lunes, 28 de julio de 2003

Nora Perlé: "A los hombres, en la radio, se les permite la mediocridad""


La pareja de perritos (un yorkshire y su hijita, cruza con maltesa) están convencidos de que son feroces guardianes e interpretan ruidosamente su papel. Su dueña, la locutora Nora Perlé los mira con ternura, suspira, y sonríe para las fotos. Referente obligado de las locutoras, asegura:"...a pasar de que me recibí hace cuarenta y dos años, no dejo de aprender".
-Ni de trabajar. Ahora estás en tres radios.
-Sí. En la OnceDiez (AM 1110) tengo micros de teatro, en el programa "Luces, vivo... Buenos Aires", donde hablo de la obra y entrevisto a actores y directores. En Mitre (AM 790) hago "Canciones son amores" (sábados de 20 a 0 y domingos de 21 a 0), que es un poquito más convencional pero no por eso deja de estar bien armadito.
-¿Cuál es su objetivo?
-No ser un "pasadiscos", porque eso está superado y no tendría sentido en AM. Además tiene la particularidad de que recibo ciento veinte e-mails del exterior por emisión. Se escucha mucho afuera, por Internet. Debe ser por la diferencia de horario. Eso me viene bárbaro porque uno de mis anunciantes consiguió exportar sus productos gracias al programa. Imaginate la publicidad que significa para nosotros eso.
-¿Y el de Nacional, "Según pasan los tangos" (AM 870, sábados de 18 a 19,30)?
-Es entrañable desde la cortina. Porque la grabó en su casa, y me la regaló, Oscar Cardozo Ocampo y es una versión libre, en tiempo de tango, de "Según pasan los años". La idea del programa pasa por la investigación. Tengo mucha bibliografía y discografía y, además, como no soy experta, consulto a las fuentes, como la Academia Nacional del Tango.
-¿Usás Internet?
-No, me niego. Soy a la antigua y no la sé usar. Imaginate que me resisto a aprender a escribir a máquina...
-¿Cómo mantenés la identidad con propuestas tan diferentes?
-Soy una cronista de lo cotidiano que trata de ir siempre un poco más allá. Tiendo a lo ecléctico aunque hay cosas que me gustan más que otras. Lo mío es la música, no el periodismo. No se me ocurriría hacer un programa político, por ejemplo, más allá de que soy una ciudadana con discernimiento. Tampoco me postulo porque no nací para eso.
-¿Qué espera la gente de vos?
-Esperan que les dé algo más. La reflexión, el pensamiento, la lectura de un poema, un cuento o una buena canción. Eso puedo hacerlo en Mitre y, con la temática acotada a lo ciudadano, en Nacional. Mis programas musicales son serios, no soy un "tocadiscos". Para eso, la gente pone un CD en su casa.
-¿Escuchás radio?
-Sí, soy fundamentalmente una enamorada de la AM. Escucho Mitre en todos sus horarios y hago zapping. En Contiental lo elijo a Orlando Barone. Me encanta porque es un tipo honesto, frontal y sin condicionamientos. Por la noche leo y miro programas periodísticos por televisión. También veo mucho cine.
-¿Qué tendencia observás en la locución femenina?
-Te hablo de FM que es donde más se escuchan las voces femeninas. Ya pasó la etapa de la locutora melosa y mimosa, eso está superado. Pero lamentablemente se fue hacia una uniformidad: la radio pasatista. Hoy todas las muchachitas salen igual y no se distingue una de otra. Eso me duele.
-¿Es una exigencia empresarial o falta de talento?
-Me lo pregunto siempre. Me imagino que debe ser lo que le piden las empresas. En una época nos imitaban a las pioneras de esto, pero mal.
-¿Por qué?
-Porque nosotras, para el oído advertido, eramos todas distintas, no había uniformidad. No éramos las "franeleras del aire" y nada más. Teníamos nuestro estilo propio. Como te decía, nos imitaron y nos "uniformaron" y ahora se pasaron al bando del "todo bien". Parece que, para las muchachitas que transitan un espacio periférico, es un pecado profundizar en un pensamiento. No pasa lo mismo con las chicas que están en el periodismo.
-Con los hombres locutores no ocurre. Más allá de la calidad, todos tienen su estilo.
-Te voy a decir lo que pasa. Pareciera que las mujeres deben rendir permanentemente exámen de idoneidad y perfección. A los hombres, en la radio, se les permite la mediocridad. Esto es así irremediablemente.
-¿Quiénes?
-No tengo por qué dar nombres. Pero con un chequeo rápido por el dial, te das cuenta de que el aire está lleno de mediocres varones y pocas mediocres femeninas. Las mujeres no tienen espacio.
-¿Por lo menos los dos sexos cobran igual?
-Hay una tendencia a minimizar el trabajo de las locutoras. Aquellas que luchamos en contra de eso, seguimos adelante. Hubo mujeres que empezaron un programa y a los dos o tre meses se lo levantaron. En cambio, a esos señores sin condiciones ni talento, los vas a ver salir del aire y enseguida, al poco tiempo, están de nuevo en el ruedo. Si a nosotras nos va mal podemos desaparecer para siempre.
-¿La sociedad, los medios o la radio es machista?
-Si me pongo a patalear contra los machistas, me estaría encasillando, y no quiero. Lo que digo es que a las mujeres no les dan tiempo para madurar sus productos en el aire. Hay chicas a las que se nota que tienen talento, pero les faltan horas de vuelo.



Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Julio de 2003