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martes, 16 de noviembre de 1999
Patricia Barral, directora de Radio Nacional: "Carlos Menem fue un hombre muy generoso"
"Hay cosas que están bien en la Argentina, y entre ellas está Radio Nacional. Tengo miedo de que alguien venga y tire todo por la borda porque cree que es 'la radio de Menem'. Y Carlos Menem fue un hombre muy generoso, que privatizó los medios y fomentó una libertad de prensa inédita". Patricia Barral enciende su primer cigarrillo de la charla (serán muchos más). La directora de Radio Nacional (Desde el miércoles, AM 870, FM Folclórica 98.7, FM Clásica 87.9 y FM Vox 96.7) tiene un pulcro y sencillo despacho y por momentos parece nerviosa al hablar. Asumió el 2 de enero de 1997 y el 10 de diciembre dejará su cargo. Entonces es tiempo de balance. "Se inició un camino -afirma-. Dejo un proyecto armado basado en el fortalecimiento de las emisoras del interior (se inauguraron 11 FM, más la onda corta de la Antártida y el próximo director podrá inaugurar tres FM más), el enriquecimiento de la propuesta cultural y artística y la creación de un plantel de periodistas para darle un nuevo tratamiento a la información en una radio pública. Nos planteamos una radio en defensa del idioma. Tampoco quisimos entrar en el mercado de los arreglos con compañías discográficas, como hicieron otras radios para subsistir. La revolución cultural que planteamos no tiene precedentes".
-Algunos tienen un prejuicio con respecto al periodismo dentro de un medio público. ¿Cómo decidiste encarar un proyecto periodístico contra la sospecha, a priori, de oficialismo?
-Buscamos ser lo más racionales posibles. Acá está muy claro cuándo se opina y cuándo se informa. Nuestros informativos son pura noticia.
-Pero sesgando la información también se opina. ¿Cuál es la línea editorial de Nacional?
-No hay agresiones ni ofensas. Se tocan temas polémicos pero que hacen a la vida estructural del país, como los impuestos. Pero no se divulgan ofensas, acusaciones sin denuncia judicial ni temas como el del aborto. Aunque cada conductor puede tener su opinión.
-También se "baja línea" al elegir el plantel. Cuando asumiste nos aseguraste que no querías a Verbitsky, por ejemplo.
-Traté de hacer una radio no politizada. Quise que la radio sea del estado y no del gobierno.
-¿Debe tener perfil bajo?
-Necesariamente, una emisora pública debe tener perfil bajo. No puede ser escandalosa ni amarillista.
-Sos funcionaria. ¿Hasta dónde debés consensuar tus políticas con tus superiores?
-El presidente Menem me dio absoluta libertad en todo. Y nunca objetó nada. Alguna vez me llamó un senador o un diputado.
-¿Te "apretaron"?
-No. Tengo un perfil "duro" y lo saben todos. Tal vez me pedían que les cubra un acto o cosas así. Pero no puedo dejar que me definan las políticas.
-Qué espectativas tenés con el proyecto de ley de radiodifusión que hay en el Congreso.
-En realidad la ley de radiodifusión es una deuda del Congreso con el país. En este caso se trata de una ley que fusiona ATC con Radio Nacional creando un ente autárquico con control parlamentario. Creo que es una buena idea. Es perfectible porque el Congreso busca modificar la forma de gobierno. El nuestro es un país presidencialista y Congreso busca que sea más parlamentarista. Eso no se hace por ley. Nuestro país necesita una figura con fuerza.
-¿Por qué Nacional no está tan cuestionada como ATC?
-Tal vez en ATC faltó definir un proyecto y seguirlo contra viento y marea como en la radio.
-¿De cuánto es el presupuesto?
-De 15.000.000 de pesos.
-¿Cómo es comparado con las radios líderes de audiencia?
-Creo que es mucho menor porque tenemos 40 emisoras en todo el país, con sus periodistas, locutores y técnicos.
-¿Les alcanza?
-No es lo ideal. Con 25.000.000 de pesos funcionaríamos muy bien. Y no es una exageración. Porque los salarios de una radio pública deben estar garantizados y no depender de la venta de publicidad.
-¿Qué falta para que Nacional tenga una buena cartera de publicidad?
-Tiene que cambiar la mentalidad de los empresarios. Sólo ponen plata en los cinco primeros programas. Y está el prejuicio del que hablabas antes. Entonces no quieren "quedar pegados" a una radio que creen oficialista. Eso es un error. No analizan que nuestra propuesta es muy abarcativa y culturalmente muy rica. Y que invertir en buenos proyectos culturales es un buen negocio para el espíritu.
-¿Los medios privados los ven como competidores?
-Sería un error.
-¿...?
-Sí, nos ven como competidores. Y me da orgullo porque nos copian algunas cosas.
-Al comienzo de tu gestión debiste reducir personal drásticamente. ¿Cómo quedó tu relación con los empleados?
-Ese fue el momento más duro. Estaba previsto por la ley de Reforma del Estado II. Y hubo que hacerlo. Después tuve que recomponer la imagen. Me acerqué a ellos y viajé mucho a todas las emisoras del interior. Porque no se puede dirigir lo que no se conoce. No es lindo echar gente. Me imagino que los que trabajan en los 71 organismos que van a desaparecer deben estar asustados. Traté de que no quede afuera gente de más de 55 años porque el mercado laboral es más difícil para ellos.
-¿El 10 de diciembre te tenés que ir?
-Sí. No me preocupa. Me interesa que siga el proyecto. Aunque sé que van a cambiar muchas cosas. Sobre todo en la AM 870. Quiero que sigan algunos programas porque son buenos para el país. Y con el proyecto de las FM. Son buenas ideas y se deben respetar.
-Todavía no se conoce tu sucesor. ¿Asumirá sin haber hablado con vos?
-Estoy esperando que alguien me llame. Parece que De la Rua se está tomando su tiempo para definir la interna de su partido. Se corrieron muchas versiones pero no le doy crédito a ninguna. Supongo que elegirá a alguien muy profesional que venga a construir sobre lo hecho.
-Quedás cesante sin indemnización.
-Así es.
-¿De cuánto es tu sueldo?
-4.500 pesos por mes.
-¿Y vas a ser una desocupada más?
-Soy una profesional de los medios y tengo algunas alternativas. Al asumir esta responsabilidad sabía que esto pasaría. No me preocupa porque adquirí mucha experiencia. Yo manejo cerca de 1.000 personas.
-¿Si ganaba Duhalde seguías?
-No sé. Nunca estuve en contacto con él.
-¿De aprobarse la nueva ley, te presentarías a concurso para volver a dirigir la radio?
-Es una hipótesis. Me enamoré de Radio Nacional. Y los amores hay que trabajarlos, cuidarlos y defenderlos. Y hay que serles fiel.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - diario Cronica - Buenos Aires
Noviembre de 1999
sábado, 13 de noviembre de 1999
José Luis Alvarez Fermosel: Un caballero argentino.
Le calza justo al madrileño José Luis Alvarez Fermosel su apodo. Es que en su porte, su inconfundible acento castizo, su barba "candado" prolijamente recortada y su elegancia lo convierten en un auténtico "Caballero español". El sobrenombre se lo puso Rolando Hanglin, con quien comparte desde hace ocho años el programa "RH Positivo" (Continental, AM 590, lunes a viernes de 13,00 a 17,00) y es el mismo que utiliza en su espectáculo "Aventuras y Memorias" (Complejo La Plaza, domingos a las 20,30). El lío se le arma al hablar de los argentinos. Porque después de treinta años entre nosotros se confunde y alterna la tercera y la primera persona."Aparte de periodista he sido actor vocacional en España hace muchos años, luego fui modelo publicitario y di muchas charlas para la colectividad española. Me gusta leer, comer y beber bien, las artes marciales y los deportes de combate, como el boxeo, que practiqué cuando era joven" se definió alguna vez. Y sobre el "Caballero español" aclara: "ese título me lo regaló generosamente Rolando una vez que di una charla y le pedí permiso para usar en los afiches el nombre del personaje".
-Ustedes tienen un estilo muy particular de hacer reír.
-Con Rolando hacemos un tipo de humor disparatado, casi surrealista. Nos enredamos en refranes y cuentos. Tenemos una sección en la que contamos historias que empiezan en serio y terminan en broma (José Luis es el "inventor" del "macho posmo"). Lo disfruto mucho porque un periodista hoy en día no tiene muchas oportunidades de hacer humor.
-¿Usted está desde los inicios del programa?
-Casi. Me incorporé a los pocos meses. Tengo con Rolando una relación magnífica. Somos muy amigos, caemos bajo determinados gustos y denominadores comunes. Es un gran tipo, brillante y talentoso. Además da lugar y oportunidades a la gente, y no se la cree. Creo que de todos los jefes que tuve, él es el mejor.
-¿De dónde se conocen?
-Integrábamos un grupo de amigos en el que estaban Mario Mactas y Victor Sueiro entre otros. Todos de Atlántida. El se fue a España y cuando volvió nos desencontramos. Al final nos cruzamos en una entrega de premios, nos pusimos a bromear y charlar y me invitó a su programa.
-¿Cuál cree que es la mayor virtud de "RH Positivo"?
-La mañana de la radio empieza caliente porque está llena de noticias. Y casi todas ellas no son agradables. Si a la tarde no le das a la gente un poco de respiro, la cosa se le complica porque se angustia y se ahoga. El programa en ese sentido está muy bien logrado porque te da la pausa, la entrevista, la pequeña reflexión y el humor.
-¿Es noticia una buena noticia?
-Debería serlo. Lo que pasa es que no siempre se sabe ver. Quizá, por desgracia, existen más cantidad de las malas. Pero hay que buscarlas. Como aquellas de penúltima hora, que uno desechó por creerlas cursis, antiguas o pasadas de moda. El caso de las historias de vida o los personajes.
-¿Ese sería el espíritu de "RH Positivo"?
-Sí. Tratamos de hacer la película en color y no en blanco y negro.
-¿Qué me puede decir de "Aventuras y memorias"?
-El espectáculo es un "bi-personal" porque me acompaña un guitarrista (Sergio Enrique). Hablo de recuerdos y anécdotas que viví en España y en América. Se trata de una charla-show un poco más sofisticada con un toque teatral. Me explayo sobre la década del ´60 que para nosotros los "cincuentoides" fue tan proteica, rica y densa y la comparo con estos tiempos en los que estamos anclados con la computadora, la Internet y todo eso.
-¿El tono es similar a sus intervenciones en radio?
-No tiene nada que ver. Aunque soy el mismo personaje y es humorístico. Cuando se trata de recordar uno puede dispararse para la nostalgia o el humor. Elegí esto último.
-¿Vuelve seguido a España?
-Hace como cinco años que no puedo ir, pero lo hago cada vez que puedo. Llegué a viajar tres veces en un año. Tal vez viaje en marzo porque editaré dos libros: uno de memorias y recuerdos y otro de cocina (uno de mis hobbies) con mi estilo, y los presentaré allá también.
-¿Se dice que allá viven mejor, qué hicieron de distinto los españoles de los argentinos?
-En los aspectos materiales es rigurosamente cierto. Tengo una hija allá y sé que les va bien. Creo que los españoles hemos sido un poco más realistas. Supimos cuándo debimos apretarnos el cinturón y aprovechamos al máximo nuestras posibilidades. El argentino no es consciente del potencial de su país y desaprovecha sus recursos.
-¿Por ejemplo?
-Ahí está el mar, por tocar un tema muy hispánico. Argentina tiene una inmensa riqueza ictícola que es aprovechada por los rusos, los japoneses, los polacos y los españoles que vienen a pescar a veces hasta ilegalmente. Aquí sólo se saca la merluza o el calamar. "Como no se come pescado..." Bueno, pues se puede exportar. Me da la impresión de que la cosa va por ahí. Cuando en los ´40 España se quedó sola, Franco dijo: "¡Coño, no tenemos nada! ¡Si hay sol y playas, pues vendamos eso!". Se lanzó una enorme campaña turística y empezaron a llegar los ingleses, los alemanes y los suecos. Se hicieron hoteles y restaurantes y empezamos a salir adelante.
-¿Le encuentra alguna explicación a esta actitud nuestra?
-Tal vez los argentinos no hayan tocado fondo nunca. O vivieron épocas de mucha importancia y esplendor (sobre todo los porteños) y se quedó ahí. Cuando llegaron las vacas flacas no supieron verlas. Pero debería hacer un estudio sociológico mucho más profundo para opinar.
-¿Los argentinos realmente no tocamos fondo?
-Veo cada vez más gente en las calles viviendo de la basura. Eso da la pauta de que las cosas no están bien. Pero tan mal, tan mal, no lo sé. El argentino es muy de exagerar, muy italiano. Tal vez el problema sea que nos comparamos más con los australianos, los canadienses, los estadounidenses, los alemanes y los noruegos y menos con los bolivianos, los paraguayos o los nicaragüenses. Y no está mal.
Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica - Buenos Aires
1999