martes, 27 de agosto de 2002

La Folk, FM 92.3 y la RTL (Radio Tropical Latina)

"Montar una radio no era un negocio cuando arrancamos y tampoco lo es ahora. Por eso definimos lo nuestro como una empresa familiar". La referencia de Oscar Costabello es para la Folk, FM 92.3 y la RTL (Radio Tropical Latina), FM 107.3. La excusa para el encuentro es el tercer aniversario de la Folk, "La más argentina", una emisora que transmite 24 horas de folclore nacional. "Soy cordobés, aunque vivo hace 27 años en Buenos Aires, y siempre soñé con escuchar una radio como la Folk", asegura.
-¿Qué diferencia tiene con las otras emisoras de folclore?
-El target. Nacional, La Folclórica son radios en las que el folclore está más jerarquizado y se lo encara casi desde lo antropológico. El nuestro es un perfil más popular, más "festivalero". Le sacamos el moño a la música. La idea es que tenga el calor de la gente y los artistas en un fogón o en un festival, pero por radio.
-Hay diferencias en la programación musical, entonces.
-Sí, acá suenan todos porque no buscamos "lo cultural" sino entretener a la gente. Se escuchan los que están y los que no están. No porque venga una discográfica y ponga una pauta (que lo hace) sólo ponemos su música.
-¿Quiénes son los artistas más pedidos?
-Por arriba de todos, el Chaqueño Palavecino. Después Soledad, Raly Barrionuevo y Nocheros. Al menos en nuestra radio.
-¿Cuánto cayó la publicidad?
-Hoy es la mitad del año pasado. Cubrimos los costos, que aumentaron, haciendo festivales. Los artistas nos apoyan porque la radio los apoyó primero. De hecho, no hay cantante folclórico que no haya pasado por acá en persona.
-¿Sigue la caída de los anunciantes?
-Hay un horizonte más claro que el de hace tres meses. Dejó de caer la pauta y algunos ya pidieron presupuesto. Algunos empresarios contrataron espacios y hay publicidades nuevas. Eso no quita que la recesión sea feroz.
-¿Cómo es la popularidad del folclore en Buenos Aires después del "boom" de hace unos años?
-Activa. Pero siempre basada en el folclore interpretado por jóvenes. Hay muchos artistas nuevos que tienen el problema de que no pueden actuar en Buenos Aires porque acá no hay grandes festivales y se ven reducidos a equeños ámbitos.
-¿Por qué no hay un festival de Buenos Aires?
-A nadie se le ocurrió. Pensar que cada pueblito de Córdoba y Santiago tienen uno y son multitudinarios... Lo cierto es que también los costos son grandes.
-Mucha gente viaja de la Capital para ver Cosquín o Jesús María. Se podría adivinar un piso de público amplio.
-Sí. Pero estás limitado en cuanto a los artistas de más convocatoria. Si querés tener arriba del escenario a Nocheros, Luciano Pereyra o Soledad, no podés.
-¿Por qué?
-Ellos prefieren hacer un show solos en Buenos Aires aunque les ofrezcas un dineral para compartir un espectáculo con otros artistas. Así llenan Ferro, el Luna o Vélez.
-Pero en el interior sí comparten cartel.
-No es un problema de cartel sino económico. Ellos no te van entregar el show si lo pueden hacer por su cuenta y no repartir. Esto conspira contra la gente que quiere ver varios artistas juntos sin empacharse de uno solo. Con todo, en el Interior, sólo Cosquín, Jesús María o Villa María convoca tantas figuras. Y salvo Jesús María, los otros dos dan pérdida.
-Esto limita la aparición de nuevos valores, que salen a "telonear" a los consagrados y se dan a conocer.
-En realidad, ojalá el problema fuera sólo ese. Las discográficas hoy no tienen un peso para apostar porque nadie compra un CD. En relación con el año pasado, la caída de la venta de discos es de un ochenta por ciento. Las empresas tienen talentos para desarrollar pero no lo hacen porque es muy caro. Apuestan poco y a lo seguro. Por si fuera poco, tenés el mercado pirata, que destroza las pocas ganancias que pueden aparecer, con precios bajísimos.
-¿Qué me puede decir de la RTL?
-Opera con locutores profesionales, igual que la Folk. Es netamente popular y activa, porque los oyentes tienen una gran participación. Eso la distinguió de su competencia. Y en la RTL entra más dinero que en la Folk.
-¿Tienen mediciones de audiencia?
-No nos miden porque somos radios "alternativas". Figuramos dentro del rubro "otras", que mide mucho más del doble que la que va primera. Sabemos que nos va bien por la cantidad de llamados y testeos propios.
-¿Esto es porque no tienen licencia?
-Claro, trabajamos con un PPP (permiso provisorio precario), lo que nos hace legales. Lo tenemos desde 1989. Desde entonces que no se define nada porque la ley de radiodifusión no permite otorgar nuevas licencias en zonas de conflicto como Capital y Gran Buenos Aires. Ojalá que estas autoridades del COMFER resuelvan el tema antes de irse y no se sumen a la larga lista de predecesores.

Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora, Diario Crónica
Buenos Aires, Argentina
Agosto de 2002

domingo, 25 de agosto de 2002

Any Ventura: "Me gusta lo que escribía hace veinte años (en 1982)"





No me llevé bien con esta mujer. Ante la pregunta de si en radio Mitre estaban atrasados con los sueldos me contestó qué haría yo si ella me preguntara eso a mí al aire con respecto a Crónica. Como le contesté que estaba a su disposición cuando quisiera, que le contaría lo atrasados que estábamos, me dijo: "Pero yo no lo haría, porque soy amiga del Gallego (Garcia, Hector Ricardo, alias el dueño del lugar donde trabajo) y hablo con él casi todos los días". No me dejaron publicar nada de eso, por supuesto, aunque guardé el cassette. Si ella no fuera periodista, diría que me intentó apretar. Por eso le pregunté veladamente si estaba orgullosa de lo que escribía en Gente durante el Proceso y la respuesta está ahí abajo.



"El programa no es un magazine ni lo quiere ser, es totalmente distinto a todo". Así califica la periodista multimedia Any Ventura a su criatura radial "Primera tarde" (Mitre, AM 790, lunes a viernes de 13 a 15). Y amplía: "Lo novedoso es que es el único programa que toca un sólo tema por emisión. Además, los oyentes se incorporan casi como columnistas, opinando sobre esa consigna única".
-¿Qué pasa si surge una noticia?
-No estamos presionados por el "último momento" porque de eso se ocupa el informativo. Pero si pasa algo serio damos vuelta el programa. Somos periodistas, no tenemos una frutería. Es un desafío lindo porque es un horario difícil.
-¿Por qué?
-Porque empezamos a competir con la TV.
-¿Competís con la tele?
-Bueno, en realidad la carrera es contra una radio. Lo cierto es que soy mi mayor competidora. A mí me tiene que gustar lo que hago.
-¿Escuchás la competencia?
-Todo. A Niembro y a "Buenos muchachos", que me gusta.
-¿Cómo les va en audiencia?
-Bien, las últimas mediciones nos pusieron por encima de Niembro. Vamos segundos de la Diez.
-¿Qué le falta a Mitre para retomar el liderazgo?
-Tiempo. Los medios tienen oleadas. Viene esa onda de ser los primeros y todo lo que programás, luce. Un poco lo que pasa con Suar en canal 13, que está en la buena racha.
-¿No pasó mucho tiempo para hablar de racha en radio?
-No sé qué decirte. Nadie es eternamente primero. Yo llegué hace poco, venía de Rivadavia, otra radio acostumbrada a liderar, pero que se desbarrancó. Con todo, noto la enorme diferencia de repercusión de lo que decís en Mitre. Enseguida me llaman los jefes de prensa de los políticos para preguntarme: "¿Qué dijiste?"
-¿Hay características de los oyentes según la radio?
-Sí. La primera tanda de oyentes de Mitre odia a Menem y lo dice ni bien se abren los micrófonos. Son antiperonistas y defienden a Zamora y Lilita Carrió. La segunda, puede llegar a defender a Menem. Así como en la Diez los oyentes que salen al aire son menos "antimenem"
acá son más "progres" y buenos para conseguir avisos porque son "ABC1". También pasa en todos lados que les cuesta estar en contra del conductor. Hay una predisposición a decirle "...sos divino".
-¿En qué punto de tu carrera estás?
-Coincide con la de mi vida: Más tranquila. Mi trabajo es importante y de eso vivo pero no me expongo al fracaso. No voy a ser nunca una estrella como Susana Giménez. Me encantaría ser como Oriana Fallace con el glamour de "Su". Soy lo que soy y me gusta. Porque los colegas me conocen. No seré el 10 de Boca, pero puedo estar en el banco de suplentes de la selección.
-¿Lo lamentás?
-Al contrario. A diferencia de Oriana, tengo hijos y puedo comer afuera sin que sea una pesadilla como le pasa a Susana. Dejás muchísimo de tu carrera por la familia. Me perdí grandes viajes por tener tres bebes. Tampoco podía cubrir notas de noche. Para colmo me separé joven. Cuando crecieron, se me hizo más fácil.
-¿No te agrega "humanidad" esa opción?
-Ahora me doy cuenta de eso.
-¿Por qué dejaste "Yo amo a la TV?
-Porque entre mi programa de cable, el libro que estoy escribiendo y la radio, para el viernes no me daba más el cuero.
-¿Cortaste lo que menos satisfacción te daba?
-Corté con lo que tenía que cortar. Los otros proyectos son míos y con "Yo amo..." no sólo no tenía contrato sino que ya les había advertido que esto me podía pasar. Aunque asusta dejar un trabajo.
-¿Quedó la puerta abierta?
-Todas. Carlitos Rottemberg es un amigo maravilloso, Blanc confió en mí y me dio una oportunidad en un medio en que nadie lo hace y Lafauci es entrañable, por nombrar a los antiguos. Pero no me daba más el tiempo. Además soy una señora abuela que tiene un novio. Muchos años cuidé bebes, ahora siento que es el momento de "tirar la chancleta". No puedo trabajar 24 horas por día. Tampoco tengo 20 años, tengo que cuidar los afectos.
-¿Qué te dejó "El Martillo"?
-Estaba bueno y nos fue bárbaro. No siguió porque lo de América se fue todo. Además era difícil convencer a alguien de que vaya a un programa como ese, que tenía a diez tipos y dos conductores pegándole. No se puede controlar, sí negociar con el invitado.
-¿A qué periodistas admirás?
-Joaquín Morales Solá y a Andrews, que hace las editoriales de Noticias.
-Dos personas de gráfica.
-Sí, los periodistas de verdad salen de ahí.
-¿Te sentís identificada?
-Vengo de la gráfica, y sé que lo más grande es lo que queda escrito. Es sagrado.
-¿Releés lo que escribías hace veinte años?
-Sí, porque tengo todo guardado y me sirve como archivo para nuevas entrevistas a los mismos personajes de entonces.
-¿Y qué te produce?
-Me gusta. Tenía un toque, un tono diferente. Lo mejor que puedo decir de mí es que no soy obvia.

Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica
Buenos Aires - Argentina
Agosto de 2002

martes, 20 de agosto de 2002

Samuel “Chiche” Gelblung: "Hoy se pide más realidad y menos boludeo"



El creador y conductor de “Memoria”, Samuel “Chiche” Gelblung, caminó sonriente hacia al estrado y, feliz, tomó el premio al “mejor programa de interés general en radio” por “Edición Chiche” (lunes a viernes de 18 a 20.30 por Radio 10, AM 710). Más tranquilo, desde su despacho de producción en el canal de la calle Dorrego explica el motivo de su emoción: “Si bien tuve algunas nominaciones, es mi primer Martín Fierro, en radio o televisión”.
-¿A qué lo atribuye, trayectoria, el programa en sí, o se compensa la ausencia del de televisión premiando al de radio?
-Es probable que esto último sea lo más razonable. Independientemente de eso creo que “Edición Chiche” se lo merecía desde hace rato. En fin, son valoraciones extrañas que hacen los colegas, aunque no deja de ser gratificante. No importa cuándo llega.
-El programa de radio tiene más “respiro” que “Memoria”, ¿No?
-Porque es más largo. En dos horas y media podés manejar los climas, subir y bajar. Si en la tele tuviera un maratón diario, podría meter el humor, la reflexión y la parte seria. Además el medio te permite cuestiones que la TV no.
-¿Por ejemplo?
-Lo que tiene que ver con el despliegue personal. La TV tiene ritmos y exigencias diferentes. En radio, la única imagen es la voz. Es artesanal. La tele modifica la categoría del mensaje porque tiene otro nivel técnico.
-Hace un par de años usted me decía: "... si se pone de un lado la realidad del país y del otro un culo, la gente mira el culo".
-La realidad social argentina cambió. Eso valía hace dos años, cuando todo era más laxo. Hoy la realidad no te permite mostrar culos. Si lo hacés, la gente se va. Nosotros tenemos la flexibilidad necesaria como para acompañar los deseos del público. Hay cosas que no podemos hacer porque el público las rechazaría. Porque se pide más realidad y menos boludeo. Hay que respetar eso. Se busca más compromiso. En “Memoria” instalamos el tema de los cartoneros, por ejemplo. Y ahora es muy popular ese tema.
-¿Y cómo reacciona cuando, con otras palabras, Clarín lo tilda de “amarillo”?
-No le doy pelota. Porque por lo mismo que dijeron que era malo, reconocieron que era bueno. Básicamente hay prejuicios por un lado, cierta ignorancia por otro y una suerte de lugar común: Si lo hace otro está bien, si lo hace Chiche está mal. Son precios a pagar por ser diferente. No me quita el sueño. Tampoco polemizo con mis colegas.
-¿Aquella acusación sirve para todo el periodismo, incluido el propio grupo Clarín?
-Todo el periodismo está en la misma: Buscan impacto.
-¿Tiene que ver con sacudir a una sociedad apática?
-También con que para producir el mismo impacto de hace dos años hay que trabajar el doble. Además hay mucha competencia. Los temas que tocas a la mañana a la noche son viejos. Hay una sobreoferta de información y ante eso hay que ser muy creativo, muy audaz o muy efectista. Cada uno elige lo que puede. A veces para sostenerte tenés que ir por el camino de la idea, otras de lo que los demás no se atreven a mostrar. Son recursos naturales del periodismo.
-¿Cuál es el criterio para elegir los temas?
-A la hora de armar el sumario de la radio o de la tele, la primera medida es ignorar a los diarios porque te condicionan la agenda. Que tal vez no tiene que ver con la realidad de la gente. Para mí vale más cualquier observación personal de la calle que la mejor noticia de un diario.
-¿Por qué?
-Un fenómeno cotidiano vale más que la interna del Justicialismo. Eso no significa que no me interesa la interna. Será maravillosa para la sección política de un diario pero a la gente le importa un pito. Voy a tocar el tema. Pero me interesa más saber que están vendiendo leche suelta por la calle. Porque eso sí tiene que ver con la realidad. Tengo un sistema de alerta diferente. Por eso les exijo a mis productores que vayan con los ojos abiertos. Que no lean el diario, porque es un recorte de la realidad.
-¿Cómo es eso?
-Para producir noticias hay que empezar de cero. Un diario debe mostrar un mundo de siete mil millones de habitantes en cien noticias. Hay tantas historias como personas, entonces quiero la noticia ciento uno. Prefiero lo que me trae un cronista antes que las reflexiones políticas de Cafiero. La política es retórica y la economía, distante. Ante la macroeconomía me interesa saber cómo funciona alguna de las economías paralelas que tan buena salud tienen en Argentina. Hay un mundo por debajo de la superficie. Ese es el que me interesa. Me baso en la intuición.
-¿Y ante las noticias verdaderas qué hace?
-No podés negar una toma de rehenes porque es un tema de alto impacto. Pero si no hay una noticia hiperconvocante prefiero basarme en mi percepción y mi intuición.



-Alguna vez habló con delincuentes en una toma de rehenes. ¿Cómo encaró ese reportaje?
-Tengo una ventaja por sobre otros periodistas: tengo calle. Tal vez ellos la tienen y tratan de disimularla. Yo no. Me crié en la calle y alcancé cierto nivel por ser autodidacta. De hecho, no terminé el secundario. Es una deficiencia, es cierto, pero creo que mi nivel está a la par de colegas más pretenciosos. Pero no reniego de haber sido un chico de la calle, que se crió en ese ámbito. Entonces tengo la posibilidad de conocer los códigos y comunicarme a la par tanto con un cartonero como con un intelectual o con un político. Leí de economía más que muchos periodistas económicos. Eso no me convierte en economista, pero sí en un periodista especializado que no habla pavadas.
-¿La clave es sintonizar el código del entrevistado, entonces?
-Exacto. Y no ponerse en censor. Yo no califico. Es obvio que es un ladrón ¿para qué se lo voy a decir? Al otro día de la charla con los secuestradores de Ramallo, que terminó en tragedia, me llamó Tita Merello. Me impresionó cuando me dijo que al hablar con la rehén, era como su hijo. Pero al charlar con los delincuentes, era uno de ellos. Me iba alternando.
-Hay un tercer código: el del público.
-Tiene que seguir el juego. Lo percibe, de otro modo, no tendríamos la audiencia que disfrutamos. Sabe que no hablo como los delincuentes sino un periodista que se pone en esa piel.
-Jorge Lanata dice que le encantaría entrevistar al diablo. ¿Usted?
-Yo entrevisto al diablo, a un ladrón o a Hitler. No tengo problemas. Somos un servicio público y tenemos la obligación de transmitir las ideas desde nuestro peor enemigo hasta nuestro más rutilante guía espiritual. De ninguna manera debemos ejercer la censura. Sí hay que tener ciertos códigos para no difundir intimidades que pueden comprometer el futuro de una persona. Pero si el diablo acepta una nota, nos sentamos a una mesa y hablamos de igual a igual.
-No se puede hablar de igual a igual con el diablo ¿No se corre el riesgo de blanquearlo si nos supera en habilidad?
-De ninguna manera. Queda absolutamente en claro que el periodista es el periodista y el diablo es el diablo. (Se ríe) Salvo, claro está, que el periodista sea más diabólico que el diablo.

Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica - Buenos Aires
Agosto de 2002

lunes, 5 de agosto de 2002

Santiago Pont Lezica: "Milenium sufrió persecución ideológica"

Desde el primero de agosto en el 106.3 ya no se escucha FM Milenium porque el grupo que comandaba la salida al aire no se puso de acuerdo con los dueños. Santiago Pont Lezica, alma y cerebro de Milenium, está ojeroso, cansado, y al hablar, en su rostro se refleja la tristeza, la resignación y la bronca reprimida. "La salida del aire parte de una decisión empresarial y comercial ante la posiblidad de llegar a un acuerdo con el operador de la frecuencia", confiesa.
-¿Es decir...?
-Radiodifusora Esmeralda, que le vendió la radio a la Iglesia Universal del Reino de Dios. Aunque oficialmente no puede ser de los pastores, la operan. Al igual que siete radios y dos canales de televisión.
-¿Quién es el dueño legal?
-El señor Herrera. Pero en el expediente ya pide la transferencia a Ricardo Cis, el que salió en Telenoche Investiga. Pero no se admitió por una cuestión legal.
-¿Cuál era tu situación?
-Teníamos un contrato de coproducción que vencía en diciembre.
-¿Pero ustedes incumplieron el contrato?
-No es fácil de responder. Según ellos sí, desde nuestro punto de vista, no. A partir de la devaluación se hizo imposible cumplirlo y se negaron a renegociarlo, como hicieron todos los canales y radios. Tinelli pagaba por Radio Show cien mil pesos y ahora paga la cuarta parte. La caída de la publicidad fue del setenta y cinco por ciento. Nosotros no tuvimos esa opción.
-¿Cuánto pagaban?
-Era en coproducción, se repartían los ingresos. Desde diciembre le pagamos todo lo que facturamos, no nos quedamos con un peso. Para ellos no fue suficiente.
-Entonces debían llegar a un piso.
-Sí. Retenían hasta X de la publicidad. No llegamos nunca más a X.
-¿"X" era un porcentaje o un precio?
-Los primeros ochenta y cinco mil pesos eran para ellos, de ahí para arriba, de la productora. Por eso no se llegaba a la cifra, porque yo me financio de la venta de publicidad, que desapareció. Es una lástima no haber podido terminar el contrato faltando tan poco. Pero nos vamos con honor, cumpliendo el 95 por ciento de lo estipulado y después de haber pagado más de cuatro millones seiscientos mil dólares en todo este tiempo que estuvimos al aire.
-¿Tuviste que pagar indemnización?
-Sí, aunque no la que pretendían. Primó la cordura.
-Pero estás incómodo por otra cosa.
-Sí, porque siento que más allá del problema comercial, nos ahogaron cuando toda la Argentina negoció. Desde mi punto de vista es persecución ideológica.
-Esto le pasó también a Rock & Pop, en la misma frecuencia.
-Sí, hace diez años, con la misma gente entre bambalinas.
-¿El nombre "Milenium" es tuyo?
-Sí.
-¿Cómo sigue esto?
-Nos presentamos en un concurso público por la frecuencia 106.9, que me dicen que está preadjudicada a nosotros. Falta la firma de Duhalde. Lo bueno fue la respuesta. Hay casi diez mil e-mails en www.fmmilenium.com.ar que son reenviados al COMFER y el teléfono no deja de sonar. Hasta se solidarizaron radios de España. La gente llora y deja testimonios muy fuertes. "Que no me quiten más nada" es el pedido común. Esperaba apoyo, aunque no tanto.
-Es decir que no podés decir a dónde se van.
-Todavía no. Es duro para los que creíamos en esta frecuencia y porque hay veintiocho personas que no saben qué pasará con sus trabajos. Pero la idea es de seguir en otra frecuencia. No quedaba otra opción. Aunque a nadie le gusta cerrar una empresa que era exitosa ni quedarse sin trabajo. Milenium era una radio muy escuchada.
-¿Cuándo calculás que estarán al aire de nuevo?
-Ojalá sea en menos de sesenta días.
-Si no se da lo de la 106.9 ¿hay plan "B"?
-Sí, hablamos con varios dueños de frecuencias.
-¿Los anunciantes que quedan seguirán?
-Fue muy emocionante que nos apoyaran y prometieron que lo seguirán haciendo. Como no pudimos anunciar adónde vamos, será como empezar de nuevo.
-La experiencia de Rock & Pop fue positiva.
-Sí, ellos hasta levantaron el nivel de audiencia cuando pasaron de la 106.3 a la 95.9. Ojalá nos vaya igual con esta aventura. Y que esto sea un prólogo para un nuevo encuentro.
-¿Cuál es la postura del COMFER?
-Hay muchos organismos trabajando, como Eduardo Mondino, el defensor del pueblo de la ciudad. Del COMFER no recibí nada oficial porque para ellos no soy radiodifusor sino productor. Sé que están actuando y parece que nos adjudicarán la frecuencia FM 106.9.
-¿Sería un "PPP" (permiso provisorio precario)?
-No es una clase A. Con adjudicacion. Concursamos antecedentes con cuatro empresas.
-¿Cuáles?
-Cadena SER (España), CARSA, Mario Pergolini, ALBISTUR y nosotros. Dicen que ganamos. Veremos. En definitiva, Milenium siempre dio esperanza a sus oyentes. Vas a ver que nos vamos a reencontrar con ellos pronto.

Gustavo Masutti Llach
Revista Ahora - Diario Crónica - Buenos Aires
Agosto de 2002