que la gente de Amalita había puesto a conducir la radio. El último día dije: "No vine a pelear por mi espacio, ustedes me llamaron". Y largué al aire: "Me voy a mi casa, ustedes la tienen más larga y son los amos del mundo. Acá no tengo más nada que hacer".
-Eso es quemar las naves.
-Exactamente. Saludé y me fui. No es tan grave. Lo malo sería no poder entrar. Por suerte puedo seguir entrando, a pesar de que creo que salí más veces de las que entré.
-Matemáticamente no da la cuenta.
-Es cierto. Pero es mi sensación.
-Debe ser que se grabaron en tu memoria porque las salidas son sinónimo de certeza y las entradas, de incertidumbre.
-Es cierto. Uno se maravilla cuando empieza algo.
-¿Escuchás radio?
-No. No tengo el hábito, hago otras cosas. Y desaliento que vean TV en casa. Salvo a mí, pero eso es un hecho familiar.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Octubre de 2000
Juan Di Natale:
A pesar de que ya hace casi un año que salió del aire, "Caiga Quien Caiga" brilla por su ausencia. Es que nadie ocupó ese lugar. Hubo intentos: un poco de "Maldito lunes", otro de ".Doc/2" y algo de "TVR" y "Medios Locos". Conscientes del vacío, y teniendo en cuenta que sus productos no están teniendo la repercusión que se esperaba de ellos, la idea de una vuelta a las fuentes, suena lógica para la productora "Cuatro Cabezas" de Pergolini-Guebel. Esa parece ser la apuesta de "Así estamos" que trae de regreso a Juan Di Natale a la pantalla de América con un resumen de noticias de media hora a la medianoche.
-Arrancaste un día 13. No sos supersticioso, ¿no?
-No. Pero me dijeron que es un día excelente para iniciar proyectos. No sé porqué.
-¿Se inspiraron en "Caiga..." o en "En Síntesis" de Santo Biasatti?
-¿Una cruza, tal vez? "En síntesis" nos da algunos momentos de formato, que no inventaron ellos.
-Es muy "CNN".
-Claro. Muy de cadena de noticias. Es bueno para un programa corto y diario. Porque al espectador le permite leer más cosas. Me encanta que sea de media hora porque ya trabajo en la radio por la tarde y le tengo miedo al agotamiento. Aunque la gimnasia de la radio me ayuda.
-¿Qué vas a hacer para no caer en la tentación de parodiar a Santo?
(Duda)-Tal vez parodiemos el formato y no a "En Síntesis".
-Pero es una referencia obligada porque será tu competidor directo.
-Como el noticiero de Azul. Los dos trabajan del mismo modo y me gustan.
-En la radio estás muy apoyado. Como en "CQC". Ahora vas solo.
-Sí, pero no. Aunque no hay noteros, estoy más contenido y controlado que en "CQC". Porque ahora mis participaciones están mucho más guionadas que aquellas con Mario (Pergolini) y Eduardo (De la Puente).
-¿Quién baja la línea del programa?
-Se da naturalmente. Lo que discutimos son las entrevistas del piso. O qué banda tocará en vivo los viernes. Por más que me bajen línea, el programa va en vivo y voy a decir lo que me salga. Y ya está. Después de todo me conocen. Espero sorprenderlos, pero gratamente.
-Tenés entrevistas en el piso. Cuando salías a la calle con "CQC" eras como un francotirador porque los reportajes eran todos de asalto.
-Así es.
-Este tipo de reportaje es más parecido al boxeo. Estás solo y cara a cara. ¿Cómo te ves?
-Además como notero tenía la ventaja de la edición, que me jugaba a favor (a pesar de que la manejabamos con nobleza). Igualmente no es un match de boxeo porque no quiero ganarles o ser más vivo que ellos. No se debería esperar eso porque ahora yo soy el que los invita. Habrá algunos que podrán lucirse. Hay que despojar la entrevista de la idea de que hay que destruir al entrevistado como en "CQC".
-Lo pregunto porque a Andy (Kusnetzoff) no le fue bien en el cambio.
-Pienso pilotear la entrevista en el piso teniendo en cuenta que el tiempo es breve. A veces se te va el programa y no encontraste la explosión. Debo saber que habrá mejores y peores. También sirve el contexto del programa, el trabajo de la producción y mis inquietudes.
-De "CQC" se decía que eran justicieros...
-Yo lo dije también.
-Mejor. ¿Se podrá esperar eso de "Así estamos"?
-Me gustaría que la gente no espere nada relacionado con "CQC".
-Es un poco naif pretender...
-Sí, claro. Habrá matices similares. La justicia simbólica de "CQC" se daba en esos momentos cara a cara. Pero no siempre los invitados serán funcionarios. Y uno no puede hacer justicia con un actor o un deportista. Aunque me parezcan horribles, hay un mínimo de respeto. No quiero ser un anfitrión hostil. No es la idea. Tampoco la de Andy, pero las opiniones sobre su programa corren por tu cuenta.
-¿En este año encontrás un país diferente?
-Cambiaron los personajes. Y en determinados esquemas se sacó una carita y se puso otra. Una de las cosas más decepcionantes es que ciertas rutinas del menemismo, que nos fastidiaban a todos, se ven reproducidas en personajes de la Alianza. Se suponía que iban a actuar de otro modo.
-¿Te defraudaron?
-No los voté. Tampoco tenía ninguna expectativa con respecto a De la Rua. Sí esperaba que esa diferenciación que hicieron durante la campaña hubiese durado al asumir. Y lo que impera es confusión generalizada y cierta inoperancia.
-Además sigue la farandulización.
-Es gracioso que haya personajes públicos cuya supuesta función social pasa por entretener a la gente con sus asuntos del corazón. Y que busquen rédito político por cosas como esa. ¿Antonio de la Rua es un sex-simbol? Esto te marca lo que se puede llegar a montar desde los medios.
-¿Y Carlos Menem?
-Está mucho más cerca de ser un sex-simbol.
-Tomame en serio...
-No, lo digo de verdad. Tiene mucho más magnetismo y no es el hijo de nadie.
-¿Creés que el formato de "Así estamos" será exportable como otros productos de "Cuatro Cabezas"?
(Se tira para atrás en el sillón)-No sé. No tengo ningún tipo de ingerencia en ese tipo de decisiones. Mi relación con la productora siempre fue la de un tipo que firma su contrato y cumplía determinadas funciones. No participé de la venta de "CQC" a ningún lado.
-¿Y lo que vos ganes dependerá de cómo le vaya al programa?
-En este momento mi contrato no toma en cuenta variaciones de ese tipo. Después se verá. Con todo, no tengo quejas en ese sentido. Obviamente que cuanto mejor le vaya al programa, mejor le irá a la productora, al equipo de producción, al canal y a mí. Eso en la historia de mi relación con "Cuatro Cabezas" siempre fue así y confío en que no va a cambiar.
-¿Cuanto tardará en afianzarse el programa?
-No lo sé. Aunque soy consciente de que los programas encuentran su identidad estando al aire. Ojalá que salga todo bien y rápido. Confío en la gente que trabaja conmigo. Y la gente del canal son casi todos conocidos de la época de "CQC". El director es Pablo del Pozo, así como también los camarógrafos, los sonidistas... es un poco como estar en casa. Eso para mí es muy importante porque soy bastante tímido y necesito un cierto ambiente de intimidad para trabajar cómodo. Que no haya caras desconocidas será un placer.
-¿Intentás diferenciarte de "Medios Locos"?
-Sí pero no estoy forzando esa diferencia. No me caben dudas que somos distintos.
-¿No es un riesgo una propuesta como la tuya cuando ya hay muchos programas que ironizan con la realidad?
-Estoy seguro que hay muchos más que cuando empezamos con "CQC".
-No había ninguno.
-Claro. Le dimos muchas ideas a unos cuantos. Por eso fue un programa muy importante.
-También ustedes tomaron prestadas algunas.
-Es cierto. Pero la identificación era menos inmediata.
-¿No faltan programas que vayan a fondo y no que ironicen tanto?
-No sé si hay muchos o pocos. Suficientes o demasiados. Habrá una voz y un tono nuevos. Tendrá puntos de contacto con los demás pero confío en que todas las personas son diferentes. Espero que no sea igual lo que diga Castelo que yo sobre el mismo tema.
-¿Cuál es tu target?
-Ni idea. Nunca pienso en esos términos. Ya hay gente que se encarga de eso.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Noviembre de 2000
miércoles, 1 de noviembre de 2000
Nelson Castro: "En la radio el periodismo termina siendo un ejercicio democrático"
En las oficinas del piso 17 del edificio del barrio de Belgrano todo invita a la distracción. Desde sus amplios ventanales se puede ver el Río de la Plata, la costa uruguaya, aviones que despegan y aterrizan, un codo de la pista del hipódromo de Palermo y, con un poco de buena voluntad, el Campo Argentino de Polo. Sin embargo, allí se produce uno de los programas de radio más serios y reflexivos que se pueden encontrar en el dial. La referencia es para "Puntos de vista" (La Red, AM 910, lunes a viernes de 6,00 a 9,00) comandado por Nelson Castro. "'Puntos de vista' cubre la información general y la realidad política desde lo que le pasa a la gente" -define-. "Por eso obliga a llevar a los responsables del poder a hablar de los problemas concretos de esa misma gente. Esa es la filosofía y con ese fin tenemos tres móviles en la calle. El oyente opina y fija la agenda".
-¿Cómo neurólogo, se anima a hacer un diagnóstico de la Argentina?
-Es complicado porque es un paciente lleno de posibilidades, con un físico espectacular y con todos los parámetros clínicos que le dan muy bien. Pero no arranca. Es algo único en el mundo. Tiene maltrato a sus intelectuales más valiosos, expulsor de gente y en él conviven el primero y el quinto mundo. Y el ciudadano no termina de tomar conciencia de su rol en la sociedad, cuida poco lo que tiene y le pide todo al gobernante. Tiene un problema de dirigencia fuerte y de falta de organización.
-¿Se acabó la luna de miel con el gobierno muy pronto, no?
-Sí. Hasta dentro la misma Alianza. Durante los primeros meses, cada vez que yo criticaba medidas, los oyentes reaccionaban y protestaban. Hoy no lo hacen tanto. Ya se escucha menos el "dénle tiempo". Había muchas expectativas puestas en la Alianza.
-¿Uno se da cuenta que defraudó, por ejemplo, cuando escucha a Carlos Menem decir: "...que no me vengan a hablar de corrupción"?
-Esa es una de las banderas que más rápido se esfumaron. El único detenido es Alderete y las investigaciones marchan muy lentas. Y con el escándalo del Senado, ¿quién se acuerda del menemismo? Eso es lamentable.
-¿Alfonsín es "el Chilavert" del gobierno porque no lo pueden poner "en caja"?
-Es Alfonsín. Como Menem es indomable. Esto le trae problemas en el marco de un gobierno de alianza, que no es vertical. Habla y daña al gobierno.
-¿Lo hace de impulsivo?
-No creo. Si lo hace a propósito es doblemente nocivo. Y si no se da cuenta, también es grave por la falta de responsabilidad.
-¿Qué pasa cuando a la gente se le dice que el país no va a crecer y hace un año le prometían otra cosa?
-Descoloca. Yo prefiero que digan la verdad. El presidente debe ser muy sincero en el momento de postularse. Es imperdonable que diga: "No sabíamos que era así". Eso es incompetencia declarada.
-¿Cuál es su opinión de Shakira y Antoñito?
-Los critiqué mucho. Más que nada como imagen. ¿De qué trabaja ese muchacho? Que sea un mantenido de la novia no me satisface tampoco. Los hijos de los presidentes tienen un rol. Porque tienen acceso a cosas y lugares por serlo. ¿Está bien que acepte favores? Así como critiqué furibundamente que desviaran el avión presidencial a New York para pasar a buscar al novio de Zulemita, me enoja que De la Rúa lleve a pasear a China a su hija y su yerno.
-Usted no habla con Menem desde el '91 y con De la Rua nunca lo hizo.
-Ni tienen intención de hacerlo. Los políticos cambian su actitud ante los medios cuando asumen. Evidentemente se sienten incómodos conmigo, como con otros colegas. Esto pasa en muchas partes del mundo. Pero "mal de muchos consuelo de tontos".
-¿Cómo se acomodan los medios a esta realidad?
-Empezaron a criticar un poco más. Igualmente la radio es tan interactiva con el oyente que uno está más expuesto. No se puede manipular la información.
-Aún en los multimedios.
-Por supuesto. Todos los colegas que están en la primera mañana (de 6,00 a 9,00) somos independientes.
-¿Los escucha?
-No puedo ni los grabo aunque me encantan los que compiten conmigo. Pero las producciones están informadas de lo que hacen todos. En el resto del día escucho un poco a Bravo-Leuco, Pergolini, Valmaggia, Eliaschev y Betty Elizalde.
-No me nombró a nadie de La Red.
-El de Gonzalo (Bonadeo) es un excelente programa.
-Se dijo que estaba incómodo por el target deportivo de la radio. ¿Renovó contrato?
-Sí, hicimos uso de la opción para el 2001. Igualmente, el target de la radio irá cambiando. Creo que va hacia una apertura mayor para crecer. Veremos cómo cambia, eso depende de las autoridades.
-De los mensajes de sus oyentes se desprende que no son "futboleros". ¿El suyo es un público nómade?
-Sí. Con nuestro paso a La Red inauguramos el "zapping" radial, algo que no pasaba. Es bueno porque te renueva. Me hace feliz que haya gente que me escucha y no piensa como yo. En la radio el periodismo termina siendo un ejercicio democrático. Así como criticás, te exponés a las criticas de tus oyentes.
-¿Terminó la gran movida de compra y ventas de medios?
-Me parece que por ahora sí. Pero va a haber alguna novedad más, me imagino. Porque está muy volátil el tema.
-¿Qué pasa si el medio en que usted trabaja lo compra alguien que no es de su agrado?
-En fin, eso me pasó en Del Plata con Eurnekian y muchos me criticaron porque me quedé. Los propietarios de los medios son los que están. Lo que me importa es mantener mi independencia. Yo hablé en contra de los aeropuertos en Del Plata y de la televisación de los partidos de la selección en la Red sin problemas. Eso es lo fundamental. Finalmente, para que un medio sea un negocio, debe escucharse, leerse o verse. Si ponés gente que no es creible te va a ir mal.
-¿Qué está leyendo?
-"Las puertas de fuego", una novela histórica sobre la antigua Grecia y una biografía de Orson Welles.
-¿Qué opina de lo que hizo con "La guerra de los mundos" (simuló un ataque de los marcianos por radio y provocó pánico en la población)?
-De eso se suele hablar mucho para destacar el poder de la radio pero no se marca la irresponsabilidad que tuvo. Hubo gente que se suicidó. Menem habló conmigo por última vez en 1991 después de un acto en cancha de Banfield. Y se enojó muchísimo por ese reportaje. A partir de entonces la gente me pedía que lo repita. Lo puse al aire en 1993 y los movileros que lo escucharon se fueron a Banfield. Un hecho menor, pero que marca una pauta de que se debe ser cuidadoso.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Noviembre de 2000
-¿Cómo neurólogo, se anima a hacer un diagnóstico de la Argentina?
-Es complicado porque es un paciente lleno de posibilidades, con un físico espectacular y con todos los parámetros clínicos que le dan muy bien. Pero no arranca. Es algo único en el mundo. Tiene maltrato a sus intelectuales más valiosos, expulsor de gente y en él conviven el primero y el quinto mundo. Y el ciudadano no termina de tomar conciencia de su rol en la sociedad, cuida poco lo que tiene y le pide todo al gobernante. Tiene un problema de dirigencia fuerte y de falta de organización.
-¿Se acabó la luna de miel con el gobierno muy pronto, no?
-Sí. Hasta dentro la misma Alianza. Durante los primeros meses, cada vez que yo criticaba medidas, los oyentes reaccionaban y protestaban. Hoy no lo hacen tanto. Ya se escucha menos el "dénle tiempo". Había muchas expectativas puestas en la Alianza.
-¿Uno se da cuenta que defraudó, por ejemplo, cuando escucha a Carlos Menem decir: "...que no me vengan a hablar de corrupción"?
-Esa es una de las banderas que más rápido se esfumaron. El único detenido es Alderete y las investigaciones marchan muy lentas. Y con el escándalo del Senado, ¿quién se acuerda del menemismo? Eso es lamentable.
-¿Alfonsín es "el Chilavert" del gobierno porque no lo pueden poner "en caja"?
-Es Alfonsín. Como Menem es indomable. Esto le trae problemas en el marco de un gobierno de alianza, que no es vertical. Habla y daña al gobierno.
-¿Lo hace de impulsivo?
-No creo. Si lo hace a propósito es doblemente nocivo. Y si no se da cuenta, también es grave por la falta de responsabilidad.
-¿Qué pasa cuando a la gente se le dice que el país no va a crecer y hace un año le prometían otra cosa?
-Descoloca. Yo prefiero que digan la verdad. El presidente debe ser muy sincero en el momento de postularse. Es imperdonable que diga: "No sabíamos que era así". Eso es incompetencia declarada.
-¿Cuál es su opinión de Shakira y Antoñito?
-Los critiqué mucho. Más que nada como imagen. ¿De qué trabaja ese muchacho? Que sea un mantenido de la novia no me satisface tampoco. Los hijos de los presidentes tienen un rol. Porque tienen acceso a cosas y lugares por serlo. ¿Está bien que acepte favores? Así como critiqué furibundamente que desviaran el avión presidencial a New York para pasar a buscar al novio de Zulemita, me enoja que De la Rúa lleve a pasear a China a su hija y su yerno.
-Usted no habla con Menem desde el '91 y con De la Rua nunca lo hizo.
-Ni tienen intención de hacerlo. Los políticos cambian su actitud ante los medios cuando asumen. Evidentemente se sienten incómodos conmigo, como con otros colegas. Esto pasa en muchas partes del mundo. Pero "mal de muchos consuelo de tontos".
-¿Cómo se acomodan los medios a esta realidad?
-Empezaron a criticar un poco más. Igualmente la radio es tan interactiva con el oyente que uno está más expuesto. No se puede manipular la información.
-Aún en los multimedios.
-Por supuesto. Todos los colegas que están en la primera mañana (de 6,00 a 9,00) somos independientes.
-¿Los escucha?
-No puedo ni los grabo aunque me encantan los que compiten conmigo. Pero las producciones están informadas de lo que hacen todos. En el resto del día escucho un poco a Bravo-Leuco, Pergolini, Valmaggia, Eliaschev y Betty Elizalde.
-No me nombró a nadie de La Red.
-El de Gonzalo (Bonadeo) es un excelente programa.
-Se dijo que estaba incómodo por el target deportivo de la radio. ¿Renovó contrato?
-Sí, hicimos uso de la opción para el 2001. Igualmente, el target de la radio irá cambiando. Creo que va hacia una apertura mayor para crecer. Veremos cómo cambia, eso depende de las autoridades.
-De los mensajes de sus oyentes se desprende que no son "futboleros". ¿El suyo es un público nómade?
-Sí. Con nuestro paso a La Red inauguramos el "zapping" radial, algo que no pasaba. Es bueno porque te renueva. Me hace feliz que haya gente que me escucha y no piensa como yo. En la radio el periodismo termina siendo un ejercicio democrático. Así como criticás, te exponés a las criticas de tus oyentes.
-¿Terminó la gran movida de compra y ventas de medios?
-Me parece que por ahora sí. Pero va a haber alguna novedad más, me imagino. Porque está muy volátil el tema.
-¿Qué pasa si el medio en que usted trabaja lo compra alguien que no es de su agrado?
-En fin, eso me pasó en Del Plata con Eurnekian y muchos me criticaron porque me quedé. Los propietarios de los medios son los que están. Lo que me importa es mantener mi independencia. Yo hablé en contra de los aeropuertos en Del Plata y de la televisación de los partidos de la selección en la Red sin problemas. Eso es lo fundamental. Finalmente, para que un medio sea un negocio, debe escucharse, leerse o verse. Si ponés gente que no es creible te va a ir mal.
-¿Qué está leyendo?
-"Las puertas de fuego", una novela histórica sobre la antigua Grecia y una biografía de Orson Welles.
-¿Qué opina de lo que hizo con "La guerra de los mundos" (simuló un ataque de los marcianos por radio y provocó pánico en la población)?
-De eso se suele hablar mucho para destacar el poder de la radio pero no se marca la irresponsabilidad que tuvo. Hubo gente que se suicidó. Menem habló conmigo por última vez en 1991 después de un acto en cancha de Banfield. Y se enojó muchísimo por ese reportaje. A partir de entonces la gente me pedía que lo repita. Lo puse al aire en 1993 y los movileros que lo escucharon se fueron a Banfield. Un hecho menor, pero que marca una pauta de que se debe ser cuidadoso.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Noviembre de 2000