lunes, 16 de febrero de 1998

El Bahiano (Fernando Hortal):


Su nombre es Fernando Hortal, pero se hizo conocido como "El Bahiano". Es el lider de Los Pericos, una de las más importantes bandas del rock nacional y la música sigue siendo su actividad principal. Sin embargo, desde hace tres años comenzó a cultivar su segunda pasión: la radio. Hoy, junto a Alejandro Cerviño, conduce "Casa Babylon" (La Metro, FM 95.1, domingos de 18,00 a 20,00). "Arranqué en Punta del Este en el ´96 como por casualidad -recuerda-. Hacía tres meses que había sido papá. Entonces decidimos con mi mujer de entonces pasar las vacaciones no muy lejos y fuimos a Uruguay. La gente de Radio Uno estaba organizando un recital de los Pericos. Fui a saludarlos y me hicieron el ofrecimiento. Dije: '¿Por qué no?´. Y empecé. Durante dos años estuve el mes de enero haciendo radio allá. Volví a Buenos Aires y durante tres meses seguí en Radio Uno".
-¿Nació como un hobbie?
-Sí. Pero ya a esta altura me lo tomé un poco más en serio. Sigue siendo un cable a tierra, pero con potencia. Me gusta realmente y le estoy poniendo mucha pasión.
-Cuando empezaste tenías casi una década tocando con Los Pericos. ¿La radio surge por la necesidad de hacer algo distinto?
-No. Yo hago cosas distintas. Tengo un bar en el Bs As News con Juanse y formé un sello discográfico con otros dos pericos, por ejemplo. Soy fanático de la radio. Me formaron desde Anibal Masilla hasta Graciela Mancuso. Pasando por Omar Cerasuolo, toda la época de Rock & Pop de música, "Cuero Pesado", "Feedback", "Radio Bangkok", "Las Siete Lunas de Crandall", "Submarino Amarillo", en fin... "bocha" de programas que me encantaban. O tipos como Bobby Flores, Lalo Mir, Mario Pergolini. Me encanta cómo hace radio esa gente y los sigo escuchando a todos.
-Pero tu estilo no es el de ellos. ¿Tus programas no son más musicales?
-En esta nueva etapa estoy hablando más. En un principio se pensó en un programa íntegramente musical, como antes. Eso es bueno. Pero también nos interesan otros temas. Hay una sección deonde paso y hablo de reggae. En la Argentina casi no se pasa esa música.
-¿Llevás tus propios discos al estudio?
-En la radio hay como 6.000 discos y son de los buenos. Miro ahí porque tienen muchos rockers clásicos y los complemento con material mío.
-¿Discos traídos de Jamaica?
-El problema es que allá todavía corre mucho el vinilo. Hoy me compraría una bandeja para pasar esos discos. Me encantaría poner música con el sonido a vinilo. Con frituras y todo. Jugármela a eso en una sección, al menos. Hay muchos amantes del vinilo como yo. ¡El disco es negro, no plateado!
-Acá en la metro no sos un "sapo de otro pozo" dentro de la programación musical como en la Uno.
-Claro. En la Uno era un islote. Terminaba de sonar Alejandro Sanz y llegaba yo con Iggy Pop. Y me iba con Fine Lovin´ Criminals y aparecían los Backstreet Boys. Había oyentes que cuando yo aparecía se "borraban" del dial y otros que me escuchaban a mí solo porque no eran de la Uno. Acá es más homogéneo. La Metro es una radio muy pujante, con cosas para descubrir. En general la música es buena.
-¿Pero pondrías un tema de Frank Zappa de diez minutos?
-Tanto no. Tal vez si fuera un programa nocturno. La gente a las seis de la tarde todavía está haciendo la digestión. Lo mío va desde Urban Cuba a Mano Negra, pasando por Reggae Panameño o latino. No pondría a Elvis Crespo, por ejemplo. Me tiene que gustar lo que sale al aire.
-¿Tus reportajes son bastante particulares, no?
-Sí. No me pogo a hablar de música con mis colegas. Por este programa pasaron Bersuit, Pappo, Virus, Celeste, Los Caballeros de la Quema, Los Cafres, Los Ratones... me estoy olvidando de varios. En la Metro lo tuve Sergio de Cienfuegos, Erika García, el "Negro" Rada. Están por venir Mollo, de Divididos, Pipo Cipolatti y vuelve Pappo con su material de blues. Los hago hablar de sus trabajos, pero enseguida nos "colgamos" con charlas triviales muy de domingo a la tarde. Hay clima de "después del asado, las facturas y el mate". Boludeamos como todos, pero con mucha gente que escucha tus huevadas. La gente se engancha con eso. Les gusta oir al músico "corrido de lugar".
-¿El dinero es importante a la hora de decidir hacer un programa de radio?
-No. Obviamente que la guita ayuda. Pero a mí un domingo a las seis de la tarde cuando viene el verano me gustaría más estar en una pileta. Eso no quita que me entusiasmo tanto que el programa "vuela" y cuando se termina me quiero matar. Lo que te "garpan" es un incentivo para tu crecimiento económico. Pero no marca un crecimiento artístico.
-Tampoco vivís de lo que económicamente te da la radio.
-No. Vivo de los Pericos. Aunque no desmerezco la radio. Si estoy un domingo a la tarde en un estudio es porque me gusta de verdad.

Hace dos semanas Los Pericos fueron noticia porque el Gobierno de la Ciudad clausuró el estadio de Obras mientras probaban sonido antes de un show. "Hacía dos meses que estaba clausurado el estadio -se resigna-. Pero había violaciones reiteradas a la faja. Iban a suspender a Charly García y al final tocó".
-¿Por suerte o porque es Charly?
-Porque es Charly. Estaba en la boca de todos.
-Sin embargo, ustedes no son ningunos "nenes".
-Es así. Hubo tratativas para que seamos los últimos pero no se pudo. Había un juez de por medio. Estábamos probando sonido y cayeron los fiscales con cámaras de TV. Un bajón, pero nos sirvió igual porque pasamos a un teatro con todo vendido. Nos costaba tocar en Argentina porque tenemos muchos contratos afuera y acá nadie está pasando por un buen momento. Encima clausuran Obras, que era uno de los pocos lugares para tocar. Entonces seguiremos tocando afuera.

El Bahiano está recientemente separado de Ilana Zandman, con quien tuvo a su hija Candela, de tres años. Sin embargo, la relación entre los padres es buena.
-¿A tu nena la vas a llevar a "Casa Baylon"?
-No. Candela es como el padre. No quiero que salga al aire diciendo: "¿ya nos vamos?". A conciertos sí. En la Trastienda subió al escenario a bailar conmigo. Se me caía la baba. Cuando crezca la voy a llevar de gira.
-Quiere decir que no tenés régimen de visita.
-No, porque con Ilana no nos peleamos. No eramos compatibles, entonces, ¿para qué seguir juntos? Es lo mejor para la nena.

Gustavo Masutti  Llach
Revista Ahora - Diario Cronica - Buenos Aires
1998