domingo, 27 de mayo de 2007

Virginia Innocenti: "Lo superficial me aburre"

“No es mi debut en radio. Estuve unos pocos meses en La Isla hace diez años, pero no lo pude sostener porque aquella vez me salieron propuestas de cine y televisión”. Hoy las prioridades son diferentes para la actriz Virginia Innocenti. Cansada del ritmo de las tiras de televisión, decidió refugiarse en la radio y la música. “Le saqué la imagen a mi trabajo porque la extrema exposición me agota” revela. Y desafía: “A esta altura de mi carrera, después de veinte años, no tengo que explicar quién soy ni hablar de mi vida privada. Quiero que lo que hago me represente, tenga profundidad y sienta que me hace crecer”.
-¿Por eso dejaste la TV?
-Hice pocas tiras en mi carrera, apenas tres, porque tenés que vivir exclusivamente para eso. Este año me dediqué a la música, y grabé mi segundo disco, “En agua negra”.
-¿Cómo surge la propuesta de trabajar con Tom Lupo?
-Nos conocíamos de cruzarnos en algunos lugares, pero no nos habíamos prestado demasiada atención. Y como “No cualquiera se merece un accidente” (frase de Nietzche) hicimos unas presentaciones íntimas para el disco y él fue uno de los invitados. Empezamos a hablar de arte, de poesía y de la búsqueda. Congeniamos, y como yo tenía ganas de hacer radio, me lo propuso y acepté.
-¿Estás cómoda trabajando sin imagen?
-Sí, es más relajado porque es algo menos de lo que me tengo que ocupar. Además, con este programa le doy de comer a mi alma, más allá de que es un trabajo, con la responsabilidad de que sea en una emisora de todos nosotros.
-¿Escuchás radio?
-Poco. Me suelo despertar con Fernando Peña, que me hace reír mucho. También a Pettinatto y muy poco más. -No te vi en ningún programa de TV con famosos. Ni bailando, ni cantando ni encerrada.
-Ni me vas a ver. Ya dejaron de invitarme hace rato de tanto que dije que no. Aparte, tampoco me parece el camino ideal para hacer beneficencia. Es raro eso de colaborar para una causa y cobrar. Estamos en una época en la que todo está muy mezclado. Ser famoso no es ser actor. Son cosas distintas. Hay algunos que son simplemente famosos.
-¿Te incomoda la fama?
-No me molesta el reconocimiento, al contrario, significa que no pasaste en vano por la vida del otro. Lo que tiene que ver con lo superficial me aburre.
-Alguna vez, hace un tiempo, declaraste que tu sueño era actuar en Cabaret...
-Sí. De hecho audicioné para esta puesta porque creo que lo hubiera resuelto muy bien. Pero bueno, no me eligieron.

Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina

27 de mayo de 2007

domingo, 20 de mayo de 2007

Juan Alberto Badía: “Estoy orgulloso de mis arrugas”

Juan Alberto Badía
Ya en 1970, cuando por Radio Antártida era el locutor de “Música para el Farwest” imponía su estilo y con paso firme se convirtió en una referencia ineludible a la hora de hablar de la historia de la radio. Hoy conduce “Una Buena Idea” (Del Plata, AM 1030, Sábados de 10 a 13.00) y dejó de lado horarios más competitivos para poder hacer lo que mejor le sale sin traicionarse.

Es difícil encontrarlo para charlar. No porque no sea amable, de hecho es uno de los tipos más cordiales del medio, sino por el ritmo de trabajo que se impone. Juan Alberto Badía pasa de un programa a otro y de una reunión de producción a otra. Es que además del envío de Del Plata dirige Estudio Playa, su FM de Pinamar, y conduce “Estudio País 24” y “Estudio País 24” por Canal 7.
-A pesar de que tenías otras opciones elegiste una pantalla fría en Capital como la de Canal 7 y un horario también tranquilo como el de los sábados por la mañana para la radio. ¿Es porque te sentís más cómodo en ese ritmo?
-Es verdad, sí. Tengo que adecuarme a trabajar dentro de mis posibilidades, que son estas. Sigo teniendo mucha vocación, entusiasmo e ilusión. No de estar en un horario o una pantalla líderes porque ya pasé por ahí. Es como mis arrugas, estoy orgulloso de ellas porque son mías y me definen. Igual, me esfuerzo como si estuviera haciendo programas de altísimo rating.
-¿Entonces sos como un futbolista que puede jugar en cualquier puesto, pero rinde más en su posición original?
-Es exactamente así. Estoy muy cómodo con el ritmo y el tiempo en el que me toca vivir, y con la edad que tengo. No tengo que forzarme a hacer algo que está fuera de mi edad, tiempo o de mi concepto de lo que debe ser la comunicación. Puedo sobrevivir con mis dos programas de televisión y uno de radio, que me quedan cómodos.
-¿Muchos locutores afirman que su voz luce menos por la mañana, por qué no te pasa?
-A mí nunca me pasó. Debe ser porque me levanto mucho tiempo antes de salir al aire. Me levanto a las siete y como vivo en Pilar tengo tiempo para que las cuerdas vocales se adapten antes de las diez, que es cuando empieza “Una Buena Idea”.
-¿Escuchás radio?
-Sí. Mucho Del Plata porque es la emisora en la que trabajo, pero además porque me gusta. Además a Mario Pergolini y a veces a Juan Di Natale por la Rock & Pop. Y hago mucho zapping. Los pongo también a Andy (Kusnetzoff) y a Matías (Martin).
-¿Alguno te llamó la atención por estar haciendo cosas nuevas en lo que va de la década?
-No, en lo que va del siglo no. Está por llegar algo distinto pero todavía no apareció. La década de los noventas estuvo dominada por Mario y hoy la radio está marcada por muchos seguidores de ese estilo. El gran cambio de la radio se dio en esa época y fueron más tecnológicos que otra cosa. Esa revolución ya pasó.
-También tenés al aire en la tele “Estudio País 24” y “Estudio País 24”, por Canal 7.
-De los dos programas estoy orgulloso, porque por más que la tele apunte para otro lado, tanto “Estudio País 24” (una de mis mejores ideas, ese formato se va a imponer) como “Badia en Concierto” son alternativas buenas y válidas.
-¿Te volviste más federal en los últimos años?
-Sí, en 1998 me fui a dar vueltas por la Patagonia con una radio rodante: Bariloche, San Martín de los Andes, Puerto Madryn me cautivaron. Me quedé a vivir en esos lugares y aprendí a hacer un programa que no existía y que se convirtió en “Estudio País 24”.
-¿Tendría lugar en una pantalla privada?
-Probablemente no. Pero es un punto de partida. Fijate que tanto Gran Hermano como Showmatch toman a los participantes de diferentes ciudades del interior.

Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina

20 de mayo de 2007

jueves, 17 de mayo de 2007

Pato Galván: “Mi misión en la vida es dar ánimo”

Entró casi pidiendo permiso y se instaló en las emblemáticas mañanas de Radio Rivadavia con “El colectivo” (AM 630, lunes a viernes de 9 a 12) con la responsabilidad de sentarse en la silla de Héctor Larrea. Hoy, tres años más tarde, pasó el examen, está sólido y conquista nuevo público.
“Hace un montón que trabajo en esto y sé que soy difícil para los medios. Cuesta clasificarme y también criticarme porque nunca hice el mal. A nadie se le regala un elogio y a mí menos. Pero cuando nos sale una buena, destacala... Tampoco me preocupa demasiado porque trato de mantener un espíritu entre profesional y amateur”.



A José Alfredo Galván casi todos lo conocen por el apodo que se ganó de chiquito, cuando se cayó en la laguna de los patos del zoológico y que mimó a partir de su idolatría por el arquero Ubaldo Fillol. El Pato, entonces, es quien se para frente al micrófono, gesticula, se mueve y busca la complicidad de su equipo conformado por Alejandro Gardinetti, Martín Russo, Clara Ullrich, Eduardo Caimi, Norma Aguilera, Néstor Sclauzero, Gabriel Fresta, Daniel Gómez Rinaldi y Martín Caballero. Sí, se para: “Me enseñó a laburar así el BB Sanzo, cuando él era el director de la FM NRG. Nos ponía el micrófono alto para obligarnos. Está bueno, manejás otra energía”. Con respecto al programa se explaya: “Estamos en el tercer año consecutivo, que rima con colectivo y por eso lo usamos de slogan. Me gusta porque en los últimos tiempos hay muchos cambios en las radios. De ahí que nos enorgullecemos de que nos vayamos convirtiendo en una costumbre para muchos oyentes, a la vez que ganamos algunos nuevos que se quedaron huérfanos porque levantaron el programa que escuchaban a la mañana”.
-¿En “El colectivo” priorizan más la diversión?
-Tiene sus días. Sí es cierto que descubrimos que la apuesta al humor funcionaba. Y más que a eso, al ánimo. Cada vez más me convenzo de que mi misión en la vida es dar ánimo. Eso está claro porque es lo que más me agradece la gente. Ahí sé que voy bien.
-En Estados Unidos inventaron la palabra “entertainer”.
-Sí, pero no me identifico con eso. Porque siento que si te están entreteniendo es porque te la van a mandar a guardar por otro lado. Aunque no reniego, porque soy parte de esa industria, prefiero destacar las palabras que me gustan. Me interesa más ser animador porque viene de “ánima”, es decir, darle cariño al alma. Soy fanático de las palabras.
-¿Eso ponés en migraciones cuando te preguntan la profesión?
-Hace rato que no viajo... en una época ponía “periodista” para no escribir “payaso”, que me parecía demasiado. En una época pensé en “bufón”. Fijate que “galvanizar” significa “dar vida momentánea a cosas que están decayendo”. En algún lugar mi apellido me marca (se ríe).
-¿Cómo te tratan tus colegas?
-Está claro que no soy un locutor que se caracteriza por el cuidado de la técnica (pido perdón). Hace un montón que trabajo en esto y sé que soy difícil para los medios. Cuesta clasificarme y criticarme porque nunca hice el mal. A nadie se le regala un elogio y a mí menos. Pero cuando nos sale una buena, destacala... Tampoco me preocupa demasiado porque trato de mantener un espíritu entre profesional y amateur. Prefiero ser responsable, aunque manteniendo la gracia del oyente que tomó el micrófono de prepo.
-Antonio Carrizo me dijo que los medios deben reflejar el habla de la calle y Magdalena Ruiz Guiñazú opinó que así se puede caer en la demagogia. ¿Vos dónde te parás?
-En el medio. Si me ponés contra las cuerdas elijo la postura de Antonio, no lo dudo.
-¿No deben ser un faro los medios, más que un espejo?
-No, debe haber de los dos. A veces discuto con Dolina (cuando lo leo o escucho, porque no tengo trato con él) porque opina como Magdalena. Podés ser formado o ilustrado pero no da que la gente no te entienda por eso. Siento que si imitás el habla de la calle estás siendo cariñoso y respetuoso con la gente que no pudo estudiar como vos. No vale quedar como un sabio y dejar al público afuera.
-¿Cuál es el límite? ¿Hablar bien, sin errores gramaticales?
-No sé, te lo ponés vos. A veces queda bien una mala palabra. Yo lo manejo con la intuición. Prefiero que me felicite un tipo por la calle a que me den un premio del “consejo de la lengua de no se qué” por cuidar el idioma en los medios. Con todo, si tenés una buena formación el error gramatical sale sólo a propósito, si querés. Ahí sí sería demagogia. Por ejemplo, odio cuando en los medios se habla de “la gente”. ¿Y nosotros qué somos?
-¿Tenés presente tu etapa de trabajar en radios truchas?
-Sí, es parte mía, aunque no me enorgullezco ni nada. Eso me dio la práctica. Pero también es una pasión, me encanta estar en una radio. Si mañana me quedo sin laburo vuelvo a las truchas porque no puedo estar sin micrófono. No me importa si me escuchan dos mil o dos millones. Mi entrega y amor es el mismo. Quiero colaborar con alguien a quien mi mensaje le llega, y a la vez es para mí, porque me gusta. Como el fútbol: no voy a dejar de jugarlo porque no estoy en la primera de River.

Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica

Buenos Aires, Argentina
Mayo de 2007

domingo, 13 de mayo de 2007

Betty Elizalde: “Las mujeres de los medios hemos involucionado”


A principio de año su nombre sonó fuerte para trabajar en Radio Mitre y hasta se llegó a anunciar. Sin embargo, ella decidió quedarse con “Siempre Betty” (AM 740, lunes a viernes de 14 a 16) en Cooperativa. ¿Los motivos? No renunciar a lo que le da orgullo y placer ni ante la oferta de una emisora líder.
“Considero que si algo me impacta a mí, al oyente le pasará lo mismo. No creo que esto sea un servicio ni que le salvamos la vida a nadie. Es un laburo como cualquier otro”


Los autos y los colectivos rugen y pasan por detrás de nosotros apestando a humo y velocidad, con el telón de fondo de un indiferente Obelisco. Ante ese escenario parece muy difícil encarar una charla sentados a la mesita de un bar en la vereda de Cerrito, en la puerta de Radio Cooperativa. Sin embargo, el talento y el profesionalismo se imponen y la voz llega nítida al micrófono. Con tonos que recorren toda la escala desde la dulzura a la indignación Betty Elizalde habla de “Siempre Betty” y repasa el panorama de las radios. “El programa es una continuidad –confiesa-. Después de tantos años frente al micrófono uno tiene un sello, y el desafío es no repetirse. Mi objetivo es entretenerme. Es mi espacio, lo amo y lo tengo que pasar bien. Estoy muy atenta a lo que pasa y considero que si algo me impacta a mí, al oyente le pasará lo mismo. No creo que esto sea un servicio ni que le salvamos la vida a nadie. Es un laburo como cualquier otro”.
-¿Qué te conmueve?
-Las historias de vida. Tal vez con un músico impresionante sólo podés hablar de sus compactos y de cómo serán sus próximos recitales. Y como no soy jefa de prensa de nadie, prefiero a alguien con menos impacto pero con algo que contar.
-¿Seguís sin leer gacetillas?
-No, ese no es mi negocio. Me llegan miles. Si les importa que promocione un libro, que me lo manden y si me interesa hablo con el autor. Si la radio se convirtió en un espacio para leer gacetillas y hablar de la televisión, está vacía. Cuando venís de un disco y salís con la hora y la temperatura es porque estás en bolas. Durante el programa no me habla la producción, salvo lo necesario, nadie me llama por teléfono y no me saco los auriculares.
-¿Te gustan los oyentes al aire?
-El contestador automático es una herramienta muy interesante, pero se convirtió en un programa en sí mismo, sin contenido la mayoría de las veces pero que usamos porque nos ahorra trabajo de producción. Además, como grandes narcisistas que somos, lo aprovechamos fundamentalmente para masajear el ego de los conductores. No tenemos pudor.
-¿Por qué?
-¡Cómo podemos estar escuchando un mensaje grabado en el que nos dicen que somos los mejores y nos declaran el amor! Algo nos falla. Es de un infantilismo alarmante. Y ojo que suelo caer en esa a veces.
-¿Cómo ves a las mujeres en el medio?
-Hemos involucionado. Hace unos años la figura dominante era la del hombre, pero nosotras co-conducíamos. El eterno femenino, pero por lo menos éramos eso. Hoy se volvieron, en su gran mayoría, una suerte de mujeres fáciles, colocadas en ese lugar por los tipos, para hacerlas víctimas de la broma soez y el chiste fácil. Con supuesto sentido del humor las denigran, les dicen cualquier cosa y las tienen para leer la hora y la temperatura. Por eso estoy contenta con mi lugar.
-En Cooperativa.
-Sí, porque no importa si estoy en una emisora de un millón de oyentes.
-¿Decís que el medio no es importante?
-Desde luego que lo es. El caudal profesional que tengo lo hice a partir de haber trabajado en medios grandes. Pero en esta etapa de mi vida tengo otras cosas. Las minas estamos peor que antes de las luchas feministas.
-Magdalena Ruiz Guiñazú me dijo que no percibe trabas especiales para las mujeres.
-No sé si las hay, es una discusión eterna. Sí está claro que se piensa en masculino. Si arman una programación primero buscan “el” conductor. Está muy arraigado. Estoy de acuerdo en que nadie me regaló nada, la peleé duro y sigo en la lucha. Porque ser independiente y con ideas propias en la producción y la puesta en el aire (que está muy bastardeada en casi todos lados) no es un capital con el que me puedo presentar. Sé que no soy fácil pero tampoco soporto que me un productor me traiga una nota a las cuatro de la tarde que había salido en el diario a la madrugada.
-¿Hay una revalorización de la producción independiente en el periodismo?
-Sí, de hecho yo elegí estar aquí. Este año Radio Mitre me llamó para conducir un programa. Me interesó la propuesta más que la idea de ir a una emisora de alta tecnología. Lo mejor no siempre está en las radios de primera línea.
-¿Por qué se cayó tu pase a Mitre?
-Ya habíamos arreglado la plata y el contrato, pero al final me cambiaron la idea del programa. Entonces hice lo que pocos: aclaré que eso no era para mi. Me decían “es Mitre, ¿te volviste loca?”. Bueno, pues yo soy Betty Elizalde, no me pueden llamar para conducir “Rapidísimo” porque no me sale.
-¿Entonces?
-Es duro tener tu propio espacio sin contactos comerciales ni dinero para desarrollar otras ideas novedosas. No me lamento porque me siento muy digna cuando salgo del estudio. En otras épocas, cuando apagaba la luz de mi cuarto me tapaba la cara con la almohada de la vergüenza que sentía por algo que hice. Ya no. Me siento bien. Claro que no dependo de llevarle el pan a la mesa de mis hijos. Por eso no juzgo a nadie.
-¿Qué escuchás?
-América, porque no me gritan y no hablan de TV. Me gusta la mañana de Victor Hugo, porque buscan desde otro lugar. Y a Chiche (Gelblung), claro, que hace el programa más redondo de la radio. No se casa con la agenda de los diarios y puede estar media hora hablando de las medialunas. Es el que mejor entiende que la radio es información y entretenimiento. (Se ríe) Me enojo cuando maltrata a la Wargon, pero es el juego de ellos.

Gustavo Masutti Llach
Foto: Fabián Ramella

Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina

13 de mayo de 2007