miércoles, 26 de abril de 2006

Anita Martínez: “El conductor no puede ignorar de qué se habla”

Anita (como todos la llaman) Martínez es uno de esos personajes imposibles de encasillar. Baila, actúa y conduce en televisión y radio. Ahora afianzó esta última faceta con dos programas en Belgrano, AM 950: “Oíd argentinos” (lunes a viernes de 14 a 17) e “Infidencias” (sábados de 14 a 15).
“Como no soy periodista necesitaba afianzarme en un espacio antes de pasar a otro más masivo. A las seis de la mañana tenés que ser una bomba y no se pueden hacer entrevistas largas”.


Está contenta porque se trata de su primera entrevista para hablar de su condición de conductora de radio. Es que las otras aristas de esta bella morocha menudita son más populares. A saber: Empezó como bailarina en el musical “Cats” hace más de diez años, se hizo conocida a partir de ganar un casting para entrar a TyC Sports donde condujo un programa de calidad de vida, que ganó un Martín Fierro, y después trabajó en la pantalla chica junto a Manuel Wirtz, Alejandro Fantino, Juan Alberto Mateyko, Fabián Gianola y Marcelo Tinelli, entre otros. “El del sábado es un programa con invitados que vienen a contarnos la música que escuchan (Serrat es uno de los más elegidos)”, describe. Y agrega: “Por su parte, la tira semanal es de interés general. Me llamaron para hacer un programa de actualidad y humor”.
-Que son tus marcas.
-Sí, aunque nunca me metí a fondo con las noticias, la radio me permite acercarme a eso. Sin embargo, tengo a Claudia Cherasco en actualidad, Bárbara Arroyo en tendencia y moda, y a Marina Vollman en la parte social y relax. Lo mío es la conducción.
-Fernando Bravo me dijo que, si bien su función es darle la palabra a los especialistas, en Argentina el oyente espera la opinión del conductor. ¿Sentís ese peso?
-Seguro. Conducir para mí no es delegar la responsabilidad de la bajada de información en un columnista. Si presento una nota, no puedo simplemente decir “¿de qué vas a hablar?”, necesito hacer una introducción informativa. No me pasa tanto con la opinión. Al conductor no se le debe escapar nada. No puede ignorar de qué se habla. Por eso me lo tomé con gran responsabilidad desde el primer día. El que escucha AM es porque le gusta informarse. Y quiere oír algo que no haya leído. Por eso es un laburo enorme, porque tengo que leer libros y conectarme a internet para revisar los diarios de afuera.
-¿Lo disfrutás?
-Muchísimo, porque tiene que ver con lo que más me gusta, con el manejo de la palabra y con escaparme un poco de la imagen.
-Siempre te apoyaste en lo físico y lo gestual. ¿No te falta una herramienta?
-Más bien siento que tengo un desafío por delante: el de incorporar cosas. El cuerpo está, cuando hago una nota gesticulo aunque nadie me pueda ver.
-Belgrano es un proyecto reciente. ¿Cómo llegaste?
-Me convocaron las nuevas autoridades. Me interesó que iba a estar Fabián Gianola, Franco Bagnato y María Belén Aramburu, entre otros. Me dieron alternativas de horarios, pero como no soy periodista necesitaba afianzarme en un espacio antes de pasar a otro más masivo.
-¿La primera tarde es más liviana, entonces?
-No, pero te podés permitir un poco más de profundidad en temas que tienen que ver con lo sensible. A las seis de la mañana tenés que ser una bomba y no se pueden hacer entrevistas largas.
-¿No está muy volcado a la mirada femenina?
-Fue mi gran inquietud cuando me lo ofrecieron. No quería un programa sexista, pero tenemos una tendencia natural a ser mujeres. Tratamos de no caer en eso, sobre todo porque le debo mucho a la platea masculina: hice de hombre y trabajé en canales de deportes.
-¿Qué ventajas le encontrás a la radio por sobre la tele?
-Me encanta el trabajo en equipo, y en televisión se es más individualista y narcisista.
-¿Y en contra?
-La TV es más instantánea, masiva y entrás mucho más fácil en las casas. No creo que sea una contra, porque la radio requiere más seducción y profundización.
-¿Hablaron de objetivos de audiencia?
-No. Me imagino que las perspectivas de la radio son de liderar. Mi compromiso pasa por no defraudar a esa gente que ya escuchaba esta AM sin traicionarme.
-¿Tenés en clara cuál es tu competencia?
-No, porque me considero una aprendiz. Los respeto a todos. Es buenísimo que se abra el abanico de posibilidades. Ojalá yo sea una de esas alternativas.
-Le pasás la posta a Moria Casán, que tiene un programa después del tuyo.
-Sí, y está bueno. Porque hacemos algunos cruces al aire muy divertidos, nos da frescura a las dos.
-Fue inesperado, se definió en una semana.
-¡Sí! Y me enteré en la radio, un sábado.

Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica

Buenos Aires - Argentina

Abril de 2006


domingo, 23 de abril de 2006

Antonio Carrizo: “la radio dejó de ser un emisor de hechos artísticos para convertirse en un vehículo de la palabra".


Asegura que tiene “un buen stock de laburo”, con dos programas de cable, otros dos en radio y animaciones de espectáculos y reuniones. Por eso rechazó conducir las mañanas en TV abierta y lamenta haber dejado otro envío en una FM de Quilmes. Locutor y periodista, ya es una marca a fuego de la radiofonía nacional. “Antes nos divertíamos, en los estudios y pasillos había chicas y muchachos, músicos y aplausos. Cuando se politizó el medio, se perdió alegría. Me gustaba más la farándula.”.

Llega apurado a la radio, todavía masticando los argumentos de una discusión de dos horas que tuvo con Moisés Iconikoff sobre las diferencias entre “cultura” y “civilización”. “Los libros, las librerías y las charlas con amigos deben ser mi verdadera vocación”, afirma casi como disculpa. Su voz potente y su pronunciación impecable se enseñorean de los pasillos y todos a su paso le dedican un gesto o una palabra de afecto. Es que la simbiosis entre Antonio Carrizo y Rivadavia (AM 630) es casi perfecta. Cuesta imaginar a uno sin el otro. En la actualidad se lo puede escuchar en “El locutorio” (lunes a viernes de 21 a 22, cuando no hay fútbol) y, junto a Tomás Del Duca, en “Los sábados... radio” (sábados de 10 a 12), producido por Patricia Mirasola). “Trabajar acá es una gran alegría. Y lo digo contra mis propios intereses, porque si lo saben, me explotan. Hace tanto que estoy en esta casa... Todos los que pasaron por acá lamentan cuando se van. Tiene mística, huele a radio”.
-¿Cree que tiene una función social o cultural?
-No. Debemos ser indulgentes con ella. La radio es social. Forma parte de la dialéctica de una sociedad. Está inserta en el lenguaje, en lo comercial, periodística y musical.
-¿No debería tener la obligación moral de estar por encima del nivel cultural de la media?
-¿Y el que produce pornografía no?
-También. Debería intentar que sea bella, al menos.
-La radio responde a las costumbres. Solía ser del ambiente artístico, yo protagonicé esa etapa. Había orquestas, cómicos, cantores, radioteatros, todo en vivo. Pero apareció la TV, y la gente tuvo acceso a festivales en clubes y discos a precios baratos. Así, la radio dejó de ser un emisor de hechos artísticos para convertirse en un vehículo de la palabra. De los animadores y periodistas. Y donde está la palabra, hay conflicto. Esto despertó el interés del poder (cualquiera que sea).
-Pero no se ensalza a la palabra.
-Es verdad que se usa un lenguaje más crudo, realista y más grosero.
-Más basto.
-Es que así habla la calle, el ama de casa.
-Vuelvo a la cuestión moral. En sus programas no se degrada el lenguaje.
-No sé, no estoy muy de acuerdo con esto de la obligación moral. Sí es cierto que los profesionales perdimos mucho con esta nueva manera. Porque por tratarse de una radio de ideas y opiniones se genera tensión y angustia. Antes nos divertíamos, en los estudios y pasillos había chicas y muchachos, músicos y aplausos. Cuando se politizó, la radio perdió alegría. Me gusta más la farándula.
-¿Le parece bien que en las escuelas dejen ver los partidos de Argentina en el Mundial?
-Sí. Si juegan Argentina con Holanda y las autoridades resolvieron que el partido no se vea. ¿Ese alumno estará estudiando?
-Va a estar distraído.
-Entonces que le pongan la televisión y que se dejen de joder. Eso si es que van a la escuela, porque los padres y los maestros van a querer ver el partido también. Si no, el chico estará con el fútbol en la cabeza. Ocurre pocas veces al año. Es una discusión bizantina. Habrá que ver qué pasa en los colegios que no tienen el aparato de TV.
-¿Alcanza como argumento? Alejandro Dolina y Fernando Niembro opinan en contra. Dicen que ya hay demasiada televisión afuera de la escuela como para que la vean también adentro.
-La TV no es un fin en sí mismo. El Mundial no es televisión, tiene que ver con el fútbol. Que tampoco es un deporte (salvo para el que juega gratis) ni un show. Me río cuando Chiche (Niembro) o (Alejandro) Fabbri se quejan “...qué mal espectáculo”. Lo dirán porque no son hinchas de ninguno de los que juegan.
-Hay quienes afirman que hay demasiado fútbol en pantalla.
-No estoy seguro. Partidos de Boca hay uno por semana. Otra cosa no veo.
-Para finalizar, Cacho Fontana propuso en esta sección hacer un programa con usted y Héctor Larrea.
-Es una linda idea, muy difícil de llevar a cabo. Cacho sabe que estoy a su disposición como amigo y compañero. También que lo quiero aunque hace años que no nos veamos. El problema es que nos falta la cuarta pata de esa mesa que es la del empresario, lo que llamaban el broadcaster. Por eso es tan complicado.

Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina
Abril de 2006

domingo, 16 de abril de 2006

Juan Pablo Varsky: “En Spika estamos en la etapa de siembra”

Como quería un carnet trucho para entrar a las canchas sin pagar, empezó a los 18 como asistente de Carlos Juvenal, en el cable, y nunca paró. Hoy es uno de los mejores comentaristas deportivos de la TV, conduce el unipersonal “Por un puñado de dólares” (lunes a viernes de 13.30 a 16 por Radio Spika, FM 103.1) y estará en Alemania comentando el mundial de fútbol para varios medios.
“Víctor Hugo Morales y Closs son los mejores relatores. El primero por la riqueza de su vocabulario y la precisión con que describe las jugadas. Mariano por su intuición y olfato futbolero para anticipar lo que pasará”.

“Es una combinación de música y deportes. Yo me ocupo sólo de lo último, en la selección de temas no tengo nada que ver. Pero cuando me convocó Daniel Grinbank (director de Spika) me dijo que iba a apuntar al segmento de oyentes que tienen entre 25 y 50 años de edad, y me encantó el estilo musical elegido. Por eso acepté. A veces me sorprendo al aire con canciones que siempre me hubiera encantado volver a escuchar”. Juan Pablo Varsky debe levantar el tono para que se escuche el monólogo sobre su programa por sobre los gritos y las risotadas que se enseñorean del buffet. Es que FM Spika funciona en el edificio de la productora Ideas del Sur, propiedad de Marcelo Tinelli, y en la mesa de al lado se amontona la alegre troupe de “ShowMatch”, que está grabando el ciclo.
-Te adaptaste a estar solo.
-Sí, pero además es una FM. Si no me banco más mi voz (aplaude) ¡Música! Pautamos bloques de dos canciones, eso te saca seis minutos del aire y le permite al oyente descansar de vos. Y uno puede buscar material para la próxima salida al aire.

-Este es un año fuerte para el deporte.

-Exacto, habrá cinco mundiales: fútbol, voley, hockey masculino y femenino y básket. La apuesta es buena.
-Salvo por Gonzalo Bonadeo, hace unos años en La Red, el tuyo no es un horario común para el deporte.

-Es verdad, está Niembro al mediodía con un horario que inventó y se lo ganó, y las tiras de las siete de la tarde. En esta franja me pierdo sólo algunos partidos de la Champions League, pero Roland Garrós lo tengo todo. Además, la jornada del día anterior no me queda lejana.
-¿Vas a viajar a alguno de esos mundiales?
-Por suerte para el de fútbol sí, porque trabajo para Fox, DirecTV, el diario La Nación y la radio.
-¿Dónde vas a hacer base?

-En Munich, porque está el gran centro de prensa y me moveré a donde juegue Argentina. Este será mi cuarto mundial.
-Fuiste de los pocos que viajó al último.

-Sí, por la crisis. Esa vez me quedé en Corea. No vi ni un solo partido en la cancha.

-Recorriste medio mundo...
-...para trabajar cuarenta y cinco días en un edificio. Sí: insólito. Por eso pedí que no me pase lo mismo en Alemania.
-¿Qué expectativas tenés en lo periodístico para este mundial?
-Será parecido en la cobertura al de Francia, con mucha presencia de medios argentinos, gran competencia entre canales y una torta importante de publicidad para repartir. Habrá entre seis y siete transmisiones del partido de Argentina: Los canales de aire, TyC y DirecTV. Más las radios, los medios gráficos y la cobertura de Fox.

-¿Será difícil conseguir una primicia?

-Puede ser, pero eso nunca fue lo mío. No me cambia el sueño esa pelea.
-¿El programa de radio saldrá desde allá?

-En los momentos en los que no se superponga con los partidos. Saldré en vivo, por teléfono. Se queda gente a cargo en Buenos Aires. Tal vez haga dos o tres entradas fuertes.

-¿Si este no fuera el año de los mundiales, hubieras propuesto el mismo programa?

-No. “Por un puñado de dólares” sólo podía plantearse en 2006. Si sale muy bien, veremos si seguimos. En un principio se habló de incorporar a una coequiper. Tuvimos algunas charlas, pero no se dio.
-¿Cómo vienen de audiencia y pauta publicitaria?
-Bien. La radio lleva tiempo y no somos líderes. Siento que el programa se escucha pero las mediciones no hablan de una audiencia masiva. Estamos contentos, porque es una radio nueva y salvo “El Exprimidor” de Ari (Paluch) que rompe todo, los demás estamos en la etapa de siembra. Y falta otro para empezar a cosechar.

-¿Con quiénes competis?

-Y, está el programa de Matu (Matías Martin), donde estuve cinco años, una referencia inevitable aunque la temática sea muy diferente. Me sigo viendo con él y hasta jugamos juntos en algún equipo de fútbol.

-¿Quiénes son los mejores relatores de radio y de televisión?

-Víctor Hugo Morales y Closs. El primero por la riqueza de su vocabulario y la precisión con que describe las jugadas. Mariano por su intuición y olfato futbolero para anticiparse.
-¿Y comentaristas?
-En la tele me gusta Fernando Pasini, es el más completo. En radio, Roberto Leto, que te cuenta muy bien el partido y sabe cómo viene la mano.
-¿Vos?

-Bien, gracias (se ríe).

-No te limitás a “relatar la repetición” cuando comentás un partido.
-Ahhh, no, eso nunca. Soy un obsesivo con ese tema. Siempre trato de agregar algo, y cuando no se puede, me quedo masticando bronca. Tampoco me vas a escuchar criticar a un árbitro mientras miro la repetición.



Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica

Buenos Aires, Argentina

Abril de 2006

domingo, 9 de abril de 2006

Juan Di Natale: “La facturación es más importante que el rating”.


Su cara se hizo conocida a partir de su participación en “CQC”, donde conduce junto a Mario Pergolini y Eduardo De La Puente. Sin embargo, el periodista es un hombre de radio y su programa (que comparte con Fabio Alberti, Damián Dreizik y Diego Della Salla) es uno de los pilares de la Rock & Pop. “En un programa grupal, a veces ventilar cuestiones internas aporta. Claro, si te quedás en eso y no le agregás contenido, le estás faltando el respeto a tus oyentes”.






Prende un cigarrillo atrás de otro y los consume con la voracidad de quien no lo disfruta. A lo largo de la charla dará cuenta de los cuatro que le quedaban y luego se pondrá a juguetear nervioso con la caja vacía. Sin embargo, esa imagen contrasta con la del Juan Di Natale reflexivo y tranquilo que contesta las preguntas. “Day Tripper tiene ocho años en el aire y ya pasamos los dos mil programas, siempre en la Rock & Pop (FM 95.9) y de lunes a viernes de 17 a 19” dice al pasar, sin vanidad, como si semejante estabilidad fuera común en este medio.
-¿Cómo te parás ante un programa tan longevo? ¿Te renovás todo el tiempo o te afirmás en lo que funciona?
-Cuando arrancamos junté un grupo de gente con el que supuse que trabajaría cómodo. Asumo que soy la cabeza del proyecto pero cada uno tiene su espacio y brilla en lo suyo. En cuanto a tus opciones, diría que una mezcla de las dos. La base del equipo nunca cambió, pero cada año tratamos de darle un aire fresco y renovar el programa. Sobre todo para no aburrirnos, porque si eso te pasa no tardás mucho en contagiar al oyente. En la radio la mala onda se percibe muy rápido.
-¿Y cuando estás de mal humor qué pasa, entonces? ¿Ponés música?
-No. Tenemos muchos años en esto. Por ejemplo, estoy hace un tiempo con una gastroenteritis y hubo días que vine doblado a la radio. No hago un personaje, tratamos de divertirnos con el tema. En un programa grupal, a veces ventilar cuestiones internas aporta. Claro, si te quedás en eso y no le agregás contenido, le estás faltando el respeto a tus oyentes. Esas cosas funcionan, aunque no entiendo por qué. A mí no me gusta.
-¿Lo analizaste?
-Más o menos. Está claro que la química de un equipo es importante y valiosa. Pero debe haber más. Por más que en Day Tripper no tenemos una súper producción, nos preocupamos por generar ideas con los recursos de que disponemos.
-¿Escuchás radio?
-En el auto, y zapping. Como para enterarme de lo que pasa y de cómo está sonando la competencia. Cuando hago “CQC” me voy empapando con la AM.
-¿Rock & Pop no compite con la AM?
-A la hora de planificar no lo hacemos en esos términos. “Day Tripper” no va primero pero no baja del cuarto puesto nunca. Igual, las planillas de radio son raras. Se miden períodos largos, y basados en la memoria del oyente. La competencia entre FM y AM se da más a la mañana. La tarde está más segmentada. Siempre se dijo que Rock & Pop tenía mucho de AM por la cantidad de palabra hablada. Esto se está haciendo cada vez más común en toda la banda. Hasta La Mega empezó a meter programas.
-¿Es más liviano el tema del rating en la radio que en la tele?
-Sí. No podés quedar octavo en una radio líder, tampoco. Pero es aún más importante el tema de la facturación. Y nos va bien en las dos. Volviendo al principio, es un acierto de Rock & Pop apostar a la duración de los programas. No es común que duren diez u ocho años en otras emisoras.
-¿Por qué nunca pegaste el salto a la mañana con una propuesta de noticias formal? Lo hiciste en la tele.
-Y no anduvo bien, no fue un éxito aunque estaba cómodo y me gustaba hacerlo. Me propusieron eso en esta radio hace unos años y de nuevo para acompañar un par de días por semana a la Negra Vernaci a las seis. Pero no quiero saber nada por ahora.
-¿Por qué?
-Porque eso te cambia la vida cotidiana. Empezar a esa hora implica que te tengas que levantar a las cuatro, se te da vuelta todo. Y no estoy dispuesto a sacrificar mi rutina por un proyecto como ese. Tal vez a los cincuenta me muero de ganas de hacerlo y nadie me lo ofrece. Pero hoy no me parece que sea mi momento.
-¿No te seduce competir en ese horario?
-Es el de mayor encendido y el de máxima repercusión, pero a la tarde tengo una competencia dura, también. Hasta el momento, no me entusiasma. El tema es madrugar tanto.
-¿Qué podés decir de la vuelta de CQC, ahora en Telefe?
-No participé de esa desición porque no me compete. Mas allá de los gustos y comodidades de Mario (Pergolini) y su socio Diego (Guebel) el pase involucra trabajo para mucha gente. Cuatro Cabezas es una productora que se desarrolló mucho y necesita pantalla para todos sus productos. La cosa pasó por ahí.
-Fue muy charlado en los medios la mudanza.
-Sí, pero siempre nos fuimos con buenas relaciones de todos los canales. En el aquel Canal 9 con la “TV Ataca”, después en América y Canal 13. Me imagino que en Telefe también trabajaremos cómodos. Encima parece que nos llevamos al Diego con nosotros (sonríe).
-¿Como notero nunca más?
-Era muy agotador. Cuando empezamos no nos conocía nadie y laburábamos tranquilos. Con la popularidad, los noteros pasamos a ser celebridades y eso me incomodaba. En los lugares públicos te empieza a rodear un montón de gente que te dice chistes o quiere figurar, además de los que te vienen a apretar. Hoy también CQC cambió. Estoy muy cómodo con lo que hago, pero no me siento jubilado de nada.

Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica

Buenos Aires, Argentina

Abril de 2006

domingo, 2 de abril de 2006

Fernando Niembro: "El léxico argentino es cloacal, elemental y básico. ”


Se siente cómodo en la polémica, pero no por eso pierde rigor a la hora de informar y de opinar. Apasionado y profesional, en junio será uno de los miembros de la “armada de La Red” en Alemania para transmitir los partidos del Mundial de Fútbol, donde los medios también juegan su campeonato. “El pibe que quiera ver el partido de Argentina, lo puede hacer a la noche. No es algo elemental ni le cambia la vida. Aunque sea un hecho cultural fenomenal, el objetivo del fútbol es el divertimento, no la educación”.

Dentro de un par de meses el Mundial de Alemania será el tema obligado en todas las mesas de café y en la mayorías de las casas de familia. Sin embargo, a pesar de ser uno de los periodistas de fútbol más reconocidos del país, Fernando Niembro no pierde la brújula y tanto en su programa “De una con Niembro” (La Red, AM 910, lunes a viernes, de 12 a 14) protesta por “los valores trastocados” y por el espacio desproporcionado que se le da en la Argentina al deporte por sobre otros temas “más caros”.
-¿Cuál es el desafío que te planteás para la cobertura del Mundial de Fútbol?
-Ni más ni menos que repetir lo que hacemos a diario. Nos vamos a esforzar por mejorar, pero con mantener la calidad que demostramos en Buenos Aires, garantizaremos el piso calidad que nos dio el liderazgo en las transmisiones deportivas. Y me refiero a conseguir la mejor información, opinar, estar en los lugares en los que se produce la noticia y el hecho deportivo, y ganar espacios que eran de otros, como los mediodías.
-Otras radios también apostarán fuerte. ¿Por qué habrá que escucharlos a ustedes?
-Eso lo decidirá la gente. Puedo decir que nosotros seremos el único medio argentino que tendrá un espacio en el IBC, que es el comando central del campeonato del Mundo. Desde allí televisan las mejores cadenas del planeta. Es un sitio muy especial y obtener un lugar físico allí tiene un valor muy alto en lo económico y en lo periodístico. Esto quiere decir además que tendremos a nuestro operador técnico, que es vital para las transmisiones de radio.
-¿Durante el Mundial seguirá al aire su tira “De una con Niembro”?
-Sí, porque tendremos enviados especiales de todos los programas. Si bien el fútbol no será prioridad, toda la radio estará muy atenta a lo que pasa en el Mundial y tendrá un lugar de privilegio en los espacios de cada horario.
-¿Qué posibilidades tiene el equipo argentino de ganar la Copa del mundo?
-Las mismas que el resto. Tenemos buenos jugadores, no un buen equipo, pero no estoy seguro de que a los demás les vaya mejor. Salvo a Brasil, claro, que siempre está un escalón arriba. Y aún los brasileños cuestionan a su selección. Estos campeonatos se definen el último mes. Cuando los equipos se forman. La experiencia nos marca eso, no importa lo previo. Al último Mundial fuimos como candidatos y no nos fue bien.
-¿Las polémicas aportan?
-Sí, pero no solucionan nada. Si Abbondanzieri no debe ser el arquero, ¿a quién ponemos?
-¿Quién falta en la selección, entonces?
-Agüero, Gago y, sobre todo, Verón.
-¿Qué nos aporta en lo cultural un Mundial?
-Los periodistas debemos aprovechar para hacerle entender a la gente que esta será una competencia deportiva en la que no se ponen en juego ninguno de esos valores intrínsecos que son fundamentales para la vida de una nación. Son un grupo de futbolistas que representan a una Federación. No está la Patria de por medio.
-¿Cómo contribuye la prensa en esto?
-Como narradores, tenemos que utilizar un lenguaje que sirva para elevar la precariedad de la población a la hora de hablar. Y me incluyo, por supuesto. Porque el léxico argentino es cloacal, elemental y básico. Un mundial es una buena oportunidad para mejorarlo.
-Y vas a tener la oportunidad de hacerlo porque los chicos van a ver los partidos en la escuela ¿no?
-Es lamentable eso. Con lo mal que está la educación argentina esto debería darnos qué pensar. El pibe que quiera ver el partido, lo puede hacer a la noche. No es algo elemental ni le cambia la vida. Aunque sea un hecho cultural fenomenal, el objetivo es el divertimento no la educación.
-Tratan de justificar la decisión diciendo que van a complementarlo con clases de geografía e historia.
-Pero es mentira. Si no lo hacen con los planes de estudio de hoy, mucho menos en ese momento. La maestra va a gritar los goles al lado de los pibes. Que se afirmen en el currículum actual y lo enseñen bien.
-¿Por qué se le da tanta trascendencia al fútbol? Se para un país por un partido.
-Es importante y conmueve porque la gente tiene a lo deportivo dentro de sus intereses fundamentales. Pero me parece que se trastocan los valores. En Argentina debería darse el mismo nivel de discusión en temas como seguridad, educación y otros más caras a nosotros.
-No es privativo nuestro. Algunos países decretaron feriados por un resultado deportivo.
-¿Cuáles? ¿Estados Unidos, Francia, Inglaterra, Finlandia, Dinamarca, Suecia...?
-No, esos no.
-¿Puede ser Angola, Ghana...?
-¿Decís que nos parecemos más a Angola y Ghana que a las naciones que nombraste al principio?
-No, pero puede ser cuando marcamos prioridades. No digo que Argentina sea eso, cultural y socialmente está mucho más desarrollada que esos países.
-¿Esto se vio en el último Superclásico?
-No tanto. Desde el punto de vista de la seguridad fue un bochorno. Dios puso la mano para evitar una desgracia. No hubo muertos por casualidad.

Gustavo Masutti Llach
Foto: Marisa Marquez
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina

Abril de 2006